sábado, 19 de octubre de 2024

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" de Francisco Huertas Hernández. Presentación en Biblioteca de Castilla León. Plaza de la Trinidad, 2. Valladolid. Miércoles 23 de octubre de 2024. Con Eduardo Teillet Roldán

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" de Francisco Huertas Hernández.
Presentación en Biblioteca de Castilla León.
Plaza de la Trinidad, 2. Valladolid.
Miércoles 23 de octubre de 2024. 19:30.
Con Eduardo Teillet Roldán

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" de Francisco Huertas Hernández.
Presentación en Biblioteca de Castilla León.
Plaza de la Trinidad, 2. Valladolid
Miércoles 23 de octubre de 2024. 19:30
Con Eduardo Teillet Roldán


 Tras la presentación oficial en el Ateneu Barcelonès de Barcelona el lunes 7 de octubre, será la Biblioteca Pública de Castilla León, en la Plaza de la Trinidad, de Valladolid, la siguiente escala en la promoción de mi nuevo libro, "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", editado por Forment. Elegir Valladolid no es casual: es una ciudad de mi infancia, y tiene un papel destacado en esta obra.

 Recientemente hablé del libro en el programa "RadioActivas" de Radio 5-RNE, con Lola Martínez Rojo (https://www.rtve.es/play/audios/radioactivas-en-radio-5/radioactivas-radio-5-diario-profesor-filosofia-16-10-24/16290860/) y muchos lectores tuvieron la oportunidad de conocer este escrito autobiográfico, lírico y combativo, en el que se reflexiona sobre la educación, la cultura, la tecnología, la libertad, la infancia y el tiempo.

 "Este Diario reúne en poco más de doscientas páginas un itinerario docente de 33 años. Por supuesto, que no se detallan prolijamente los cursos y las clases, porque el acto de escribir, o de recordar, necesariamente sintetiza y poetiza los acontecimientos. Con la ayuda de cuadernos antiguos y del Blog Acorazado Cinéfilo se ha reconstruido una narración vital: las clases reales que sucedieron y se transcribieron inmediatamente conviven con una meditación creciente sobre la educación, la cultura, la libertad, el tiempo y la infancia. El autor no ha pretendido escribir un libro de filosofía, y, mucho menos, académico, pues los capítulos son breves y las ideas están expuestas más que desarrolladas. Las citas de filósofos, poetas, las canciones y las películas que desfilan por la obra, son parte de la reflexión y la contemplación de un mundo en el que el autor sigue confiando en que la tarea del enseñante es transmitir amor, amor por la cultura, que engloba la filosofía, el arte y la ciencia, es decir, la vida. Aprender a pensar es un despertar de la indiferencia y la rutina, y la cultura ejerce esa fuerza si se siembra en el alma atenta y entusiasmada del estudiante. Entender la realidad, y a uno mismo, lejos de ser tarea de otros, es nuestra forma de humanizarnos, y en ese camino recibimos el testigo de las grandes aportaciones de la cultura humana, que reviven en cada nuevo alumno"

 En Valladolid leeré algunos párrafos de la obra, y podremos dialogar sobre los temas del libro, su creación, la situación de le enseñanza, y otras cuestiones.

 He invitado a todos los institutos de la provincia y a numerosas asociaciones y entidades culturales. Os espero en la Biblioteca de la ciudad el miércoles 23 de octubre, a las 19.30.

Francisco Huertas Hernández
Profesor jubilado. Autor del blog de cine y filosofía "Acorazado Cinéfilo"
Sábado 19 de octubre de 2024

domingo, 13 de octubre de 2024

Presentación oficial en Ateneu Barcelonès. Barcelona. 7 de octubre de 2024. Con Miquel Amorós, Ramón Sensano y Marta Forment. Crónica sentimental del evento

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" de Francisco Huertas Hernández.
Presentación oficial en Ateneu Barcelonès.
Carrer Canuda, 6. Barcelona.
 Lunes 7 de octubre de 2024.
Con Miquel Amorós, Ramón Sensano y Marta Forment.
Crónica sentimental del evento

Ramón Sensano, Miquel Amorós, Francisco Huertas Hernández y Marta Forment, junto al muñeco de Friedrich Nietzsche
Aula Maria-Mercè Marçal. 5ª planta. Ateneu Barcelonès
Barcelona
Lunes 7 de octubre de 2024. 19.00
Presentación oficial del libro "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" de Francisco Huertas Hernández


