sábado, 18 de marzo de 2023

Schopenhauer: pesimismo metafísico. Voluntad, sufrimiento, ascesis. Clase real ampliada. Filosofía. 4º ESO. 16-3-2023. Profesor: Francisco Huertas Hernández

Schopenhauer: pesimismo metafísico
Voluntad, sufrimiento, ascesis
Ley de Murphy, Diógenes, entropía
Clase real ampliada
Filosofía. 4º ESO
16 marzo 2023
Profesor: Francisco Huertas Hernández

Schopenhauer: pesimismo metafísico
Voluntad, sufrimiento, ascesis
La Ley de Murphy, Diógenes, la entropía
Clase real ampliada
Filosofía. 4º ESO
16 marzo 2023
Profesor: Francisco Huertas Hernández
Pizarra escrita por Dani Hernández Ivanova
Idea original de Sandra Menargues Pérez

Schopenhauer: pesimismo metafísico
Voluntad, sufrimiento, ascesis
Filosofía. 4º ESO
16 marzo 2023
Resumen original de Sandra Menargues Pérez

 El jueves 16 de marzo de 2023 me dirigí a 4º ESO sabiendo que era una clase perdida debido a la excursión que empezaba la hora siguiente, y que había dejado el curso menguado. Pero el destino tiene planes que el hombre ignora. Sandra me pidió hablar de Schopenhauer, porque había tenido una conversación sobre el tema la tarde anterior con un amigo. Dani Hernández se ofreció a transcribir minuciosamente el esquema en la pizarra, y así, sin darnos cuenta, tuvimos la mejor sesión del curso
 La conjunción del interés de los alumnos (normalmente inexistente), la claridad del profesor, el diálogo enriquecedor entre ambas partes, y la conexión con la vida, hicieron de este tema la más feliz de las sesiones.

 Comenzamos por la etimología. "Pesimismo" procede del latín "pessimus" (pésimo), que significa "lo más malo". Es el superlativo de "peior, peius" (peor). "Pésimo" es el máximo grado de lo malo, mientras que "Peor", es un comparativo: "más malo que otro"

 El pesimismo. ¿Qué es? Pregunté. Aclaré que el tipo predominante es el pesimismo psicológico. IzanCamilo y Dani González, y algún otro, lo definieron como una visión (concepción) negativa de la vida. Ver el "lado malo de las cosas": "Todo va a ir mal".
 Lo contrario es el optimismo psicológico, muchas veces acrítico, superficial, conformista.

 Los psicólogos atribuyen al pesimismo ciertas características positivas: a) buscan verdades desagradables porque desconfían de las opiniones positivas aceptadas. Son personas críticas; b) centran su atención en lo negativo; c) tienen bajas expectativas, que les protegen de la frustración; d) mayor estabilidad emocional y resistencia al sufrimiento. 
 En definitiva, es un tipo de personalidad, y no tiene nada de patológico

 La variante popular del pesimismo es la llamada Ley de Murphy (1949), una sentencia que se formula así: "Anything that can go wrong will go wrong" (Todo lo que puede salir mal, saldrá mal). Se aplica a la técnica del "diseño defensivo" (Defensive design), que intenta evitar errores en dispositivos o procedimientos. En realidad, la Ley de Murphy resulta muy útil aplicada a la computación porque ayuda a controlar fallos.

 El filósofo que hizo famoso el pesimismo fue el alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860), que escribió un libro donde expone el "pesimismo metafísico" titulado "Die Welt als Wille und Vorstellung" (El mundo como voluntad y representación) (1819). Schopenhauer influyó en Richard Wagner, Friedrich Nietzsche o Albert Einstein.

 Sandra ha escrito este acertado resumen del pesimismo metafísico de Schopenhauer. Lo modifico un poco (podéis leer el original en la imagen arriba):

 "La filosofía pesimista sostiene que el mundo es, por sí mismo, malo, y que el ser humano es esencialmente infeliz. Los filósofos pesimistas argumentan que la vida está llena de sufrimiento, y que el ser humano es incapaz de alcanzar la felicidad o la verdad.
 Schopenhauer decía que la vida es una lucha constante contra la insatisfacción de la voluntad, y solamente mediante la renuncia (ascesis) de esta voluntad (deseos) puede eliminarse el sufrimiento de la vida"

 Mi explicación del pesimismo de Schopenhauer en clase fue más o menos como sigue (ver esquema en imagen superior):

 El universo entero está sostenido por una fuerza o energía, que el autor llama "Wille" (voluntad). Es decir, todo lo que existe, "quiere ser", desde el mineral al ser humano

 Pero esta voluntad (deseo) es insaciable, y el deseo siempre queda insatisfecho, produciendo hastío (cansancio, aburrimiento). Escribe Schopenhauer:

 "La voluntad en sí (...) implica la ausencia de todo fin, de todo límite, porque es una aspiración sin término"
(In der Thai gehört Abwesenheit alles Zieles, aller Gränzen, zum Wesen des Willens an sich, der ein endloses Streben ist)

"Die Welt als Wille und Vorstellung". Libro II. XXIX

 Además, la voluntad puede fracasar, al no alcanzar su objetivo, y, en el caso humano, aparece la frustración.

 Y aunque, la voluntad es única, se manifiesta en seres distintos que luchan entre sí: la "lucha por la vida", donde unos han de morir para que otros vivan. Ésta tiene como resultado la aniquilación, la muerte

 El hastío, la frustración y la aniquilación son formas del sufrimiento. Querer (voluntad) es sufrir, da igual lo que se quiera, y lo que se consiga. La voluntad es una "aspiración sin término", y, necesariamente, tiende al mal. No puede calmarse ni encontrar paz ni felicidad.

