"J'accuse" (2019). Roman Polański
El caso Dreyfus y la carta de Zola
Carmen Parra López
"J'accuse" (2019). Roman Polański
"J'accuse...!" de Émile Zola (1840-1902) es un alegato en favor del capitán Alfred Dreyfus, en forma de carta abierta al presidente de Francia Félix Faure y publicado por el diario L'Aurore el 13 de enero de 1898 en su primera plana (Wikipedia)
Le Petit Journal: "Le traître. Dégradation d'Alfred Dreyfus"
13 janvier 1895
"El Caso Dreyfus tuvo como origen una sentencia judicial de neto corte antisemita, sobre un trasfondo de espionaje y antisemitismo, en el que la víctima fue el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), de origen judío-alsaciano, y que durante doce años, de 1894 a 1906, conmocionó a la sociedad francesa de la época, marcando un hito en la historia del antisemitismo" (Wikipedia)
Émile Zola: "J'accuse...!". Lettre au Président de la République
"L'Aurore" Littéraire, Artistique, Sociale
13 Janvier. 1898
Revisión del Juicio al Capitán Alfred Dreyfus
Rennes. 7 agosto 1899. Apertura del proceso
Foto de la época
Lo primero que se viene a la cabeza cuando se está ante la visión de esta película es comparar la situación del protagonista, Alfred Dreyfus (Louis Garrel), con el director de aquella, Roman Polanski. Recomiendo más adentrarse en el apabullante ovillo que forma el argumento del filme que andar estableciendo similitudes entre ambos asuntos.
El título de la película es el mismo con el que Émile Zola tituló su artículo para el diario L’Aurore en enero de 1898. La primera escena nos hace sentirnos incómodos ante lo que vemos: la degradación de un militar al cual despojan de sus galones, entorchados y sable. El color del adoquinado, la masa de soldados, y el tenebroso cielo gris que cubre el patio de armas reflejan magistralmente una situación que supuso un escándalo para la época, además de permitir observar el grado de antisemitismo que supuraba Europa. A finales de 1894, Alfred Dreyfus, oficial judío del Estado Mayor francés, es acusado, juzgado y declarado culpable de espionaje en favor de Alemania. Se le deportó de por vida a la Isla del Diablo, en la Guyana francesa. Todo se había basado en la aparición del bordereau, una anotación al margen en una carta dirigida al agregado alemán y cuya letra se identificó como la de Dreyfus. Hasta este punto, un polvoriento aire de decadencia se mueve en la atmósfera de la película, rodeándolo todo. Cabe pensar que ese aire espeso y rancio nos lo ofrece el director para que entendamos el ambiente de la Francia de finales del XIX.
Los altos mandos del Estado Mayor francés están representados como hombres ajados, viciosos, que producen cierto repelús (no puedo dejar de ver en el personaje de Jean- Baptiste Billot a Jabba el Hutt, el monstruo del bar de la saga de Star Wars). Es la corrupción que cubre como un moho todo lo material y lo espiritual en este asunto.
Cuando el coronel Picquart (Jean Dujardin) es nombrado jefe de la Sección de Información del Estado Mayor, comienza a atar cabos desde su agobiante despacho. No es que quiera defender a un judío, por los que no siente aprecio alguno, pero todo lo que indaga le lleva a convencerse de que Dreyfus es inocente. En realidad, otro militar fue el verdadero espía, pero quitándose del medio al soldado judío acusado de desleal con su país, se obtenían dos triunfos: demostrar que el judío no era un digno hijo de Francia, y, menos, un digno soldado del ejército. A partir de ahí, el largometraje va dejando caer capas que muestran poco a poco la realidad. Se establece una lucha entre el bueno y los malos. Dreyfus apenas aparece, pero está en la mente de todos. Fue un caso verídico que no se cerró como la legalidad vigente francesa de la época fijaba, sino que se echó mano del indulto para no tener que llevar a cabo otro juicio militar contra el acusado.
Los altos mandos del Estado Mayor francés están representados como hombres ajados, viciosos, que producen cierto repelús (no puedo dejar de ver en el personaje de Jean- Baptiste Billot a Jabba el Hutt, el monstruo del bar de la saga de Star Wars). Es la corrupción que cubre como un moho todo lo material y lo espiritual en este asunto.
Cuando el coronel Picquart (Jean Dujardin) es nombrado jefe de la Sección de Información del Estado Mayor, comienza a atar cabos desde su agobiante despacho. No es que quiera defender a un judío, por los que no siente aprecio alguno, pero todo lo que indaga le lleva a convencerse de que Dreyfus es inocente. En realidad, otro militar fue el verdadero espía, pero quitándose del medio al soldado judío acusado de desleal con su país, se obtenían dos triunfos: demostrar que el judío no era un digno hijo de Francia, y, menos, un digno soldado del ejército. A partir de ahí, el largometraje va dejando caer capas que muestran poco a poco la realidad. Se establece una lucha entre el bueno y los malos. Dreyfus apenas aparece, pero está en la mente de todos. Fue un caso verídico que no se cerró como la legalidad vigente francesa de la época fijaba, sino que se echó mano del indulto para no tener que llevar a cabo otro juicio militar contra el acusado.