Aula Maria-Mercè Marçal. 5ª planta. Ateneu Barcelonès
Barcelona
Lunes 7 de octubre de 2024. 19.00
Presentación oficial del libro "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" de Francisco Huertas Hernández
Extracto breve de las intervenciones del autor (arriba) y de Miquel Amorós (abajo)









 Llegué a Barcelona el mismo lunes y me reuní con Miquel y Ramón en la Plaça d'Isidre Nonell, atestada de turistas posando ante el Mural del Beso. Allí, en una terraza de bar, ultimamos la presentación de mi libro. Miquel Amorós abordaría un resumen de los temas principales de la obra, desde la crítica del sistema educativo a los peligros de la tecnología en la enseñanza, pasando por la dificultad de establecer puntos de encuentro entre profesores y alumnos en un mundo que se acelera con la misma velocidad con la que la cultura retrocede, al menos la cultura que se ha constituido como nexo comunitario entre generaciones y naciones. Miquel introduciría este libro como "filosofía de la educación".
 Ramón Sensano desarrollaría una parte más libre con recuerdos personales de la llegada tardía a la Universidad y la amistad con Miquel, insistiendo en una vertiente más crítica de la "academia" (filosofía académica), endogámica, burocratizada y alejada de la vida, de la calle.

 Al llegar a la Sala Maria-Mercè Marçal, de la quinta planta del Ateneu Barcelonès, nos esperaba la editora Marta Forment, con una mesa decorada con rosas, un mantel rojo y muchos libros azules. Sólo faltaba que yo pusiera el muñeco de peluche de Friedrich Nietzsche. El público fue llegando. Y tras las intervenciones de Marta, Miquel y Ramón -que me regaló tres libros del filósofo rural de Tortosa, Joan Josep Rovira i Climent-, cerré brevemente el acto, con algunas reflexiones sobre la creación del libro, que dialoga con la oralidad como Platón expuso en el "Fedro", y que retoma los recuerdos de toda mi carrera como profesor de secundaria durante 33 años, desde una reflexión aforística, más cercana a la prosa poética que a la argumentación académica (más tarde comprobé que los libros de Rovira son bastante semejantes en esta manera de pensar y exponer). Y esa oralidad surgía en el debate, o método socrático, en las clases, por lo que el pensamiento y las palabras de los estudiantes, configuran una polifonía conceptual y vital en que docente y discentes crean nuevas líneas melódicas y armónicas... ¡Quién sabe si el pensar es la música consonante de las almas que se exteriorizan en el λόγος común!
 
 Y si uno es lo que escribe, cuando ya queda escrito y publicado, uno es lo que los otros sospechan al leerlo. Interpretar las intenciones del autor, proyectar en lo leído lo vivido y pensado por el lector, hasta volver a armonizar en nuevas melodías y ritmos, en cada nueva relectura.

 Apenas mencioné que los asuntos principales del libro son la educación, la cultura, la infancia, la libertad y el tiempo, y, como platicaba días después yo con un estudiante de 1º de Filosofía en la Facultad de la Universidad de Barcelona, la infancia del profesor le permite acercarse al alumno, en esa igualdad del asombro, en donde la cultura es el entusiasmo de descubrir el mundo como si acabara de nacer... porque "la única alegría del mundo es comenzar", tal como expresó Cesare Pavese

 El público fue muy activo en sus preguntas, lo que, sin duda, estimuló su deseo de leer el libro. Muchos puntos quedaron sin tratar, aunque, como dije, "Je suis ce que j'écris" (Soy lo que escribo), y es el "texto", surgido de esa "soledad sedienta" de la que habla María Zambrano, quien da cuenta con más precisión y claridad que mi voz a las distintas preguntas que, viviendo, trabajando y meditando, fueron surgiendo en mí durante décadas. En todo caso, acudí de nuevo a los poetas, y con Blas de Otero, comencé mi intervención:

"Ni una palabra
brotará en mis labios
que no sea
verdad.
Ni una sílaba,
que no sea
necesaria.
Viví
para ver
el árbol
de las palabras, di
testimonio
del hombre, hoja a hoja.
Quemé las naves
del viento.
Destruí
los sueños, planté
palabras
vivas…"

 Apostar por la verdad en un mundo de posverdades es una reivindicación de la filosofía, más como afán interrogador, y entusiasmo asombrado ante el mundo, que como sistema conceptual. Creo que "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" contiene ese hálito...