 En clase aclaré que la voluntad incluye tanto la necesidad instintiva como el "capricho". Todo lo que se desea, proviene de la misma raíz: la voluntad. Desde el hambre, o el deseo sexual, que son instintivos, hasta refinados sentimientos como el amor o la búsqueda de la fama, son manifestaciones de la voluntad.

 ¿Cómo liberarse de este dolor del vivir, que es el dolor del querer, de la voluntad?
 Schopenhauer propone dos vías:

 La primera, y transitoria, es la contemplación estética: mientras nos entregamos al arte -como espectadores o creadores- (principalmente la música), nuestros deseos (voluntad) se "congelan". Bien conocido es el efecto de la "musicoterapia" sobre el dolor físico y el sufrimiento emocional. Pero, cuando acaba el acto del disfrute estético, la voluntad vuelve con sus exigencias sin límite.

 Sobre el impacto de la belleza del arte en el ser humano mencioné el "síndrome de Stendhal" -"síndrome de Florencia" o "estrés del viajero"- que es "una enfermedad psicosomática que causa palpitaciones, vértigo y confusión cuando el individuo es expuesto a obras de arte bellas". El escritor francés Stendhal (1783-1842) experimentó esto paseando por Florencia en 1817. La sensibilidad ante la belleza nos altera. Schopenhauer defendía que nos calma. En todo caso, está claro que el arte -y la naturaleza- nos conmueven.

 La segunda vía para acabar con el sufrimiento de la voluntad es permanente. Es la vida ascética (ascesis). La palabra "ἄσκησις" procede del griego bizantino, y significa etimológicamente "entrenamiento físico", aunque es un término de la ética, que quiere decir "perfeccionarse en la búsqueda de la virtud mediante la renuncia". Así que podemos identificar "renuncia" y "ascesis". La "renuncia" es lo contrario del "deseo/querer/voluntad".
 Los deseos que más hacen sufrir son: a) el deseo de riqueza; b) el deseo sexual; c) el apego al yo. La pobreza, la castidad y la compasión son la vía ascética para eliminarlos.

 Dani González encontró en Diógenes, el Cínico (413-323 aC), un modo de vida ascético, con su rechazo de todas las comodidades. Vivía en la pobreza, rehuía el contacto social, y no aspiraba más que a preservar su soledad y su libertad.

 Hice un intento fallido de relacionar la "entropía" (magnitud termodinámica que indica el grado de desorden molecular de un sistema) para entender la ascesis como "apagamiento" de la vida, "desorganización".
 Si vivir es sufrir, como señala Schopenhauer, hay una tendencia física en el universo hacia la separación y la desintegración, el enfriamiento.
 La segunda ley de la Termodinámica afirma que la entropía, o sea, el desorden, de un sistema aislado nunca puede decrecer. Por tanto, cuando un sistema aislado alcanza una configuración de máxima entropía, ya no puede experimentar cambios: ha alcanzado el equilibrio.
 Relacionar esto con la ascesis es muy sencillo: la ascesis es la entropía introducida voluntariamente por el "santo" que ha comprendido que la vida es sufrimiento, porque todo deseo produce dolor. Si la vida se organiza como un conjunto caótico de deseos, la "entropía ascética" los va separando, desintegrando, enfriando, hasta el equilibrio estático, que es la muerte.
  
 Hubo alguna otra idea, pero esto es lo fundamental de lo que ocurrió en la mejor clase del curso.

Arthur Schopenhauer (1788-1860)
Deutsche Bundespost. 1988

Arthur Schopenhauer
Daguerrotipo (Fotografía)

Arthur Schopenhauer
Fotografiado en 1859 por J. Schäfer

Arthur Schopenhauer: “Die Welt als Wille und Vorstellung” (“El mundo como voluntad y representación”)
Leipzig. 1819
Primera edición

Tumba de Arthur Schopenhauer
Frankfurt am Main
Fotografía de Mylius. 1860

Grab von Arthur Schopenhauer auf dem Frankfurter Kirchhof (Hauptfriedhof)
Tumba de Arthur Schopenhauer (Danzig 1788 - Frankfurt am Main 1860)
Frankfurt am Main

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitar al profesor y sus estudiantes por este proyecto de pensar libres

Anónimo dijo...

muy buen artículo.

Anónimo dijo...

Muy buena clase y mejor iniciativa pedagógica la de hacer un blog-diario en el que participen los alumnos. Gracias por haberlo compartido!

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Gracias Pablo Txe

Francisco dijo...

Quiero agradecer el apoyo de Kelvin

Inma dijo...

Como siempre, Francisco nos hace partícipes de que otra Educación es posible: en estas clases los alumnos son los verdaderos protagonistas, guiados hacia la Luz y la Verdad por su Maestro. Enhorabuena!!!

Francisco dijo...

El pesimismo schopenhaueriano es un sistema filosófico consistente y lúcido que presenta una base científica y un fino análisis metafísico, epistemológico, estético -su parte más genial reflexionando sobre las artes, el genio y una teoría de la recepción-, y un proyecto ético de superación del sufrimiento.
Además es un libro escrito con claridad, belleza, fuerza y pasión.
En definitiva, uno de los testimonios necesarios del pensamiento crítico y libre frente a los cobardes, sumisos y lobotomizados políticos, periodistas, profesores y ciudadanos del pútrido mundo actual sometido al globalismo mendaz, la dependencia tecnológica y el fanatismo de la ignorancia

Anónimo dijo...

Comprendí que el infierno y el cielo es un estado íntimo y personal.Que somos lo que decidimos.Pero lo más importante es que necesitamos la oscuridad para poder ver las estrellas utilizando nuestra voluntad y la creencia en nosotros mismo.
Nietzsche.

Francisco dijo...

Gracias anónimo comentarista