La mujer en el cine soviético en tres décadas: "Машенька" (Mashenka) (1942), "Весна на Заречной улице" (Primavera en la calle Zarechnaya) (1956) y "Крылья" (Alas) (1966).
Francisco Huertas Hernández
"Весна на Заречной улице" (1956). Марлен Хуциев
"Primavera en la calle Zarechnaya" (1956). Marlen Jutsiev
Татьяна Сергеевна Левченко (Нина Иванова)
Tatyana Sergeievna Levchenko (Nina Ivanova)
Uno de los planos mágicos de la película tras ver el beso de Sasha y Zina en el espejo del tocador. Tatyana se intuye mujer y no solo pedagoga
Fotograma coloreado. Original en blanco y negro
"Не отрекаются любя...
Не отрекаются любя.
Ведь жизнь кончается не завтра.
Я перестану ждать тебя,
а ты придешь совсем внезапно.
А ты придешь, когда темно,
когда в стекло ударит вьюга,
когда припомнишь, как давно
не согревали мы друг друга.
И так захочешь теплоты,
не полюбившейся когда-то,
что переждать не сможешь ты..."
(No renuncies a amar...
No renuncies a amar.
Después de todo, la vida no se acaba mañana.
Dejaré de esperarte
y vendrás de repente.
Y vendrás cuando esté oscuro,
cuando la ventisca golpee el cristal,
cuando recuerdes cuánto tiempo ha pasado
Cuando recuerdes cuánto tiempo ha pasado desde que nos calentamos el uno al otro
Y añorarás el calor
que no amaste,
que no puedes esperar...)
Вероника Михайловна Тушнова (1911-1965) - Veronika Mijailovna Tushnóva (1911-1965)
El cine soviético posterior a los maestros del cine mudo es poco conocido, aunque existen obras maestras como las tres películas de las que hablaremos hoy que tienen a mujeres por protagonistas. Una telegrafista, una maestra y una ex piloto aérea son las tres heroínas que encarnan diversos roles de la mujer soviética de las décadas del 40 al 60.
En la década de los 40, las mujeres a menudo eran representadas en roles tradicionales, como madres y cuidadoras, lo que reforzaba la idea de que su principal deber era proteger a la familia y la patria. Aunque la incorporación de las mujeres al trabajo en la URSS fue masiva, tanto en fábricas, oficinas, como en granjas colectivas, estas tres películas muestran también una realidad emocional femenina que describe un arco desde el amor a la soledad. El aspecto social se funde con el psicológico.
Podríamos describir la situación de la mujer en los años 40 en la Unión Soviética como un conjunto de elementos: a) su alta participación en la fuerza laboral (incluyendo industria pesada y construcción) eliminando barreras de género en el trabajo; b) participación en la Gran Guerra Patria, siendo su contribución esencial en la victoria; c) acceso a los estudios en igualdad con los hombres; d) maternidad promovida por el Estado tras los millones de personas muertas en la guerra. Muchas mujeres quedaron viudas; e) la propaganda soviética glorificaba la doble condición de la mujer trabajadora y madre.
Юлий Яковлевич Райзман (Yuli Yakovlevich Raizman) (1903-1994)
Director de cine, guionista y profesor soviético, natural de Moscú. Dirigió 19 largometrajes, nueve de los cuales (Mashenka, El cielo de Moscú, El tren va al Este, El caballero de la estrella de oro, Lección de vida, Comunista, ¿Y si es amor?, Tu contemporáneo, Mujer extraña) estuvieron entre las mil películas soviéticas más populares. El drama psicológico fue su género favorito. Y, en su larga carrera, pasó por el cine mudo, el documental, el sonoro.
En Alma-Ata, evacuado durante la guerra, terminó la película "Mashenka" (1942), galardonada con el Premio Stalin.
Durante el periodo bélico, Yuli Raizman trabajó en dos documentales: "Sobre la cuestión del armisticio con Finlandia" (К вопросу о перемирии с Финляндией) (1944) y "Berlín" (Берлин) (1945).
