domingo, 21 de septiembre de 2025

Aleksandr Pushkin: "Русалка" (Rusalka / La Ondina) (1829). Folclore, ninfas fluviales y amor fementido. Una obra inacabada. Francisco Huertas Hernández

Aleksandr Pushkin: "Русалка" (Rusalka / La Ondina) (1829).
Folclore, ninfas fluviales y amor fementido.
Una obra inacabada.
Francisco Huertas Hernández

Клавдий Васильевич Лебедев (1852-1916): "Русалка".
Иллюстрация к одноименному стихотворению Пушкина. Последняя четверть XIX века.
Klavdiy Vasilyevich Lebedev (1852-1916): "Rusalka"
Ilustración para el poema homónimo de Pushkin. Último cuarto de siglo XIX


 Las obras inconclusas han atraído siempre con una fuerza inexplicable a los espectadores, bien por la mano del destino que privó al creador de darle fin, bien por un misterio atribuido a la misma creación que necesitó de un discípulo que la concluyera o un intérprete que penetrase en su enigma, que convoca al receptor más allá de la fragmentariedad, realzando lo dejado por el autor con un fulgor remoto. "Русалка" es una de esas obras inacabadas, un poema dramático, de tema folclórico, caro al poeta, que resplandece en la pureza del amor, el dolor de la traición y el halo arcano del castigo.

 "La Ondina" (Rusalka), la última obra dramática de Aleksandr Sergueyevich Pushkin (1799-1837), quedó sin título y a falta de una escena. Escrita entre noviembre de 1829 y abril de 1832, se publicó póstumamente en el almanaque "Современник" (El Contemporáneo) en 1837. Los críticos sostienen un origen autobiográfico en la historia, que coincide también con leyendas folclóricas eslavas. El poeta, traductor y especialista en Pushkin Vladislav F. Jodasevich (1886-1939) mantuvo que el poeta dejó embarazada a una muchacha, de la que se desentendió. Por otra parte, el tema de las jóvenes ahogadas transformadas en sirenas, presente en las leyendas populares, pudo ser conocido por el escritor por la ópera (Singspiel) "Das Donauweibchen" (La Doncella del Danubio) de Karl Friedrich Hensler, con música de Ferdinand Kauer. Pushkin, como Shakespeare, era un maestro en tomar argumentos, personajes y temas ajenos y elevarlos poética y filosóficamente, pues algo que no se destaca en los grandes literatos es el poder de sus ideas. Escribiendo este poema, Aleksandr Sergueyevich demostró su dominio del folclore ruso y las tradiciones populares, sobre todo, en la segunda escena que recrea una boda. 

 Los personajes principales de la pieza son un molinero (más tarde, un viejo), su hija (luego, ondina) y un príncipe (kniaz), amante de la muchacha. Los personajes que se añaden posteriormente son el casamentero, la casamentera, el padrino, la esposa del kniaz (kniaguina), el aya, el montero y las ondinas (incluyendo a la ondina hija). Los escenarios se sitúan a orillas del río Dnieper, uno de los ríos esenciales de Rusia, junto a un molino, la mansión del kniaz y las orillas del río en la noche y su fondo, donde habitan las ondinas.

 Aleksandr Sergueyevich Dargomyzhsky (1813-1869) compuso una ópera sobre el drama de Pushkin en 1848, estrenada en San Petersburgo el 3 de mayo de 1856. Aunque la idea de Dargomyzhsky era ceñirse al texto breve del poeta, le añadió escenas corales y alteró algunos personajes secundarios. Además dio un final que Pushkin no escribió. Los roles principales corresponden a un bajo (molinero), una soprano (Natasha) y un tenor (príncipe). Entre los notables cantantes que grabaron esta música recordamos a los bajos Aleksandr Pirogov (dirigido por V. Nebolsin) y Aleksey Krivchenya (dirigido por Y. Svetlanov); la soprano Yevguenya Smolenskaya; y los tenores Vitaly Kilchevsky (Nebolsin) e Ivan Kozlovsky (Svetlanov). 

