domingo, 2 de julio de 2023

"Мечта" (1943). М. Ромм. "Mechta" (1943). M. Romm (Dream / Sueño). 10 personajes derrotados en busca de un sueño. Francisco Huertas Hernández

"Мечта" (1943). Михаил Ромм
"Mechta" (1943). Mijail Romm
(Dream / Sueño) 10 personajes derrotados en busca de un sueño
Francisco Huertas Hernández

"Мечта" (1943). Михаил Ромм
"Mechta" (1943). Mijail Romm
(Dream / Sueño)
Роза Скороход (Фаина Раневская) & Зигмунд Домбек (Михаил Болдуман)
Roza Skorojod (Faina Ranevskaya) & Zigmund Dombek (Mijail Bolduman)
En la pensión "Sueño" (Мечта) malviven un grupo de personas desdichadas. La patrona, Madame Rosa, es una mujer tacaña y mandona que se desvive por su hijo, un ingeniero fracasado y en paro 

 El arte tiene la capacidad de iluminar y dar forma a los más oscuros y caóticos rincones de la vida. Y el arte es una emanación de los sueños. El gran director de cine ruso nacido en Irkutsk Mijail Ilych Romm (Михаил Ильич Ромм) (1901-1971) heredó de su madre el amor al teatro y se formó como escultor en Moscú. En los años 20 tradujo a los novelistas franceses Flaubert, Maupassant y Zola, mientras trabajaba como actor. Romm mantuvo siempre su vocación de escritor
 Tras dirigir su trilogía sobre Lenin entre 1937 y 1939 alcanzó su cima en el duro drama "Мечта" (Mechtá), filmado en 1941. Esta obra maestra está más emparentada con Balzac, Tolstoy y Dostoyevsky, que con el "realismo socialista", que, supuestamente, anegaba todo el arte de la época de Stalin. Las crisis espirituales y miserias materiales de los habitantes de una pensión llamada "Sueño" (Mechtá) en Polonia conmovieron incluso al presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt (1882-1945), quien afirmó que era una de las mejores películas del mundo. Romm fue un narrador nato y un director versátil, y "Мечта" es un perfecto ejemplo, con el hilo conductor de Anna, una chica pobre del campo que emigra a la ciudad en busca de su hermano, y su relación, por un lado, con los clientes de un restaurante nocturno (Wilbra) donde trabaja como recepcionista, y, por otro, con los taciturnos y solitarios habitantes de la Pensión "Sueño", en la que está pluriempleada como sirvienta, a las órdenes de una mujer tacaña y tiránica, Rosa, que protege y ahoga a su hijo, Lazar, un soñador y fracasado ingeniero. La actividad revolucionaria clandestina del hermano de Anna, Vasil, y su camarada, Tomasz, componen otra subtrama, menos desarrollada, que acabará formando la conciencia política de Anna.

 "¿Qué puede haber más hermoso que los sueños? ¿Qué puede haber más verdadero que esforzarse por realizarlos? ¡Cuán pocos son capaces de lograr lo que desean, una y otra vez! ¿Hay algo más duro que los pedazos de las aspiraciones rotas?" escribe Maime en Kinopoisk. 
 Los "sueños" son "realizaciones de deseos" (Der Traum ist eine Wunscherfüllung) sostuvo Sigmund Freud (1856-1939), y cada uno de los personajes de este largometraje desea algo, algo que jamás alcanzará, pues si el deseo se cumpliera, el sueño se extinguiría. El ser humano es ese "dios deseado y deseante" -como lo definió el poeta Juan Ramón Jiménez (1881-1958)- cuando "crea", y solo el "sueño" crea de manera universal la vida que queremos. La felicidad es la condensación de todos los sueños posibles

