martes, 21 de abril de 2020

El festín del verbo. Texto literario de Francisco Huertas Hernández


El festín del verbo
Texto literario de Francisco Huertas Hernández



"Vida perra" (1982). Javier Aguirre
Juanita Narboni (Esperanza Roy)
Esta olvidada película española es un monólogo de una mujer viuda que recuerda su vida, su soledad. Sola ante la cámara, en su intimidad y otros espacios exteriores. Basada en la novela "La vida perra de Juanita Narboni" de Ángel Vázquez es un recital interpretativo de Esperanza Roy, una actriz todoterreno que no ha sido reconocida como se merece. 
Juanita solo tiene el verbo, ese canal por donde fluye la memoria. Habla sin parar, porque si no habla, muere. En ciertos casos de intoxicación que el paciente hable y no pierda la conciencia es fundamental para salvar la vida. Nuestra vida es un discurso, un largo discurso de amor y temor, de soliloquio y diálogo
Imagen obtenida de TVE

 Es en la infancia cuando ha de comenzar el festín, no el de la vida, sino el del lenguaje. En mi niñez yo desayunaba diccionarios. Comía palabras y cenaba gramática. Así fui creciendo, de vocablo en vocablo, sabiendo que el conocimiento es sólo cuestión de voces, de términos. Era el festín del verbo.

Papiro 75, que muestra el final del Evangelio de Lucas y el comienzo del Evangelio de Juan. Datado de 175-225
Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος, καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν, καὶ θεός ἦν ὁ λόγος (En el principio era ya el Verbo/Palabra y el Verbo/Palabra estaba en Dios, y el Verbo era Dios) (Evangelio de Juan)
El término griego λόγος es polisémico y abarca significados tales como "palabra", "habla", "razón", "pensamiento", "discurso". Su procedencia del indoeuropeo contiene el sentido de "recoger junto", así que en griego es "palabra seleccionada, meditada, razonada"

Primer folio del papiro 66, códice datado del año 200, en el que se observa la sobreinscripción del nombre del Evangelio de Juan

 Como el Evangelio según San Juan proclama en su inicio: “En el principio era ya el Verbo y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio en Dios. Por él fueron hechas todas las cosas; y sin él no se ha hecho cosa alguna de cuantas han sido hechas”.

 Porque el ser humano ora y blasfema con las palabras que hicieron el mundo. El festín del Verbo. Somos el soplo de aire de su voz.

 Amasando locuciones y dichos crecí. Aspirando a poseer el secreto de las cosas, que no es otro que la palabra que las nombra, la palabra que las crea. No me daba entera cuenta de la pertenencia de la inteligencia al diccionario, y fue ayer, cuando, descubrí, de pronto, que para entender el universo sólo era necesario el diccionario.

 El festín del verbo es el banquete que prepara al individuo para la expresión y la revelación, para la afirmación y la pregunta. Ahítos de polisemia y paronomasia nos vertemos en la vida, nos derramamos en la existencia, pertrechados de balas que matan más que el acero.

Urra. Uno de los diccionarios (glosarios) más antiguos del mundo. Es babilonio, del segundo milenio antes de Cristo. Musée du Louvre. Paris
The Urra=hubullu glossary, a major Babylonian glossary or encyclopedia from the second millennium BCE, preserved in the Louvre Museum in Paris

 No sólo desayuné diccionarios, de nombres comunes, sino enciclopedias, con sus nombres propios e individuos, mas nunca éstos pueden arrebatar su trono a los conceptos, los llamados nombres comunes, pues sólo ellos son los universales que pueblan el mundo inteligible de Platón y los versos de los grandes poetas.

 Los nombres que nombran y llaman. El bautismo de la identidad personal que nos transporta por la vida, para que nos señalen y apoden, para que nos mencionen y calumnien.

 Unir las palabras del diccionario, ésta es la aventura. La aventura de escribir, pero también la de pensar y comprender. ¿Qué cosa si no hicieron los filósofos?

Con palabras escribimos cartas y con ellas llegamos a otras mentes y corazones que traducen e interpretan nuestro sentido y nuestra caligrafía, nuestra letra.

"Letter from an Unknown Woman" (1948). Max Ophüls
Stefan Brand (Louis Jourdan)
En "Carta de una desconocida", una película del periodo norteamericano de Ophüls, un pianista recibe una carta de una mujer que no conoce. Pero son sus palabras las que la reviven en su imaginación. ¿Cómo es posible que amemos a personas que no hemos visto ni oído solo por sus tiernas palabras?