La comedia "El tren va al Este" (Поезд идёт на восток), desagradó a Stalin, y Raizman acabó trabajando en un estudio de Riga. Fue profesor de actores y de guion. Recibió un Premio en el Festival de Venecia por el film "Vidas privadas" (Частная жизнь) (1982), también nominado al Oscar a Película Extranjera. Ganador de multitud de premios en Festivales de todo el mundo (Cannes, 1946; Karlovy Vary, 1951...) fue un maestro del cine documental y puede adscribirse a la estética del realismo socialista
"Машенька" (1942). Юлий Райзман
"Mashenka" (1942). Yuly Raizman
Маша Степанова (Валентина Караваева) - Masha Stepanova (Valentina Karavayeva)
La ensoñadora, vital y amorosa Mashenka, uno de los personajes femeninos más inolvidables del cine mundial
"Klava es seria, Vera es hermosa, pero yo no soy como ninguna de ellas". Así se describe Mashenka, uno de los personajes femeninos imborrables de la historia del cine soviético. "Mashenka" es un film de 1942 escrito por el director Yuly Yakovlevich Raizman (1903-1994) y los guionistas Yevgeny Iosifovich Gabrilovich (1899-1993) y Sergei Aleksandrovich Yermolinsky (1900-1984), producido por Mosfilm. Un melodrama contenido que narra la historia del primer amor de una chica que trabaja en una oficina de correos como telegrafista, mientras estudia por la noche Enfermería: Masha Stepanova, interpretado por la encantadora Valentina Ivanovna Karavayeva (1921-1997). La película está ambientada en una ciudad costera del sur de Rusia en 1939, justo unos meses antes del comienzo de la Guerra con Finlandia o Guerra de Invierno (Советско-финская война, Зимняя война) (noviembre 1939 - marzo 1940).
Fue vista por 188,3 millones de espectadores.
Una historia de amor es siempre un viaje entre la ilusión y la desesperanza, en medio de las zozobras de la vida y del mundo. Y eso ocurre en esta sencilla historia que comienza mostrando a Masha (Valentina Karavayeva), en su trabajo, como telegrafista, en una atestada Oficina de Correos de alguna ciudad indeterminada de Rusia, en el año 1939, durante el verano. Sus compañeras son Vera (Vera Altaiskaya) -la guapa, que no nos lo parece en absoluto, aunque sí coqueta-, y Klava (Darya Pankratova), seria y responsable, que tiene un novio tímido. Entre silbidos de locomotoras se escuchan las sirenas del simulacro de ataque con gases lacrimógenos, algo habitual durante la Gran Guerra de 1914, y las chicas de pronto se transforman en voluntarias militarizadas. Un joven taxista que pasaba por allí, Alexey, se convierte, contra su voluntad, en "víctima" de los ejercicios: "Camarada, estás envenenado, contaminado" dicen las chicas con la mascara antigás, y se lo llevan en una camilla.
Más tarde, ya liberado, Alexey Soloviov (Mijail Kuznetsov) transporta en su taxi a la soñadora Mashenka, sentada detrás. Su conversación les lleva de la presentación y descripción mutua a los versos que supuestamente escribe el taxista que estudia Ingeniería, y a los sentimientos que se abren paso en el corazón de la encantadora muchacha. Las rudas transparencias (retroproyección) del auto bamboleándose sobre un fondo móvil nos recuerdan que el cine es la magia de lo irreal que nos hace olvidar nuestra realidad para vivir solo en la fantasía. Méliès nunca pretendió la verosimilitud... y, por eso, nos llevó a la Luna, ayudado por Jules Verne y Cyrano de Bergerac. Alexey Soloviov parece un joven seguro. En un extraño raccord vemos después a Mashenka sentada al lado del chofer, aunque el trayecto es el mismo. La intimidad es cercanía física y eso se traduce en la visión de las estrellas, los conocimientos astronómicos de Alyosha y sus versos nocturnos. Cinematográficamente, esta escena tiene un lirismo -remarcado por la música de Boris Volsky- que anticipa narrativamente el vínculo emocional de los dos jóvenes: separados como los astros del cielo por los celos y la guerra, pero unidos por la luz del amor que nació bajo las estrellas y Marte en esa noche. Raizman no es amigo de angulaciones elevadas sino de la cámara a ras de la mirada. El espectador no se va a distraer con la composición del encuadre, sino que podrá entrar en el alma de los personajes. Alyosha ha elegido ser ingeniero. Es un hombre práctico. La ambición de Alexey es la ambición de la URSS: "¿Por qué no tienen cohetes interplanetarios todavía? Necesitamos uno y debemos hacerlo. Se pueden hacer todo tipo de cosas". "Si. Es verdad" responde Mashenka arrobada y pensativa. La mirada de la chica se alterna con el taxímetro. Se despiden, pero Alexey la invita al teatro.
