viernes, 23 de octubre de 2015

"The Truman Show" y el Mito de la Caverna, de Platón. Interpretación filosófica. Francisco Huertas Hernández. Alicante (Spain)

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
 y el Mito de la Caverna, de Platón
Interpretación filosófica

Profesor: Francisco Huertas Hernández
Alicante



Para mis alumnos de Bachillerato



"The Truman Show" (1998). Peter Weir

 Hoy vamos a comentar la película estadounidense "The Truman Show" de 1998 en su relación con el Mito de la Caverna, que aparece en el Libro VII de "La República" de Platón
 Para ello tendremos en cuenta que este análisis ha de ajustarse a la cuestión 4 de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), que señala lo siguiente:

 "Pregunta libre de relación o de actualización.
 Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con el de otros filósofos, con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo"

 Nosotros nos atendremos al punto de vista de "los rasgos significativos del mundo contemporáneo" a través de la reflexión que Peter Weir realiza en su película sobre apariencia y realidad en un programa de entretenimiento de televisión, precedente del famoso "Gran Hermano"

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Truman Burbank (Jim Carrey) con un foco caído. Truman sospecha algo
Este "habitante" de la "caverna" de la telerrealidad ("Reality Show"), vive en un mundo de apariencias, donde todos son actores y las cosas un decorado.


 La exposición del Mito de la Caverna ya ha sido realizada en un artículo anterior (El mito de la caverna, de Platón - La sombra, la pantalla, la luz. Una relectura con Emilio Lledó), aunque podemos sintetizar aquí sus líneas básicas: 
 Platón propone comparar nuestra naturaleza humana en relación a la educación (conocimiento) con la "siguiente escena": una caverna en la que unos prisioneros encadenados desde su nacimiento contemplan unas sombras moverse en la pared de la cueva. Estas sombras son lo único que han visto en su vida. Lo que ignoran es que la causa de esas visiones son unos objetos transportados por unos extraños hombres, escondidos tras un muro, que "pasean" estas figuras con diversas formas de "hombres y animales". Un fuego tras ellos proyecta las sombras en el fondo de la caverna. Los prisioneros creen "reales" tales sombras porque nunca "vieron" otra cosa. 
 Cuando algunos de ellos fueran liberados ascenderían con gran dificultad a la superficie y la luz les cegaría. Primero, seguirían creyendo en la realidad de las sombras que veían abajo, pero más tarde descubrirían que los objetos y seres que ahora ven en el exterior son los verdaderos. "Si se les obligara a fijar su vista en la luz misma" les dolerían los ojos. Necesitarían acostumbrarse a ver el sol. Entonces sacarían en conclusión (conocería/descubriría) que el sol es la causa de que vean y de que existan los seres que ven.
 Si tuviese el prisionero que volver allá abajo, se volvería torpe al llenársele los ojos de tiniebla, y recibiría las burlas de sus compañeros al no distinguir bien las sombras. Si intentara liberarles y hacerles subir le matarían.

Mito de la caverna. Platón
Ilustración

 Platón -a través de Sócrates- interpreta el mito del siguiente modo: la vivienda-prisión es la vista -el conocimiento visible o sensible-, el fuego equivale al sol. La subida al mundo de arriba equivale a la educación del alma (razón) en la filosofía (y las matemáticas) -conocimiento racional- y el sol del mito es la Idea de Bien.
 La vista recae sobre el mundo sensible o visible. La razón es la que asciende desde lo sensible al mundo inteligible. En este mundo verdaderamente real -inteligible- lo último que se conoce -y con dificultad- es la Idea de Bien, ya que ella es "la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas", es decir, de la existencia y posibilidad de conocimiento de los seres (Ideas)


Mito de la caverna. Ontología: Niveles de la realidad 
Allegory of the Cave


 "The Truman Show" es una película norteamericana dirigida por el australiano Peter Weir, -que ya había realizado obras de éxito como  "Witness" ("Único testigo") (1985) o "Dead Poets Society" ("El Club de los poetas muertos") (1989) o "Green Card" ("Matrimonio de conveniencia") (1990)- que trata de los medios de comunicación, en concreto del poder manipulador de la televisión, creadora de una "realidad virtual" que sustituye a la auténtica (el tema principal del Mito de la Caverna)
 El guión es del neozelandés Andrew M. Niccol, que había dirigido "Gattaca" (1997), pero al que los productores no quisieron como director. El tema de toda la obra de Niccol es la recreación artificial de la realidad, que puede interpretarse como un dualismo ontológico platónico actualizado en el que la tecnología es el gran Demiurgo modelador del mundo virtual sensible.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Truman Burbank (Jim Carrey) saluda a sus vecinos cada día con la misma frase vacía

