miércoles, 22 de abril de 2020

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni. Alma enajenada, tierra mancillada. Francisco Huertas Hernández


"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Alma enajenada, tierra mancillada
Francisco Huertas Hernández




"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti)

 "Il deserto rosso" es la primera película en color de Michelangelo Antonioni (1912-2007). Filmada después de "L'Avventura" (1960), "La Notte" (1961) y "L'Eclisse" (1962), algunos la consideran la última de la tetralogía de la incomunicación. "El desierto rojo" es una hipnótica cinta protagonizada por una impresionante Monica Vitti en medio de un paraje destruido por la contaminación industrial.

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Valerio Bartoleschi (hijo de Giuliana) y Monica Vitti (Giuliana) caminan al lado de la central petroquímica. Hay que observar la desaparición de los colores del entorno. Solo son visibles el abrigo verde de ella y el amarillo ocre del niño. Los colores son tratados en función de estados de ánimo de la protagonista. La naturaleza queda despojada de color

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Ugo (Carlo Chinoetti), el marido de Giuliana, que no parece interesarse mucho por ella

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Ugo (Carlo Chinoetti), Giuliana (Monica Vitti) y Corrado (Richard Harris)

 Giuliana (Monica Vitti) es la esposa de Ugo (Carlo Chionetti), un ingeniero que trabaja en una planta petroquímica. Éste recibe la visita de un amigo, Corrado Zeller (Richard Harris), que busca trabajadores para un proyecto en la Patagonia. Cuando Corrado conoce a Giuliana se siente atraído por ella. Toda la película es una sucesión de escenas de escaso hilo narrativo en las que Giuliana pide auxilio, demanda protección, porque tras un accidente de automóvil sufrió un fuerte shock mental que la tuvo internada en una clínica. Sufre alucinaciones y estados de ausencia. Apenas puede comunicarse con las personas que la rodean. Está sola en un mundo deshumanizado por la acción tecnoindustrial humana.

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti)

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti)

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Corrado (Richard Harris) y Giuliana (Monica Vitti)

 Giuliana pasea con su hijo por los parajes destruidos por la contaminación -tierras, aguas, cielos-, se encuentra con Corrado, o intenta escapar en un barco mercante extranjero. Una mujer, o una conciencia desgarrada, que contempla el mundo como algo lejano y ajeno. Lo más llamativo de esta película de Antonioni es el tratamiento del color. Un color manipulado que ya observamos nada más empezar en el abrigo verde de Giuliana. Las afueras industriales de Ravenna, en la Emilia-Romagna, pobladas de industrias contaminantes y ruidosas, son las antagonistas de Giuliana. El uso del color en las tuberías de la central petrolífera contrasta con la falta de matices y de viveza en la naturaleza muerta que rodea esas instalaciones. La parábola ecológica podría ser una lectura del "Desierto Rojo". Y, junto al color artificial de la producción capitalista, el ruido estridente, permanente, que durante toda la película acompaña a los personajes: fábricas, barcos, sirenas. Que el film se inicie con una huelga de obreros, mientras vemos caminar con su abrigo verde a Giuliana acompañada de su hijo, nos sitúa en el plano de la alienación y la lucha de clases. Tanto Ugo como Corrado son "cuadros intermedios" -desclasados- entre los trabajadores manuales y los dueños de las fábricas. 

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) y Corrado (Richard Harris) contemplan las aguas putrefactas de una tierra yerma abrasada por el progreso industrial

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) ante la naturaleza muerta

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Max (Aldo Grotti), Emilia (Rita Renoir), Linda (Xenia Valderi) Ugo (Carlo Chinoetti) y Giuliana (Monica Vitti) de espaldas, en este plano picado. La escena de la cabaña roja es el centro del film. Parejas difuminadas, individuos aislados, incomunicados. La pasión que parece estallar, pero que se disipa en la niebla del muelle con un barco en el que izan la bandera amarilla de la infección

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) y Corrado (Richard Harris) en la cabaña roja

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) pensativa. Los estados de ausencia de Giuliana tienen siempre que ver con el "guardare". La mirada del mundo externo es una constante del film. La protagonista pregunta: "¿qué debo mirar?" tras comentar que no puede observar el mar demasiado tiempo porque, luego, no le interesan las cosas de la tierra. En esos diálogos brilla el talento de Tonino Guerra, que firma el guión, junto a Antonioni

