lunes, 4 de agosto de 2014

María Asquerino. Paco Huesca García. Alicante


María Asquerino, Maruja, Mariona 

Paco Huesca García
Programador, cinéfilo, empresario cinematográfico y promotor cultural
Alicante (España)



María Asquerino (María Urdiaín Muro) (1925-2013)
Fotografía tomada en 1965


 No soy el que mejor puede hablar de esa gran dama del cine y el teatro que se nos ha ido sola, quizás demasiado sola, como tantas otras.
 Luis de Castro, gran amigo (y ex amigo), como suele decir, produjo y adaptó la obra "Las damas del jueves", además de mantener un gran relación personal. A mí me tocó también conocerla y acompañarla durante unos años en los que Luis se encontraba fuera de Alicante. Y era una mujer de raza, temperamental, independiente, autoritaria y moderna, y de la que nunca olvidaré, profesión aparte, nuestras salidas nocturnas en Alicante.
 Quiero incidir en su gran personalidad, su labor en el cine sobre todo, y teatro, y su soledad posterior.


María Asquerino
Imagen "pop" 

 Hija de actores, Mariano Asquerino y Eloisa Muro. Debuta a los 13 años en San Sebastián con la compañía de sus padres.


María Asquerino jovencísima
Foto de estudio

Fue en 1941 cuando debuta en el cine con Juan de Orduña en "Porque te ví llorar".


Luego vendrían las películas de la época de Cifesa: "Reina Santa",
"Pequeñeces",
"Don Quijote de la Mancha",
"Agustina de Aragón",
pero sobre todo, "Surcos" de José Antonio Nieves Conde,
donde sentó cátedra con el papel de Pili,
un clásico del cine español dentro del más puro neorrealismo italiano.

 Le seguirían "Tarde de toros",
"La vida en un bloc",
"El juego de la verdad",
"Las gatas tienen frío",
"Goya, historia de una soledad",
"La tonta del bote" ...


 María Asquerino por su registro en el cine interpretó personajes de mujeres fuertes, temperamentales, e, incluso, en algunos casos, impregnadas de cierto lesbianismo, que la censura franquista intentaba dejar vislumbrar. Éstos son las casos de "Las melancólicas"

o "Nadie oyó gritar" de Eloy de la Iglesia,
una de las cintas más cortadas en el franquismo que agonizaba.

 Podía haber estado entre Shirley McLaine y Bette Davis. Creo que se decantó por ésta última,  hasta que dijo basta ya.
 La dama del teatro se cansó que le dieran papelillos, como apuntó. Y Maruja dejó paso a María con otros directores, otra época.
 "Separación matrimonial",
"La Raulito en libertad",
"De cuerpo presente"
o el último film de Luis Buñuel, "Ese oscuro objeto del deseo",
que se presentó en la gala de clausura del Festival de San Sebastián con un teatro Victoria Eugenia puesto en pie.

 Fernando Fernán-Gómez, del que dijo en sus "Memorias"
fue su gran amor y se arrepintió de no haber tenido un hijo con él,
la dirigió en "El mar y el tiempo"
por el que consiguió un Goya, "Mambrú se fue a la guerra"
y "Fuera de juego".


  Agustín Díaz Yanes, Alex de la Iglesia y Garci la recuperaron para el cine en los 90 con "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" ,
"La comunidad"
y "Tiovivo c. 1950".



 Yo la recuerdo en una película de Eloy de la Iglesia, "Nadie oyó gritar", donde, junto a Vicente Parra, hacía uno de los primeros papeles lésbicos con permiso de la madame censura de los tiempos franquistas.

 En Alicante, Mariona tenía amigos y gustaba de la noche alicantina. Como un lunes con una ciudad desierta no cejamos hasta poder encontrar un local abierto... O cuando la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo le entregamos en Anfiteatro el premio "Musa del Barrio" por el vicepresidente y servidor, tirándole en público los tejos al joven vicepresidente de una manera muy a lo Asquerino. O moderar una mesa redonda en los tiempos del Aula de Cultura de Carlos Mateo en donde María habló con pasión de sus padres.



María Asquerino con Carolina Cerezuela y José Sacristán. Alicante

 Madrid y sus noches fueron escritas en el Café Gijón, Oliver o Bocaccio. Llegaron a ser famosas esas tertulias junto a Balbín, Valladares, Mónica Randall (Aurorita para los amigos) y tantos otros. Contaba su particular noche de bodas en Alicante y se lamentaba de su matrimonio.


María Asquerino

María Asquerino y Pedro Laín Entralgo en una cena. Año 1979.
Revista "Blanco y Negro" propiedad de Francisco Huertas Hernández

 Sólo quisiera recordar en teatro dos obras de las muchas en las que participó: "El sueño de la razón" de Buero Vallejo, con Goya como telón de fondo, y el pre-estreno en Madrid en el teatro Eslava, al que asistí,  de "Anillos para una dama" de Antonio Gala, al que su personaje de Jimena estaría ya unido para siempre.




 Gala intentó hacer un paralelismo entre aquella España, sin el Cid, ya muerto, y el franquismo que moría lentamente. Con un vestuario impecable de Elio Berhayer y compartiendo cartel con Pepe Bódalo en el papel de Alfonso VI.
 Tras la muerte de Franco, el trozo de raso que lucía en el pecho se lo quitó la temperamental actríz.

María Asquerino desnuda en la década de la transición y el destape 
Revista

María Asquerino desnuda en la década de la transición y el destape 
Revista

María Asquerino posando desnuda en los primeros años 80 para una conocida revista española

  La soledad, como a tantos actores y actrices de nuestro cine y teatro, fue su compañera, su enemiga, en la recta final. Sólo los amigos, pero también iban desapareciendo. Esa voz bronca, tan característica, tan fuerte, se ha apagado.


María Asquerino

 La Asquerino ha muerto. Era grande. Ella dijo que a su muerte le gustaría estar en el escenario del Teatro Español, el último al que se subió. No sé si ese deseo será cumplido. La tarde de su muerte su cuerpo no lo demandaba nadie ¡Cuánta tristeza!


María Asquerino
Foto de 1968

 Toda una vida de cine y teatro. Y la mayor de las soledades. Ya sabemos del bluf de la Casa del actor.
 No es el primer caso. Ahí están Queta Claver que murió en un geriátrico en el olvido; Alfonso del Real que quería ser enterrado en Madrid y no hubo dinero para su traslado desde Palma de Mallorca; Gracita Morales enferma durante años después de ayudar a su hermana hasta su muerte...
 Trabajadores incansables que no tuvieron derecho a un entierro digno. Como una tragedia griega.

P.D: A media tarde del jueves después de la muerte de María me entero que al final estará en el escenario del Teatro Español, como ella quería. Y yo, me alegro, y, desde aquí, le doy mi último aplauso para esa despedida, para una dama.


María Asquerino



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