 Este largometraje fue acogido favorablemente por la prensa, con comentarios como: "Una ingeniosa y audaz sátira sobre la manipulación de los medios" (Washington Post)

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Seahaven: un decorado que recrea una urbanización de clase media en cualquier suburbio de Estados Unidos
Un lugar donde la vida es aburrida, mecánica y consumista

 El argumento es el siguiente: Truman Burbank (Jim Carrey) vive dentro de un plató gigante -construido en Hollywood- que simula ser la isla Seahaven (literalmente "el asilo del mar"). Ésta es un entorno artificial -con sol, luna, bosque, océano y un puente- del que no puede salir, porque desde pequeño ha sido condicionado para tener miedo al agua (hidrofobia), tras un naufragio en el que desapareció su padre.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Truman de niño mira el mar. Ha sido condicionado para no atravesarlo
Su hidrofobia le mantendrá prisionero en Seahaven

 Truman es la estrella -sin saberlo- de un "Reality Show" televisivo -desde su nacimiento- en el que 5000 cámaras ocultas en toda la ciudad siguen su vida las 24 horas del día. Este programa de "telerrealidad" se emite en todo el planeta y tiene una audiencia millonaria.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
La audiencia no puede dejar de seguir el "Reality Show" con "la vida en directo" de Truman 
En el delantal de la camarera de atrás se lee: "Truman Bar"

 Su esposa Meryl (Laura Linney), su mejor amigo, Marlon (Noah Emmerich), su madre (Holland Taylor), su padre (Brian Delate), son todos actores, al igual que todas las personas que le rodean, en la calle, en el trabajo. Todos tienen la misión de hacerle creer que vive en el mundo real, reteniéndole prisionero de una ilusión diseñada para el entretenimiento del público.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Marlon (Noah Emmerich). Un amigo que es otro actor más

 Pero Truman comienza a sospechar -la caída del foco, las bambalinas tras un ascensor, el comportamiento absurdo de su esposa mostrándole sus compras como si se dirigiera a terceras personas anunciando un producto- y es el encuentro con un mendigo callejero, en el que reconoce a su padre desaparecido, lo que hace disparar las alarmas.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Meryl (Laura Linney) anuncia un "Grater Dicer Peeler" mirando a cámara, aunque, en realidad, está hablando con Truman.
Una de las críticas de la película se dirige contra la explotación comercial -a través de anuncios invasivos- de las emisiones televisivas, en donde son los propios actores y presentadores los anunciantes, de manera activa o pasiva ("product placement")
Peter Weir y Andrew Niccol consiguieron que esta publicidad "incrustada" en su película fuera falsa, excepto en los vehículos Ford y Volkswagen que aparecen claramente

 Truman quedó marcado por el encuentro con Lauren (Sylvia, de verdadero nombre) (Natascha McElhone) de la que se enamoró justo antes de casarse con la estúpida Meryl. Sylvia era una activista del grupo "Truman Free" inflitrada como actriz en el programa. Antes de ser interceptada y expulsada le dio tiempo a advertir a Truman del engaño. Desde entonces Truman sueña con ella, reconstruyendo su rostro con recortes de prensa, y programando un viaje a las islas Fidji -donde le dicen que ella ha ido-, pero todo en Seahaven conspira para que no pueda salir: las agencias de viajes, la publicidad de la tele, los consejos del amigo, y su miedo al agua.

 Un día, con la sospecha de que algo ocurre, toma el coche y decide huir, pero consiguen pararle con un falso accidente nuclear. Pero Truman desarrollará una estrategia más inteligente, colocando un muñeco bajo una manta para engañar a las cámaras, y escapar al control de la vigilancia televisiva.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Meryl (Laura Linney) y Truman (Jim Carrey)
Intento de huida en coche. Todo son obstáculos que impiden la salida del escenario

 El creador del "Show de Truman", Christof (Ed Harris) -que ha llegado a creerse dueño y señor de su vida- no tiene intención de ceder el control de su inversión y su criatura. Desde la sala de mando, tras descubrir que Truman navega en un velero hacia su libertad, desencadena una tormenta artificial en la que está dispuesto a matarlo antes de que huya y le hunda el programa. Truman resiste el naufragio y se dirige con su barco a cielo abierto hasta chocar con la pared interior del gigantesco decorado. Baja y encuentra una escalera que le conduce a una puerta.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
El velero de Truman en su búsqueda de la salida -libertad- atraviesa el mar y choca con la pared pintada que simula el cielo, donde encuentra la puerta que comunica con el exterior