 
 A orillas del Dnieper, junto a un molino, un molinero se lamenta de la ingenuidad de las chicas que dejan escapar a los ricos pretendientes, que se limitan a seducirlas y escabullirse (Ох, то-то все вы, девки молодые, / Все глупы вы. Уж если подвернулся / К вам человек завидный, не простой, / Так должно вам его себе упрочить). 
Se dirige a su hija, enamorada de un kniaz (príncipe), que llora la partida de su amado: "¿Por qué crees que me ha dejado?" (Почему же / Ты думаешь, что бросил он меня?). Las visitas del noble se espaciaron y ya pasaron nueve días sin que haya vuelto. La cándida joven achaca al mucho trabajo su ausencia, y poéticamente dice que "no son pocos / sus quehaceres. No es molinero, / el agua no trabaja para él" (Он занят; мало ль у него заботы? / Ведь он не мельник — за него не станет / Вода работать. Часто он твердит). Un elemento natural: el agua. De ella vive el campesino, el molinero. Pero los señores viven de los campesinos y los molineros y de las tierras que les usurpan. Los señores hacen guerras y recogen tributos. Pero no tienen el vínculo directo con tierra, agua y cielo de los que trabajan con la naturaleza. El molinero, un hombre escarmentado y consciente de la explotación feudal, pregunta con sorna: "¿Puedes / creerlo? ¿Desde cuándo esos nobles / trabajan? Pero, ¿qué trabajo es el suyo? / Andar cazando en el campo zorros / y liebres, ultrajar a los vecinos, / hacer festines y engañar a pobres bobas" (Да, верь ему. Когда князья трудятся, / И что их труд? травить лисиц и зайцев, / Да пировать, да обижать соседей, / Да подговаривать вас, бедных дур). Obsérvese que Mijail Chílikov se permite ciertas licencias en su adaptación, pues Pushkin no dice nada de engañar a pobres bobas. 

 Entra el kniaz en escena. La joven le reprocha su ausencia y los temores que, en su imaginación enamorada, nacieron: caballo ahogado en un pantano, caído en un precipicio, devorado por un oso en un bosque, enfermo, o, peor, aún, olvidada por el amante (Ах, наконец ты вспомнил обо мне! / Не стыдно ли тебе так долго мучить / Меня пустым жестоким ожиданьем? / Чего мне в голову не приходило? / Каким себя я страхом не пугала? / То думала, что конь тебя занес / В болото или пропасть, что медведь / Тебя в лесу дремучем одолел, / Что болен ты, что разлюбил меня — / Но слава богу! жив ты, невредим / И любишь все по-прежнему меня; / Не правда ли?). La naturaleza reviste de poesía el frágil vínculo humano, dota a las palabras de ecos vegetales y premonitorios. No es lo mismo ser devorado por un oso en lo espeso del bosque que estar ajetreado en asuntos de palacio. Por otro lado, ¡cuánto imagina el que ama! ¡Cuando más amamos más tememos adversidades mágicas e irracionales que magnifican nuestra pobre dependencia, arrebatando nuestro bien fuerzas ignotas y sin sentido!