"Cyrano de Bergerac" (1990). Jean-Paul Rappeneau
La versión de Gérard Depardieu de la obra de teatro de Edmond Rostand. "Cyrano es un brillante poeta y un hábil espadachín que expresa su amor por la bella Roxane a través de Christian, el apuesto soldado a quien ella ama. Cyrano es jactancioso y fanfarrón, de genio vivo pero a la vez ingenioso e irónico, noble y orgulloso. Pero esconde una herida secreta que le atormenta: su agudo sentido del ridículo, su fealdad y su susceptibilidad le han impedido ser amado por Roxane. Sin embargo, ya que su amada ama a otro, él ayudará a su rival escribiendo en su nombre apasionadas cartas de amor" (https://www.filmin.es/pelicula/cyrano-de-bergerac-1990)
No conozco una historia de amor más triste. A Roxane le atrae el cuerpo del bello soldado Christian, pero son las cartas del contrahecho Cyrano las que despiertan el amor de la chica. El problema ontológico planteado es esencial: ¿el amor nace de la imagen o de la palabra?

 Letra, signo breve y átomo de la existencia. Carácter, que, enlazado con otros, da a luz moléculas del léxico. ¡Oh, diccionario, enciclopedia de definiciones y universo de moléculas verbales! Letra: articulación del esqueleto de las cosas, sonido del pentagrama del cosmos.

 La extrañeza de las letras saca al ser humano de su casilla natural y le eleva al podio de la civilización. De la razón, pues la razón sólo es cuestión de letras y palabras. ¿Cómo si no la ciencia ha abreviado el universo con símbolos y ecuaciones? Y es que el doble universo paralelo de las letras y los números, del lenguaje y el álgebra, pone al hombre ante el mundo como a Dios ante la creación, en disposición de nombrar, aprehender, simbolizar, poseer.

Genética: letras 
Las letras son A, C, G y T, que simbolizan las cuatro subunidades de nucleótidos de una banda ADN - adenina, citosina, guanina, timina, que son bases covalentemente ligadas a cadenas fosfóricas (Secuencia de ADN)

 Somos letras hasta en los genes. Combinaciones de letras dan lugar a las mutaciones y a la evolución. El libro de los cromosomas también está abierto para los hombres de ciencia en forma de letras y mociones, runas e ideogramas.

 Así era la infancia de los que desayunaban diccionarios, un chocolate para untarse los labios de universo y sabiduría.

Francisco Huertas Hernández 
31 de diciembre de 2002 


*****
Comentarios de nuestros lectores:

- Francisco Huertas Hernández: "Un texto de 2002 de una época en que escribía mucho. Han pasado ya muchos años.
 El lenguaje como festín. Siempre me impresionó la exactitud en el discurso de los escritores. Recuerdo vagamente a Dámaso Alonso o Antonio Buero Vallejo con su precisión semántica. Y un verso que era de Juan Ramón Jiménez (¡qué poeta perfecto!): "¡Intelijencia, dame el nombre exacto; y tuyo, y suyo, y mío, de las cosas!
 El discurso no es una yuxtaposición de nombres, ni un collar de adjetivos (cada vez detesto más los adjetivos de encomio, eso sí, gusto de los de vituperio)
 El recuerdo de que yo desayunaba diccionarios es una licencia poética. Está claro que yo tomaba Cola Cao con galletas. Pero como mis abuelos maternos eran maestros, por casa había muchos diccionarios. Y me gustaba leer palabras raras o salaces y ver las ilustraciones. También mi padre compró un Diccionario Enciclopédico Espasa, y me veo de niño rogando a mi abuela para que me regalara la gigantesca Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana que se me antojó era el culmen del saber humano. Por aquellos años de mitad de los 70 tenía ya más de 100 volúmenes. Mi abuela, aparte de pensionista, era sensata, y nunca cedió a ese deseo tan absurdo: que su nieto tuviera la enciclopedia que exhibía el Banco de Bilbao en su oficina y figuraba en los despachos de los abogados de postín. 
 El último recuerdo de ya adolescente es verme buscando palabras en un Diccionario Enciclopédico de 1916 de mi abuelo para escribir poemas surrealistas. De este libro descuajaringado y sus mapas de los imperios europeos, anterior a la Revolución Rusa, siempre me vienen remembranzas (observad qué palabras tan pedantescas uso para evitar ese defectillo de la repetición, y es que el vocablo "recuerdo" apenas tiene sinónimos) 
 Es todo lo que en esta tarde de primavera y coronavirus, acompañado por una sinfonía de Prokofiev, y con las redacciones de Nietzsche de mis alumnos por corregir, os puedo decir, a vosotros, lectores inciertos, por no decir inexistentes"


