"Saturday Night Fever" (1977). John Badham
Discotecas, alienación juvenil obrera y contrapicados en Brooklyn
Francisco Huertas Hernández
Colaboración especial:
Felicidad Giménez Masipica ("Mis recuerdos del vídeo de "Fiebre del sábado noche" visto con amigos, y aquellas discotecas de Alicante a finales de los 70: "Il Paradiso"")
Lorenzo Guardiola Pérez ("Mis recuerdos del estreno de "Fiebre del sábado noche" en Alicante en mayo de 1978")
"Saturday Night Fever" (1977). John Badham
Flo Manero (Julie Bovasso), Frank Manero, Sr. (Val Bisoglio) & Tony Manero (John Travolta)
Una familia italoamericana de Brooklyn. El padre, desempleado. La madre, devota católica. El hijo mediano, un alienado empleado de una tienda de pinturas, que gasta todo su dinero en la discoteca los sábados. El conflicto familiar es un reflejo del conflicto generacional y la falta de horizontes en un barrio obrero deprimido
Cuando el periodista musical londinense Nick Cohn (1946) escribió "Tribal Rites of the New Saturday Night" (Ritos tribales del nuevo sábado por la noche) -publicado en 1976 en la revista "New York Magazine"- no imaginaba que sería llevado al cine, con las canciones del grupo inglés The Bee Gees, y la producción del anglo-australiano Robert Stigwood (1934-2016), convirtiéndose en un film icónico de los años 70. Nick Cohn investigó la "subcultura" de la clase trabajadora estadounidense, centrada en los jóvenes de Bay Ridge, en Brooklyn, Nueva York, y su ocio en la discoteca "2001 Odyssey". El reportaje de ficción del periodista de rock británico mezcló personajes mod ingleses que recordaba con las observaciones que hizo del mundo de las discotecas neoyorkinas.
El director anglo-norteamericano John Badham (1939) fue el elegido para filmar la historia, con bajo presupuesto -3,5 millones de dólares-, íntegramente rodada en Nueva York, lo que le confiere un notable realismo de cinéma-vérité y un eficaz "zeitgeist". La "recepción" de esta película hoy es muy distinta de la que tuvo en su momento. Siendo una obra de cine "comercial", con una espléndida banda sonora de música disco, actualmente somos más conscientes del "valor sociológico" de su historia, y el reflejo del "espíritu de la época", en todos los detalles: vestuario (de la diseñadora de vestuario Patrizia von Brandenstein) -cazadoras de cuero, camisas estampadas desabrochadas de anchos cuellos de pico, pantalones de pernera acampanada, cadenas de oro-, peinados, forma de caminar y de hablar -blasfemias y palabras malsonantes incluidas-, tratamiento sin tabúes del sexo de fin de semana -una violación grupal en el coche, desnudos-, autos, y un persistente "vacío existencial", desprovisto de conciencia social o metas vitales. Y todo ello a pesar de la "superficialidad" en el "retrato psicológico" de los personajes o el "trasfondo social" de la época.
Tony Manero (John Travolta) es un joven de 19 años de Bay Ridge (Brooklyn, Nueva York) que camina con juvenil arrogancia por las calles del barrio. Tras unos planos aéreos de la ciudad que nunca duerme y sus puentes, vemos avanzar sus pies calzados con unos elegantes zapatos. No es su rostro lo que se nos presenta, sino sus pies. Pues estos han de "vivir" su "vida" de "bailarín" de "discoteca" de fin de semana, sin que su cabeza o su semblante puedan impedirlo. El título del film sobreimpresionado imitando los rótulos de neón de las discotecas, y los Bee Gees cantando "Stayin' Alive": "Well, you can tell by the way I use my walk / I'm a woman's man, no time to talk / Music loud and women warm, I've been kicked around / Since I was born / And now it's alright, it's okay / And you may look the other way / We can try to understand / The New York Times' effect on man /
Whether you're a brother or whether you're a mother / You're stayin' alive, stayin' alive / Feel the city breakin' and everybody shakin' / And we're stayin' alive, stayin' alive / Ah, ha, ha, ha, stayin' alive, stayin' alive".
(Bueno, puedes darte cuenta por la forma en que uso mi forma de caminar / Soy un hombre de mujeres, no tengo tiempo para hablar / Música alta y mujeres cálidas, me han pateado / desde que nací / Y ahora está bien, está bien / Y puedes mirar de otra manera / podemos tratar de entender / el efecto del New York Times en el hombre
Ya seas un hermano o una madre / Te mantienes vivo, te mantienes vivo / Sientes que la ciudad se rompe y que todos tiemblan / Y nosotros nos mantenemos vivos, nos mantenemos vivos / Ah, ja, ja, ja , manteniéndose vivo, manteniéndose vivo)
Parece que las canciones de los hermanos Gibb fueron añadidas más tarde, pero el "ritmo de la noche" de las "pistas de baile" es el "nervio" del relato. La cámara ha "ascendido" de los pies a la faz altiva del chico que trabaja en una ferretería y tienda de pinturas. Un "machito" que se gira para mirar a todas las muchachas, "conquistador" suburbial de camisa desabrochada y estrecha cintura -¡de 71 cm!-. El "contoneo" amanerado de Manero -valga el juego de palabras- indica que sus "días de labor" son solo un "ensayo" para sus "noches de fiebre". Los trenes pasan por el viaducto elevado. En la planificación visual nada indica que estemos ante cine de autor, y, sin embargo, con todos los tópicos del cine americano de pandillas y suburbios, qué bien presentado está el personaje, con el encanto y frescura de su rebeldía sin conciencia de clase. Badham comienza pronto con sus "contrapicados" para "agrandar" al "héroe suburbano". La hebilla del cinturón actúa como "símbolo fálico", afilada, brillante y engarzada. El sonido de los tacones de Tony se acompasa al bombo -"Four-on-the-floor"- de la canción. El "ritmo" del "coito" urgente con chicas sin nombre en los autos aparcados junto a la discoteca se asemeja al de la percusión del "bombo" de las canciones disco.