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti), Corrado (Richard Harris) y Ugo (Carlo Chinoetti) en la cabaña. Corrado busca siempre a Giuliana, incluso cuando está su marido. Corrado no se pregunta "cosa devo guardare?" como ella, sino "come devo vivere?". El espectador ignora que su personaje no es un galán, sino un "nowhere man", un "Mann ohne Eigenschaften" (hombre sin atributos, como el Ulrich de la novela de Musil, un espectador de la vida) "¿Cómo debo vivir?" se pregunta, pero Giuliana no le escucha. Su atención está volcada hacia dentro. En cierta forma, la película de Antonioni es existencialista, dado que la vivencia subjetiva prevalece sobre la objetividad del mundo, que se ha convertido únicamente en reserva de materia para la producción. Por eso, por mucho que "mire" Giuliana no encuentra nada

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Max (Aldo Grotti), Giuliana (Monica Vitti), Corrado (Richard Harris) y Emilia (Rita Renoir) Giuliana está en su mundo, Max solo quiere aventuras sexuales -a pesar de que Linda, su mujer, está presente-, Corrado es el espectador permanente, y Emilia es una interesada depredadora sexual (Rita Renoir, su intérprete, fue llamada "tragédienne du strip-tease" cuando hacía strip-tease en el Crazy Horse de París) 

 La cámara muestra la desolación, los residuos, la niebla que lo invade todo en el puerto. Es el reflejo exacto del estado psíquico de la protagonista. La angustia neurótica de Giuliana está presente en sus pesadillas y en sus alucinaciones, punteadas por la música electrónica de Vittorio Gelmetti. Su casa está tan deshumanizada como el universo industrial que la rodea: un robot se mueve como un perpetuum mobile en la habitación donde duerme el niño. El rojo es el color predominante en la cinta, sobre todo en una escena clave: la cabaña de pescadores en el puerto, en la que hay una pequeña habitación pintada con un rojo chillón en la que entran los personajes, en lo que parece que va a ser una orgía. Los labios carmín de Monica Vitti se integran en el receptáculo sanguíneo hecho de tablones ya putrefactos. El rojo como metáfora del deseo -"Io voglio di fare l'amore", dice Giuliana tras comer huevos de codorniz afrodisiacos- El cuadro de Henri Matisse "La chambre rouge" (1908) y la pintura de Mark Rothko son fuentes de inspiración cromática del director de Ferrara. Antonioni, visitando el estudio de Rothko, comentó: "Tus cuadros son como mis películas, tratan sobre la nada... pero con precisión"

Henri Matisse (1869-1954): "La Chambre Rouge" (1908)
Госуда́рственный Эрмита́ж. Санкт-Петербург (Museo Estatal del Hermitage. San Petersburgo)
La estancia roja del pintor francés es una de las fuentes de inspiración cromática del largometraje italiano

Mark Rothko (1903-1970)
La película remite a esta pintura abstracta del artista norteamericano

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) en plano dorsal con fondo rojo desenfocado. En varios momentos de la película Antonioni y Carlo Di Palma difuminan el fondo que envuelve a la protagonista. Reflejo de su distorsión perceptiva y de ese "desierto" en el que habitan los personajes

 Giuliana recuerda todo el tiempo mientras habla con Corrado. El presente es extraño. Necesita huir de la realidad, como en la fábula que cuenta a su hijo -ecos de "Las mil y una noches"- donde la naturaleza recupera su pureza y sus colores, acompañadas del canto de la soprano Cecilia Fusco que interpreta la música compuesta por su padre, Giovanni Fusco. Antonioni escribe sobre la escena en "Fare un film è per me vivere" (Para mí hacer una película es vivir):

"La madre
 ha de contarle una historia al hijo, pero él ya conoce todas las que ella sabe. Por lo tanto, ha de inventar una. Considerando la psicología de Giuliana, me parece natural que para ella esa historia se convierta -inconscientemente- en una evasión de la realidad que la rodea, una fuga hacia un mundo en el que los colores son los de la naturaleza. El mar es azul, la arena rosa. Incluso las rocas asumen una forma humana, la abrazan y cantan dulcemente"