El encuentro fallido en la puerta del teatro, donde Mashenka espera a un ausente Alexey, inicia las pesquisas de la chica. Alexey está enfermo en el edificio de los taxistas. Ella le cuida. Pero el joven no parece estar enamorado. Primera decepción: ella ha escuchado la conversación con el tío Vasya (Georgy Svetlani), un compañero taxista. Mashenka vendió sus cosas para cuidar al hombre al que amaba. El recuperado joven lo descubre. Alyosha quiere prosperar y decide irse a una ciudad turística donde ganará más dinero. Una escena en un restaurante con tipos que beben vodka y babean con las chicas. Un paseo nocturno de la pareja. Él se ha enamorado. ¿Y quién no se enamora de la encantadora Mashenka?
El momento de crisis lo desencadena Vera, la amiga "guapa" de Masha, cuando, en la comida, con los taxistas, coquetea sin rubor con Alexey. Masha se va herida.
"Septiembre y octubre pasaron" advierte el rótulo separador. Una bella secuencia otoñal en un parque da cuenta a la triste Mashenka de las nuevas que le transmite Klava. Mashka -¡cuántos rediminutivos en la lengua rusa!- ya no trabaja en Correos. Mashenka se alejó por celos de todo su mundo anterior. Una heroína noble que no se interpuso en los requiebros de Vera a Alyosha. Klava asegura que Alexey está haciendo el tonto, y que realmente ama a Masha. Ésta duda, melancólica, y nos da una lección sobre lo que es el amor: "Cuando amas a alguien, deseas que se sienta bien. Harías cualquier cosa por él. Pero si no sientes eso... entonces no es amor". Las hojas caen sobre Masha, y recuerda los versos en aquella noche estrellada de verano, sujetando una.
La última sección del film nos sitúa en la Guerra con Finlandia, como en "Guerra y Paz" de Tolstoy, la guerra viene después del amor. Anunciada por la radio: "Это война", exclama Klava. Elipsis: Mashenka es enfermera en el campo de batalla, con su equipamiento invernal, de blanco. El destino -sin el que el amor no sería más que un proceso biológico o legal- une nuevamente a un cambiado Alexey, maduro, y a Mashenka. Él no se atreve a decirle lo que siente. Solo es capaz de expresar en una carta sus sentimientos. La misiva es dirigida a Stepanova. Alyosha queda herido, en una valerosa acción de combate contra el inicuo enemigo finlandés. En una inteligente decisión de los guionistas, un error al entregar la carta a un tal Stepanov, permite la lectura por unos soldados desconocidos de la profunda misiva del héroe soviético:
Машеньке:
Дорогая Маша, много месяцев я хотел тебя встретить, а когда наконец встретил, так ничего и не сказал. Маша, в тот вечер, когда мы расстались, я как мальчишка решил бросить все: уехать, забыть тебя; но я не забыл тебя. Я многое передумал за это время, я понял, что встреча с такой девушкой, как ты, — огромное счастье в жизни, и это счастье надо уметь сберечь. Я не сберёг. Маша, мы уже не дети, мы знаем, что скоро наступит время, когда будет решаться судьба всего мира, и эту судьбу будем решать мы: ты, я, другие такие же, как мы...