Francisco Huertas Hernández
Domingo, 13 de octubre de 2024

domingo, 22 de septiembre de 2024

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", o las desventuras de la ausencia de fama. Bourdieu o el poder de ser escuchado. Francisco Huertas Hernández

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", o las desventuras de la ausencia de fama.
Bourdieu o el poder de ser escuchado.
Francisco Huertas Hernández

Club de lectores de "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", de Francisco Huertas Hernández. Antiguos alumnos de la ESO. IES Dr. Balmis. Alicante. 12 septiembre 2024. Autor, Izan, Toni, Andreu, Dani, Álvaro y Aitana. Cafetería Los Moreno


 Primero fue el cielo, y luego la tierra, donde una especie pudo conservar su memoria a través de signos. La pintura y la escritura fueron el rastro para que otros hombres posteriores se esforzaran en comprender qué fue de los que ya se fueron, y por qué dejaron signos para no ser olvidados.

 Todo ser humano que se decide a escribir para expresar su interioridad o su análisis de lo exterior, entra en un reino autónomo que no le pertenece: los símbolos. El lenguaje humano es simbólico (contiene un sentido, que por convención o asociación, une un significante con un significado/sentido). El signo solamente señala. El símbolo apunta a un territorio de sentido inalcanzable para el niño, el lego o el distraído. El símbolo nos viene dado, su sintaxis debe ser aprendida, la combinación posible que tenga sentido, es la que se atiene a ciertas reglas de formación. En el lenguaje artístico, en el lenguaje literario, la expresión de esa interioridad queda en manos del receptor, que completa, interpreta, proyecta en el texto su propio mundo.

 El gran problema de partida con el que se enfrenta el autor es ser valorado, o ser ignorado. Para reconocer el valor de la obra, primero ha de ser conocida. Pues bien, las desventuras del autor comienzan en el silencio con que el público ignora la obra de alguien que no ha sido agraciado con la fama. El valor estético de una producción únicamente llega con la recepción, pero toda recepción (positiva o negativa) ya es una muestra de reconocimiento del creador, es decir, de su fama, es decir, de su poder. El valor de la obra reside en el poder de su creador. Cuando un ex profesor de instituto, como yo, es ignorado por catedráticos de universidad, periodistas o críticos, no es por la calidad de su libro, sino por su condición de anónimo ciudadano sin fama.

 Pierre Bourdieu (1930-2002) lo analiza así en "Ce que parler veut dire : L'économie des échanges linguistiques" (1982):

 "Le pouvoir des paroles n'est autre chose que le pouvoir délégué du porte-parole, dont les paroles -c'est-à-dire, indissociablement, la matière du discours et la manière de parler- sont tout au plus un témoignage et un témoignage parmi d'autres de la garantie de délégation dont le locuteur est investi"

(El poder de las palabras no es sino el poder delegado del portavoz, y sus palabras —es decir, indisociablemente, la materia de su discurso y su forma de hablar— son como máximo un testimonio más de la garantía de delegación de que está investido)

 Una sociología del lenguaje es expuesta por Bourdieu: la fuerza de un discurso depende no tanto del poder intrínseco de las palabras, sino de la autoridad del portavoz. Y si en esta jungla de obras y creadores, multiplicados en el espacio cibernético, se produce el filtro más necesario que nunca de los "escuchados" o "atendidos", no será la obra quien determine la escucha o atención, sino la fama del autor.

 Las desventuras de quien esto escribe se resumen rápidamente: su discurso escrito, independientemente de su valor estético, literario, filosófico, histórico, no pasa el filtro de la atención de quienes gozan de mayor fama, siendo, quizás menos valiosos, pero más poderosos, porque ellos no escuchan ni atienden: ellos son escuchados y atendidos... son los portavoces del poder, que cierran el paso a quienes, como yo, carecen del poder, y, por ello, nos permitimos desvelar sus mecanismos inhumanos de dominación.

 "Yo he venido aquí a hablar de mi libro", dijo certeramente Francisco Umbral (1932-2007) en un programa de televisión. Pero tanto el público, como la olvidadiza presentadora, sabían que el libro era lo de menos, lo de más era que Umbral ya era famoso, reconocido, y escuchado, independientemente de lo que escribiera...

