有史以来最好的中国电影是什么?
miércoles, 28 de julio de 2021
有史以来最好的中国电影。投票. Best Chinese Movies. 弗朗西斯科·韦尔塔斯·埃尔南德斯. 2021
有史以来最好的中国电影是什么?
Lo extraño y lo convencional en el amor. Francisco Huertas Hernández. Reflexión filosófica sobre amor, verdad, belleza y misterio en Platón. "The Woman in the Window" & "Laura" (1944)
A
veces, caminando, surgen en mí pensamientos en los que la complejidad de la
vida afectiva y social parece expresarse en una ecuación vagamente cierta. Ni
sé los términos de tal ecuación ni podría extraerlos de mi entendimiento,
porque lo que, de repente, comprendo es una intuición. Una intuición que
parece detener el curso del tiempo y las ocupaciones humanas al revelar una
ley superior al tiempo y la circunstancia.
He
entrevisto que las personas más deseadas y trascendentes en nuestra vida son
los desconocidos. El desconocido puede ser testigo de nuestros más íntimos
secretos, puede ser el guía que ilumina nuestro camino en las encrucijadas más
enrevesadas. Y cuando se piensa en el amor, la desconocida es el arquetipo
de la mujer que ha sido puesta en nuestro destino para salvarnos y salvar al
mundo. El símbolo de lo humano y lo divino.
En
el ideal romántico del amor está la idea de cómo lo extraño se eleva a lo
convencional. Es decir, como la mujer desconocida, extraña en su identidad
y su circunstancia, deviene a través del sentimiento de unión amorosa un alma y
un cuerpo próximo, convencional. Nos salva de nuestra extrañeza,
autoextrañamiento, mediante el hogar y la ternura, nos vuelve convencionales.
Y burgueses. Aunque sólo sea una sospecha, creo que Goethe siguió este
camino en “Werther” y “Wilhelm Meister”.
Pero lo convencional no es trivial ni
mediocre. Es la reintegración a la sociedad a través del matrimonio, de la
institución familiar. Y es la reintegración al cosmos, al reunir dos mónadas
aisladas y fundirlas en un haz de energía, que, en forma de amor, queda
devuelta al universo.
En
psiquiatría o en psicología de la personalidad puede constatarse que el proceso
inverso es necesariamente negativo, destructivo. Si lo convencional se
vuelve extraño, uno se ha vuelto loco.
La
teoría del amor romántico excluye este camino. La mujer amada nunca puede
comenzar siendo convencional, pues lo convencional es meta y nunca punto de
partida. El amor sólo reside en el misterio y la poesía del desconocimiento
absoluto, en la extrañeza de la mujer de identidad y condición oscuras. Un
romántico ni siquiera puede imaginar el amor que se inicia en la
convencionalidad, pues es de ésta de la que huye el romántico. Un ejemplo es la
sublimación de Dulcinea por parte de Don Quijote. La misma
atracción sexual se basa en el misterio de lo extraño de las entrañas
femeninas. Yo comulgo con esta visión romántica y metafísica del amor y condeno
el ideal de la mujer convencional a la que se ama por su medianía, y, que, a la
larga, deviene extraña, pues no hay mayor misterio que la ausencia de misterio
en el inicio del amor.
Y
cuando lo convencional evoluciona hacia lo extraño, entonces, todo está
perdido: expulsados de la sociedad y reducidos a escombro del universo,
alienados por haber confiado en la apariencia de la mujer convencional, que es
tan extraña al amor como vulgar su
conocimiento.
Enamorarse de lo que carece de extrañeza, de
misterio, dice bien poco del que así ama, y confirma que el movimiento que se
inicia en la superficie de los seres jamás puede aspirar a nada digno.