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
El cuento de la isla rosa

 Giuliana emerge, desde su desorden mental, como el único personaje humano y humanizado del film. En una sociedad de producción y consumo capitalista, en la que individuos como Ugo o Corrado son meros agentes de la eficacia económica, la mujer explora la sensibilidad perdida por los varones, y entronca con Lidia (Jeanne Moreau) en "La notte", Vittoria (Monica Vitti) en "L'eclisse" o Anna (Lea Massari) en "L'avventura". La mujer, autónoma, que tiene que "guardare, sentire, comprendere ed agire". Giuliana mira -con angustia pregunta "Cosa devo guardare?" ante la ventana que da al mar-, siente, comprende y actúa, aunque lo haga desde un mundo propio roto. Ese "progreso" técnico al que parecen adaptarse el resto de personajes -incluso su hijo- introduce un desajuste moral en la protagonista: ella persigue, tantea, un "regreso" afectivo-moral, por eso se llevaría con ella a todas las personas que ama, mientras que Corrado, un hombre sin casa, viaja con una maleta medio vacía. 

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) y el ingenio mecánico que construye la Universidad para estudiar las estrellas

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) en la habitación del hotel de Corrado sufre alucinaciones. ¿Cuál es su enfermedad? ¿Depresión psicótica? Si fuera así serían congruentes sus ideas delirantes (delusions) -realzadas por la música electrónica de Gelmetti-: esa "paura delle strade, delle fabbriche, dei colori, della gente, de tutto" que confiesa a Corrado. El desencadenante del accidente de auto parece ser una cortina de humo que oculta una tentativa de suicidio

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Giuliana (Monica Vitti) mira el humo venenoso de las fábricas

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Valerio Bartoleschi (hijo de Giuliana) y Monica Vitti (Giuliana) La tierra, el agua y el cielo "mancillados" por la contaminación industrial. El fondo cobra una importancia trascendente. Giuliana es la forma inacabada que destaca sobre ese fondo manchado y estridente. Lo humano no puede perfilarse sobre ese fondo muerto. "C'è qualcosa di terribile nella realtà, e io non so cosa sia. E nessuno me lo dice" (Hay algo terrible en la realidad, y no sé lo que es, y nadie me lo dice) dice Giuliana

 "Il deserto rosso" es una obra maestra en la que el tratamiento del color -espléndida fotografía de Carlo Di Palma-, la dialéctica exterioridad industrial - interioridad moral, la denuncia de la "razón instrumental" tecno-científica que ha destruido el planeta y la identidad afectivo-moral de una mujer se concilian bajo la presencia magnética de la gran Monica Vitti en un gran fresco poético-visual

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Poster

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Poster

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Poster

Il deserto rosso
Paese di produzione: Italia, Francia
Anno: 1964
Durata: 120 min
Genere: drammatico
Regia: Michelangelo Antonioni
Soggetto: Michelangelo Antonioni, Tonino Guerra
Sceneggiatura: Michelangelo Antonioni, Tonino Guerra
Produttore: Tonino Cervi, Angelo Rizzoli (co-produttore)
Casa di produzione Film Duemila (Roma) / Francoriz Production (Parigi)
Distribuzione in italiano: Cineriz
Fotografia: Carlo Di Palma
Montaggio: Eraldo Da Roma
Effetti speciali: Franco Freda
Musiche: Giovanni Fusco, Cecilia Fusco, Carlo Savina (edizioni musicali C.A.M.), Vittorio Gelmetti (musica elettronica)
Scenografia: Piero Poletto
Costumi: Gitt Magrini

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Rodaje. Director a la izquierda

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
El director y Monica Vitti en una calle empedrada de Ravenna

"Il deserto rosso" (1964). Michelangelo Antonioni
Antonioni y Vitti en set de rodaje. En esta fotografía Monica Vitti se refleja en un espejo

Interpreti
Monica Vitti: Giuliana
Richard Harris: Corrado Zeller
Carlo Chionetti: Ugo
Xenia Valderi: Linda
Rita Renoir: Emilia, Milly
Aldo Grotti: Max
Lili Rheims: Telescope operator's wife
Valerio Bartoleschi: Giuliana's son
Emanuela Pala Carboni: Girl in fable
Bruno Borghi
Giuseppe Conti
Giulio Cotignoli
Giovanni Lolli
Hiram Mino Madonia
Giuliano Missirini: Radio telescope operator
Arturo Parmiani
Carla Ravasi
Ivo Scherpiani
Bruno Scipioni



9 comentarios:

Unknown dijo...