El "cuerpo" es el "protagonista" del film. Tony Manero lo "luce" orgulloso. Es su "herramienta" de "trabajo": su estrechísima cintura, sus largas piernas, su resistencia, su flexibilidad, le hacen "invencible" en la discoteca, y "objeto de deseo" de todas las jovencitas. John Travolta, que había trabajado como cantante y bailarín en una compañía, tuvo que ensayar durante nueve meses las coreografías de la película. Y hubo de perder nueve kilos para interpretar el papel, y que el traje blanco del baile final quedara perfectamente ajustado.
El Manero "trabajador", es un eficiente aunque "pedigüeño" empleado. Y el Sr. Dan Fusco (Sam Coppola), dueño de la tienda, un empresario precavido que no da "adelantos" los viernes para impedir que sus trabajadores dilapiden sus ingresos el fin de semana en "bebida y mujeres": "This way you've got money all week. You can save for the future" (De este modo tú tienes dinero toda la semana. Puedes ahorrar para el futuro). Tony Manero "necesita" dinero para camisas, zapatos y otros complementos con que "lucirse" en la "pista de baile", y no se preocupa por el futuro: "Fuck the future!" (Que jodan al futuro). Un exabrupto semejante al grito punk en Londres de Sex Pistols ese mismo año 1977: "Don't be told what you want / Don't be told what you need / There's no future / No future / No future for you" (No te digan lo que quieres / No te digan lo que necesitas / No hay futuro / No hay futuro / No hay futuro para ti) ("God save the Queen").
Una juventud sin perspectiva de futuro ni conocimiento del pasado -cultura- que ha sido hábilmente "desactivada" en la "alienación" del "baile", donde el "fracasado social" se transforma en "triunfador efímero".
La impresión que nos produce el barrio de Bay Ridge es de suciedad, pobreza y estancamiento. Estados Unidos batía el record de déficit comercial en 1977, y se reponía de la crisis del petróleo en 1973. Manero es un tipo sin cultura ni ideales políticos que vive en en un entorno hostil. "No, Tony, you can't fuck the future" (No, Tony, tú no puedes joder al futuro) espeta el prudente y conservador Sr. Fusco. "The future catches up with you, and it fucks you if you haven't planned for it" (El futuro te alcanza y te jode si no lo has planeado) añade. A lo que Tony responde, osado y despreocupado: "Tonight is the future, and I'm planning for it. There's a shirt I have to buy..." (Esta noche es el futuro y lo estoy planeando. Hay una camisa que tengo que comprar...). Este es uno de los diálogos más famosos de la película. Un "nihilismo" hedonista y apolítico corre por los pies de un joven que apenas tiene ideas en la cabeza. Cine social en sus justas proporciones, entre canción y canción.
El "drama social" continúa en la escena de la vivienda familiar. Un edificio típico de Brooklyn de casas adosadas con escaleritas. Tony vive con sus padres, su abuela italiana, y su hermana pequeña. El padre, Frank Manero, Sr. (Val Bisoglio), es un hombre sin iniciativa, en desempleo. La madre, Flo Manero (Julie Bovasso), es una mujer devota, que minusvalora continuamente a Tony, al que compara con su hermano mayor, que es sacerdote: "You should've been a priest, like your brother. You wouldn't worry about a job" (Deberías ser sacerdote, como tu hermano. No te preocuparías por un trabajo). La mujer, se persigna ante el retrato del cura, que preside el salón, y se desencadena una tormenta de "golpes" (coscorrones) entre madre, padre e hijo, hasta que la abuela interviene. La violencia verbal y física es el lenguaje que Tony ha conocido desde niño. La familia en plano general picado iluminado en claroscuro. Un padre que no trae suficiente dinero a casa. Una madre beata y poco cariñosa, "que tiene que rezar para que el Padre Frank Jr. la llame" (!). "A son should call his mother. You'll ask God to make Frank call you?" (Un hijo debería llamar a su madre. ¿Le pedirás a Dios que haga que Frank te llame?) dice irónico el hijo postergado. "You're turning God into a telephone operator" (Estás convirtiendo a Dios en un operador de teléfono) añade con cinismo Tony.
La familia italiana tradicional, "desarraigada" en una cultura lejana, con una abuela que no ha aprendido inglés, y un nieto que no habla italiano. Tony no es ni italiano ni americano. Su "pertenencia" al país en que ha nacido pasa por la "integración" en "bandas juveniles". Este aspecto es de los menos consistentes del guion.
Tony Manero marcha a la discoteca, tras un desfile de sus iconos de la subcultura popular en las paredes de su cuarto: Bruce Lee, Farrah Fawcett, Al Pacino, o Rocky. Los preparativos para la "disco" incluyen varios planos contrapicados del cuerpo de Travolta de alto voltaje erótico.