Francisco Huertas Hernández
Domingo, 22 de septiembre de 2024



sábado, 14 de septiembre de 2024

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", de Francisco Huertas Hernández. Presentación. Ateneu Barcelonès. Barcelona. Lunes 7 octubre 2024. 19.00 horas

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", de Francisco Huertas Hernández.
Presentación. Ateneu Barcelonès. Barcelona. Lunes 7 octubre 2024. 19.00 horas


"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", de Francisco Huertas Hernández.
Presentación. Ateneu Barcelonès. Barcelona. Lunes 7 octubre 2024. 19.00 horas.
Con Marta Forment, Miquel Amorós, Ramón Sensano y el Autor.
Aula Maria Mercè Marçal. 5a. planta de l'Ateneu Barcelonès, carrer Canuda, 6 de Barcelona


 Marta Forment, editora, tiene el gusto de invitar a todos los lectores a la Presentación Oficial del libro de Francisco Huertas Hernández, "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", que contará con la intervención del autor, el profesor Miquel Amorós, y el filósofo Ramón Sensano. El Ateneu Barcelonès de la calle Canuda, 6, en el Gòtic, será el escenario del acto, el lunes 7 de octubre de 2024, a las 19.00 horas, en el Aula Maria Mercè Marçal. 5a. planta. Organiza la Associació Col.legial d'Escriptors de Catalunya (ACEC)

 El autor del libro comenta:

 "Este Diario reúne en poco más de doscientas páginas un itinerario docente de 33 años. Por supuesto, que no se detallan prolijamente los cursos y las clases, porque el acto de escribir, o de recordar, necesariamente sintetiza y poetiza los acontecimientos. Con la ayuda de cuadernos antiguos y del Blog Acorazado Cinéfilo se ha reconstruido una narración vital: las clases reales que sucedieron y se transcribieron inmediatamente conviven con una meditación creciente sobre la educación, la cultura, la libertad, el tiempo y la infancia. El autor no ha pretendido escribir un libro de filosofía, y, mucho menos, académico, pues los capítulos son breves y las ideas están expuestas más que desarrolladas. Las citas de filósofos, poetas, las canciones y las películas que desfilan por la obra, son parte de la reflexión y la contemplación de un mundo en el que el autor sigue confiando en que la tarea del enseñante es transmitir amor, amor por la cultura, que engloba la filosofía, el arte y la ciencia, es decir, la vida. Aprender a pensar es un despertar de la indiferencia y la rutina, y la cultura ejerce esa fuerza si se siembra en el alma atenta y entusiasmada del estudiante. Entender la realidad, y a uno mismo, lejos de ser tarea de otros, es nuestra forma de humanizarnos, y en ese camino recibimos el testigo de las grandes aportaciones de la cultura humana, que reviven en cada nuevo alumno"

Francisco Huertas Hernández
14 de septiembre de 2024

lunes, 9 de septiembre de 2024

Tour fotográfico. Alicante. Barrio de Benalúa. El poso del paso. El peso del piso. Lo que el viandante puso. Reflexión filosófico-poética. Septiembre. 2024. Francisco Huertas Hernández

Tour fotográfico. Alicante. Barrio de Benalúa.
El poso del paso. El peso del piso. Lo que el viandante puso.
Reflexión filosófico-poética.
Septiembre. 2024.
Francisco Huertas Hernández








































Barrio de Benalúa. Alicante
5 de septiembre de 2024
Fotografías con Smartphone Xiaomi de Francisco Huertas Hernández


 El viandante, cuando ejerce de flâneur, baruteando por los vericuetos de la ciudad, encuentra el poso del paso, sus pasos que hollan los de generaciones olvidadas, y anticipan los de gentes por venir. En Zamora, "baruto" significa "persona sin rumbo fijo, perdido", y en Ciudad Real, "que anda por todos lados y al que se ha visto en varios sitios". Las tierras castellanas de la España mesetaria y adusta no son tan contemporizadoras con el destino del caminante como los franceses cuando entienden "flâneur" como "quelqu'un qui se promène sans rien faire de particulier mais qui observe les gens et la société". El observador, diletante, esteta, de la visión gálica dista mucho del cristiano viejo castellano, desorientado y desarraigado por siglos de humillación y explotación.

 Yo soy francés y castellano, entre muchas cosas más, que no me hacen ser más, sino menos. Un habitante a destiempo del tiempo de otros. Frecuento el barrio de Benalúa de mi ciudad adoptiva, por razones que sólo los ángeles conocen. Un barrio feo y anodino, que aún conserva entre sus pobres inmuebles, trazos de la ciudad que Alicante ya no es. Un barrio de pescadores en tiempos lejanos, junto al centro, pero apartado. 