 La amante (Любовница), ella (Она). De repente Pushkin la renombra. Ya no es la hija (Дочь), pues el padre ha salido de la escena. En realidad, los padres forman parte del cuadro de la vida antes de que nos enamoremos y volquemos nuestro finito afecto en desconocidos que nos subyugan, enloquecen y destruyen. Ante eso, los padres nada pueden hacer. Entonces la hija se transforma en amante, o en ella. "¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres!", escribió Pedro Salinas. Ella es sólo para un él. En Génesis y Mateo 19:5 se dijo: "Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne" (καὶ εἶπεν, Ἕνεκα τούτου καταλείψει ἄνθρωπος τὸν πατέρα καὶ τὴν μητέρα καὶ κολληθήσεται τῇ γυναικὶ αὐτοῦ, καὶ ἔσονται οἱ δύο εἰς σάρκα μίαν). En este mandato reside la emancipación del amor filial, el temor del advenimiento de la nueva carne que haga arder la fresca carne inocente, que antes sólo jugaba. Ella sabe todo esto, con el saber del cuerpo y el agua. Y ella siente la tristeza en él: "Mas te veo triste. / ¿Qué tienes?" (Однако ты / Печален; что с тобою?). El príncipe miente. Pero la amante sabe que cuando está alegre corre a su encuentro, le dice cosas bonitas y la besa y la abraza y se interesa por ella. Pero hoy no pasa eso. El kniaz entonces confiesa que hay una pena en su alma (Ты права: в сердце я ношу печаль / Тяжелую). La confesión, con introducción filosófica, del noble, recuerda que no existe felicidad que dure en este mundo, ni belleza, ni cuna elevada, ni poder, ni riqueza, nada escapará al infortunio. Y ellos eran felices, pero ahora... lo que va a perder nada puede sustituirlo (Мой милый друг, ты знаешь, нет на свете / Блаженства прочного: ни знатый род, / Ни красота, ни сила, ни богатство, / Ничто беды не может миновать. / И мы, — не правда ли, моя голубка? / Мы были счастливы; по крайней мере / Я счастлив был тобой, твоей любовью. / И что вперед со мною ни случится, / Где б ни был я, всегда я буду помнить / Тебя, мой друг; того, что я теряю, / Ничто на свете мне не заменит). Palabras poco claras que desatan temor en la muchacha. ¡Es la separación! (Разлуку, может быть) (como ella presiente) ¡Qué amor, qué candor el de la chica dispuesta a acompañar al amante por doquiera, vestirse de chico, ir a la guerra con él! ¡No teme a la guerra ni a la muerte, con tal de estar con él! (Кто нас разлучит? разве за тобою / Идти вослед я всюду не властна? / Я мальчиком оденусь. Верно буду / Тебе служить, дорогою, в походе / Иль на войне — войны я не боюсь — / Лишь видела б тебя). ¡Sí, ella ya lo entiende todo: se casa! (Постой, теперь я понимаю все... / Ты женишься. / Князь молчит. / Ты женишься!..). Se excusa el joven con la falta de libertad de los nobles. No pueden casarse por amor, sino por el interés de otros. El tiempo y Dios consolarán la pena de la chica. Y le entrega un collar de despedida y una bolsa con oro para su padre. Ella, entonces, le dice que espera un hijo suyo. Al salir el kniaz se siente aliviado, y ella aún conmocionada: "no puede ser. Lo he amado tanto / ¿Tendrá quizás un corazón de fiera?" (Не верю, / Не может быть. Я так его любила. / Или он зверь? Иль сердце у него/ Косматое?). La muchacha no entiende por qué, si ha perdido su belleza, si le han dado un filtro al amante. Debería haber impedido su partida, agarrado a su faldón, colagado a su estribo, o cortado con un sable los brazos o aplastado con su caballo. La desesperación del amor fementido. De la traición de quien estábamos seguros que nos amaba. El amante noble no puede casarse con una muchacha humilde, lo impide el rígido código social. 