 Entonces una voz divina -Christof- le habla y le revela la verdad de su existencia vigilada, intentando convencerle de que su vida falsa es mejor que la que él busca como real: "La vida es buena porque dentro estás seguro". Truman rechaza el simulacro y atraviesa la puerta que le separa del exterior, de lo desconocido, para acceder al mundo real, donde le espera Sylvia.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Escalera que da acceso al mundo real, fuera del plató


 Son muchos los temas de esta película: la falta de ética de los medios de comunicación en su búsqueda de beneficio económico; el público acrítico buscador de "morbo", "voyeur" de la intimidad del prójimo y fácilmente manipulable, tan carente de escrúpulos morales como los productores; la crítica del ciudadano medio americano, conservador, habitante de urbanizaciones suburbiales, religioso, familiar, blanco, machista y heterosexual, representado en Truman y sus allegados; la presencia continua de la publicidad insertada en las emisiones, reflejo de una exagerada sociedad de consumo; la lucha por conocer la verdad y liberarse, a través del viaje iniciático o de tránsito hacia la verdad y la felicidad; el amor como impulso hacia la verdad, representado por Sylvia; y, sobre todo, la frontera entre lo aparente y lo real, entre ilusión y verdad, entre lo visible y lo racional.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Truman de bebé. El primer protagonista de un "reality show" nacido en "cautividad". Truman es "cautivo" de la mirada de las audiencias morbosas y de los intereses económicos de la productora


 Establezcamos ahora las relaciones entre la película y el Mito de la Caverna:

 La primera sección que corresponde a las sombras de la caverna se manifiesta en todo lo que rodea a Truman en Seahaven (gentes, ciudad, mar, bosque, cielo, sol). Todo ello no es más que un "escenario", un decorado, del que Truman ignora todo.
 Es un mundo de imágenes con personajes que actúan de acuerdo a un guión, y su papel consiste sólo en engañar a Truman, haciéndole creer que vive una vida real.

 Varias imágenes corresponden con la sombras que señala Platón
 a) Truman mirándose en un espejo del baño, al que nosotros vemos como una imagen de televisión, ya que una cámara escondida le graba.

 Nota importante: la principal diferencia entre el texto de Platón y Truman, es que en el mito de la caverna los prisioneros son pasivos recibiendo las imágenes producidas por otros. Ellos "miran" las imágenes. Pero en "El Show de Truman", él mismo es una "imagen" para que otros la "miren" a través de sus televisores. En el espectáculo televisivo no es tan importante lo que Truman ve, sino lo que los espectadores ven de él. Truman es, pues, un productor de "imágenes" de su propia vida. Es "activo", aunque él no sepa que es sólo una imagen para otras personas. Él cree vivir su vida libremente. También los prisioneros de la caverna creen ver las cosas libremente, cuando miran las sombras moverse. 
 "Truman está del otro lado (y por consiguiente nuestra mirada está de este y frente a él); los dos espacios quedan separados por una cámara" que sitúa a Truman en el espacio de la ficción, el plató que es su cuarto de baño.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Truman Burbank (Jim Carrey) en el espejo del cuarto de baño, que oculta una cámara, lo que le convierte en una "imagen" para los espectadores.
 Además es una emisión "live" (en directo) lo que le da autenticidad, aunque, precisamente, los televidentes sepan que todo lo que "vive" Truman es falso.
En un nivel más complejo equivale a las sombras que ven los prisioneros de la caverna. La mayor complejidad está en que Truman no sólo ve sombras falsas (todo lo que le rodea) sino que él mismo es una imagen-sombra televisada

 b) Seahaven, con todos sus habitantes, y sus límites: puente, océano, bosque, es todo él un conjunto de "imágenes" ficticias. Dice Platón: "¿Crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?" (515a) 
 En este caso, el fuego es la iluminación de los focos gigantes del plató, que incluye un sol artificial. El paralelismo con la alegoría platónica es evidente.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
La isla de Seahaven separada del mundo real 

 La segunda sección del mito de "La República" corresponde con las figuras que los "engañadores" mueven para que se reflejen en la pared de la caverna. "Estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias"
 En "El Show de Truman" esta segunda sección, que en Platón corresponde el aparente mundo visible formado por objetos sensibles, coincide con la primera. Pero lo interesante es la causa de este hecho: la existencia de unos "engañadores" ocultos tras un muro. Aquí son todos los técnicos que intervienen en la retransmisión, los carpinteros creadores de los decorados, los electricistas, los iluminadores, los trabajadores de mantenimiento, que, abajo, en el plató, obedecen las órdenes del creador supremo, Christof. Ellos son los responsables de que Truman crea en la verdad de las imágenes, porque detrás de éstas hay unos técnicos que las sustentan. Ellos son los "engañadores" de los que Platón habla.

