jueves, 3 de julio de 2014

UN BALCÓN REAL. PACO HUESCA GARCÍA. Alicante


UN BALCÓN REAL



PACO HUESCA GARCÍA

Programador y empresario cinematográfico

Alicante (Espagne)









 Hubo un balcón que se abría a la plaza del Carmen. Desde allí se veía el castillo de Santa Bárbara

en todo su esplendor, con esa claridad mediterránea y ese cielo azul tan alicantino.Y en ese balcón pasaron muchas cosas que forman parte de una historia casi desconocida. No aparecieron nunca en ninguna crónica social del momento. Fue algo mas auténtico que todo eso. Era de carne y hueso.


 Tuvo sus personajes puntuales en el paisaje a través del tiempo. Ese paisaje de un casco antiguo nunca muy valorado y bastante denostado. El pintor Perézgil
pintó un cuadro con el castillo de fondo y la plaza del Carmen como leit motiv mientras el cineasta alicantino Domingo Rodes
le rodaba un documental. Ese cuadro, arreglado posteriormente, sirvió para el cartel de Carnavales que los comerciantes realizamos un año. El pregón carnavalero en plena transición democrática se pronunció desde ese balcón.

 Los miércoles santos los cantaores lanzaban sus saetas al viento al paso impresionante de los tronos de la procesión de Santa Cruz. Y cuando hubo foguera, era el sitio idóneo para disfrutar de la "cremá" y posterior "banyà" de Carmen-San Agustín-Santa Cruz.



 Pero aquel balcón tuvo sus especiales inquilinos e invitados. Y los tuvo para poder contemplar la bajada de los cuatro pasos de la procesión del miércoles santo alicantino.


 Era muy pedido, deseado por su situación estratégica. Y el coste, como se puede suponer, fue siempre cero. Faltaría más. Políticos alicantinos, más de izquierdas que de derechas, porque fue así. El mundo de los cómicos tuvo muchos representantes: Esperanza Roy,
Victoria Abril,
Carmen Maura,
Aitana Sánchez-Gijón,
Eusebio Poncela,
Cecilia Roth,
Guillermo Marín...



 Recuerdo como una gran dama teatral, una Berta Riaza
impresionada, comentaba no saber de esto en Alicante. Me cogía del brazo fuertemente con lágrimas en sus ojos. La mayoría del CDN (Centro Dramático Nacional), a la sazón, en la ciudad con un Shakespeare ("El mercader de Venecia") y Toni Cantó al frente fueron testigos del espectáculo del Descendimiento alicantino.

 Periodistas, intelectuales y escritores como José Luis Sampedro,
y su, siempre cercano y prodigioso, verbo para todo.


 La, por entonces, Jefa de prensa de Casa Real y siempre amiga Asunción (Chonín) Valdés.
Un recuerdo especial para la, por entonces, Secretaria personal de la reina Sofía, persona encantadora, dicho sea de paso, que no paró de sentirse maravillada del espectáculo. Así como la infanta Margarita, clienta en sus frecuentes venidas a la ciudad.

 Y estas personas serían el detonante -supongo- para que unos años después, con mucho secretismo, programado durante tiempo por razones de seguridad y tras posterior pacto de silencio, una persona, fundamental para los españoles en un futuro inmediato, fue testigo de excepción de la procesión desde ese balcón aunque un poco retranqueado. Algo difícil de olvidar.


 Un real balcón, un balcón real, en pleno casco antiguo con mucha historia para contar y recordar.




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