— Твой Алексей Соловьёв
(Querida Masha:
Querida Masha, durante muchos meses quise encontrarte, y cuando finalmente te encontré, no pude decirte nada. Masha, la noche en que nos separamos, yo, como un niño, decidí renunciar a todo: irme, olvidarte; pero no te he olvidado. Cambié mucho de opinión durante este tiempo, me di cuenta de que encontrar a una chica como tú es una gran felicidad en la vida, y esta felicidad debe ser conservada. Yo no sabía cómo Masha, ya no somos niños, sabemos que pronto llegará el momento en que se decidirá el destino del mundo entero, y nosotros decidiremos este destino: tú, yo, y otros como como nosotros... Nos enfrentamos a años de duro combate. Y si en esta vida tú necesitases mi ayuda... vendré a por ti sin importar donde pueda estar.
— Tuyo Alexey Soloviov)
El final, rodado con los alemanes a las puertas de Moscú, tiene más de aliento bélico que de historia de amor, pues éste queda supeditado a la defensa de la patria amenazada.
Gabrilovich escribió que la imagen de Mashenka nació cuando vio accidentalmente a una chica bajando de un tranvía en Odesa. La joven telegrafista, vital y sencilla, que reconoce no haber leído ni a Marx ni a Lenin, contrastaba con los personajes estelares de Lyubov Orlova -"Цирк" (1936). Grigory Aleksandrov- o Marina Ladynina -"Богатая невеста" (1937). Ivan Pyryev-, en comedias musicales con mujeres más sofisticadas.
Como explica Olga Romanova, el papel de Masha fue el debut cinematográfico de Valentina Karavayeva, una estudiante de Raizman de la escuela de cine Mosfilm. Según Raizman, en algún momento durante el rodaje, se reveló en ella un talento sensible y sincero. La actuación de Karavayeva resulta absolutamente natural, como si se estuviera interpretando a sí misma. Por el papel de Mashenka, Karavayeva recibió el Premio Stalin de II Grado, con solo 21 años, siendo la actriz más joven en recibirlo. Sin embargo, su destino cinematográfico, habiendo comenzado con tanto éxito, sería trágico. En 1944, de camino al rodaje de la nueva película, "Небо Москвы", de Yuly Raizman, Karavayeva tuvo un accidente automovilístico: el automóvil chocó con un tranvía a gran velocidad. El conductor murió y Valentina Karavayeva quedó con una terrible cicatriz que se extendía desde la oreja hasta la barbilla. Su rostro quedó desfigurado y arruinó su carrera como protagonista.
Olga Romanova afirma que la historia de amor de Masha Stepanova y el taxista Alexey Soloviov se desarrolla en el contexto de la detallada vida cotidiana registrada en los años anteriores a la Gran Guerra Patria. Los contemporáneos reconocieron en la pantalla las características de la austera vida social: un restaurante soviético que parecía una taberna y los simulacros de ataques con gas de antes de la guerra. La atmósfera de “documental” también la crean los detalles: un lazo prestado por una amiga a Mashenka para la primera cita en el teatro, unos zapatos de charol regalados por Alyosha.
Como en la famosa película de Raizman "Лётчики" (Pilotos) (1935), aquí se utiliza la técnica de hablar indirectamente sobre el amor: las experiencias de Mashenka se transmiten a través de pausas, miradas, gestos y cambios de emociones en su rostro. Es la naturalidad de Karavayeva lo que eleva el film de melodrama a drama lírico. Nada de histrionismos ni golpes de efecto tan propios del cine de Hollywood. La huella de Pushkin, Turgeniev, Tolstoy o Chejov, así como la de Chaikovsky son palpables: la "rusicidad", el "alma rusa".
El guion sobre personajes realistas no socialistas intencionadamente anodinos estuvo durante mucho tiempo haciendo dudar al Estudio Mosfilm: se sospechaba que la futura película entraría en el janzhonkovismo, en el romance pequeñoburgués. Como resultado, el rodaje de "Mashenka" comenzó solo en la primavera de 1941. Raizman recordó más tarde que después del inicio de la guerra, esta imagen comenzó a parecerles inoportuna a los autores. "En los días más difíciles, cuando los alemanes se acercaban a Moscú, estábamos inmersos en escenas del nacimiento del amor... Cuando esperábamos otro ataque aéreo en los refugios en el patio de Mosfilm, nuestra filmación nos parecía especialmente ridícula. Como resultado, el guion se completó y los héroes de la película, Masha y Alexey, compartieron el destino de su generación: terminaron en el frente".