12 comentarios:

  1. Un texto de 2002 de una época en que escribía mucho. Han pasado ya muchos años.
    El lenguaje como festín. Siempre me impresionó la exactitud en el discurso de los escritores. Recuerdo vagamente a Dámaso Alonso o Antonio Buero Vallejo con su precisión semántica. Y un verso que era de Juan Ramón Jiménez (¡qué poeta perfecto!): "¡Intelijencia, dame el nombre exacto; y tuyo, y suyo, y mío, de las cosas!"
    El discurso no es una yuxtaposición de nombres, ni un collar de adjetivos (cada vez detesto más los adjetivos de encomio, eso sí, gusto de los de vituperio)
    El recuerdo de que yo desayunaba diccionarios es una licencia poética. Está claro que yo tomaba Cola Cao con galletas. Pero como mis abuelos maternos eran maestros, por casa había muchos diccionarios. Y me gustaba leer palabras raras o salaces y ver las ilustraciones. También mi padre compró un Diccionario Enciclopédico Espasa, y me veo de niño rogando a mi abuela para que me regalara la gigantesca Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana que se me antojó era el culmen del saber humano. Por aquellos años de mitad de los 70 tenía ya más de 100 volúmenes. Mi abuela, aparte de pensionista, era sensata, y nunca cedió a ese deseo tan absurdo: que su nieto tuviera la enciclopedia que exhibía el Banco de Bilbao en su oficina y figuraba en los despachos de los abogados de postín.
    El último recuerdo de ya adolescente es verme buscando palabras en un Diccionario Enciclopédico de 1916 de mi abuelo para escribir poemas surrealistas. De este libro descuajaringado y sus mapas de los imperios europeos, anterior a la Revolución Rusa, siempre me vienen remembranzas (obsevad qué palabras tan pedantescas uso para evitar ese defectillo de la repetición, y es que el vocablo "recuerdo" apenas tiene sinónimos)
    Es todo lo que en esta tarde de primavera y coronavirus, acompañado por una sinfonía de Prokofiev, y con las redacciones de Nietzsche de mis alumnos por corregir, os puedo decir, a vosotros, lectores inciertos, por no decir inexistentes

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  2. Por qué no publica usted todo esto en un libro?

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  3. Yo también desayunaba diccionarios! Y ahora, también son tentempié a media mañana, comida principal y merienda y cena pronta 😍.
    Precioso artículo, Francisco, me ha tocado el punto débil. Y por ello, te regalo, aunque no sea mía, una canción de Love of Lesbian, "el poeta Halley". Atento a la letra, Santi Balmes estuvo inmenso. Recitado final de Joan Manel Serrat 😉