La mujer convencional es odiosa. La
mujer extraña es seductora, pues promete un camino de ascenso a lo convencional
que sólo puede ser digno cuando ha sido conquistado desde lo profundo.
martes, 27 de julio de 2021
Mapamundi (África, centro del mundo). Francisco Huertas Hernández. 2001
domingo, 25 de julio de 2021
“Eltávozott nap" (The Girl) (1968). Márta Mészáros. Pionera del cine húngaro. Estrella Millán Sanjuán
Su vida ha estado marcada por episodios dramáticos, históricos y políticos desde la infancia. Su padre, el escultor László Mészáros, fue un comunista que tuvo que emigrar desde Budapest con su familia a Moscú en 1936 como refugiado político, por las presiones en Hungría durante la regencia de Miklós Horthy (1868-1957); pero en 1938 fue detenido y encarcelado en lo que se denominó la Gran Purga de Stalin o también llamado en Rusia el Gran Terror, una serie de persecuciones políticas que tuvieron como consecuencia su desaparición. Acontecimiento que daría un giro drástico a su vida y que causó un hondo sentimiento, constituyendo una motivación constante que reflejaría en muchas de sus películas, aumentado por el fallecimiento de su madre al poco tiempo.
Huérfana en un país que no era el suyo, la todavía niña Márta, afronta una situación difícil de sostener y no tiene más remedio que regresar a Budapest después de la II Guerra Mundial. Estas lamentables circunstancias la hacen madurar tempranamente y forjar un carácter fuerte y tenaz en su adolescencia, tal como observamos en "Napló gyermekeimnek" (Diario para mis hijos), (1984). El descubrimiento y fascinación que le produjo el cine, atenuaron sus inseguridades y traumas, despertando su admiración por divas del cine como Greta Garbo, así como hallando en él la forma de vehicular esas ideas que ya plasmaba por escrito. Poco a poco se estaba gestando una personalidad valiente, rebelde y crítica con la presión política estalinista, que la conducirían a convertirse en la primera directora de un largometraje en Hungría en 1968, tras muchos años rodando cortometrajes. Sin duda, se reveló como una pionera, de esas que sortean las dificultades y piedras en el camino en un mundo mayoritariamente masculino, abriendo camino a otras. En las décadas de los 60-70 sólo unas pocas directoras contemporáneas tenían relevancia como Agnès Varda, Kira Murátova, Larisa Shepitko, Věra Chytilová, Mai Zetterling, Shirley Clarke, Kinuyo Tanaka o Liliana Cavani. Huellas seguidas de otras luchadoras precursoras como Alice Guy, Germaine Dulac, Dorothy Arzner, Ana Mariscal, Lotte Reiniger, Jacqueline Audry, Wanda Jakuboswka, Lois Weber, Ida Lupino o Leni Riefenstahl.
Mészarós formó parte de ese nuevo cine húngaro de los años 60, considerado su edad de oro, que renovó y revitalizó su producción, creando un cine vanguardista con capacidad de innovación; si bien no es tan recordada como sus contemporáneos Miklós Jancsó (1921-2014), su marido durante 10 años, Lajos Koltai (1946), o István Szabó (1938). Corriente considerada como esa nueva ola que coincide en distintos países, como en Francia (Nouvelle Vague), Rusia, Inglaterra, Brasil o España.
Esta directora se caracteriza por tener un sello propio, un cine de autor(a) que en su tiempo no era demasiado aceptado. Su capacidad de armonizar cine de ficción dramática con partes documentales, de realizar yuxtaposiciones de lo personal con lo político, es interesante. Hay películas en que lo documental recuerda a las de Marlen Jutsiev, sobre todo en esas manifestaciones políticas de masas en las calles, con grandes planos generales o escenas costumbristas y tradicionales como los bailes populares o el trabajo en las fábricas. Imagino que estudiar en la misma Escuela de Cine les acercaría en estilo. También aparecen similitudes con el cine de Andrei Tarkovsky, en especial en las escenas oníricas de recuerdo de sus padres en Rusia en la serie de “Diarios…”. Unos planos en la naturaleza y en una cantera con una enorme hondura poética, carga sentimental y excelente puesta en escena en los que los homenajea, denotando la importancia en su vida y el vacío que le dejaron. Pero, por todas esas características y los temas audaces que afronta, su cine posee entidad propia y su estilo a la hora de contar tan natural, sus largos planos secuencia, lentos travellings, abundancia de primeros planos sostenidos que enfatizan lo emocional de sus personajes, su vitalidad, humanismo y ternura con que los cuida, la hacen muy especial. Un cine que se detiene en momentos contados en tiempo real, con sus silencios, sus pausas, miradas y que ella sublima.