 Nota importante: El nombre de Truman deriva de las palabras True y Man, "el hombre verdadero", "el hombre auténtico", y personifica los valores con que los medios de comunicación y sus propietarios tratan de adoctrinar al público.


Jean Baudrillard: "Simulacres et simulation"
Galilée

 Este "hombre auténtico" -cuya vida es falsa- hace realidad lo que el filósofo francés Jean Baudrillard escribió en 1978: "el tránsito de la cultura de la representación a la del simulacro"

Jean Baudrillard i la societat simulacre
Text: Gonçal Mayos Solsona
"El filòsof francès Jean Baudrillard va sostenir que el destí i la condició de les societats avançades actuals és que qualsevol fet tendeix a degradar-se com a tal i a esdesvenir espectacle o objecte de consum, al marge que sigui verídic o fals. Informacions i interpretacions, emeses i rebudes en allau, s'igualen en qualitat de mers simulacres de la realitat"

 Baudrillard acuña el concepto "hiperrealidad" poniendo como ejemplo "Estados Unidos que ha construido para sí un mundo que es más «real» que Real, cuyos habitantes viven obsesionados con la perfección, evitar el paso del tiempo y la objetivización del ser. Aún más, la autenticidad ha sido reemplazada por la copia (dejando así un sustituto para la realidad), nada es Real, y los involucrados en esta ilusión son incapaces de notarlo" (Wikipedia)
 El recuerdo del mito de la caverna en esta teoría de Baudrillard es claro: lo "visible" ("televisible" o "televisable") es más "real" que lo real, porque implica un dominio tecnológico que lo real no puede aportar. Podemos manipular la "telerrealidad" a nuestro antojo para convertirla en algo más "natural" o "verosímil" que la misma realidad. Esto es lo que pasa con la "hiperreal" vida de Truman.

 La tercera sección del mito de la caverna nos transporta al mundo inteligible y son los entidades matemáticas que se sitúan de intermediarias entre los objetos sensibles múltiples y las Ideas.
 Mi interpretación del tercer nivel -matemático- en "El Show de Truman" es la siguiente: es la revolución digital -basada en el sistema binario de 0 y 1-, o sea, una estructura matemática, la que está en el origen de la computación, los ordenadores y la sociedad de la información. Así que son los programadores informáticos (y matemáticos) diseñadores del hardware y el software necesario para producir y retransmitir los programas de televisión los que se sitúan en ese tercer nivel. No les vemos, porque son "invisibles". Son los señores de IBM, Microsoft, Apple Computers -y otras empresas más actuales de las redes sociales- los que explican la existencia de esa "telerrealidad" del Show de Truman.
 Podemos preguntarnos si Platón habría aceptado a personas como representantes del tercer nivel -el de las entidades matemáticas, numéricas y geométricas- pero es que hay que tener en cuenta que no son las personas lo importante sino sus diseños matemáticos, que pueden ser aplicados por cualquier otro individuo en la expansión de la tecnología.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir

 En todo caso el ascenso del mundo sensible al inteligible está mostrado en las huidas de Truman en su coche, y, sobre todo, en su escapada nocturna -de noche tenía que ser, ya que es de las tinieblas de la apariencia, de las sombras, de donde sale- para atravesar en un barco de vela un mar que desatará una tormenta terrible que pondrá en duda su éxito para liberarse de las cadenas del engaño.

 La cuarta y última sección del mito de la caverna se corresponde con las Ideas. Y el Bien como Idea Suprema que todo lo ilumina y hace existir. 
 Muy difícil establecer aquí una comparación con la obra cinematográfica de Peter Weir. Truman sale del plató (caverna) tras una odisea marina -con la tormenta artificial mandada por la furia de Christof-Dios- y llega al límite de la mentira: la pared del estudio donde se halla una escalera que simboliza de modo claro el "ascenso" -aunque la verdadera travesía ha sido vencer su hidrofobia- y cruzar el falso mar.