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  4. Me atraparás al vuelo
    Y nunca a la pared
    Y si me dejas aire
    En tus líneas dormiré
    Palabras de una musa
    De baja maternal
    Puede que al fin me conozca muy bien
    Si fueran puntos grises mis rarezas
    Cada tara que creé
    De seguirlos con un lápiz al final
    Verías mi cara en el papel
    Por eso
    Estoy por aquí otra vez
    Rebuscando en mi almacen esa palabra
    Cónsul de mi timidez
    Ojalá encuentre la forma
    Más me vale
    Tengo un tema que acabar
    Si no aparece nunca
    O entiendo que no di con la palabra justa
    Y cuando al fin la encuentro llega aquel mar de dudas
    Si cuando me decido tú me detienes siempre
    Me aprietas justo aquí y dices
    No, mi leal traidor, inspiración
    Cuando apareces menos hoy
    Y soy
    Te quedarás dormida
    Menuda novedad
    Es peor mi geniocidio
    Cuando no te dejo hablar
    En la autopista de la vida
    Si te saltas la salida hay que esperar
    Puede
    Que no haya aprendido a aceptar
    Que escuadrones de moral judeocristiana
    Con su culpabilidad
    Nos seguiran por tierra, por el aire
    Y sobre todo por amar
    Puede
    Que esté demorando la acción
    A los doce tuve un sueño en que ganaba
    Pero el sueño me venció
    Desde entonces mis derrotas son las huellas del carnet
    De ese tal yo
    Ahora escuchame
    Ya he encontrado la palabra justa
    Mejor prepárate
    Tiene algo que a todos asusta
    Sí, la voy a soltar
    La quiero soltar
    Pronunciaré 'esperanza'
    La gritaré por dentro si es lo que hace falta
    La escribiré mil veces, me alejaré de espaldas
    Quizás de repetirla algo me quede
    No puedo permitir tu negación
    Mi leal traidor inspiración
    De intermitente aparición
    Como un ángel hallado en un ascensor
    Qué bien funcionas como recuerdo
    Acojo en mi hogar
    Palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera
    Examino cada jaula y allí
    Ladrando vocales y consonantes
    Encuentro sucios verbos
    Que lloran después de ser abandonados
    Por un sujeto que un día fue su amo
    Y de tan creído que era
    Prescindió del predicado
    Esta misma semana
    Han encontrado a un par de adjetivos transtornados
    A tres adverbios muertos de frio
    Y a otros tantos de la raza pronombre
    Que sueñan en sus jaulas
    Con ser la sombra de un niño
    Señalo entonces
    A las palabras que llevan más días abandonadas
    Y me las llevo a casa
    Las vacuno de la rabia y las peino a mi manera
    Como si fueran hijas únicas
    Porque en verdad todas son únicas
    Acto seguido
    Y antes de integrarlas en un parbulario de relatos o canciones
    Les doy un beso de tinta
    Y les digo que si quieres ganarte el respeto
    Nunca hay que olvidarse los acentos en el patio
    A veces les pongo a mis palabras
    Diéresis de colores imitando diademas
    Y yo sólo observo como juegan en el patio de un poema
    Casi siempre te abandonan demasiado pronto
    Y las escuchas en bocas ajenas
    Y te alegras, y te enojas contigo mismo
    Como con todo lo que amamos con cierto egoísmo
    Y uno se queda en casa
    Inerte y algo vacío
    Acariciando aquel vocablo mudo llamado silencio
    Siempre fiel, siempre contigo
    Pero todo es ley de vida
    Como un día me dijo el poeta halley
    Si las palabras se atraen
    Que se unan entre ellas
    Y a brillar
    Que son dos sílabas
    Font: LyricFind
    Compositors: Daniel Ferrer Rovira / Santiago Balmes Sanfeliu

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  5. Es un bonito arte, el de jugar con las palabras. Y en total desuso, desgraciadamente. Tanta información, tan al alcance ahora, y tan desaprovechada. Las nuevas tecnologías sirven para el esparcimiento, y poco para el aprendizaje, una verdadera lástima. Usamos palabras porque están de moda en este momento, cuando siempre han estado ahí agazapadas, esperando su hora. Es tan importante leer, como escuchar para entender y aprender.

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  6. Los soliloquios, como el de Esperanza Roy que mencionas (la excelencia), las "Cinco Horas con Mario" en voz de Lola Herrera, "El Cerdo" con Juan Echanove, los Cyranos, y todos los Johannes que hicieron de su Ordett el mundo entero, hoy aburren, cuando lo cierto es, que la verdadera acción es la que se habla. En fin... siempre nos quedaran los que juegan con las sílabas 😉

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  7. Qué texto más hermoso. Mira que te he leído muchos ya, pero este está a otro nivel. Una verdadera declaración de amor al lenguaje, a la formación desde pequeños.
    La forma en que nos expresamos puede modificar nuestro pensamiento, cuanta más abundancia de léxico, mejores seremos, menos embrutecidos. Y también el lenguaje estructura nuestra mente. A través de él aparece la cultura.
    Un compañero de Lengua mío fomenta mucho que aprendan muchos sinónimos de cada palabra y eviten términos básicos como cosa, tener, ser, algo,... para que enriquezcan sus escritos los alumnos.
    Utilizas metáforas preciosas sobre qué significa para ti ese festín de las palabras. Y las películas escogidas me encantan. Carta de una desconocida es muy buena, puedes llegar a conocer a alguien solo por lo que expresa en un papel y Cyrano de Bergerac fue mi película preferida en mi juventud. Esa verborrea incontenida del poeta Cyrano y sus cartas de amor se me quedaron grabadas. Me aprendía alguna de memoria en los 90. Y la veo todos los años. La española no la conozco. Enhorabuena por este regalo en forma de palabras hiladas por el mejor sastre.

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  8. La canción de Love of Lesbian es buenísima. Se ajusta muy bien al tema del lenguaje

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Manuela Pilar Millan Sanjuan Recuerdo lo de ese monólogo porque sorprendía que Esperanza Roy, fuera capaz de esa interpretación. Una actriz minusvalorada por hacer otro tipo de películas, igual que le pasó a Landa, a Vázquez o a Sacristán. Ellos consiguieron reconocimiento, Esperanza Roy todavía no. Gracias Francisco Huertas Hernández

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