El grupo de amigos es una colección de "descerebrados", que no pueden dejar de seguir a su líder, el hermano del cura: Joey (Joseph Cali), Double J (Paul Pape), Gus (Bruce Ornstein), y el pequeño Bobby C. (Barry Miller). Manejan un coche viejo, y se pasan el tiempo ingiriendo drogas "estimulantes", buscando chicas para chingar, y tomando "Seven & Seven" -Seagram's Seven, una marca popular y bastante económica de whisky de centeno, y Seven-Up, un refresco carbonatado azucarado parecido a la limonada gaseosa- en la discoteca -de nombre cinematográfico- "2001 Odyssey", nada que ver con la "Studio 54" en Manhattan -centro de la música "disco" entre 1977 y 1986-.
Monti -"su delicioso" D.J."- (Monti Rock III) se interpreta a sí mismo. Anuncia la "competición" de baile, a la que se presentará Tony Manero, un "don nadie" en el día, y el "rey de la pista" en la noche. Manero baila con Annette (Donna Pescow) "Disco Inferno" de The Trammps, y "galvaniza" a los asistentes que le reconocen como el mejor. Los comentarios "machistas" y "sexistas" de los chicos son continuos, como en la secuencia un tanto cruel de la chica fea, Doreen (Denny Dillon) que limpia el sudor de Tony, casi una parodia antirreligiosa de Verónica en el Viacrucis: "Tony, can I wipe off your forehead?" (Tony, ¿puedo limpiarte la frente?) suplica ella. "Why not? Go ahead" (¿Por qué no? Adelante), responde el "Mesias" del baile. "Hey Doreen, it's no blow job" (Hey Doreen, no es una mamada) dice Joey, uno de los soeces muchachos. "You don't know fuck about women. You get a blow job easier than you get that" (No sabes una mierda de mujeres, Joey. Es más fácil conseguir una mamada que conseguir eso). "I love to watch you dance, Tony. I love it. I love to watch you dance!" (Me encanta mirarte cuando bailas Tony. Me encanta verte bailar) exclama extática Doreen.
En un cambio inesperado de "estilo musical" por parte del D.J. Monti, salta a la pista vacía una "desconocida". El "Latin Jazz" también se puede bailar. Se produce entonces el "encuentro". Tony queda prendado de su habilidad danzarina o de su figura. Stephanie Mangano (Karen Lynn Gorney) "sabe bailar", le dice Tony entusiasmado a Joey. Planos de miradas entre ambos. ¿Puede el amor vencer al baile? No importa que ella tenga un patoso compañero de baile vestido horteramente. Tony rechaza sexualmente a Annette -el mejor personaje femenino de la película-. Es un "gallito" "machista".
Los "números de bailoteo" y "piruetas" (del coreógrafo Deney Terrio) se suceden bajo las "bolas de espejos" -disco balls, mirror balls o glitter balls- y sobre el piso iluminado por más de 300 parpadeantes luces láser de colores. Manero "mueve su esqueleto" junto a dos minas borrachas en "Night Fever" de los Bee Gees. La forma física y agilidad de Travolta son envidiables, y las prendas ajustadas remarcan su cuerpo en una celebración más homoerótica de lo que sus protagonistas imaginaran. El contorno de la cintura del pantalón es el eje de ese "escaparate" de "exhibición" físico-dinámica. Los contrapicados, el baile "suelto" y el ambiente algo "irreal" del láser, junto al humo, alcohol, las drogas y la excitación sexual introducen a los "anónimos" chicos de barrio en un "reino de adrenalina y poder".
Los investigadores Henkjan Honing, Olivia Ladinig, Gábor P. Háden e István Winkler descubrieron la existencia de un "sentido rítmico innato" en los seres humanos: "La inducción al ritmo, el proceso en el que se activa un patrón isócrono regular (…) mientras se escucha música, se considera un rasgo humano fundamental que podría jugar un papel decisivo en el origen de la música porque puede considerarse una habilidad específica del ser humano". ("Is beat induction innate o learned? Probing emergent meter perception in adults and newborns using event-related brain potentials". 2009).
Manero y sus colegas "necesitan" bailar porque eso es un "constituyente antropológico" ("universal antropológico"), más allá de ser una "válvula de escape" de sus "miserables vidas" de "macarras" suburbiales.
Para "triunfar" hay que "practicar" en el "Phillips Dance Studio". Annette es compañera de baile, y está enamorada del "guapo" del barrio. Solo quiere acostarse con él. Tony no quiere interferencias afectivas: "Are you a nice girl or a cunt?" (¿eres una buena chica o una ramera?) dice el italiano. "No sé. Ambas cosas" responde una liberada o desesperada Annette. El local de ensayo está regentado por un tipo sin escrúpulos, un tal Pete (Bert Michaels), que "se mantiene en el 65% por ciento", el porcentaje de las chicas con las que se acuesta de las que van al estudio a bailar. Tony vuelve a ver a Stephany practicando en el estudio. Ensayando ballet.