 Gran monólogo filosófico de la hija (Pushkin recupera este rol): "Los nobles, dice, no son libres / como muchachas. Por amor no pueden / buscar esposa. Son libres, por lo visto, / para tentar, llorar y hacer promesas: "Te llevaré a una estancia secreta / de mi mansión. Te vestiré de seda / y terciopelo". Son muy libres para / llamar a las muchachas con silbidos / a medianoche y estar con ellas / tras el molino hasta la aurora. / Les place divertir su alma noble / con nuestras penas y decir después: / "Adiós, mi niña, vete a donde quieras / y ama a quien quieras"" (Видишь ли, князья не вольны, / Как девицы, не по сердцу они / Берут жену себе... а вольно им, / Небось, подманивать, божиться, плакать / И говорить: тебя я повезу / В мой светлый терем, в тайную светлицу / И наряжу в парчу и бархат алый. / Им вольно бедных девушек учить / С полуночи на свист их подыматься / И до зари за мельницей сидеть. / Им любо сердце княжеское тешить / Бедами нашими, а там прощай, / Ступай, голубушка, куда захочешь,  / Люби, кого замыслишь). Un discurso feminista que recuerda al de Marcela en el Quijote, o, salvando las distancias, a la Antígona de Sófocles. Pushkin es tan moderno, tan clásico, tan directo, tan lírico, tan joven y tan sabio... ¡Sus personajes femeninos son tan verdaderos, tan emocionantes, no sólo nuestra amada Tatyana Larina en "Yevgueni Oneguin"! Pero la aguerrida hija del molinero no renuncia a lo que es suyo: "Mas ¿quién será la prometida suya? / ¿Por quién me ha cambiado? Lo sabré / y le diré a la maldita: "Deja / al kniaz. Dos lobas, sabes, nunca viven / en una misma madriguera"" (Да кто ж его невеста? на кого / Он променял меня? уж я узнаю, / Я доберусь. Я ей скажу, злодейке: / Отстань от князя, — видишь, две волчихи / Не водятся в одном овраге). Y reflexiona sobre cómo quiso comprarla y callar su boca. Incluso lanza acusación contra el padre: "provechosa / resulta para ti mi perdición" ya que permitió a su hija amancebarse con el señor. (Да, бишь, забыла я — тебе отдать / Велел он это серебро, за то, / Что был хорош ты до него, что дочку / За ним пускал таскаться, что ее / Держал не строго...). La avaricia del padre y la lujuria del amante son vistas con claridad por la muchacha que se entregó libremente al amante, por otra parte. ¡Cuán pronto olvida uno que sus yerros fueron voluntarios si el deseo puede ser sujeto a la voluntad! ¡El tirano del placer ciega y condena sin remisión! ¡Ni vírgenes ni clérigos, ni esposos ni infantes despertando a la vida, pueden someter a ese tirano! El padre llora y la hija rompe el collar que la ahoga. La hija se despoja del tocado de la deshonra y lo arroja al Dnieper. ¡Cuánto ha visto el Dnieper: traiciones de hombres, de pueblos e invasores! La doncella se arroja al río.

 La parquedad de Pushkin es tan grande que el lector puede pasar por alto este hecho: la muchacha engañada se ha suicidado. El padre de pronto se ha convertido en viejo (Старик). Estos renombramientos del escritor son metafísicos porque van más allá de roles sociales o familiares. Apuntan a regiones del ser, es decir, del tiempo. Pues el ser es en el tiempo: lo joven deviene viejo, lo inocente culpable, lo bueno en malo se troca. Pensemos en grandes canallas y asesinos que fueron dulces bebés. Y su ser quedó en el tiempo transformado. El lenguaje poético de concisión asombrosa de Pushkin pone cada ser en su tiempo. Y, por eso, el molinero, al perder a su hija, ya no es padre, sino viejo. 


 La mansión del kniaz es el escenario de la fiesta de boda. Toda la escena parece una ópera. Pushkin se lo puso fácil a Dargomyzhsky. Hay evidencia de que el poeta concibió "Rusalka" como libreto de ópera. Por eso la presencia de las canciones, de los coros. Sería una ópera popular sobre la vida cotidiana, aunque con su vertiente fantástica.
 Las celebraciones del casamentero son respondidas por el coro de muchachas. Pushkin aprovecha su inmenso conocimiento del folclore ruso para recrear este rito y sus cantos. Pero un presagio funesto, en voz desconocida que canta acerca de unos peces del río: "¿Has escuchado, hermanita trucha, / las últimas noticias del río? / Una doncella hermosa se ha ahogado / anoche maldiciendo a su amado" (А слышала ль ты, рыбка-сестрица, / Про вести-то наши, про речные? / Как вечор у нас красна девица топилась, / Утопая, мила друга проклинала). El agua regresa. El río de Herálito siempre regresa, aunque nunca es el mismo. Nadie sabe quién ha cantado esa canción. El kniaz está convencido de que ha sido ella que se ha colado en la boda y manda al palafrenero a buscarla, mas no la encuentra. Un invitado se queja de lo amarga que sabe la hidromiel y lo bueno que sería endulzarla un poco. Esa es la señal en la tradición para que los novios se besen, endulzando los alimentos del banquete. Y llegó la hora de rociar con lúpulo a los contrayentes, siguiendo la tradición rusa. Y comer el gallo asado, antes de entrar a la alcoba. Pero la casamentera comenta al padrino, que ha de vigilar bajo las ventanas la noche nupcial, que no augura nada bueno ese canto (Да не к добру пропели песню / Не свадебную, а бог весть какую). 