 Mijail Romm realizó un retrato cinematográfico de grupo, donde cada figura destaca, donde todos los personajes son individuales, psicológicamente diferentes, y juntos forman un solo grupo social, revelan una cualidad social común: "soñar" contra su triste "destino" presente. Es la "alienación" burguesa: conformarse con "imaginar" una vida mejor, sin hacer nada para transformar las estructuras sociales que lo impiden. La presencia "revolucionaria" -fugaz- de Vasil y Tomasz contrasta con la "resignación" de la Pensión "Sueño".   
 Junto con las tropas soviéticas que liberaron las regiones occidentales de Ucrania y Bielorrusia en 1939, Romm pasó por esas ciudades. Allí sintió las vidas truncadas, la feroz lucha diaria e invisible por la existencia, que se palpaba tras las ventanas de las casas, en las habitaciones de los hoteles miserables con nombres ampulosos: "Excelsior", "Grand Hotel".
 Mijail Romm recuerda: "Estuve allí unos dos meses y el poder de las impresiones recibidas fue enorme. Fue un viaje no solo en el espacio sino también en el tiempo. Vi personas con una actitud diferente ante la vida, objetivos diferentes, una psicología diferente. Un mes o dos después de regresar, a fines del mismo 1939, Yevgeny Gabrilovich y yo comenzamos a trabajar en el guion de "Mechta". [...] Discutimos el guion durante varios días, y luego muy rápido, tal vez en dos o tres semanas [...] lo escribimos. Solo que trasladamos el escenario de acción del oeste de Bielorrusia al oeste de Ucrania. Discutiendo episodio tras episodio, los escribimos uno por uno. Siempre grabamos por separado y luego reunimos los episodios.
     "Мечта" es una de mis películas favoritas. Desde el punto de vista del guion y la dirección, fue una etapa muy importante para mí, un intento de hacer un retrato colectivo, una especie de fragmento de la sociedad [...] 
     Mi familia es de Vilna [...] Y visité Vilna más de una vez antes de la revolución. Yevgeny Gabrilovich también conoce bien a la pequeña burguesía. M. Astangov vivió en Polonia antes de la revolución [...]. Ada Wojcik es polaca. Tanto Faina Georgievna Ranevskaya como Rostislav Yanovich Plyatt conocían de cerca no solo la sociedad, sino también los lugares del film. Tal vez por eso lograron encontrar detalles vivos y tangibles que ayudaron a que esta película fuera un paso notable para mí, un paso hacia una nueva dramaturgia y dirección".

 "Desgraciadamente, en "Мечта" hay un lado que expresa nítidamente la forma y el estilo convencionales de la época en que se filmó la cinta. Según la trama, los personajes, según el sistema de relaciones entre los personajes, podemos decir que esta película se realizó al estilo del neorrealismo italiano, que en 1939 aún no había triunfado. Pero en la vertiente visual no di ese paso decisivo hacia la autenticidad de la vida, que correspondería a la autenticidad de los personajes y de la trama. Transferí parte de la naturaleza al decorado, lo que le dio al largometraje algo de artificialidad [...] El estilo de escenografía de Vladimir Kaplunovsky es de un refinamiento complejo"

 La pensión de Madame Rosa Skorojod, "Sueño" (Мечта), y sus residentes reflejan estas experiencias.

 "Мечта" se rodó en los estudios de Mosfilm en Moscú y algunos exteriores en Lvov en 1941. La escena de la reunificación de las tierras de Ucrania Occidental con la República Socialista Soviética de Ucrania se filmó en Chernovitsi, en la Plaza del Teatro. La película se terminó el 22 de junio de 1941, y se estrenó el 13 de septiembre de 1943, cuando la URSS sufría la "Gran Guerra Patria" (1941-1945) contra el invasor nazi.

 El largometraje se inicia con la nostálgica música del compositor polaco Henryk Wars (1902-1977). Vemos un decorado urbano, premeditadamente teatral, sobre el que se impresionan los créditos: un marco interior, pues interior será todo el film. El guion de Yevgeny Iosifovich Gabrilovich (1899-1993) y Mijail Romm es tan literario y teatral como el drama íntimo de sus personajes exige. Un letrero nos explica: "Esto fue en 1933, en los años anteriores a la reunificación de las tierras ucranianas. Desde los pueblos pobres del oeste de Ucrania, miles de personas fueron atraídas a la ciudad en busca de trabajo y felicidad" (Это было в годы предшествовавшие воссоединению украинских земель. Из бедных сел западной Украины тянулись в город тысячи людей в поисках работы и счастья)
 
 La cinta expone la oposición entre el pueblo campesino empobrecido y la disipación burguesa de la ciudad representada en la protagonista, Anna (Yelena Kuzmina), una muchacha campesina cuya primera frase es "Ну, прощайте" (Bueno, adiós). Mirada baja, pañuelo y hato. El plano se abre y la despedida muestra a los contritos padres junto a la hija. El encuadre sigue ampliándose: un crucifijo y un campo lejano. El viejo reza, pide protección divina para su hija que va a la ciudad al encuentro de su hermano. Un plano dorsal entre las espigas, con Anna, alejándose, con la voz del padre, cierra el prólogo.