Émile Zola, por aquellos años verdadera estrella de la cultura francesa, consciente del asunto, se valió de su posición para ayudar al reo. Se dirigió al presidente del país desde un artículo en primera página de un diario. Se generó una gran conmoción que dejó patente la partición de los franceses en dos: dreyfusards y antidreyfusards. En realidad, Europa y no solo Francia, estaba siendo recorrida por una corriente antisemita que germinó cincuenta años después en Alemania. El país quedó dividido en dos corrientes: Ni el paso del tiempo, ni la Primera Guerra Mundial, ni la Segunda tuvieron la suficiente fuerza para hacer olvidar el suceso. El conocido L'Affaire Dreyfus seguía vivo en los franceses. Pocos fueron los personajes de la política o las letras que apoyaron la reapertura del caso. Clemenceau, posteriormente presidente del gobierno, dio con la clave: infringir los derechos de un hombre era infringir los derechos de todos los hombres. Había que restaurar un país a punto del colapso, porque si la masa de dreyfusards se movió fue contra la justicia, contra la democracia y contra la libertad. No a favor de la república ni de Alfred Dreyfus.
El militar nunca recuperó su grado ni su lugar en el Estado Mayor. Murió en 1935 sin haber sido declarado inocente. Tan solo recibió un indulto, un perdón cuando, en realidad, era él quien debía de haber perdonado a todos los que confabularon contra su libertad como ser humano
El militar nunca recuperó su grado ni su lugar en el Estado Mayor. Murió en 1935 sin haber sido declarado inocente. Tan solo recibió un indulto, un perdón cuando, en realidad, era él quien debía de haber perdonado a todos los que confabularon contra su libertad como ser humano
"J'accuse" (2019). Roman Polański
Alfred Dreyfus (Louis Garrel)
"J'accuse" (2019). Roman Polański
Alfred Dreyfus (Louis Garrel)
Alfred Dreyfus (1859-1935)
"Dreyfus nació en una acaudalada familia de origen judío dedicada a la fabricación de textiles, que abandonó Alsacia cuando esta región fue anexionada por Alemania tras la Guerra Franco-Prusiana (1871). En 1872 optó por la ciudadanía francesa y decidió dedicarse a la carrera militar, con el deseo de ver reintegrada Alsacia a Francia.
En 1882 entró en la École polytechnique, decidido a emprender la carrera militar, alcanzando el grado de oficial de artillería. Ascendió a capitán en 1889; en 1890 entró en la Escuela de Guerra y en 1893 en el Estado Mayor del Ejército en el Ministerio de la Guerra francés, momento en el que surgieron contra él falsas acusaciones de espionaje —el famoso Caso Dreyfus—, que lo mantuvieron apartado del Ejército y recluido en la Isla del Diablo, situada a 11 km de la costa de Guayana Francesa, en Sudamérica, por el delito de alta traición. La isla era una cárcel inhóspita, con un clima tropical difícilmente tolerable. En 1906 fue exonerado y reintegrado en el Ejército con todos los honores, retirándose con el grado de comandante.
En 1914, como teniente coronel, tomó el mando de una unidad de reaprovisionamiento en el curso de la Primera Guerra Mundial. Tras la paz, regresó a su retiro hasta su muerte en 1935, a los 75 años de edad"
(Wikipedia)
Marie-Georges Picquart (1854-1914)
Descubrió las evidencias de la traición de Ferdinand Walsin Esterhazy, en cuyo lugar el Capitán Dreyfus fue acusado, degradado y condenado con evidencia falsa, y participa en la restauración de la verdad, a pesar de la presión de su jerarquía. Al igual que Dreyfus, alsaciano como él, es condenado aunque inocente y encarcelado. Los dos hombres fueron rehabilitados al mismo tiempo, en 1906.
