viernes, 9 de abril de 2021

¿Quién recordaros puede sin suspiros?. El tiempo ido. Memorias familiares (1). Francisco Huertas Hernández. "Chi rimembrar vi può senza sospiri, / o primo entrar di giovinezza"

¿Quién recordaros puede sin suspiros?
("Chi rimembrar vi può senza sospiri, / o primo entrar di giovinezza")
El tiempo ido
Memorias familiares (1). Francisco Huertas Hernández


Tren SNCF Paris-Madrid. 1963
Mi madre (María Elena), mi abuela (Piedad) subida al tren de regreso a España, mi padre (Juan)
Mi abuela materna, Piedad Cela Gómez (Vega de Valcarce 1904 - Cartagena 1989), era maestra, y viajaba a ver a mis padres -a su hija y su yerno- a París, donde mi padre llegó a ser "cadre" de la factoría (usine) de Bobigny, de la empresa electrónica holandesa Philips. Mi madre duda si en esta foto está embarazada de mí (año 1963, yo nací el 12 de noviembre) o no (entonces podría ser entre 1964 y 1965)
Mi infancia en París es tan mítica como anhelada, porque el mito es siempre anhelo del Paraíso Perdido, y no hay más Paraíso que la infancia, incluso de aquellos niños que no fueron felices en su infancia, porque no fueron queridos o recibieron violencia. La infancia es el comenzar de la vida, y si ésta en algo es estimada, es en su inicio cuando despunta el día del vivir, esa aurora que todos buscan, cuando la luz prometía visiones futuras que nunca llegaron

"Chi rimembrar vi può senza sospiri,
o primo entrar di giovinezza, o giorni
vezzosi, inenarrabili..."

(¿Quién recordaros puede sin suspiros,
oh entrar de juventud, oh días
hechiceros, inenarrables...)

Giacomo Leopardi: "Canti". XXII. "Le ricordanze" (Los recuerdos)

 Con unos versos de Giacomo Leopardi (1798-1837), de los "Canti", el XXII"Le ricordanze" (Los recuerdos), inicio estos recuerdos dispersos, como todos los recuerdos, pues el "hilo" de la memoria no es más que el humo de nuestra esperanza disolviéndose en el olvido de lo que quisimos ser, de lo que nos contaron y lo que, finalmente, contamos a quienes nos escuchan.

La prima asturiana de mi madre (Conchita), mi abuela (Piedad) y mi madre (María Elena)
Conchita vino a la boda de mi madre. Fue la madrina. Era hija de mi tío Eliseo, ferroviario en Sama de Langreo
Terraza de la Escuela. El Garbanzal

 Hoy -un lluvioso viernes 9 de abril de 2021-, mientras desayunaba mi madre contaba algunos recuerdos de su infancia: 
 Un día, que llegando la comunión, fue andando a una aldea vecina a que una mujer le hiciera los agujeros en las orejas para poder colgar los pendientes preceptivos en tan sonada hora. Pues recuerda mi madre que con una aguja y un hilo traspasó sus lóbulos aquella mujer bondadosa sin apenas daño, que le dio de comer de la "matanza" (cerdos sacrificados en casa), pan con "blanco" (morcilla blanca sin sangre, con canela, típica de Valencia y Murcia). Y que, años después, esa misma "hilandera" auricular, tuvo una triste y absurda muerte, al caer en una curva de una motocicleta Ossa en la que viajaba con su hijo. 

 Era una época de mucho caminar, frío y penurias, pero era la infancia. Rememora mi madre aquellos juegos de niños, en los terraplenes, a la "gallina ciega" (con los ojos tapados había que atrapar a los otros chiquillos escondidos), y como cayó uno de ellos por la pendiente, y la madre del niño que vino y le dio unos buenos "cachetes" (bofetadas) para despertarlo -medio inconsciente de la caída-, o por caerse, porque antes los padres pegaban a los hijos por hacerse daño en lugar de consolarlos y mimarlos, como si el jugar desafiase la obediencia que era requerimiento de orden y sumisión de los "irresponsables" críos a los "severos" padres educados en la dureza de los afectos y las costumbres. También el padre de este niño accidentado tuvo trágica muerte: asesinado por unos ladrones que entraron a robar en casa y le apuñalaron.
 Noticias que salían en el periódico "El Caso" -el más leído desde 1952 en un país atrasado donde lo truculento tanto atraía a las gentes de vida aburrida- aunque esto debió ocurrir antes, en los años 40, de la dura posguerra, de la cartilla del "racionamiento" alimentario.

El Caso
Semanario de sucesos

Cartilla individual de racionamiento. Serie A
España. 1948
Con sus sellos correspondientes
"Una vez finalizada la Guerra Civil española, durante el periodo de la posguerra que estuvo marcado por la escasez, una orden ministerial de 14 de mayo de 1939, estableció el régimen de racionamiento en España para los productos básicos alimenticios y de primera necesidad. El racionamiento no alcanzaba a cubrir las necesidades alimenticias básicas de la población, por lo que vivieron años de hambre y miseria. La degradación del nivel de vida en la década de los 40 fue tal, que asegurarse la subsistencia se convirtió en una auténtica lucha diaria. Se establecieron dos cartillas de racionamiento, una para la carne y otra para el resto de productos alimenticios. Se dividió a la población en varios grupos: hombres adultos, mujeres adultas (ración del 80% del hombre adulto), niños y niñas hasta catorce años (ración del 60% del hombre adulto) y hombres y mujeres de más de sesenta años (ración del 80% del hombre adulto). La asignación de cupos podía ser diferente también en función del tipo de trabajo del cabeza de familia. Inicialmente las cartillas de racionamiento eran familiares, que fueron sustituidas, en 1943 por cartillas individuales, que permitían un control más exhaustivo de la población. En mayo de 1943 (BOE de 15 de abril de 1943), al mes de la entrada en vigor de la cartilla individual, el número de racionados en España era de 27.071.978 personas. ​La distribución de alimentos racionados se caracterizó por la mala calidad de los productos y puso de manifiesto corrupción generalizada y el mercado negro. El racionamiento perduró oficialmente hasta mayo de 1952, fecha en que desapareció para los productos alimenticios"