 La primera parte se sitúa en una urbe indeterminada de Polonia. Unos rótulos -herencia del cine mudo- nos informan: "Anna ha vivido en la ciudad durante 3 años. En esta ciudad había cinco iglesias, dos prisiones, cuatro fábricas, treinta y nueve prostíbulos y doscientas cuarenta tiendas. Era afortunada en esta ciudad" (В этом городе было пять костелов, две тюрьмы, четыре фабрики, тридцать девять публичных домов и двести сорок торговых лавок…)

 El ambiente urbano se presenta con una música ligera de jazz occidental y un espejo con el nombre del local nocturno (Wilbra) en el que se mira un personaje gomoso con sombrero bowler (bombín), Stanislav Komorovsky (Mijail Astangov), al que atiende la recepcionista Anna. La profundidad de campo reflejada en el espejo será constante en todo el film, y la tendencia a enmarcar el plano con bordes oscuros curvados, da una atmósfera expresionista a la puesta en escena, con una iluminación artificial, decorados teatrales y planos muy estáticos.

 En el restaurante Wilbra un inspector detiene a un joven que lee el periódico. Anna, inocente, ayuda a inmovilizar al fugitivo, cuya identidad se revelará más tarde: Tomasz Krutitsky (Viktor Shcheglov). El dueño de Wilbra repasa en el ábaco las cuentas y, junto a su esposa, se comportan mezquinamente con la chica, que tiene que trabajar limpiando en otra casa para sobrevivir. 

 Interludio lírico: Anna encuentra en su camino a la pensión al cochero Janek (Rostislav Plyatt), que se lamenta: "Tengo un buen caballo, un buen coche, pero no tengo pasajeros". Un plano del decorado urbano con un arco y farolas recrea el contraste entre el exterior expresionista y el drama interior que se vivirá en la pensión, cuyo nombre -"Sueño" (Mechta)- revela el "imposible": los "sueños" son "delirios" inconscientes que expresan la distancia entre la "realidad" y el "deseo". El decorado de cartón es "irreal" (onírico), y su profundidad sumerge a los personajes en un abismo espacialel edificio de la pensión parece sacado de un cuento de hadas. Un letrero en polaco, "Marzenie", se transforma en un "fundido encadenado" en "Мечта", en ruso: "Sueño". Un rasgo del sueño es su indefinición espacial y temporal, y el "expresionismo", con su "deformación" de los objetos, induce a la mente del espectador en un trance hipnótico. La "Pensión familiar de Mme. Skorochod Sueño" (Familijny Pensjonat Mme. Skorochod Marzenie) está reescrita en ruso. Es indiferente para el espectador si el Reino de Polonia formó parte del Imperio Ruso (1830-1915) y las fronteras y las lenguas. En los sueños no existen lindes ni idiomas: todo es "magma" fluido emocional. El interior de la casa de huéspedes es tan intrincado y laberíntico como la estampa exterior. Los arcos, escaleras y paredes crean una "alucinada" profundidad de campo. Anna deambula por esos espacios oníricos. El plano siempre tiene bordes oscuros