La "crisis familiar" se desencadena cuando el hermano mayor, el Padre Frank Manero Jr. (Martin Shakar) decide abandonar el "sacerdocio" por culpa del "celibato". La conversación con Tony en el dormitorio muestra la imposibilidad de servir a Dios en una carne mortal habitada por el deseo: "I'm leaving the Church, Tony" (Voy a dejar la Iglesia, Tony). La respuesta frívola de su hermano es "Do you think I'm losing my hair? It looks very thin right here and here" (¿Crees que estoy perdiendo el pelo? Se ve muy fino aquí y aquí), mirándose narcisista en el espejo. Bueno, efectivamente, Travolta se quedó calvo, y perdió su grácil cintura. Se hizo adulto. El cura se desprende de su ropa religiosa. Los padres, avergonzados, ante la "opinión" de la gente. Al fin y al cabo, los católicos han hecho de la "hipocresía" casi una virtud. "I think they're afraid to. Like I might say, "Celibacy" (Creo que tienen miedo a preguntar. Por si llego a decir "celibato"). El "celibato" (rigurosa castidad sexual y prohibición de casarse, impuesta por la Iglesia Católica a los clérigos) deshizo muchas carreras sacerdotales en los años 70 en España. Eran los curas que se casaban. El conflicto entre el celibato sacerdotal y la naturaleza libidinosa humana fue tratado en la incomprendida y extraordinaria película "El sacerdote" (1978) de Eloy de la Iglesia. El cura arrepentido enumera -en sucesión de tópicos superficiales- los motivos de su renuncia: "ver un día en el crucifijo solo a un hombre, los sueños de gloria piadosa de sus padres proyectados en el muchacho, que te convierten en lo que ellos desean". "You can't defend yourself against their fantasies" (No puedes defenderte contra sus fantasías). "All I ever really had any belief in was their image of me as a priest" (Lo único que realmente creí alguna vez fue su imagen de mí como cura). Admitamos que el monólogo es esquemático, y no alcanza hondura teológica, pero no deja de ser un reflejo de la mente simple del americano medio. Todo el problema de la vocación religiosa se sitúa en haberse dejado condicionar por la mentalidad tradicional de unos padres católicos, que usan a su hijo como medio de afianzarse en una sociedad nueva. El "vivir la vida" que otros "deciden" por nosotros no parece ser el problema de Tony, que, no obstante, "vive" como todos los chicos de su edad en su entorno: trabajar y "olvidar el trabajo" "bailando, cogiendo y tomando". La incultura pragmática de Tony se limita a responder: "Tendremos que quitar la foto de la repisa". Y luego hablar de la rivalidad entre hermanos fomentada por la dominante madre. Uno, el "perfecto". Otro, la "escoria". "You know what's weird? I always felt I was the shit and you were perfect" (¿Sabes lo que es extraño? Siempre sentí que yo era la mierda y tú eras perfecto). Detrás de esta afirmación yanqui de "ser uno mismo", o "cómo defender la libertad individual" sin sometimiento social, se esconde -paradójicamente- la "anulación" de la "capacidad de resistencia" del ciudadano frente al engranaje económico-político. "Sé tú mismo", pero no "cuestiones o combatas" los "mecanismos de control social" que te "impiden realmente ser libre" porque ni siquiera puedes "pensar y decidir" "ser otro". "Baila y calla". El "American Way of Life" con sus valores de "individualismo, ética del trabajo, pragmatismo, optimismo, movilidad social, dignidad humana, filantropía, bien común, democracia y derechos civiles" reducido a "individualismo, ética del trabajo, hedonismo, consumismo y un etéreo sentido de la libertad" sin compromiso o conciencia social de la injusticia del sistema.
El "no tan malo" Tony Manero, hasta ahora únicamente ha demostrado "triunfar" en la "inocua" actividad de "bailar" en la disco "2001 Odyssey". En el "Phillips Dance Studio" propone a Stephanie ser su pareja para el concurso de la discoteca. Ella acepta tomar un café y sentencia: "I think there's a world of difference between us. Not just chronologically, but emotionally, culturally, physically, every way, and this world would get bigger and worse with every passing week" (creo que hay un mundo de diferencia entre nosotros. No solo cronológicamente, sino emocionalmente, culturalmente, físicamente, en todos los sentidos, y este mundo se hará más grande y peor cada semana que pase).
El personaje de Stephanie es uno de los más vacíos y superficiales del film: la "engreída" que aspira a cambiar de clase social porque trabaja de secretaria en un barrio rico -Manhattan- con "famosos" del cine y la música. Todo en ella rezuma "falsedad". Su "cultura", sus "conocidos famosos", su "trabajo", "su ideal de vida sofisticada". Allí -dice- "Right over there, across the river, everything is completely different. It's beautiful! People are beautiful, offices are beautiful" (Justo allí, al otro lado del río, todo es completamente diferente. ¡Es hermoso! la gente es hermosa, las oficinas son hermosas). La enumeración de "celebridades" que ha conocido es tan estúpida que incluye a Eric Clapton -artista representado por Robert Stigwood Organisation, con sede en Londres, que produjo este film y otros como "Grease" o "Xanadu"-, Cat Stevens, Laurence Olivier, mientras pide té con limón en lugar de café, y afirma ver películas de Zefirelli. La "diferencia cultural" "fingida" por la "afectada" secretaria no se resuelve en un "conflicto de clases", porque en esta película eso está fuera de lugar, y, además, Mangano, no deja de ser una trabajadora más, descendiente de emigrantes italianos. La "creída" pregunta con descuidado aire de superioridad: "Are you enjoying what I'm telling you?" (¿Disfrutas con lo que te cuento?). El vulgar chico de barrio asiente incómodo. Y ella intenta marcar el terreno: "Maybe you can't handle hearing about a kind of life so different from yours" (Quizás no puedas tolerar escuchar sobre una vida tan diferente de la tuya). "Mejor" añade ella. Los diálogos esquemáticamente simples no distan mucho de una realidad norteamericana tan profunda como el papel envoltorio de una golosina "Sour Patch Kids". La puerilidad seudo sofisticada de Stephanie incluye un "american dream": "I'm out of this Bay Ridge scene. I'm getting my own apartment in Manhattan. I'm changing as a person. I'm growing. Nobody knows how much I'm growing" (Estoy fuera de la escena de Bay Ridge. Me voy a mudar a Manhattan. Tendré mi propio apartamento. Estoy cambiando como persona. Estoy creciendo. Nadie tiene ni idea de cuánto estoy creciendo). Tras su ridículo "speech" autocomplaciente, la chica cede: bailará con él, pero que no trate de seducirla, porque no le van los tipos de su clase: "demasiado joven, sin clase, y que no sabe lo que quiere". Tony, sonriendo estúpidamente mientras come una grasienta hamburguesa con ketchup, se define como un tío que trabaja en una tienda de pinturas -donde le han dado un adelanto-, vive con su familia, va con sus amigos, y se gasta todo su dinero el sábado en la discoteca. La sabihonda empleada sentencia: "You're a cliché. You're nowhere, on your way to no place" (Eres un cliché. No estás en ninguna parte, ni vas a ningún lugar). Ella insiste en por qué nunca Tony pensó entrar en la Universidad. Lo curioso es que ella tampoco lo hizo. Los mecanismos de defensa de "negación de la realidad", "proyección" o "sublimación" actúan en las "fantasías de triunfo social" y "desclasamiento" de Stephanie. Tony es simple, pero "noble". Su falta de "afectación", su manera de comer "sin masticar", su "naturalidad", ponen en "cuestión" las "ínfulas de grandeza" de Stephanie, a la que realmente admira.