De todas maneras, "Mashenka" siguió siendo una película sobre el amor, que los héroes que maduraron rápidamente no pueden dejar de recordar: la enfermera Mashenka y el soldado Alexey. Se filmaron escenas en Vyborg y Alma-Ata, donde Mosfilm fue trasladado. Como admitió más tarde el director, los episodios bélicos de primera línea le dejan con un sentimiento de insatisfacción: ni él ni el equipo de filmación tenían impresiones personales de la vida en el frente, por lo que se perdió el sentido de autenticidad, tan importante para esta película.
En el invierno de 1942, se estrenó el film. Raizman y Gabrilovich esperaban un fracaso, pero en el frente, en los hospitales y en la retaguardia, fue percibida como una historia conmovedora sobre el milagro de la vida cotidiana. A Stalin también le gustó la película sobre los sentimientos (como Karavayeva, sus autores recibieron el Premio Stalin). "Mashenka" se ha convertido en una de las pinturas más atípicas de los años de la guerra.
Hoy "Mashenka", vista sin anteojos ideológicos anticomunistas ni rusófobos, es un ejemplo de cine romántico en el que las cuitas amorosas universales de dos jóvenes conviven con la feroz cara de la guerra. Gracias a Karavayeva el personaje de Masha conserva el encanto de la ingenuidad y la ensoñación, el sacrificio y la pureza infantil del mejor arte que refleja la humana condición
Марлен Мартынович Хуциев (Marlen Martynovich Jutsiev) (1925-2019).
Director de cine, guionista y profesor soviético y ruso. Uno de los mayores realizadores de la historia del cine mundial, lamentablemente poco conocido fuera de Rusia. Sus obras maestras: "Primavera en la calle Zarechnaya" (Весна на Заречной улице) (1956); "Los dos Fyodor" (Два Фёдора) (1958); "Tengo 20 años" (Застава Ильича / Мне двадцать лет) (1964); "Lluvia de julio" (Июльский дождь) (1966); "Era el mes de mayo" (Был месяц май) (1970); "Epílogo" (Послесловие) (1983).
Su cine refleja su variedad de intereses psicológicos, artísticos y sociales. El protagonista de sus películas es un individuo singular, más allá de representar un rol profesional o comunitario. La vida después de la guerra, ahondando en el destino individual y los conflictos existenciales son características de sus grandes films. La fotografía y el encuadre es muy importante en la composición estética y psicológica de las historias
"Весна на Заречной улице" (1956). Марлен Хуциев
"Primavera en la calle Zarechnaya" (1956). Marlen Jutsiev
Татьяна Сергеевна Левченко (Нина Иванова) - Tatyana Sergeievna Levchenko (Nina Ivanova).
La maestra enamorada al final de la película. Puede recordar a la Tatyana de Pushkin
Las imágenes en color corresponden a la versión coloreada y en alta definición realizada posteriormente. La película original es en blanco y negro
"Los años del deshielo" (оттепель, ottepel) en la Unión Soviética, tras la muerte de Iósif Stalin en 1953, durante el mandato de Nikita Jrushchov (1953-1964) fue una época importante en la cinematografía rusa. Este período vivió una relajación de la censura en muchos temas. En el cine soviético, este fenómeno propició narraciones más psicológicas, espirituales, con conflictos subjetivos, alejados del realismo socialista más optimista. Uno de los directores más destacados de esta época fue Marlen Jutsiev.
Марлен Мартынович Хуциев (Marlen Martinovich Jutsiev) (Tblisi, 1925 - Moscú, 2019) fue un gran realizador ruso soviético, de origen georgiano. Guionista, actor y profesor, es autor de algunas películas de la "era del deshielo" (Хрущёвская оттепель, deshielo de Jrushov) tras la muerte de Stalin a finales de los años 50.