 Cruzando el vial que hace de frontera, Óscar Esplá, una avenida que quiso ser elegante, y se quedó en quiero y no puedo, como casi todo en esta ciudad mediterránea de gran potencial y escasa realidad, siempre pienso en cuántos alicantinos han escuchado la música del compositor que imitaba al Maestro Don Manuel de Falla. Me temo que ninguno. De hecho Esplá desarrolló toda su actividad fuera de Alicante. Pues una vez que hemos traspasado la linde del centro, entramos en Benalúa. El hombre con la cámara (teléfono celular) es un ser privilegiado porque no despierta las reticencias y animosidad de los que van cargando pesadas cámaras fotográficas Canon. Así que puedes tomar instantáneas de todo el espacio circundante, aunque la lente del teléfono sea limitada en su óptica, con sensores de luz y objetivos precarios.

 Benalúa me resulta ya un destino familiar. Siempre voy, y husmeo entre sus calles y rincones, el poso del paso del tiempo, y el peso del piso, es decir, del suelo. Todavía allí la especulación no ha entrado con fuerza, aunque las Avenidas que la enmarcan sí van disparando los precios. La Avenida de Aguilera, donde se construye la Ciudad de la Justicia, y hacia el mar, la Avenida Catedrático Soler, donde se levantan viviendas de lujo, de lo que iba a ser la "Milla de Oro", que se ha quedado en hierro cromado. 

 Me gusta, como jubilado que soy, mirar la construcción de edificios. Hace años contemplaba a los abuelos en la Puerta del Sol mientras se rehabilitaban los edificios que ocupó El Corte Inglés, y pensaba en la alegría del mirar las cosas que nacen o se fabrican lentamente. He visto estos edificios elevarse con deleite, aunque, francamente, no me gustaría vivir allí. Las grúas contra el cielo gris dan una buena fotografía, que ofrece al pensamiento motivos para reflexionar sobre las sombras que acechan todo obrar humano: la destrucción inevitable de todo lo trabajosamente construido.  El poso del paso. El tiempo que borra la huella humana. ¿Qué poso deja el Homo Sapiens en la Vía Láctea? ¿Qué importancia tiene Benalúa en el conjunto del universo de materia, antimateria y campos energéticos?

 El humano tiene que estar rehaciendo lo que el tiempo deteriora. Así la Barriada de José Antonio (sic) ha vaciado alguna de sus fincas para reedificarla. El cartel reza pomposamente: "Entornos residenciales de rehabilitación programada". El ser humano necesita el eufemismo para no reconocer que es un bicho mortal e insignificante.

 Yo fui profesor, o sea, funcionario docente en institutos de secundaria, y mi edificio administrativo está en Benalúa: la Consellería de Educación, en la calle Carratalá, en un bloque que pretendió ser diseño arquitectónico con su fachada de cortina semicerrada. Un establecimiento con prótesis capilares siempre resulta terrorífico con los cabezas cortadas de los maniquíes. Y unas pizarras de la Cafetería Libra con bocadillos de calamares, como en la Plaza Mayor de Madrid, nos llevan al Ficus más antiguo de la ciudad, según su cuidadora, dentro del Nuevo Centro de Salud de Benalúa. En estos días el piso bajo el árbol está cubierto de hojarasca amarillenta otoñal. La licorería Bernardino tiene solera. Al igual que el Colegio Diocesano San Juan Bautista, y contrasta con el rótulo gracioso y ocurrente de la peluquería "Hasta el moño", una expresión muy española, que quiere decir "estar harto". Una sucursal de la alicantinísima "Ibéricos Quintana", con sus jamones, quesos, embutidos y salazones, nos lleva a la balanza de la farmacia cercana, muy adecuada para filmar películas de época: "Para pesarse subir a la plataforma e introducir una peseta. Peso máximo: 125 kgs.". El nombre de la empresa sería inconcebible hoy: "Automatic S.A. Juan Güell, 226. Barcelona". Los solares abandonados muestran la lucha vecinal -si es que eso subsiste en el siglo presente-: "Vecino desahuciado, AirBnb expropiado". La reivindicación del Centro Social para el barrio de Benalúa puede encontrarse en numerosos balcones y tapias. Vamos saliendo de la zona por la Relojería Joyería López Parrés, en la calle Carratalá.

 Nuestro periplo baruto ha terminado. Alicante, ciudad dotada naturalmente, con mar y montañas, es, sin embargo, una urbe fea y destartalada. Pero el flâneur sabe mirar, sabe poner su ojo y su cámara en el lugar por el que pasa lo que pesa, por donde pisa lo que deja poso, y él, el olvidado contemplador, puso en ello toda su vida...

Francisco Huertas Hernández
9 de septiembre de 2024