Su cine bebía del zeitgeist de la época, con los comienzos de la lucha feminista –aunque ella no se ha considerado una activista del feminismo, sino que sus historias hablan de mujeres que se encuentran con trabas por el mero hecho de serlo y que intentan derribar muros para conseguir la equidad en un mundo que asistía al despertar del género femenino– y estaba completamente imbuido por los cambios políticos como el fin de la guerra, el peso del estalinismo, la efímera revolución del 56 con la consiguiente represión y respuesta soviética, el “deshielo de Jrushchov” o la primavera del 68.
Con las numerosas películas que he podido ver en distintas plataformas (muchas de ellas no se encuentran o no tienen subtítulos), existen una serie de elementos comunes que definen muy bien su cine.
A saber: una atmósfera deprimente y plomiza enfatizada por una excelente fotografía de zonas industriales nevadas de la ciudad que reflejan la melancolía de las mujeres que trabajan allí y su presente complicado. Algo con un aire al Free Cinema inglés sobre el desencanto de la juventud. Los países europeos del Este asistían a la industrialización y las mujeres ocupaban puestos de trabajo técnicos en las fábricas como alternativa al campo. En "Eltávozott nap" (1968) (La muchacha) la protagonista trabaja en una fábrica textil con sus compañeras de internado, así como la chica de "Kilenc hónap" (1976) (Nueve meses), con su abatimiento y desidia ante los cantos stajanovistas de sus compañeras. También Juli, en la serie de los “Diarios”, la amiga de la directora de un internado en "Ők ketten" (1977) (Elles deux / The Two of Them), o la chica abandonada por los padres de "Örökbefogadás" (1975) (Adopción). Se aprecia una crítica velada, debido a la censura, sobre la idea de obreras prósperas y felices en sus trabajos en cadena.
También observo que repite mucho con varios actores como la cantante Kati Kovács (1944) que protagoniza dos películas, "Eltávozott nap" (1968) (La muchacha) y "Holdudvar" (1969) (Binding Sentiments). Jan Nowicki (1939) es el que más ha rodado con ella, en diferentes papeles de hombre problemático, o al contrario, de alguien muy apreciado que representa a su querido padre o a Janos, uno de sus amores en los “Diarios”. La actriz Zsuzsa Czinkóczi (1967) empezó de niña con ella, sufridora del alcoholismo y mala relación de sus padres en la citada "Ők ketten" (1977) (Elles deux / The Two of Them), hasta convertirse en la importante Juli, su alter ego en la tetralogía de inspiración autobiográfica ya citada y en varias más, incluso la última película hasta el momento, "Aurora Borealis: Északi fény" (2017). También Lili Monori (1945) protagoniza ""Kilenc hónap" (1976) (Nueve meses) y "Örökség" (1980) (The Heiresses) con unos papeles muy distintos y forma parte del reparto en otras y también en la última de la directora citada anteriormente. Esto denota fidelidad y confianza hacia unos actores que se acomodaban muy bien a su tipo de relatos.
Otra constante es que los hombres suelen ser presentados como obstáculos para la independencia de la mujer, como alcohólicos, maltratadores psicológicos, egoístas como el hijo en "Holdudvar" (1969) (Binding Sentiments) o el extraño capataz de la fábrica de "Kilenc hónap" (1976) (Nueve meses) que mantiene una relación con su trabajadora, la deja embarazada y la juzga por su relación anterior con la que tiene un hijo. También el proxeneta de "A Szerencse lányai" (1999) (Daughters of Luck). Si bien la directora no los demoniza, más bien al contrario, no los juzga, presenta sus defectos y alguna virtud. Aunque también los hombres representan la cordialidad y el cariño como su abuelo adoptivo, el carisma del padre o la seguridad y nobleza de su amor platónico, Janos o el marido complaciente en "Örökség" (1980) (The Heiresses).