 Un "sabio distraído" investiga sin cesar para construir nuevas fábricas. Es Lazar Skorojod (Arkady Kislyakov), el primer habitante de la casa de los "sueños rotos". Tras recoger los zapatos de todos los inquilinos, Anna recibe la visita en la cocina de Lazar, el personaje que ha dicho solemnemente, quitándose los lentes, ante la cámara: "Да, я  ещё не сплю" (Sí, aún no duermo). Un plano más o menos fijo de la cocina presenta a la criada a la izquierda, y al hijo de la patrona, a la derecha. La formación teatral de Romm es palpable en estas tomas estáticas. El espacio contiene a los personajes, como prueban sus bordes opacos: arcos, cortinas, escaleras.... Lazar, con mirada perdida en el futuro utópico, sueña con el triunfo de su proyecto para construir nuevas fábricas. "¿Alguna vez sueñas? ¿Con qué?" pregunta el ingeniero mientras se sirve té. Un ligerísimo contrapicado. Anna responde ingenuamente: "con la salud y felicidad de todo el mundo. Comprar un caballo para mi padre". Ante la insistencia de Lazar, la chica añade: "Ahorrar dinero y casarme". El ingeniero ha aclarado que se refiere a "cuando no duermes por la noche", es decir, las "ensoñaciones" o "soñar despierto", las ilusiones o fantasías placenteras con sucesos que raramente podrían suceder. El personaje de Lazar Skorojod es un Quijote estático, que vive solo en sus ensoñaciones de triunfo. A diferencia del hidalgo castellano, el polaco se limita a investigar, no es un "hombre de acción". La chica ahorra con esfuerzo unos groszy y se los da en custodia al inventor: 70 zlotys. Es todo lo que ahorró en dos años trabajando en la ciudad. A continuación, en primer plano, Lazar hace un elogio de "nosotros", los ingenieros civiles, que hemos construido todo lo que ves, pero recuerda que ha sido mantenido por su madre durante 15 años y nadie lo conoce. Su megalomanía le hace decir que ahí, en esa olvidada tienda (frutería-pensión) de su madre, "la humanidad da un paso adelante". Los delirios quijotescos son inversamente proporcionales al vacío de sus vidas reales

 La irrupción de la madre, Rosa Skorojod (Faina Ranevskaya), en el "escenario" acaba con las "ensoñaciones". El plano "teatral" -fijo- elimina la movilidad física y psicológica de los personajes. Quedan "acotados", "encerrados", "inmóviles". "He oído voces. Voces a las 4 de la madrugada. ¿De qué hablabas con la sirvienta? No te entendía". Su personalidad dominante y práctica contrasta con la de los dos personajes anteriores. El gesto de desinterés con el que la vieja escucha al hijo hablando del final de su proyecto -"He oído eso durante 15 años"- patentiza un conflicto familiar latente. Después, la dueña del hotel arremete contra Anna, con un cruel "clasismo", propio de los "pequeñoburgueses", que se creen "superiores" a sus empleados. El "despotismo maternal" de Mme. Skorojod riñe y desprecia por igual: "Mereces una reprimenda. Escucha y no contestes". "¿Qué es esto? ¡Polvo!" (Что это такое? Пыль!) dice pasando la mano por la tetera, mientras Anna da lustre al calzado de todos los habitantes de la Pensión. "El mantel está sucio". La patrona no da tregua. Humillar a los pobres es un mecanismo de defensa, una "transferencia": "Es imposible con estos aldeanos""Ella lo quiere saber todo", murmura enfadada la chica campesina tras marchar la dueña. 

 La siguiente escena es una de las mejores -y más literarias- del film. "Por la tarde los habitantes de "Sueño" jugaban al loto"Stefan, el viejo tejedor (Nikolai Orlov), Mme Skorojod, Zigmund Dombek, ex grabador (Mijail Bolduman), el cochero Janek (Rostislav Plyatt) y otro inquilino juegan a una especie de bingo, el "Лото" (loto) -juego de azar que llegó a Rusia en el siglo XVIII y usa cartas y cubetas con números marcados del 1 al 90-. La predominancia del encuadre estático con los bordes oscuros delimitantes realza el conflicto psicológico que el juego agudiza. Zigmund menosprecia al cochero Janek que se lamenta de su suerte. La patrona recrimina a su hijo su desinterés por el juego. Zigmund sentencia que "la madre no puede ser juzgada por los intereses del hijo". Por la escalera, al fondo, desciende otro personaje fracasadoWanda, la eterna novia (Ada Wojcik), que pide consejo a la señora para redactar sus anuncios buscando marido. Lazar se une a la partida, pero no tiene dinero, y discute con Zigmund, que le acusa de ser una carga para su madre. La disputa se amplia a Wanda, con la que Zigmund no tiene compasión: la culpa de engañar a los pretendientes con una "dote" que no tiene. Zigmund es un anciano lleno de odio. Desde la frutería, donde Rosa atiende a un cliente, se escuchan los gritos. En torno a la mesa con mantel de cuadros ya no hay partida, sino una gran trifulca. Madame Skorojod ataja la pelea con su autoridad y despótico designio. Los personajes están "comprimidos" en el plano bajo un arco oscuro. Los reproches siguen aflorando: la patrona dice a Zigmund que su habitación está tan sucia que apenas se puede entrar. Y que no tiene oficio. Él alega que es grabador. El cochero Janek -una especie de дурак (durak) o "tonto, simple", característico del folclore y la literatura rusa, como el Príncipe Myshkin de "El Idiota" de Dostoyevsky- grita: "¡silencio!". Pero es acallado por la patrona: lleva 3 meses sin pagar la habitación, y no es más que un cochero, "ese es su lugar"

