sábado, 2 de agosto de 2025

A. S. Pushkin: "La hija del capitán" (Капитанская дочка) (1836). Una crónica histórica de las revueltas cosacas o cuando un ruso inventó el western. Francisco Huertas Hernández

A. S. Pushkin: "La hija del capitán" (Капитанская дочка) (1836). Una crónica histórica de las revueltas cosacas o cuando un ruso inventó el western.
 Francisco Huertas Hernández

Александр Сергеевич Пушкин: "Капитанская дочка"
Классная классика.
Махаон. 2018


 La novela "La hija del capitán" (Капитанская дочка) (Kapitánskaya dochka) escrita por Aleksandr Sergueyevich Pushkin (1799-1837) y publicada en 1836 en la revista Sovremennik (Современник) es una novela histórica que toma el modelo de Walter Scott introducido en Rusia por Mijail N. Zagoskin a principios de la década de 1830. El genio mozartiano de Pushkin mantiene la progresión narrativa de las aventuras heroicas con referentes históricos pero las supera con la limpieza y perfección de la escritura, la transparencia del relato lineal, la creación de personajes de una humanidad sin par en breves líneas, reduciendo las descripciones casi totalmente. 

 El argumento se centra en la inexplicable amistad entre un oficial del ejército de la emperatriz Catalina, de apenas diecisiete años, Pyotr Andreyevich Griniov, al que su padre manda sin contemplaciones a un fuerte en Oremburg, y el líder de la revuelta cosaca, Yemelyan Pugachov que asalta la fortaleza que defiende el joven y ahorca al capitán y su ayudante, decapitando también a la esposa de aquél. Durante el tiempo que pasó en la fortaleza Belogórskaya, a cuarenta verstas de Oremburg, Griniov se enamoró de la hija del capitán, la sensible María Ivánovna Mironova, tuvo un duelo con el siniestro oficial Shvabrin, pretendiente rechazado por María, del cual quedó malherido, y gozó de la tranquilidad, descrita con humor afilado por Pushkin, de la vida militar anquilosada en un rincón apartado del mundo.

 La novela histórica es un género que adolece de artificiosidad al tener que fusionar personajes históricos y ficticios, pero la mano maestra del poeta de Moscú se documentó sobre la revuelta de Pugachov entre 1773 y 1775, quien se autoproclamó Pedro III tras sus éxitos iniciales, proclamando el fin de la servidumbre. La revuelta campesina fue aplastada a finales de 1774 por el General Michelsohn en Tsaritsyn. Pugachov fue capturado y ejecutado en Moscú en enero de 1775. Amaya Lacasa considera que Pushkin "por primera vez en Rusia, trata como a un ser humano, no como al monstruo de la historia oficial" a Pugachov, en esta crónica de la vida cotidiana. 

 La técnica del paralelismo sitúa a dos héroes enemigos, pero no antagónicos en lo personal. La lealtad militar del oficial Griniov a su patria y emperatriz choca con el amor a María, en poder de los sublevados. Pushkin contó con el beneplácito del zar Nicolas I para investigar asuntos históricos en los archivos estatales, y se desplazó a Oremburg y habló con personas que vivieron los acontecimientos que pensaba recrear. 

 La recepción de la novela fue entusiasta. Nikolai Gogol dijo: "Sin duda, la mejor obra rusa del género narrativo. Comparadas con "La hija del capitán", todas nuestras novelas e historias parecen una papilla empalagosa... Por primera vez aparecieron personajes auténticamente rusos: un simple comandante de la fortaleza, la esposa del capitán, un teniente; la fortaleza misma con su único cañón, la confusión de la época y la humilde grandeza de la gente sencilla" (Решительно лучшее русское произведенье в повествовательном роде. Сравнительно с «Капитанской дочкой» все наши романы и повести кажутся приторной размазней... В первый раз выступили истинно русские характеры: простой комендант крепости, капитанша, поручик; сама крепость с единственной пушкой, бестолковщина времени и простое величие простых людей).

 Fyodor Dostoyevski destacó la verosimilitud y realismo de la narración, y si Pushkin no hubiera firmado el relato, "uno podría pensar que en realidad fue escrito por algún anciano, testigo presencial y héroe de los acontecimientos descritos, tan ingenua y sencilla es la historia" (Не подпишись Пушкин под повестью — «и действительно можно подумать, что это в самом деле написал какой-то старинный человек, бывший очевидцем и героем описанных событий, до того рассказ наивен и безыскусствен»)

 Es inútil acudir a la opinión de cínicos escritores europeos, como James Joyce, quien despreció completamente "La hija del capitán" por su simplicidad e infantilismo, ya que son un reflejo de una rusofobia imposible de ocultar. Lo que ignoraba Joyce es que la novela de Aleksandr Pushkin sentaba las bases de la estructura y psicología del western: el choque entre la civilización y el desorden en una frontera aislada, con un héroe (forastero) que navega por zonas moralmente ambiguas y escenarios hostiles, la dama en peligro que debe ser rescatada, y, ante todo, el viaje (aunque en direcciones opuestas: oeste en América, este en Rusia) hacia un nuevo mundo, siempre en conflicto. Pushkin, a diferencia de la mayor parte del western, no es maniqueo. Humaniza a Pugachov, denuncia la tortura por parte del ejército imperial, y satiriza a esa banda de viejos lisiados que componen la guarnición de la fortaleza.

 "Kapitanskaya dochka" es el antídoto a los excesos de la inteligencia desencantada de un mundo post-todo, en el que la religión, la Ilustración, la ciencia, el Romanticismo, las vanguardias, la revolución, el hedonismo, la liberacion sexual, el nihilismo, el arte y la belleza, están gastados. La claridad pushkiniana no es simplicidad, y esta novela histórica no es un cuento de hadas -como dice estúpidamente Joyce-. El arte de contar historias prevalece sobre las estructuras metatextuales que convierten la literatura en un juego para académicos. Incluso podríamos admitir en "La hija del capitán" una atmósfera oriental de cuento folclórico, elemento fundante de toda literatura, y, en especial, de la riquísima literatura rusa, porque cuando el mito, la historia y la palabra se unen ahí amanece el arte.

Francisco Huertas Hernández
2 de agosto de 2025