La juventud es presentada inmersa en la contracultura, rebelde contra la policía, contra las tradiciones, amante de la música beat local, desinhibida, iniciando la liberación sexual, idolatrando a grupos como los Beatles o a Che Guevara, con incipientes deseos “okupas” y antisistema, pero también un poco desorientada por los cambios políticos y el nuevo papel de la mujer. Varios de estos aspectos se ven en la película musical "Szép lányok, ne sírjatok!" (1970) (Don’t Cry, Pretty Girls), "Eltávozott nap" (1968) (La muchacha) y "Holdudvar" (1969) (Binding Sentiments)
Otro elemento común es la introducción de escenas largas documentales que atestiguan los acontecimientos sociales de la época, las duras condiciones laborales, la vida en orfanatos o internados fabriles de chicas con problemas o las costumbres arraigadas, cultura y folklore. La constante alusión a centros estatales revela su experiencia vital y una preocupación por contar historias de mujeres de familias desestructuradas, abandonadas o con padres fallecidos, como le pasó a ella.
Hay también mucha insistencia en la contraposición tradición-modernidad, aunque no para denostar a la primera, sino por los contrastes existentes, pero, sobre todo por la necesidad de encontrar las raíces del pasado, lo atávico, que a ella se le escapó en su niñez por el cambio de país y la orfandad prematura. Hallar referentes en un país que despertaba del oscurantismo y se preparaba para los nuevos tiempos que vendrían.
Un cine, en definitiva, muy cercano y humano, contado con sensibilidad y demostrando que lo femenino ha encontrado su sitio y que tiene mucho interesante que ofrecer.
La escena final nos conduce hacia un club de baile urbano, más moderno, con una actuación de un grupo de estética parecida a los Beatles que canta en directo. Con su amiga se divierte y somos cómplices de nuevo de su desencanto y desafección cuando se le acerca otro chico para seducirla.
Esta película es en apariencia sencilla, sobria, pero esconde mucho más de lo que parece debajo de sus capas de película de Nueva Ola. Expone su crítica del papel de la mujer oprimida largo tiempo, modelo que se perpetúa según qué ambientes, pero expresa sus dudas sobre la deriva de la nueva que parece conducirse hacia modelos alejados de la subordinación, pero inmersos en la producción y explotación laboral y hacia una liberación sexual mal entendida.
Márta Mészáros, cineasta longeva, comprometida, que también atrajo a actrices muy conocidas como Isabelle Huppert, Anna Karina y Delphine Seyrig, ha sido una directora muy prolífica, aunque lamenta que en sus películas autobiográficas no pudo tratar el tema tal y como ella hubiera deseado: “Quería mostrar en un drama político lo que les pasó a mis padres a causa de la Unión Soviética: mi padre fue ejecutado y mi madre murió con el corazón roto. No deberían haber muerto de esa manera. Fue la censura lo que me impidió abordar eso directamente”.
Y en otra entrevista a un medio húngaro en 2017 tras su, por ahora, última película, la directora comenta:
Por muchos años, Sra. Mészáros
Eltávozott nap
1968
Hungría
90 minutos
Dirección: Márta Mészáros
Guion: Márta Mészáros
Música: Levente Szörényi
Fotografía: Tamás Somló
Montaje: Zoltán Farkas
Diseño de producción: Tamás Banovich
Decoración: Ferenc Budai
Vestuario: Piroska Katona
Maquillaje: George Ivanicza
Reparto:
Kati Kovács: Erzsi (Erzsébet) Szõnyi
Teri Horváth: Zsámbokiné
Ádám Szirtes: Zsámboki
Gábor Agárdi: A züllött szabó
Zsuzsa Pálos: Mari
András Kozák: Gábor
Gábor Harsányi: Zsámboki Lajos
Ilona Gurnik: Tanárnõ Fóton
Gaspar Jancso
Jácint Juhász: Fiú a vonatról
Zsolt Körtvélyessy: Mari barátja
Ida Siménfalvy
János Bródy: Músico
László Szabó: Conductor de Francia
Levente Szörényi: Músico
https://www.theguardian.com/film/2021/jul/13/a-woman-wanting-to-make-films-was-a-joke-marta-meszaros-pioneering-hungarian-director
https://www.calvertjournal.com/articles/show/8387/marta-meszaros-celebrating-career-trailblazing-hungarian-director
https://zinebi.eus/zinebi61/mikeldi-de-honor-marta-meszaros/
https://mubi.com/es/specials/marta-meszaros
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