Arquitectura IV
"Rear Window" (1954). Alfred Hitchcock
Hogar, vida privada y pulsión de mirar
Francisco Huertas Hernández. 2000
L. B. "Jeff" Jefferies (James Stewart) & Lisa Carol Fremont (Grace Kelly) brindando en el hogar
"La ventana indiscreta" es una legendaria película estadounidense cuyos protagonistas son el espacio privado del hogar, el espacio semiprivado del patio de vecinos y la tendencia a fisgar (pulsión de mirar, según Sigmund Freud) natural en el ser humano.
Un fotógrafo con una pierna rota (Jeff) pasa todo el día mirando, curioseando, fisgando con su cámara y su teleobjetivo a los vecinos. Una deformación profesional o una tendencia "voyeurista" (escoptofílica) le impulsan. Desde la inmovilidad de su silla de ruedas en su departamento de Nueva York (Greenwich Village), y en medio de una ola de calor, que afecta al sistema nervioso excitando el deseo y la imaginación poderosamente, L. B. Jefferies "necesita" que la realidad anodina se transforme en "acontecimiento", en "reportaje". Entre los vecinos "espiados" -una bailarina, una solterona, un pianista, parejas recién casadas, una escultora, y un vendedor de joyas con su esposa en cama- Jeff indaga dónde está el "sospechoso". Un periodista no admite la realidad sino está "habitada" por la "noticia". De tanto fisgar acaba encontrando -¿inventando?- "indicios" de un crimen
"Rear Window" (1954). Alfred Hitchcock
L. B. "Jeff" Jefferies (James Stewart) con teleobjetivo "fisgoneando" y con la mirada desencajada. Él necesita el misterio, como Hitchcock, como el espectador. En plena ola de calor estival el cerebro se humedece en imaginaciones calenturientas
L. B. "Jeff" Jefferies (James Stewart) con teleobjetivo "fisgoneando" y con la mirada desencajada. Él necesita el misterio, como Hitchcock, como el espectador. En plena ola de calor estival el cerebro se humedece en imaginaciones calenturientas
Alfred Hitchcock es tan hábil que sabe hacernos olvidar que estamos ante una réplica del propio espectador que contempla la película. Jeff somos nosotros mismos buscando "indicios" del crimen. El director nos ha preparado para el "thriller", el suspenso, el misterio, que provoca una fuerte tensión emocional en el que mira. Hitchcock "estimula" nuestra natural "pulsión de mirar" y "vernos" en el que "ve" (Jeff) alimenta nuestra tensión y excita nuestra necesidad de "objeto", del objeto en el que la tensión se "descargue". Es un "orgasmo de la mirada" que solo se realiza en el mal, en el crimen. Estamos necesitados de un "mal" que apacigüe nuestra tensión visual en la que nos identificamos con James Stewart
"Rear Window" (1954). Alfred Hitchcock
L. B. "Jeff" Jefferies (James Stewart) & Thomas J. Doyle (Wendell Corey). El fotógrafo y el detective. Dos "fisgones": solo "quebrando" el "espacio privado" puede "desenmascararse" al "otro". Son "buscadores de imágenes". El fotógrafo busca la "noticia" y el policía la "confesión" tras las "pruebas" -mayormente "visuales"-. Ambos necesitan que las imágenes "delaten" la "intimidad". Ambos quieren pillar en "flagrante intimidad" a sus "sospechosos". Para ello hay que "reducir" el "hogar" del "otro" a "escenario del crimen"
L. B. "Jeff" Jefferies (James Stewart) & Thomas J. Doyle (Wendell Corey). El fotógrafo y el detective. Dos "fisgones": solo "quebrando" el "espacio privado" puede "desenmascararse" al "otro". Son "buscadores de imágenes". El fotógrafo busca la "noticia" y el policía la "confesión" tras las "pruebas" -mayormente "visuales"-. Ambos necesitan que las imágenes "delaten" la "intimidad". Ambos quieren pillar en "flagrante intimidad" a sus "sospechosos". Para ello hay que "reducir" el "hogar" del "otro" a "escenario del crimen"
El "hogar" es el lugar que la arquitectura ha "construido" para el descansar del ser humano. "Esconde al hombre de la naturaleza". Por eso Jeff está inquieto. Él es un aventurero, necesita la "acción" en el medio externo, captar las mejores instantáneas en el "espacio público" en el que los hombres y las mujeres pueden ser "apresados" en su imagen. Y ahora Jeff, el hombre que corre con su cámara por el mundo, está inmóvil con la pierna escayolada en su "espacio privado", el "hogar". El arquitecto diseñó este edificio "de grandes ventanas y suficiente amplitud de balcones como para que un matrimonio pueda dormir sobre un colchón en el suelo. Prácticamente todos pueden verse unos a otros si lo desean siempre que no echen persianas. En el centro del patio hay un parterre rectangular elevado cosa de medio metro y rodeado de flores". Esas "ventanas" son la natural pulsión de mirar que anula el "espacio privado" del hogar, que lo "compromete". El que mira "invade" el "espacio privado" del "otro". Lo "compromete" con su "mirada" -¡y Jeff amplifica su mirada con un teleobjetivo!-. Tanta ventana es una indiscreción, es una "deconstrucción" del "hogar" como "espacio privado", "íntimo". Jeff rechaza la intimidad porque su profesión es "desvelarla", exhibirla. El fotógrafo expone al ser humano desnudo, "invade" su intimidad. Jeff es un "acosador visual", un "violador de almas". Pero lo malo es que somos nosotros, todos los "espectadores", la legión de "fisgones" que contemplamos la película, los que "acosamos al asesino". ¿Qué sería de nosotros sin un crimen que nos impulsara?