 Llaman al timbre. El hermano de Anna, Vasil (Vladimir Solovyov), entra decidido en la Pensión. Es un obrero, y Zigmund inquiere por esas huelgas que han hecho intervenir a la policía. "La gente sufre y quiere hablar con los propietarios" asegura Vasil. Madame Rosa, con gesto malévolo, recuerda a Anna que debe fregar los suelos. A continuación reanudan el juego a petición del inocente Janek. La patrona dicta el anuncio a Wanda: "Dama con dote desearía casarse. Acepta cualquier edad y aspecto, excepto leprosos y locos, mientras tenga dinero". Wanda deja el lápiz: "No podemos escribir esto". "Me temo que no. Pero, piensa así, querida", dice la vieja abrazándola. 

 "Как-то раз" (Érase una vez...). Con este rótulo se introduce una escena en el Café Restaurante "Wilbra" en la que un petulante caballerete, Stanislav Komorovsky, intenta humillar a Anna, que sirve la mesa, aunque es recepcionista. Esta especie de "cave" parisina de jazz y cócteles representa la decadencia burguesa. Komorovsky, un ocioso vacuo que lee el diario y pasa sus días sin ocupación conocida, es un personaje satírico. El contraste entre la verdad humana de la Pensión "Sueño" y la hipocresía y superficialidad del Wilbra resume la dialéctica entre pueblo y Estado burgués. Lo que resulta dramático en la difícil convivencia de los habitantes del hotel "Sueño", en el restaurante se torna satírico.
 Los arcos siguen marcando el espacio. Quizás encierran alguna metáfora. El "arco" de Anna -su "evolución"- está determinado por su presencia en el espacio (plano cinematográfico, puesta en escena) urbano capitalista. Alejada de su medio natural, campesino, debe aprender patrones de conducta nuevos, en los que la división de clases sociales, y su posición de explotada, la llevará, de la mano de su hermano, a una "toma de conciencia". El travelling con Anna balanceando la bandeja del café, hasta que se le cae encima del parásito cliente Komorovsky, es uno de los pocos momentos dinámicos de la película, pero es burlesco. La seriedad del drama requiere tomas de cámara más estáticas. El "despido" de la chica es inevitable, tras el histerismo del cliente pisaverde.