"Весна на Заречной улице" (Primavera en la calle Zarechnaya) fue su primer largometraje, codirigido en 1956 con el fotógrafo y, luego, realizador Feliks Mironer, responsable del guion. La película es una encantadora comedia que presenta con delicadeza el conflicto entre la clase obrera y la clase intelectual, representadas por Sasha Savchenko (Nikolai Rybnikov) -obrero metalúrgico, capataz de una acería- y Tatyana Sergeyevna Levchenko (Nina Ivanova) -maestra de literatura rusa recién llegada a la ciudad fabril-
Este conflicto queda sublimado en la relación amorosa entre ambos personajes: Sasha, que ha perdido a su padre en la guerra, es el chico duro de la ciudad, pero se enamora desesperadamente de la culta y sensible profesora (педагог, pedagoga, en la versión original), que le rechaza.
Tatyana Levchenko llega en tren a una fría y lluviosa ciudad del interior de Rusia dominada por una gigantesca factoría siderúrgica. Su destino es la escuela nocturna para obreros. Tras perder el autobús la recoge Yura Zhurchenko (Vladimir Gulyaiev) en su camión volquete. Yura conduce y canta alegre mientras descubrimos el oficio de Tatyana. Yura cuenta que la anterior maestra no pudo aguantar y marchó. En una bella escena vemos a los obreros bebiendo jarras de cerveza y la hilera de agotados trabajadores que salen de la fundición, entre los que aparece, valiente, plantado de pie ante el camión, Sasha, al que sube alegre y desenfadado.
Sasha va a asistir a una fiesta de Año Nuevo -aunque están en noviembre- en la calle Zarechnaya número 2. Será en la casa de Zina (Valentina Pugacheva), que está enamorada de Sasha. La madre de Zina, Marya Gavrilovna (Marina Gavrilko) prepara con la hija la comida mientras habla del carácter de Sasha y su posición económica, lo único que parece interesar a esta mujer. Esperan al ingeniero, y Sasha y su amigo comentan que la fiesta es en su honor. El ingeniero es Nikolai Nikolaievich Krushenkov (Gennady Yujtin) del que desconocemos aún el parentesco o relación con Tatyana. Ambos llegan juntos a la fiesta. Y Nikolai propone que la madre de Zina le alquile la habitación libre a la joven profesora. Es Sasha el que, impulsivo, pone las maletas de Tatyana en la habitación. Marya Gavrilovna pide 250 rublos.
En una de las magistrales escenas de la película, Sasha brinda detrás de la puerta de la habitación por Tatyana, rompiendo la copa de vodka. Zina le pregunta por qué ha roto la copa y se besan apoyándose en la puerta que se abre. Tatyana ve el beso en el espejo del tocador. Y en un plano inolvidable contemplamos en primer plano a la bella y confusa maestra.
A partir de ese momento el filme se convierte en cine de profesores. Tatyana es presentada como nueva profesora de literatura rusa. Tendrá que imponerse a un grupo de alumnos trabajadores algo insolentes. Sasha Savchenko llega tarde y con unas flores para la profesora, que se siente incómoda.
Desde ese primer encuentro, cada uno en su rol, se plantea la relación amorosa, por parte del conquistador Sasha y la recatada Tatyana, que también encierra un conflicto entre el trabajo manual y el intelectual, entre el mundo práctico y el teórico, entre la naturaleza y la poesía, que enseña la delicada y joven maestra.
La comedia "El dolor de la sabiduría / La desgracia de ser inteligente" (Горе от ума) del dramaturgo Aleksander Griboyedov (1795-1829) -conocida en español como "El mal de la razón"- es la primera obra explicada por la maestra. Sasha se mofa de la obra, leída en su infancia. Y Tatyana, en una muestra de autoridad, lo expulsa al pasillo. Sasha marcha y ella sigue hablando de Pushkin hasta que toca el timbre. Sasha confiesa a su amigo, conductor y cantor, Yura, que le gusta Tatyana, en una conversación sobre el valor de la educación.
La maestra descubre la realidad del cansancio de los trabajadores a los que dicta fragmentos de clásicos de la literatura rusa. Sasha insiste con Tatyana con poco éxito, mientras el ingeniero, enamorado de Alya Alyoshina (Rimma Shorojova) baila con ella. Fedya Donchenko (Nikolai Klyuchnev), amigo de Sasha, recita sus versos desmañados de poesía obrera a Tatyana, incómoda en el baile, escuchando con cariño un poema a un amigo, que resulta ser Sasha.