Ya por la calle, Tony reflexiona sobre "la emoción" que experimenta "bailando" en "2001 Odyssey" y que le gustaría trasladar a otras situaciones de su vida. Una velada confesión de la "alienación" del baile -"es otro cuando baila"-, que "desplaza" o "sublima" otras "necesidades" o "impulsos" del joven. "Dancing can't last forever. It's a short-lived kind of thing" (El baile no puede durar siempre. Su vida es corta). Manero es como esos futbolistas que saben que su carrera terminará con treinta años, e intuye que la vida es algo más. Quizás con Stephanie esa conciencia se agudiza.
La introducción de unas secuencias de peleas de pandillas está muy forzada. Sin saber si son los "Barons" o los "Barracudas" a los que hay que zurrar, tras la agresión sufrida por Gus, que está en el hospital, deciden actuar precipitadamente, desmañadamente. La "ley de la calle", de la "venganza", se impone. Pero la deuda con "West Side Story" (1961) de Robert Wise, o "Rebel Without a Cause" (1955) de Nicholas Ray, se torna aquí -sin pretenderlo el director- en una "parodia". Lo más llamativo: están fuera de época. Es tan intempestiva la escena como un decorado de western en el Brooklyn de las discotecas.
Lo mejor, sin duda, -y lo más agudamente inteligente de la película- es descubrir en la visita al hospital a Gus para darle la buena nueva de que ya ha sido "vengado", que los chicos se equivocaron y atacaron a una pandilla que no era.
La tensión en casa tras la "dimisión del estado clerical" de Frank Jr. continúa con Tony. Los gritos entre madre e hijo estallan. Pero, ¿por qué se empeñan los padres en que su hijo sea sacerdote si no quiere serlo? Qué claramente comprendemos que no es el bien de sus hijos lo que los padres buscan, sino el suyo propio, haciendo de sus hijos la "realización de sus sueños". Tony, fuera de sí, vocifera: "No! You don't have a priest any more. You've got nothing but three shit children now!" (No va a regresar nunca. Ya no tienen un cura nunca más. Ahora tienen tres hijos de mierda)
Tony es un "shit child" en su familia, no es mucho más en su trabajo. No ha ido a un "College" ni sabe una mierda. Solo se acicala y baila. No es muy halagador, pero ahora una chica mayor que él, más sofisticada, le hace ver que hay otro mundo, a la otra orilla del Hudson: un mundo de dinero, de fama, de cultura y poder.
Tony Manero se deshace de Annette como compañera de baile. Stephanie y él ensayan con canciones de Tavares. Lo mejor de esta época es que la gente llevaba discos LP bajo el brazo, no había toda esa mierda del "streaming", la "desmaterialización" de la "música". Ver a la pareja bailando con zapatos de tacón resulta chocante.
Tony lleva a su hermano, ex-cura, a la discoteca. Sin duda, una secuencia con su punto antirreligioso. Frank Jr. no se encuentra cómodo allá y se marcha pronto, tras quedar impresionado con la pericia de bailarín de Tony. El sexo está tan unido a la discoteca, que todas las compañeras de pista lo son también de cama, bueno, de asiento trasero de auto. El ex-cura aún mantiene su tono moral, y no se deja arrastrar a este mundo, máxime después de que Bobby C. -un pobre crío inmaduro- le pida consejo para el aborto de la chica a la que ha dejado embarazada.
La imagen de la juventud en la película es deplorable: sin cultura ni valores morales. Sexo, drogas, baile, peleas pandilleras. Y el exagerado contraste entre el "celibato" -abandonado- de Frank Jr. y la promiscuidad sexual de Tony es un símbolo de la imposibilidad de ser cura y hombre en una sociedad "secularizada", materialista y hedonista.
Una escena de amor -la versión instrumental de "How Deep is Your Love" de los Bee Gees suena de fondo- sitúa a Stephanie y Tony bajo el Puente Verrazzano (Verrazzano-Narrows Bridge) que conecta Staten Island y Brooklyn. Fue el puente colgante más largo del mundo, con su tramo central de 1,30 kms, y una longitud total de 4,17 kms. Tony -que, ¡por fin "sabe de algo"!- detalla las medidas y cuenta historias sobre la construcción. Ella le escucha embelesada.