La vi hace años. Me gustó mucho. El color, los diálogos y ella, la Vitti. Cómo está

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Película hipnótica, cromática en distorsión perceptiva de la protagonista, que padece algo así como depresión psicótica. Fabulosa fotografía, música y sublime Monica Vitti. Richard Harris está inexpresivo, pero encaja en el papel. La contaminación es protagonista cuando en esos años nadie se preocupaba por esos temas. Arte con mayúsculas

Unknown dijo...

Grande Antonioni. Maestro

Claudia Constanza. Pinzón Romero dijo...

Aunque no he visto la película, la reseña de la historia, la fotografía, los diálogos que resaltas, las percepciones que tienes y la bella descripción que haces de los personajes y sus emociones, me hizo sentir que ya la he visto.
Excelente la presentación que haces de la cinta. Gracias

Carlos Bermúdez. dijo...

En esta ocasión, Francisco ha decidido ponerse frente a una obra de arte para la cual no existe el acercamiento superficial, pues en su integralidad, merece "la contemplación", ese esfuerzo sensitivo y cognitivo que a la larga nos lleva a ese placer de que hablaba Barthes. Decodificar los colores, parlamentos, música, fotografía, silencios, sonidos, es una aventura que pocos pueden o quieren llevar adelante. No todo producto artístico lo merece sino solo aquellos que fueron hechos con la amplitud de posibilidades que da el arte y la cultura en general. Son poco los títulos de películas que se adaptan de manera que no anuncian/enuncian/programan la lectura de la obra; en el Desserto rosso, la metáfora se va delineando, con angustia eso sí, a través de las imágenes. Felicito al profesor Huertas por este magnífico artículo sobre un clásico que todo cinéfilo guarda en la retina. Maese Pedro

Estrella dijo...

No he visto esta película. La buscaré, porque siempre con tus precisas descripciones despiertas las ganas de ver la películas que tan minuciosamente estudias. La última que vi de Antonioni fue "Blow-up", que tiene un toque especial.
Ésta tiene otra temática, creo que me gustará más por eso que dices del interior de la mente del personaje de Mónica Vitti. Lo del paisaje que describes industrial me ha recordado mucho a la película soviética que me recomendaste hace nada. Una de las imágenes que salen mucho son chimeneas con humo y ciudades despersonalizadas. Aunque ésta comentas que la ecología está presente.
Por cierto, el vídeo me sale que no está disponible y no lo he podido disfrutar. Buen trabajo y difusión de cine distinto.

Roda Ballo dijo...

Michelangelo Antonioni

Roda Ballo dijo...

Michelangelo Antonioni es uno de mis directores preferidos, la tetralogía es impresionante pero también Blow-Up, Le amiche, Zabriskie Point, El grito o Crónica de un amor. Deserto rosso, El eclipse, La Aventura y La Noche son excepcionales.

MARCELO dijo...

Il deserto rosso
Notable Francisco, que salpicadura de diálogos e imágenes. Desierto rojo, desierto querible y abnegado de relaciones humanas trastocadas, por filtros de colores. Sudor a soledad, ciencia de lo nuevo con aroma a mármol, el puerto sin marineros, la mar sin buques pesados y los labios de Mónica que despiertan la posesa inspiración de imágenes salidas de la locura.
Los labios que mutan en risos rubios, de noche y vino, de seda y broches de niño.
Verlo todo a medias, verlo todo en rojo, verlo sin tocarlo, sentirlo caliente, y ella que se va en pensamientos unidos a la soledad, tan cristiana como puede ser una mesa armada con lágrimas, tan romana como una higuera donde estos caen rojos, podridos, rojos, sin semillas, rojos, rojos, rojos…

Marcelo López