Fue Ministro de la Guerra con Clemenceau (1906-1909)
"J'accuse" (2019). Roman Polański
Marie-Georges Picquart (Jean Dujardin)
"J'accuse" (2019). Roman Polański
Affiche français
2019
Francia
126 minutos
Dirección: Roman Polanski
Guion: Roman Polanski, Robert Harris
Novela: Robert Harris
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Pawel Edelman
Reparto:
Jean Dujardin: Marie-Georges Picquart
Louis Garrel: Alfred Dreyfus
Emmanuelle Seigner: Pauline Monnier
Grégory Gadebois: commandant Hubert Henry
Hervé Pierre: général Charles-Arthur Gonse
Wladimir Yordanoff: général Auguste Mercier
Didier Sandre: général Raoul Le Mouton de Boisdeffre
Melvil Poupaud: Me Fernand Labori, avocat d'Émile Zola au civil, puis du capitaine Dreyfus devant le 2e conseil de guerre
Éric Ruf: colonel Jean Sandherr
Mathieu Amalric: Alphonse Bertillon, expert graphologue
Laurent Stocker: général Georges-Gabriel de Pellieux
Vincent Perez: Me Louis Leblois, ami de jeunesse du lieutenant-colonel Picquart
Michel Vuillermoz: lieutenant-colonel Armand du Paty de Clam
Vincent Grass: général Jean-Baptiste Billot
Denis Podalydès: Me Edgar Demange, avocat du capitaine Dreyfus devant les 1er et 2e conseils de guerre
Damien Bonnard: Desvernine
Laurent Natrella: commandant Ferdinand Walsin Esterhazy
Kevin Garnichat: Capitaine Jules Lauth
Bruno Raffaelli: juge Delegorgue
Vincent de Bouard: Gribelin
Stefan Godin: général Darras
Pierre Poirot: greffier Vallecalle
Luca Barbareschi: Philippe Monnier
Mohammed Lakhdar-Hamina: Bachir
Philippe Magnan: procureur Brisset, président du 1er conseil de guerre
Pierre Forest: le colonel Morel
Jeanne Rosa: Martha Leblois
Benoît Allemane: Georges Charpentier, éditeur d'Émile Zola
Gérard Chaillou: Georges Clemenceau, éditorialiste à L'Aurore
André Marcon: Émile Zola
Nicolas Bridet: Mathieu Dreyfus
Swan Starosta: Lucie Dreyfus
Luce Mouchel: Madame Sandherr
Nicolas Wanczycki: Foucault
Pierre Aussedat: Colonel arrestation Picquart
Jean-Marie Frin: Président du jury
Jean-Marie Lecoq: Médecin duel
Thierry Gimenez: Colonel Jouaust
Frédéric Épaud: Officier artillerie
Clément Jacqmin: Journaliste Santé
Fabrice Firmin: Alexandre Perrenx
Roman Polanski: un académicien (non crédité)
Productora: Coproducción Francia-Italia; Gaumont, Légende Films, Canal+, Eliseo Cinema, France 2 Cinema, France 3 Cinéma, RAI Cinema
*****
Comentarios de nuestros lectores:
- Marian Herrera Lotero: "Georges Méliès contemporáneo de los hechos, realizó una película sobre este caso que pasó sin pena ni gloria, ya en aquellos tiempos el público prefería los efectos especiales, os dejo el link del cortometraje de Georges Méliès: "L'Affaire Dreyfus" (1899)"
"L'Affaire Dreyfus" (1899). Georges Méliès
- Isabel González OIiveros: "Muy acertado y profundo análisis 👌"
El caso Dreyfus, un asunto que conmocionó a la sociedad francesa
En 1894, el capitán de artillería francés Alfred Dreyfus fue condenado por alta traición, acusado de transmitir información al enemigo, por entonces el Imperio Alemán. Este juicio daría lugar a uno de los casos más polémicos del siglo XIX.
#ElOficialYElEspía
Genial
ResponderEliminar
ResponderEliminarImpresionante lectura. Impresionante película, así como la citada intervención de Zola.
Creo que son hechos repetitivos, reiterativos en la vida, en la historia. Me ha parecido muy digno de elogio, quizás por su elocuencia en un breve trazo de palabras, lo siguiente:
"El militar nunca recuperó su grado ni su lugar en el Estado Mayor. Murió en 1935 sin haber sido declarado inocente. Tan solo recibió un indulto, un perdón cuando, en realidad, era él quien debía de haber perdonado a todos los que confabularon contra su libertad como ser humano".
Es una condensación brillante, dentro de la tristeza que conlleva, que encoge el alma.
( Desgraciadamente, en muchos y diferentes temas cuántos déjà vu encontramos...)
2019 J'accuse
ResponderEliminarUna clara opción para adentrarse en la posible libertad, sobre esta película J’accuse de la cual no se hablo tanto como se debiera porque el movimiento feminista trata de destruir todo lo que filma Polanski. De sobre los premios que gano existieron protestas bastante elocuentes. ¿El mismo caso que se muestra en la historia tal vez pueda ser referido a la propia acusación que ha sufrido Roman Polanski? En este sentido todo lo que filme será tratado de una manera poco razonable a no ser que la inteligencia se detenga en los argumentos técnicos. Una gran obra que merece ser vista, en el caso de los franceses ellos tienen una falsa moral, recuerdo la película 1957 “Senderos de gloria” que no pudo ser estrenada hasta varios lustros después específicamente en 1975, hipocresía, falta a la verdad. El arriesgado Polanski trata un tema urticante para la historia de Francia y sale airoso contra todo pronóstico la película obtuvo muchos premios, mal le pese a todos lo que protestaron.
Marcelo López
Un gusto leer un alegato en defensa de la dignidad humana, a través de este análisis cinéfilo profundo y certero.
ResponderEliminar(Me he reído además, con el momento comparación con Jabba el Hutt. Muy bueno)