Annette inicia el camino de la "autodestrucción": será decididamente una "cunt", pide pastillas estimulantes, y se acuesta con toda la pandilla. Y llega la violación en el coche.
La tragedia se construye con la descarga de adrenalina que produce a los chicos subirse a las barandillas del Puente Verrazzano-Narrows y hacer piruetas, borrachos y drogados, al salir de la discoteca, y después de haber tenido sexo rápido. ("Historias del Kronen" (1995) de Montxo Armendáriz, tiene una escena casi idéntica en el Puente de Eduardo Dato en la Castellana de Madrid)
Bobby C. -desesperado- juega con la muerte y cae al Hudson. Otra escena que entronca con el "Chickie Run" (duelo de autos) de "Rebel Without a Cause", ese "juego con la muerte y la audacia inconsciente de la juventud". Una "pulsión de muerte" que sucede a la pobre "descarga de libido" en actos sexuales mecánicos y anónimos, tras la ingestión de alcohol y estimulantes.
Que Tony renuncie a su trofeo como ganador del concurso de baile, amañado como siempre, tras reconocer que la pareja puertorriqueña fue muy superior, e intente forzar sexualmente a Stephanie, vague toda la noche de vagón en vagón de metro -el metro más sucio y feo de mundo-, y, finalmente, acuda al apartamento de la chica a pedir perdón y empezar una nueva vida en Manhattan, ya todo eso es la "redención" de esa "escoria de Brooklyn" de pantalón ceñido, movimientos lúbricos y "caminar" de "macarra".
"Saturday Night Fever" ha "envejecido" bien. Más allá de una "película musical" -que no es, es solo una película con buenas canciones-, asistimos a un documento "sociológico" de una época: el triunfo de las discotecas en un ambiente obrero estancado, y sin movilidad social, y el acerbo "retrato" de unos jóvenes de clase trabajadora en Nueva York -con su machismo, homofobia, racismo, incultura, marginación, incapacidad de amar y violencia-, y la más sugestiva prospección del punto de vista femenino, con una Stephanie ambiciosa, o una Annette, que ama desinteresadamente, apuntando a nuevas formas de "liberación femenina".
Otro logro de la película -o más bien de su Banda Sonora, con 40 millones de discos vendidos- fue imponer una "descafeinada" música "disco" para blancos, heterosexuales de clase media, que "edulcoraba" la más incómoda música disco funk negra vinculada a ambientes gay y queer, con artistas como el andrógino Sylvester ("Queen of Disco"), con su voz de falsete, o Village People, con sus atuendos indisimuladamente gays.
Es cierto que en el largometraje la acumulación de temas sociales y psicológicos no está desarrollada ni los personajes tienen demasiada profundidad, pero eso es coherente con la vaciedad y superficialidad de la vida norteamericana
"Saturday Night Fever" (1977). John Badham
Original Poster
"Saturday Night Fever" (1977). John Badham
"Saturday Night Fever"
1977
United States
119 minutes
Directed by John Badham
Screenplay by Norman Wexler
Based on "Tribal Rites of the New Saturday Night" by Nick Cohn
Produced by Robert Stigwood
Cinematography Ralf D. Bode
Edited by David Rawlins
Music by Bee Gees, David ShireCasting by Shirley Rich
Production Design by Charles Bailey
Set Decoration by George DeTitta Sr.
Costume Design by Patrizia von Brandenstein
Costume and Wardrobe Department: Jennifer Nichols, Ryan Frazier
Make Up Department: Max Henríquez, Joe Tubens
Production Management: John Nicolella
Art Department: James Mazzola, William Canfield
Sound Department: Michael Colgan, Les Lazarowitz
Production company: Robert Stigwood Organization
Distributed by Paramount Pictures
Release date: December 16, 1977
Cast:
John Travolta as Anthony "Tony" Manero
Karen Lynn Gorney as Stephanie Mangano
Barry Miller as Bobby C.
Joseph Cali as Joey
Paul Pape as Double J.
Donna Pescow as Annette
Bruce Ornstein as Gus
Val Bisoglio as Frank Manero, Sr.
Julie Bovasso as Flo Manero
Martin Shakar as Frank Manero, Jr.
Lisa Peluso as Linda Manero
Nina Hansen as Grandmother
Sam Coppola as Dan Fusco
Denny Dillon as Doreen
Bert Michaels as Pete
Fran Drescher as Connie
Monti Rock III as the DJ
Robert Weil as Becker
Shelly Batt as Girl in Disco
Donald Gantry as Jay Langhart
Ellen March as Bartender
William Andrews as Detective
Robert Costanzo as paint store customer
Helen Travolta (John's mother) as paint store customer
Ann Travolta (John's sister) as pizza girl
Soundtrack:
"Stayin' Alive" performed by the Bee Gees – 4:45
"How Deep Is Your Love" performed by Bee Gees – 4:05
"Night Fever" performed by Bee Gees – 3:33
"More Than a Woman" performed by Bee Gees – 3:17
"If I Can't Have You" performed by Yvonne Elliman – 3:00
"A Fifth of Beethoven" performed by Walter Murphy – 3:03
"More Than a Woman" performed by Tavares – 3:17
"Manhattan Skyline" performed by David Shire – 4:44
"Calypso Breakdown" performed by Ralph MacDonald – 7:50
"Night on Disco Mountain" performed by David Shire – 5:12
"Open Sesame" performed by Kool & the Gang – 4:01
"Jive Talkin'" performed by Bee Gees – 3:43 (*)
"You Should Be Dancing" performed by Bee Gees – 4:14
"Boogie Shoes" performed by KC and the Sunshine Band – 2:17
"Salsation" performed by David Shire – 3:50
"K-Jee" performed by MFSB – 4:13
"Disco Inferno" performed by The Trammps – 10:51
With the exception of (*) track 12 "Jive Talkin", all of the songs are played in the film.