 Un magnífico plano iluminado por el operador Boris Volchek (1905-1974) con Anna subiendo una escalera de la calle recrea la estética expresionista de ángulos y sombras, en los que lo real queda subsumido en una geometría de atrezzo altamente hipnótica. Anna ve como unos hombres traen a su hermano Vasil, herido. La policía golpeó a este obrero, que anda metido en huelgas y reivindicaciones. La parte política del film no está convenientemente desarrollada ni es clara. Todo resulta muy elíptico. En todo caso, tanto Vasil, como Anna, son víctimas de la explotación. Vasil escucha de su hermana como la despidieron del trabajo. Annushka (Аннушка) tendrá que ocultar a Mme. Rosa que ha perdido el trabajo para que no la eche. Planos estáticos con zonas oscuras y mucha profundidad de campo siguen perfilando el drama interior de los que "sueñan" en una sociedad que les niega el futuro. En encuadre dorsal Vasili inquiere de su hermana por el hombre al que agarró en el restaurante. Sin saberlo, la ingenua muchacha colaboró con la policía en la detención de un compañero de Vasili, lo que provoca su enfado. La echa del apartamento. El "detenido"Tomasz Krutitsky, entra en escena, sano y salvo, tan elegante que nadie diría que es un proletario. Anna se santigua, espantada. Anna se queda dormida a la puerta, y Vasili le pide que acompañe a Tomasz. 
 En el trayecto, la chica habla con candidez del episodio del restaurante. El hombre, con modales de héroe impasible, con su cigarrillo, escucha indolente. La actuación de Yelena Kuzmina (1909-1979) es muy natural. Anna busca un marido, mientras que Tomasz solo quiere seguir sus actividades clandestinas. Los "sueños" nos separan aunque estemos juntos en el espacio físico. Éste es el tema de la película: el "soñar" apunta a los "horizontes de felicidad" determinados por las "elecciones vitales" de cada uno. Una elige casarse, el otro, la revolución. Y, sin embargo, la mayoría de los inquilinos de la Pensión "Sueño" -como personajes de Goncharov o de Chejov- se "pudren" en su fracaso, su inacción, su resentimiento. Anna y Tomasz, como veremos, son personas de acción -por eso son protagonistas- aunque Tomasz apenas aparece en pantalla. Anna -con la mirada iluminada- intenta hacerse perdonar por haber entregado a la policía al hombre. Él marcha, la cámara abre el plano en zoom out: el decorado de cartón y el arco envolvente retornan. Sin embargo, un elemento de suspenso fuerza un beso a Anna. Tomasz se escabulle así de la policía. Ella le abofetea al pasar el peligro, no obstante queda encantada. El beso representa un cliché poco realista.

 "Воскресенье" (Domingo). Llega una secuencia con un giro argumental, centrado en el fracaso existencial de estos "seres soñantes" de la Pensión "Sueño", único escenario del film tras eliminar el local nocturno. El "espacio" que ha "contenido" -en su doble sentido: envolver y aprisionar- a los personajes se "fractura". Lazar va a presentar su proyecto de ingeniería largamente elaborado. Anna cepilla su abrigo. Se rumorea que es un "genio". ¿Quién rumorea tal cosa? Nadie. Solo el propio Lazar, que, psicológicamente, puede clasificarse bajo el "sesgo cognitivo" del "Efecto Dunning-Kruger" (personas con baja habilidad en una tarea sobrestiman su habilidad) El "momento de la verdad" ha llegado: el de comparar la "autoevaluación" de Lazar (percepción interna) y el rendimiento objetivo (percepción externa de la empresa que juzga el proyecto). Zigmund, siempre escéptico y corrosivo, le felicita por anticipado, mientras el ingeniero se enfunda los guantes. Wanda, elegante, acompaña a Lazar, pero, de pronto, en ese "espacio" confuso de curvas y objetos que ocultan los bordes, irrumpe el currutaco Stanislav Komorovsky, gomoso "pretendiente" que leyó el anuncio con "interés". 
 Un complejo plano dorsal de la pareja formada por Lazar y Wanda frente al recién llegado ofrece un festival de recursos compositivos y lumínicos, de Romm y Volchek, como el transeúnte exterior en la parte izquierda, el abrigo de malla negra brillante de Wanda en el centro del plano, y la figura mecánica del visitante, con sus zapatos de cuero blanco, en la sombra en la parte derecha. La balanza de la frutería tapa el ángulo inferior izquierdo, y el superior, un arco. Komorovsky se presenta como "comerciante"
 Otro plano reseñable viene a continuación: Mme. Rosa hace pasar al salón al visitante, y todos los habitantes de la Pensión le escudriñan. Por un momento el encuadre es tan teatral, que el espectador parece estar en una butaca bajo el escenario. Mas luego, Romm nos obsequia con varios primeros planos y planos medios dorsales del personaje "caricaturesco" con sus muecas afectadas. Komorovsky, brillantemente interpretado por Mijail Astangov (1900-1965), permite un giro argumental, en sentido burlesco, mas no será el único, pues el desencadenante principal llegará con el "falso robo" de Anna. Lazar, "se queda compuesto y sin novia", y Wanda, animada por la patrona, se va de paseo con el recién llegado "pretendiente", el Sr. Komorovsky, que aprovecha para denunciar a Anna como causante de un "escándalo" en el restaurante. Mme. Skorojod despide a Anna, pero Zigmund intercede y la "tiránica" patrona rectifica, ante las lágrimas de rebajamiento de la sirvienta: "No he robado nada. Nada. Si comí algo, era mío". La despiadada patrona sentencia: "La bondad acaba conmigo. Un día moriré en el arroyo porque reparto todo lo que tengo", la misma que introducía manzanas podridas en la cesta sin que el cliente se diera cuenta. La burguesía religiosa no conoce la justicia, solo la caridad, que es injusta porque es vertical: el rico da limosna al pobre, cuando su riqueza procede de la explotación. Además, la caridad es un mecanismo psicológico de alivio moral. Mme. Skorojod representa esa miseria de la desigualdad y el escarnio, que Fyodor Dostoyevsky (1821-1881) describió magistralmente en su novela "Humillados y ofendidos" (Униженные и оскорблённые) de 1861. "Hay sopa de ayer. Puedes comerla. No toques las chuletas" recalca la tacaña polaca. La artificial iluminación (claraboya) opone la luz de la chica explotada frente al abrigo negro de la explotadora. La luz es moral, como en la Alegoría del Sol y de la Caverna, de Platón. La falta de movimiento de las tomas queda compensada con una profundidad de campo de volúmenes y chiaroscuro