 Nosotros, los espectadores hemos visto a Christof -creador demiúrgico del espectáculo, del simulacro-, hemos visto a los telespectadores con su mirada "voyeur", morbosa y obscena ante la pantalla del televisor, hemos visto a los técnicos de continuidad de la cadena atentos las 24 horas del día para que la audiencia no pierda nada de la "vida en directo" de este "reality show", pero no sabemos cómo es el mundo fuera de esa puerta que Truman Burbank -¿habéis reparado que su apellido coincide con los estudios de cine Burbank, en Los Angeles?- finalmente cruza desoyendo las advertencias de su Demiurgo Christof.


"The Truman Show" (1998). Peter Weir
El demiúrgico Christof ve marchar a su "criatura" 

 Se abre el abismo de lo desconocido. Truman quiere ser libre, descubrir el amor con Sylvia -no el simulacro de matrimonio con Meryl- que, quizá sea una emanación del Bien-Amor-Belleza que desencadena la huida-travesía-liberación de Truman de sus cadenas.

"The Truman Show" (1998). Peter Weir
Sylvia (Natascha McElhone), "salvaje" en latín, quizás simboliza el mundo real frente al artificial-aparente. Es salvaje porque se rebela contra el sistema y forma parte del grupo "Truman Free" que se infiltra en el Show para liberar al protagonista encadenado.
Es la encarnación del Amor-Bien puro, frente a la codicia de la productora del programa y el morbo de los espectadores.
Su recuerdo -el recuerdo del Bien- impulsa a Truman a liberarse

 El Bien-en-sí-mismo es la causa de lo real racional y de su conocimiento. Truman ha hecho lo más difícil: dudar de lo que veía, reflexionar -con ayuda del amor de Sylvia- para encontrar la manera de escapar de la apariencia, emprender la travesía marina con el entusiasmo del amor que vence su miedo al agua, y llegar al límite externo de la caverna mediática. Fuera le espera esa luz siempre pura y viva del Bien.


 He pretendido en este análisis comparativo reducir los temas secundarios y centrarme en la comparación del texto del filósofo griego con la película americana.

 Espero que sea de utilidad para los alumnos que tengan que hacer la cuarta cuestión del examen de Selectividad de Historia de la Filosofía.

                       
                

1- Imágenes: Seahaven, Espejo donde se refleja Truman

     2- Engañadores: técnicos de la retransmisión en el plató

          3- Software/Hardware 
              Código matemático binario usado por los productores del Show de Truman

                 4- Final de la travesía en velero, escalera y puerta de salida del plató-caverna 




BIBLIOGRAFÍA:

- Francisco López Cantos: "El Show de Truman. Peter Weir (1998)". Guías para ver y analizar. La Nau Llibres. Octaedro. 2007


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico, trabajo y análisis de este film imprescindible. Sobre un pátina cómica es un drama existencial terrible que supera Carey, su mejor actuación, junto ¡Olvídate de mí! El resto, nada de nada.

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Quiero agradecer desde España a todos los centros educativos de Argentina que usan mis escritos de filosofía en sus clases. Es emocionante saber que cuando acá se ignora mi labor (lo que llama la Administración Innovación Educativa) allá alumnos a miles de kilómetros estudian lo que un día escribí para otros alumnos que ya marcharon del Instituto hace mucho tiempo. En concreto mi inmenso agradecimiento al INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Nº 29. PROFESORA: GRACIELA GIL. MERLO, BUENOS AIRES.
Llevo 31 años enseñando y éste es un reconocimiento de ultramar que me da fuerzas para seguir luchando a pesar de todos los que están destruyendo la educación

Lol123 dijo...

hola quiero agradecerle profundamente este trabajo ,soy de Argentina y estamos haciendo un trabajo comparativo y ni bien vi su publicación supe que iba a superar todos los puntos de mi trabajo , eternamente agradecido!! y siga publicando ,nos hace mucha falta !! exitos!!

Anónimo dijo...

Excelente comparación

Eddie dijo...

Estoy entendiendo mejor el Mito de las Cavernas.

Anónimo dijo...

maravilloso me ha ayudado mucho

Anónimo dijo...

gracias por su aportación me ha ayudado mucho aprovare filosofía gracias a usted un saludo desde caracas

Anónimo dijo...

gracias excelente narración y explicación

Anónimo dijo...

Fantástico post

Francisco dijo...

Muchas gracias

Francisco dijo...

Gracias. Saludos a nuestros lectores de Venezuela

Francisco dijo...

Muchas gracias y saludos a Argentina