Sasha visita la habitación de Tatyana para repasar, y ésta -en otra de las inolvidables escenas de la cinta- escucha embelesada por la radio el concierto de piano nº 2 de Rachmaninov a petición de ella. La distancia cultural entre ambos queda reflejada en sus rostros -iluminado casi angelicalmente el de Tatyana- y actitudes en una escena magistralmente filmada con profundidad de campo. Todos los cinéfilos tenemos grabada esa música para siempre en "Brief Encounter" (1945) de David Lean.
Sea por amor, sea por el fondo espiritual de Sasha, éste se va, poco a poco, adentrando en la poesía rusa: ayuda a su hermana en la lectura del poeta simbolista Aleksandr Blok (1880-1921), pero su dolor por el rechazo de Tatyana aumenta. Se declara en la escuela y le pide matrimonio. Ésta le acusa de borracho. Los alumnos se arremolinan detrás de la puerta que Sasha mantiene cerrada.
Tatyana es expulsada de la casa en la que vive por Zina -rival en el amor de Sasha- en plena tormenta de nieve.
La historia sigue su curso con el paso del invierno a la primavera, filmado poéticamente por Jutsiev. Y este "deshielo" no solo es de la naturaleza, también de los corazones, así como una metáfora de la época post-stalinista.
La película tuvo un éxito arrollador en la URSS en su momento: 30,12 millones de personas la vieron en los cines. Y queda encuadrada en un nuevo tipo de cine que se aleja del "realismo socialista" -sin romper con él: es portentosa la escena de Tatyana buscando a Sasha en la factoría metalúrgica- primando las relaciones afectivas individuales por encima de las conquistas sociales de la clase trabajadora. Tiene elementos del melodrama y la comedia romántica, y anticipa rasgos de la "Nouvelle Vague" en la naturalidad de los personajes.
Aparte de la gran puesta en escena de Marlen Jutsiev y Feliks Mironer, la interpretación de Nina Georgievna Ivanova (Нина Георгиевна Иванова) (1934) es sutil y hechizante, habiendo sido comparada con Ingrid Bergman. Jutsiev sabe extraer una infinita belleza y delicadeza de la actriz moscovita, aunque es Nikolai Nikolaievich Rybnikov (Николай Николаевич Рыбников) (1930-1990) quien realiza un mayor despliegue actoral, en una gama de registros anímicos que muestra su evolución. Todos los actores están formidables.
Uno de los pilares del filme es la música de Boris Andreievich Mokrousov (Борис Андреевич Мокроусов) (1909-1968), y la nostálgica canción interpretada por el propio actor Nikolai Rybnikov "Когда Весна Придет" (Cuando llega la primavera), con letra del poeta Aleksei Ivanovich Fatyanov (Алексей Иванович Фатьянов) (1919-1959)
Por otra parte es evidente que la distancia entre los obreros que trabajan, beben, cantan y bailan, y la clase intelectual más contenida se resuelve en el valor de la educación como instrumento de mejora social. Nikolai cuenta su historia a Sasha como ejemplo de superación personal, que le llevó, estudiando por la noche, a ser ingeniero. Jutsiev no tiene una mirada lo suficientemente crítica en esta película, pero tampoco cae en la autocomplacencia de una clase obrera feliz y realizada como pretendió el "realismo socialista". Es Nikolai, el amigo de Tatyana, el elemento "mediador" entre el obrero y el intelectual. Nacido en el seno de la clase obrera consiguió con el esfuerzo personal de la educación ascender en la escala profesional, si no queremos hablar de clases dado que oficialmente en la Unión Soviética no existían.
Es imposible encontrar hoy en el cine y en la vida historias tan ingenuas, claras, poéticas, y contadas con tanta naturalidad y talento: historias de amor y conflicto que ni cargan las tintas ni sobrepasan el sentimentalismo ni la truculencia. Los movimientos de cámara tan gráciles como la interpretación de los actores en un país que no era tan idílico, pero tampoco la cuna de la barbarie que nos quiso presentar la propaganda anticomunista occidental. La verdad humana, la frescura, la delicadeza de esta película nos recuerdan que Rusia es la patria de Pushkin, Dostoievski, Tolstoi, Chaikovski, Musorgski, Stravinski, Kandinski, Chagall, Eisenstein, Pudovkin o Tarkovski. Bien puede decirse que esta película emparenta con esa alma rusa presente en Lermontov, Gogol, Rimski Korsakov y Rachmaninov.