 El paseo de Wanda con su nuevo, ridículo e interesado pretendiente de traje, bastón y bombín, que cita a filósofos romanos en frases vacías, parece mostrar una ciudad polaca, aunque está rodado en la ciudad de Lvov, cuya cambiante identidad (del Imperio Austro-Húngaro a la URSS), rezuma un carácter burgués y superficial. Mientras Lazar, bastante lento y torpe, calcula la cuenta de una clienta de la frutería. A Lazar, como a Thales de Mileto que cayó en un agujero por ir mirando un eclipse, solo le guían los asuntos elevados. Las manzanas apiladas en el borde izquierdo del plano, y desenfocadas, recuerdan que los objetos y la naturaleza tienen una presencia continua en la vida de los hombres. Stanislav Komorovsky continúa su paseo con vacuas y afectadas palabras sobre el amor. Un personaje que actúa más como grotesco arquetipo de una clase social, que como individualidad. Es muy divertido contemplar detrás de ellos a viandantes (Mme. Skorojod) que presencian la escena. El falso pretendiente inquiere por el "capital" de Wanda, que porta una flor en las manos.
 
 Romm, a veces, sitúa a los personajes a un lado del encuadre, llenando la otra parte con personajes desenfocados u objetos, que actúan como contrapeso visual y dramático. El "descentramiento" también tiene valor psicológico.

 Anna en casa de su hermano, aún con la venda en la cabeza, habla del beso de Tomasz. En aquellos tiempos las chicas buscaban marido y se casaban con cualquiera, por un beso o por unos bienes y posición. Ella es ingenua, le propondrá un paseo y allí comprobará sus intenciones. Komorovsky sigue engatusando a Wanda, con estampa burguesa y tono bufo. Romm alterna dos hilos narrativos comunes, pero uno es amor sincero, y otro falso. Las tomas también son una "elección moral": Komorovsky en ligero contrapicado recortado sobre la ciudad burguesa, y Anna en plano americano o medio a ras del espectador, con su hermano, en la austera pieza