The novelty songs "Dr. Disco" and "Disco Duck", both performed by Rick Dees, are played in the film but not included on the album
"Saturday Night Fever" (1977). John Badham
"Fiebre del sábado noche"
¿A dónde vas cuando se acaba la música?
Poster. España
Comentarios & Colaboraciones:
Mis recuerdos del estreno de "Fiebre del sábado noche" en Alicante en mayo de 1978
Lorenzo Guardiola Pérez
Cartelera. Diario Información de Alicante. 29 de abril de 1978
"Otra exclusiva del Cine Ideal. Alicante. Estreno. ¡Actual. Diferente! Música compuesta y dirigida por los Bee Gees. ¡Siente esta fiebre!
"Fiebre del sábado noche"
Banda Sonora nº 1 de superventas LP en España
Pases: 5,30 - 7,45 - 10,10. U.P.P: 10,30 noche
Solo en este salón. Exclusivamente mayores de 18 años"
A.M.A. (Archivo Municipal de Alicante)
Colección de Lorenzo Guardiola
"En Alicante se estrenó "Fiebre del sábado noche" en el Cine Ideal el 6 de mayo de 1978. Fue todo un gran acontecimiento. La recuerdo que la vi con mis amigos. Éramos un grupo de amigos, del instituto, y quedábamos siempre los fines de semana. Íbamos al cine, o a la discoteca. En el 78 yo ya estaba trabajando. Empecé a trabajar en el año 77. Es decir, que para ver las películas solo podíamos los fines de semana, porque por la tarde, incluso, íbamos muy liados. Esa película fuimos a verla un sábado el grupo de amigos. Éramos unos 6 o 7 amigos. Un grupo que fue bastante constante, hasta hoy, que tenemos contacto algunos.
Y fuimos al Ideal, como era costumbre el sábado, y no había manera. Había unas colas inmensas. Fíjate que dijimos: "la dejamos para el domingo", cosa que, normalmente, no hacíamos. Porque los domingos aprovechábamos para ir a la discoteca. íbamos a "Pirámide" (Rambla Méndez Núñez, 35), que estaba abajo de la Plaza San Cristóbal, una discoteca que estaba muy bien. Después fue "pub", y hubo un tiempo en que era discoteca y pub. Y al final terminó como pub. Ya iba con mi mujer al pub, pero ya la discoteca no estaba en funcionamiento.
Fuimos el domingo. Había gente, pero menos, y pudimos ver la película en el "suntuoso" Cine Ideal, nuestro querido Ideal. Había mucha gente, y, claro, el problema del Ideal era que en algunas zonas la visibilidad no era buena, y nos tocó una de esas zonas. La vimos un poco de lado, pero bueno, la vimos. Y fue todo un acontecimiento. A partir de esa película todo el mundo empezó a conocer quienes eran los Bee Gees, quien era el grupo Tavares, y comprar los discos. Sabemos que en los años 80 los vídeos hicieron un gran daño al cine, y, sin embargo, las discotecas se relanzaron a partir de este tipo de películas, como "Por fin ya es viernes" (Thank God It's Friday) (1978), "Grease" (1978)... Hubo una serie de películas que realzaron mucho las discotecas. Nosotros éramos jóvenes y lo recuerdo bien, que le hicieron mucho daño también al cine. Es decir, que no solo fue el vídeo el que dañó a los cines.
Todo el mundo quería saber quienes eran los Bee Gees. Nos íbamos a la tienda de discos "Sellés". Estaba en la calle que va de la Avenida de la Constitución a la Rambla. Esa calle pequeñita, que ahora no me acuerdo cómo se llama. Era la mejor tienda de discos que había en Alicante, y, después, había otra en el barrio de Carolinas, enfrente del colegio Padre Manjón, donde yo tenía mucha amistad. Una tienda muy buena, no era tan grande como Sellés. Pero era muy buena por el trato de atención que tenían con los clientes. Muchos discos había que pedirlos. No estaban a la venta. No había un mercado, que ibas y lo comprabas. Y entonces encargábamos el disco que queríamos al hombre, que no me acuerdo ahora mismo como se llamaba, y nos lo traía. He comprado muchos discos ahí, en "Pony", en Jaime Segarra.
"Fiebre del sábado noche" marcó un antes y un después, sobre todo por la música. Todas las discotecas la ponían. Sobre todo el conjunto de los Bee Gees, y el conjunto Tavares, que también tenían muy buenas canciones en la Banda Sonora. Después vino "Grease". Pero, para mí, "Fiebre del sábado noche", creo que marcó más aún el sentido por la música. Fue todo un acontecimiento, es verdad.
Te diría algo más. Creo que la pusieron al mismo tiempo en otro cine de Alicante. Pero no te lo puedo confirmar. Lo recuerdo muy vagamente. Sé que algunas películas más adelante, como "Indiana Jones" se estrenaron en dos cines, simultáneamente. También "En busca del Arca Perdida". En este caso, no te lo puedo confirmar.