 El aposento de la esposa del kniaz. El esposo no regresa y la kniaguina (Княгиня) está inquieta y se lamenta al aya (Мамка) del cambio operado en él: ya no es dulce, ya no está con ella apenas. Cuando vuelve a casa ya no dice una palabra cariñosa ni la acaricia (Да до ночи бог ведает где ездит; / Воротится, чуть ласковое слово / Промолвит мне, чуть ласковой рукой / По белому лицу меня потреплет). El tiempo, de nuevo, ha transformado a los entes amorosos, porque, sin duda, el kniaz deseaba y amaba a esta mujer bella y de noble alcurnia, por la que instantáneamente olvidó a la molinera. El aya compara al hombre con el gallo que entona su kikiriki, despliega sus alas y se aleja, mientras la mujer, como chueca, queda en su nido y cuida a los pollos. Cuando novio, dice el aya, ni come ni bebe, sólo admira a su amada, pero luego llegan las ocupaciones y va a todas partes con tal de no quedarse en casa: a cazar, a la guerra... La kniaguina teme por un amor secreto (Как думаешь? уж нет ли у него / Зазнобы тайной?). El aya lo descarta, pues no hay otra más bella ni de modales más distinguidos. Y la esposa reza por tener un hijo que no llega (Когда б услышал бог мои молитвы / И мне послал детей!). Un montero (ayudante de cacería) regresa de la caza. El kniaz no ha querido volver aún. ¿Dónde está? El montero (Ловчий) informa: "se ha quedado solo a la orilla / del Dnieper, en el bosque" (Остался / Один в лесу на берегу Днепра). Ordena la kniaguina que vayan inmediatamente a buscarle, teme a las fieras y los bandidos en el bosque nocturno, y, supersticiosa, presiente una desgracia porque los duendes vagan por esos lares. Pide que se encienda una vela ante el icono (Ах боже мой! в лесу ночной порою / И дикий зверь, и лютый человек, / И леший бродит — долго ль до беды. / Скорей зажги свечу перед иконой).

 El Dnieper, de noche. Muy semejante es el mundo élfico de esta escena al bosque de Atenas de "A Midsummer Night's Dream" (1596) de W. Shakespeare. En definitiva, poderes sobrenaturales que conocen a los humanos y dirigen sus pasiones. Las rusalkas (Русалки) son sirenas fluviales rusas, ondinas. Su modo de vida es cantar. Las ondinas viven en el fondo del caudaloso río, y han visto a alguien que anda por tierra. El kniaz se lamenta del tiempo ido: "¡Lugares tristes, entrañables! Sí, / en mi redor lo reconozco todo: / es el molino, ya hecho una ruina; / se ha apagado el ruido de su rueda. / La muela está inmóvil; por lo visto, / el viejo ha muerto. No lloró / por mucho tiempo a su pobre hija" (Знакомые, печальные места! / Я узнаю окрестные предметы — / Вот мельница! Она уж развалилась; / Веселый шум ее колес умолкнул; / Стал жернов — видно, умер и старик. / Дочь бедную оплакал он недолго). Ella le abrazó en ese mismo lugar, y, luego, quedó callada... (здесь она, / Обняв меня, поникла и умолкла... / Возможно ли?..). De repente, los árboles se marchitan y caen como ceniza sus hojas, y un viejo (Старик) aparece: "Yerno, /  salud, salud" (Здорово, / Здорово, зять). Aunque el viejo dice ser un cuervo, el príncipe le reconoce: es el molinero. Habla como un loco. Dice que su hija encantada es una rusalka, que enterró el dinero en la arena, custodiado por un pez de un solo ojo (А денежки отдал на сохраненье / Русалке, вещей дочери моей. / Они в песку Днепра-реки зарыты, / Их рыбка-одноглазка стережет). Dice el viejo que la pasada noche tuvieron un festín y su hija le esperaba. El kniaz se lamenta de su locura. Y éste se reafirma en que es un cuervo. Así se transformó cuando estaba a punto de suicidarse, tras arrojarse su hija al río Dnieper. Responde al kniaz que le cuida su nieta, una rusalkita (За мной, спасибо, смотрит / Русалочка). Rechaza ir al palacio de su yerno, porque allí le estrangulará con un collar. Y ahí en el bosque, junto al río, él vive libre y come (В твой терем? нет! спасибо! / Заманишь, а потом меня, пожалуй, / Удавишь ожерельем. Здесь я жив, / И сыт, и волен. Не хочу в твой терем). El viejo es un ser intermedio, entre mágico y mortal. No es un cuervo en su forma, pero sí en su espíritu libre y solitario. Está escarmentado de los engaños de los ricos, carga con la culpa de la muerte de su hija. Los ricos no hacen nada gratis. Nunca renunciará a su libertad, pobre, pero digna. Ese collar ya estranguló una vez a su hija. Son las cadenas del poderoso, que deslumbran con su brillo de oro, pero esclavizan y matan con sus grilletes de hierro. El kniaz comprende: "¡De todo esto soy yo el culpable! / ¡Qué horrible es perder el juicio! / Mejor morir. Miramos con respeto / a todo muerto y por él rezamos. / La muerte nos iguala. Pero aquel / que el juicio pierde, deja de ser hombre. / De nada le sirve el don del habla, / no es dueño de sus propias palabras, / la fiera tómalo por su hermano, / provoca sólo risas de la gente. / Cualquiera puede lastimar y humillarle, / y no lo juzga Dios. ¡Ay, pobre viejo! / Su aspecto lamentable ha despertado / en mí remordimientos de conciencia" (И этому все я виною! Страшно / Ума лишиться. Легче умереть. / На мертвеца глядим мы с уваженьем, / Творим о нем молитвы. Смерть равняет / С ним каждого. Но человек, лишенный / Ума, становится не человеком. / Напрасно речь ему дана, не правит / Словами он, в нем брата своего / Зверь узнает, он людям в посмеянье, / Над ним всяк волен, бог его не судит. / Старик несчастный! вид его во мне / Раскаянья все муки растравил!).