Лариса Ефимовна Шепитько (Larisa Efimovna Shepitko) (1938-1979)
Directora de cine soviética. Sus películas más importantes fueron "Alas" (Крылья) (1966); "Tú y yo" (Ты и я) (1971); "La Ascensión" (Восхождение) (1976); "La despedida / Adiós a Matyora" (Прощание / Прощание с Матёрой) (1981), terminada por su marido, Elem Klimov. Larisa Shepitko murió en accidente mientras filmaba su última película. Está enterrada en Moscú.
La dimensión espiritual de sus personajes la aproxima a Dostoyevski y a Tarkovski. Mientras que la planificación visual es cercana a las Nuevas Olas del cine europeo.
El tema del "héroe" es uno de los mitos fundantes de la épica y la historia universal. El que ha realizado hazañas, el que ha mostrado inusitado valor ante la muerte. La guerra es simiente de héroes, por ser éstos los que han salvado la patria. Larisa Shepitko, con el guion de Valentin Yezhov y Nataliya Ryazantseva, cuenta el difícil regreso de la "heroína" a la sociedad civil tras las hazañas bélicas. Una mirada femenina y existencialista de quien ha de hacerse fuerte en la tierra como lo fue en el cielo. El retrato psicológico de la "heroína" es también el reflejo de una sociedad que queda vacía sin la lucha contra el mal. Bajar del cielo es más difícil que subir a él. Mérito de Shepitko es convertir ese descenso en belleza y verdad emocional.
"Крылья" (Krylya) (Alas) fue el primer largometraje de la genial directora soviética Larisa Shepitko tras graduarse en el Instituto de Cinematografía de Rusia (ВГИК). La protagonista es una heroína aviadora de la Gran Guerra Patria, Nadezhda Petrujina, interpretada magistralmente por Maya Bulgakova. Una mujer que, en la tierra, no encuentra sitio. Trabaja como directora en una Escuela de Oficios de una pequeña ciudad. Es también Diputada. Su profesionalidad está marcada por una gran severidad y una evidente falta de empatía con los chicos, a uno de los cuales expulsa por indisciplina. Como madre tampoco encaja: su hija adoptiva, Tanya, se ha casado con un hombre mayor, sin la aprobación de la madre. Los esfuerzos de Nadya (Nadezhda) por resultar simpática a los amigos de Tanya e Igor son infructuosos.
La expiloto cuenta con la amistad y comprensión de Pasha, el director del Museo de la localidad. Pero ella no repara en su amor silencioso. Su inseguridad como madre, como directora -significativa la escena del sinónimo contrariado, y la búsqueda del alumno expulsado, Sergei Bystryakov-, y, en definitiva, como ser humano, solitario y vacío, es contada con gran precisión por la cámara realista y, en ocasiones poética, de Shepitko: cámara subjetiva introduce flashbacks de recuerdos del vuelo por el cielo y de Mitya, el compañero abatido.
Larisa Shepitko narra la historia externa de Nadezhda (su "ser-para-otro") con efectividad, apoyada en la estupenda fotografía en blanco y negro de Igor Slabnevich, y, sobre todo, en la extraordinaria interpretación de Maya Bulgakova, cuya variedad de registros expresivos es tan sorprendente como sobria.
Pero Shepitko eleva la temperatura emocional del film con su descripción interna de Nadya (su "ser-para-sí") que surca el cielo envuelta en la bellísima partitura sinfónica de Roman Ledeniov.
Película que solo ha ganado con los años, tanto el favor de la crítica como del espectador cinéfilo. Muestra de madurez de una directora de 28 años, que es capaz de dar un retrato psicológico de muchas capas, al integrar el realismo y el simbolismo poético.
Francisco Huertas Hernández
9 de febrero de 2025