Espero que te haya sido de ayuda. Para mí siempre es un placer colaborar en Acorazado Cinéfilo, en nuestro blog"
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"Mis recuerdos del vídeo de "Fiebre del sábado noche" visto con amigos, y aquellas discotecas de Alicante a finales de los 70: "Il Paradiso""
Felicidad Giménez Masipica
Discoteca "Il Paradiso"
Cabo de las Huertas. Alicante
"Para mí es un grato recuerdo, y nostálgico, porque la vi hace muchísimos años, claro, en el 79 u 80, más o menos, con el que fue mi primer amor, José (José Francisco). La vimos en casa de unos amigos con los que íbamos. Éramos tres parejas. Cuando la hicieron en el cine -1978-, no podíamos verla porque no teníamos todavía la mayoría de edad, nos quedamos muy decepcionados, pero sabíamos que esa película la queríamos ver. La vimos -seguramente- en vídeo Betamax -Sony-. Nos reunimos en casa de Marisol y Jesús. Sus padres tenían una casa de campo, y ahí habíamos organizado hacer una merienda, y decidimos verla después. José era así también un poquillo "macarrilla". Le gustaba ir "ajustadito", con la camisa (abierta)... un "Travoltín" bajito, porque Travolta era muy alto y "estiloso". Después de la merienda, empezó la película, y no paraba yo de hablar, porque quería como "picarlos", ¿no?. A mí siempre me gustó que los hombres sean bastante más altos que yo, pero, sin embargo, José, si yo me ponía algo de "tacón", le "pasaba", era yo más alta. En el cine no es lo mismo, en "casa" puedes hablar, comentar más. Yo estaba fascinada con lo que eran las "discotecas", el "baile" de Tony Manero. Me sentía identificada con él, porque yo lo que quería era trabajar, ganar dinero para comprarme ropa, para "salir", para ir a discotecas. En aquella época, por ejemplo, la más famosa (en Alicante) era "Il Paradiso", que ahí también tuvimos que esperar un poco a cumplir la mayoría de edad. Estaba en la Albufereta (una playa de la ciudad de Alicante), ahora se llama Avenida de la Condomina.
Para mí lo más gracioso es que después de ver la película decidimos improvisar -a nuestra "bola"- unos "bailes" con las "canciones" del vídeo de la película, con las canciones que más nos gustaban -prácticamente todas-, de los Bee Gees, claro. Cada pareja -de las tres que éramos- hacer un "baile", sin "tiempo de preparación", "improvisado". Hicimos "votaciones". Nosotros no podíamos ganar, porque José (Jose) no sabía bailar. Hacíamos el "pato" más que otra cosa. Ganaron Marisol y Jesús. Se les "daba" mejor el baile. Maite y César eran bastante "zompos".
Volvimos a ver la película tiempo después, porque tuvo una repercusión muy grande. A mi novio le gustaban muchísimo los Bee Gees. A mí también. Las canciones lentas. A mí me enternecen, Lloro, aún por hoy. Esta película la he visto, a lo largo de estos 40 años, en varias ocasiones, con mucha nostalgia. Me ha recordado mi época de "Pirámide", la discoteca, de "Va Bene", "Voy Voy", en la Playa de San Juan (Avenida de Niza), un "pub" que había, el "Tuareg", en la Playa de Muchavista, que se distinguía porque tenía un globo rojo, que parecía la luna, superalto. Ahí también fui con Jose y estos amigos, hasta que pasó un poco el "furor". Pero, sobre todo, la discoteca "Il Paradiso", donde mi novio me dio el primer beso.
En cuanto a las dos "protas" de la película, Annette y Stephanie, ésta "me caía muy gorda", porque era una "pija" tonta, que se creía saber de todo, y no sabía nada. Tony se enamoró. Tony salía a "vacilar": "voy a vacilar", con su camisa de pico hasta el ombligo, sus zapatos de tacón, pantalón ajustado, y ella toda "pija". Y estaba Annette, que quería a Tony. "Pobrecilla mía", no se merecía esto, pero, claro, Tony era el "chulito", el "guapo" del barrio, el que bailaba bien, que todo lo que trabajaba quería gastárselo en la discoteca, comprarse ropa... y lo guapo que estaba él en la pista. Annette sufrió mucho. Me da mucha pena. Me siento también un poco identificada con ella, como mujer, que se deja humillar por sus amigos, le "meten mano" todos, en el coche, en fin. Soy bastante empática, y me emociono enseguida, y, hoy por hoy, que, de hecho, la voy a volver a ver esta noche, seguro que volveré a llorar, porque también me trae los recuerdos de Jose, de mi amor, que falleció en 1982. Se junta todo un poco. Siempre que vea esta película tendrá mucho significado emocional, y de la época de mi juventud, de mi adolescencia. Recuerdo a mis amigos...
En la discoteca "Il Paradiso" la pista no estaba como la de Tony Manero, con esas luces, y Tony no estaba, por supuesto... Bueno, pero estaba Jose, mi Tony Manero bajito. íbamos a "sesiones de tarde". Había música lenta, no como ahora que todo es "chumba chumba" con el "reggaeton" y todo eso, y con Jose he bailado muchas de las canciones de la "peli". Años después vi en "Il Paradiso" la actuación de Alaska y Dinarama. Ahí ya era mayor de edad. "Il Para" ha sido una referencia para la gente de mi edad. Tengo ya 60 años, madre mía. Fui muy feliz allí"