 El λόγος es nuestra esencia, lo que nos diferencia como especie respecto a otros seres no humanos. Este término griego significa palabra, razón y discurso. Procede del verbo λέγω, decir, poner en orden. El λόγος es, ante todo, orden, y la locura es el desorden, la no adecuación entre palabras y cosas. El orden del λόγος refleja el orden del mundo, por eso podemos conocer, nombrar y calcular lo que hay en el universo, porque tiene orden, estructura regular. Para que el discurso sea verosímil su orden debe ser compartido por los que escuchan y los que hablan. El poder responder preguntas es manifestación de ese isomorfismo del λόγος y el mundo, y del λόγος y nuestra mente. Podría decirse desde Heráclito, Platón y Aristóteles que el λόγος es el tercer elemento entre el alma y el mundo, y está tanto en una como en el otro. Por eso, el logos se hace armonía y medida, aunque el aspecto cualitativo tiende a predominar en un λόγος humanístico y filosófico y el aspecto cuantitativo en un λόγος científico-técnico manipulativo. El lenguaje no puede ser privado porque el λόγος es común a todos, a todos los que disponen de razón. Cuando el λόγος se pierde ya no somos humanos. Por ello, Aristóteles insistió en que el humano es ζῷον λόγον ἔχον, animal que tiene logos. Y como el λόγος es compartido, solamente en la convivencia, en la ciudad, somos humanos: el humano es un ζῷον πολιτικόν, animal social, político. El viejo molinero es un cuervo (animal irracional), ya no tiene λόγος, piensa el kniaz con una concepción estrecha del λόγος, distinguiendo el don del habla de la capacidad de juicio, ser dueño de sus propias palabras. No es un hombre ya. Pero el viejo representa una palabra poética, metafórica, profética, que une a los inmortales con los mortales. Su discurso no es completamente alógico, sino simbólico. Aceptar la existencia de un mundo sobrenatural no es incompatible con un λόγος común y enriquecido. El mundo de la poesía, de la música y de la magia son también logos. Representan estructuras, órdenes no reductibles a número y sentido común, porque tantas veces el poder económico redujo el λόγος para dominar a los niños, los locos, los borrachos, los duendes y los muertos. Todos ellos poetas del transmundo, en el que ahora vive el viejo exmolinero. 