Poster
Poster
En cierta forma
este nuevo espacio que protege es como un alma nueva.
El hogar
es el lugar en el que se piensa y se ama, en el que se duerme y se sueña.
La arquitectura
hace posible que estas actividades físicas y psíquicas puedan desarrollarse sin
riesgo.
Y esto es
también el nacimiento de la vida privada. En la naturaleza no puede
concebirse un espacio privado para sus seres.
Con la intimidad
de la vivienda cerrada con puertas y ventanas nace la
intimidad espiritual del hombre.
Es probable que
el espíritu sólo haya podido desarrollarse a partir de la soledad
de la vida doméstica que hizo posible la arquitectura.
Francisco Huertas Hernández
2000
Rear.Window.1954 from Subha Das Mollick on Vimeo
Mirar es invadir. Excelente
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ResponderEliminarGracias amigo Marcelo por tus reflexiones siempre poéticas, y, por tanto, luminosas. Desde el yo que se refleja en otros yoes que buscan verdad y belleza
ResponderEliminarPlácido Domingo ya en sus momentos de gloria soltaba "gallos" por doquier en sus conciertos en Madrid, y el público aplaudía fervorosamente. Otros magníficos cantantes -que ensayaban, cosa que él no hacía en España- eran ninguneados. Esa sensación tengo en mi trabajo, en mi vida, en estas redes -lo de Twitter ni lo comento-: al no tener seguidores reales mi trabajo pasa desapercibido. Mi blog solo vale 2600 dólares según Alexa, y tiene un SEO del 50%. Son malos resultados para el esfuerzo gigantesco -y la calidad, por qué no decirlo- de un proyecto en el que han participados docenas de colaboradores. Sin ir más lejos en mi propio instituto mi trabajo es ignorado. Dicen que quejarse es de mal gusto. Pero esto no es una queja, es una descripción de un estado de cosas
ResponderEliminarLa serie ARQUITECTURA es una colección de reflexiones sobre este arte o técnica de la creación del "espacio humano"
ResponderEliminar¿Por qué escribo? Porque busco alivio en la verdad oculta tras las palabras, o porque solo escribiendo accedemos a un yo más profundo. Como si la superación de los dolores de la vida, y su vaciedad, fueran trascendidos por la alegría del saber y su plenitud. Hitchcock es un genio, supo trabajar para las masas y la industria, y expresar sus fantasmas psicológicos desde la armonía de las imágenes y la acción en perpetuum mobile de los personajes. Sus personajes siempre huyen, aunque sean como Jeff, que, inmóvil, huye con la mente a través de la mirada. Siempre se huye por miedo y por pasión. Como thriller que es, este fotógrafo necesita "tejer" la red del misterio en la realidad insulsa de un patio de vecinos. ¿Será verdad que "espiando" a los otros en su cotidianidad "encontraremos" siempre lo "oculto", es decir, el "mal"?
ResponderEliminarQué presunción moral o teleológica (el mal como finalidad de la vida secreta de los hombres) que debe ser descubierto por el policía, el periodista, el curioso, en suma, por el "espectador" de este "gran teatro del mundo"
Los ojos detrás.
ResponderEliminarLa distancia me provoca un vértigo mental, pero las escaleras me soportan apoyadas por páginas de espuma. Solo la satisfacción de poder vivir otras vidas me ausenta de la sonoridad del olvido.
Yo practico ese audaz y desolador vicio de mirar a otros y a sus vidas, parte del trabajo, parte del rancio hecho de ser como un insecto, que por momentos está oculto, en las hendiduras de una arquitectura olvidada por el corazón.
Marcelo López
Además de lo expuesto excelentemente en el artículo, La ventana indiscreta es un ejercicio metalingüístico. Las ventanas son como pantallas de cine. Stewart es espectador. Nosotros somos también espectadores. Él es vouyer y nosotros, también.
ResponderEliminarAdemás de lo expuesto excelentemente en el artículo, La ventana indiscreta es un ejercicio metalingüístico. Las ventanas son como pantallas de cine. Stewart es espectador. Nosotros somos también espectadores. Él es vouyer y nosotros, también.
ResponderEliminarEn España reina la mediocridad, Francisco Huertas, el pensamiento único. Todos los profesores lo tenemos difícil, pero los de filosofía entregados como tú, mucho más. Nunca te desanimes porque tu magnífica labor siempre cala en algún alumno. Qué maravilloso es tu blog. Me ha encantado lo que dices del hogar. Tu trabajo nunca va a pasar desapercibido. Los que te leemos, seguimos y valoramos tus publicaciones (que nos sirven para abrir la mente, reflexionar y seguir aprendiendo) somos calidad. La cantidad es sólo para las ventas de McDonalds. Manuela Pilar Millán Sanjuán
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