"Por el valle de las sombras" (1944). Cecil B. DeMille
Programa de mano
"Cine Moderno. La Unión.
Domingo 19 de febrero de 1950 a las 5 de la tarde.
Monumental estreno de la maravillosa película en tecnicolor
"Por el valle de las sombras"
Tolerada para menores
Tipografía Baeza. La Unión. 250"
Colección de María Elena Hernández Cela

El domingo 19 de febrero de 1950 se presentó en el Cine "Moderno" de La Unión el "monumental estreno de la maravillosa película en tecnicolor" "Por el valle de las sombras" ("The Story of Dr. Wassell") (1944), de Cecil B. DeMille. Este film estaba protagonizado por el mítico Gary Cooper, junto a actores poco conocidos.
¡Seis años de retraso en llegar a las pantallas de la localidad minera de la Sierra de Cartagena! Observando este programa vemos que no hubo sesión doble. También que esta cinta de la Paramount era distribuida por Mercurio Films S. A., que fue una empresa española dirigida por Antonio Guerrero, que distribuyó largometrajes como "The Searchers" ("Centauros del desierto") de John Ford, o "The Trap" ("La Trampa"), película anglocanadiense con los majestuosos escenarios de los bosques americanos, dirigida por Sidney Hayers.

El cine fue el "refugio" del pueblo en los años 40 y 50. No había muchas posibilidades de diversión. O cine o baile en los pueblos, más fútbol o toros en las ciudades más grandes

 "No sé" (nie wiem). Es la frase lacónica de la poeta Wisława Szymborska (1923-2012), con la que se gana el mundo. La memoria no dice "no sé", porque la memoria es la única que sabe. El no-saber es para los indecisos (de la voluntad), para los escépticos (del entendimiento), para los pesimistas (de la voluntad y el entendimiento), para los espectadores de su propia vida. Alguien muy querido me ha dicho tantas veces "No sé" que ahora yo tampoco sé si la vida es vida, o si la felicidad es recuerdo o esperanza vana. La memoria del poeta suspira por lo que fue, pero nunca nadie sabe lo que fue sino lo que recuerda (con dolor o con nostalgia, que es una forma de dolor estético). Estos recuerdos de mi madre pasados por mis palabras y mis recuerdos de sus recuerdos son saber evanescente, pero saber. El hombre solo camina mientras recuerda quien es. Uno de los problemas de nuestro tiempo es no saber ya quienes fuimos, porque recordar está mal visto. ¿Para qué recordar las vilezas, las villanías de los que fueron verdugos, o las penas de los que fueron víctimas? ¿Para qué recordar nombres cuando podemos jugar online en clase? ¿Para qué leer nuestra historia si ya no hay historia?

3 comentarios:

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

No sé. Es la frase lacónica de la poeta Wislawa Szymborska, con la que se gana el mundo. La memoria no dice "no sé", porque la memoria es la única que sabe. El no-saber es para los indecisos (de la voluntad), para los escépticos (del entendimiento), para los pesimistas (de la voluntad y el entendimiento), para los espectadores de su propia vida. Alguien muy querido me ha dicho tantas veces "No sé" que ahora yo tampoco sé si la vida es vida, o si la felicidad es recuerdo o esperanza vana. La memoria del poeta suspira por lo que fue, pero nunca nadie sabe lo que fue sino lo que recuerda (con dolor o con nostalgia, que es una forma de dolor estético). Estos recuerdos de mi madre pasados por mis palabras y mis recuerdos de sus recuerdos son saber evanescente, pero saber. El hombre solo camina mientras recuerda quien es. Uno de los problemas de nuestro tiempo es no saber ya quienes fuimos, porque recordar está mal visto. ¿Para qué recordar las vilezas, las villanías de los que fueron verdugos, o las penas de los que fueron víctimas? ¿Para qué recordar nombres cuando podemos jugar online en clase? ¿Para qué leer nuestra historia si ya no hay historia?

Anónimo dijo...

Me encantaron los recuerdos de infancia de tu madre,a través tuyo.Se pueden "ver" las imágenes,como si se leyera un libro.Miriam.

Unknown dijo...

Hablando de El Caso y de Francia dos cosas que mencionas. Es curioso en España un género de programa televisivo que funciona es todo lo relacionado con los famosos y sus vidas "La presse du coeur" en Francia no se da tanto,aunque si hay revistas de famosos... sin embargo los programas que relatan asesinatos, desapariciones y demás, ocupan una gran parte del medio televisivo y los franceses tienen cierto enganche, mucho más que a los famosos "los people" Me parece curioso..
Muy bonito tu comentario y muy entrañables las fotos familiares, ah! y enhorabuena a tu padre, en aquella época, un español que llega a ser cadre, no es poco, seguro que era listo..