 Aunque el montero encuentra al kniaz, éste se queda en el bosque, rechazando el cuidado de su esposa que lo toma por un niño. Bien se ve que no la ama. La libertad es lo contrario del amor. Los que amamos supimos que la libertad es el disolvente del amor, el veneno del ego soberbio que cree no necesitar a la persona amada. 
 Las ondinas traman algo antes del canto del gallo, cuando el mundo mágico desaparece, porque lo mágico rehuye la luz, esa transparencia solar que corrobora nuestras palabras lógicas acerca del ser y la permanencia. ¡Cuánto miedo tienen los niños al apagarse la luz cuando la presencia de lo ignoto amenaza y las cosas dejan de exisitir al no ser vistas! Todo lo mágico es nocturnal, lunar.

 En el fondo del Dnieper las ondinas (rusalkas) hilan en su palacio subacuático. La Ondina reina (anciana) (Старшая русалка) pide a sus pequeñas que no enreden ni atraigan a los niños al agua. Una ondina hija (Дочь) dice que ha estado con su abuelo, que le pide ese dinero que está escondido en el fondo, pero la rusalka pequeña no sabe qué es el dinero y llevó al abuelo un puñado de conchitas preciosas. Se informa a la rusalka niña de la llegada de un hombre, su padre: "¿Aquel que te abandonó y se casó / con otra?" (Тот самый, что тебя / Покинул и на женщине женился?). La madre transmite un mensaje para el hombre a través de su hija: aún le ama y quiere verle. A solas recuerda que pasaron siete años de su suicidio, pero cada día piensa en su venganza... Parece que su hora ha llegado (С той поры, / Как бросилась без памяти я в воду / Отчаянной и презренной девчонкой / И в глубине Днепра-реки очнулась / Русалкою холодной и могучей, / Прошло семь долгих лет — я каждый день / О мщенье помышляю... / И ныне, кажется, мой час настал).

 La última escena incompleta del drama presenta al kniaz a orillas del Dnieper: "no soy capaz de resistir la fuerza / que me atrae misteriosamente / a estas solitarias orillas. / Todo aquí me recuerda al pasado" (Невольно к этим грустным берегам / Меня влечет неведомая сила. / Все здесь напоминает мне былое). La ondina aparece en la orilla: "¿Qué veo? / ¿De dónde eres, linda criatura?" (Что я вижу! / Откуда ты, прекрасное дитя?)... hasta aquí escribió Pushkin.


 ... Pushkin estaba a falta de una escena para terminar esta obra mágica, en la que, pese a su brevedad, desfilan muchísimos temas: el amor, el deseo, la inocencia, la traición, la diferencia de clases, la humillación social de los poderosos, la libertad femenina, las relaciones paterno-filiales, la avaricia, la oposición naturaleza ciudad, el poder del λόγος, la locura, los ritos nupciales en la tradición rusa, el aburrimiento matrimonial, la venganzala presencia de seres sobrenaturales que protegen o destruyen a los mortales, el tiempo como eje esencial del ser, la importancia de los nombres en la designación de los seres en el tiempo, el poder del agua y de un río Dnieper, tan ligado a la historia de Rusia...

 Pushkin acentúa el carácter folclórico del drama en la lengua usada por los personajes, y con extraordinaria maestría, combina elementos del lenguaje campesino y antiguo con las fórmulas de una poesía popular, conservando al mismo tiempo el carácter de la narración. Pushkin es un narrador conciso, que dota a la acción de una belleza inimaginable en cualquier traducción por los colores, sonidos y precisión de sus palabras. Al igual que más tarde haría Tolstói, el poeta de Moscú, tenía el don de mostrar las conexiones de todas las esferas de la vida interior y exterior, de la naturaleza y la historia, de lo cotidiano y lo mítico, de lo culto y lo popular. La facilidad con la que presenta los sentimientos en apenas unas pinceladas es prodigiosa y la sensación de verdad es tan grande que al leer a Pushkin sabemos que su obra es más grande que la vida, y que ya no queremos más que vivir en sus palabras, sus personajes y su mundo... y todo eso lo logró un escritor que fue asesinado cuando tenía sólo treinta y siete años.

Francisco Huertas Hernández
21 de septiembre de 2025

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