 "Через три дня" (Tres días después). "Debo decir que el tribunal opina que su proyecto excede todos nuestros conocimientos de tecnología moderna. Los viejos ingenieros debemos agradecerle por lo que yo calificaría de gran placer estético, obtenido al estudiar su trabajo. La empresa ha decidido no construir tales fábricas... Construirlas traería innecesarias réplicas de nuestros accionistas extranjeros". El ejecutivo sentencia devolviéndole los tubos con el proyecto al desolado Lazar. La belleza matemática fue un factor de progreso en la astronomía renacentista. Pero la sociedad burguesa capitalista solo acepta lo que puede transformarse en "capital". Quizás el proyecto de Lazar era más idealista y menos rentable.
 Con una vista aérea de la ciudad, y la música de Wars, pasamos a la "enajenación" de Lazar, el fracasado. Travelling: camina entre la gente, con la mirada perdida. Vemos carteles en polaco. Tomasz va al encuentro de Anna. En plano contrapicado se desarrolla una breve conversación. Él sólo quiere saber sobre el paradero de Vasil, en tanto que ella sólo quiere pasear románticamente con él. No hay armonía. Tomasz se va sin entender su propuesta. Yelena Kuzmina, formidable en su mezcla de inocencia, ingenuidad, esperanza, amor. Viktor Shcheglov (1925-1991)... ¡tenía 16 años al filmar la película! Imposible. La fecha de nacimiento está equivocada. Su interpretación es correcta. 
 Lazar, abatido, llega a casa. En un plano, entre Maurits Cornelis Escher (escaleras imposibles) y Robert Wiene (encuadre fijo, profundo, irreal, en sombra), ve a los habitantes de la Pensión, y se esconde. La conciencia se oculta ante el mal. Por eso Lazar permanece en lo oscuro del encuadre. Baja al salón donde esperan la noticia en silencio. Miente: "Mi proyecto fue aceptado". "Construiré una fábrica". Iosif Stalin -como Lazar- tenía la obsesión de construir fábricas. Los Planes Quinquenales comenzados en 1928 se centraron en la industria pesada. "Seré rico", concluye Lazar. No deja de ser un pequeñoburgúes. La "negación de la realidad" (Verleugnung) es el único camino que le queda a la mente de Lazar, acorralada por la frustración y la falta de sentido vital. Este mecanismo de defensa se dirige a una realidad externa difícil de soportar, a diferencia de la "represión" (Verdrängung) que rechaza el instinto. La alegría del "simple" Janek es la infantil confusión del sueño o ensoñación y la realidad. La inesperada desenvoltura del hijo de la patrona, tan repentina y eufórica, no puede ser sincera. Su madre desconfía. La policía la reclama. Wanda, que parece amar a Lazar, duda si ir con el Sr. Komorovsky o con el ingeniero triunfador. En ese momento, a Lazar, no le queda más que robarle dinero a su madre de un cajón. Anna le pide trabajo como sirvienta, y Lazar la contrata dándole un adelanto con el dinero robado

 Escena del baile. Wanda y Lazar, una pareja problemática, hablan en primer plano. En un decorado de curvas escalinatas la pareja se deja arrastrar por ensoñaciones de éxito. Lazar ya delira. Wanda le escucha. El falso pretendiente, Komorovsky, les acecha. El contraste entre el contundente decorado de líneas curvas y la pareja arrebujada con las palabras enfebrecidas de Lazar apuntan a un desenlace trágico, remarcado por la mirada de villano del falso pretendiente en escorzo

 Simultáneamente, la encantadora Anna celebra con Janek y otro inquilino, un Sr. Inspector Jefe, su gran felicidad. El pobre Janek expresa su deseo de casarse con Anna. Planos cortos. Rostros intensos.   
 Pero la vieja regresa a la Pensión tras ser informada por la policía de que ha sido detenido, por actividades ilegales, Vasil, el hermano de Anna, y revisando el cajón descubre que le han robado. Acusa a la sirvienta, y al cachearla encuentra el dinero que Lazar le dio. De pronto la Sra Rosa parece comprender.
 En estos planos contrasta la colocación teatral de los actores, sus gestos más cercanos al cine mudo y la escenografía opresiva del espacio curvo y "cavernoso" de la Pensión.
 
 Lazar y Wanda bailanLa toma ligerísimamente contrapicada de la pareja y el marco macizo de las escaleras indican un cambio de tono en la historia. "No entiendes que no puedo ir a casa. ¿A qué? ¿A vender manzanas?", clama Lazar. Este amor no es sincero: ella busca un pretendiente con dinero, y él, dominado por su madre, no puede romper la dependencia materna, disfrazada de obsesión por la invención mecánica. Lo esencial de la historia es que son personajes derrotados, por un entorno hostil, y por su propia impotencia vital. No pueden romper esa inercia más que con sus ensoñaciones. "Mejor morir de hambre" que renunciar a los sueños, sentencia Lazar. Wanda solamente es un receptáculo de sus ensoñaciones delirantes. Cuando le traen la cuenta terminan los delirios triunfantes. No tiene bastante dinero, pero pidió champán y ananás. "Si no tiene dinero pida cerveza y arenques", manifiesta el dueño del local. El siniestro Komorovsky, que ha espiado todo, aparece por detrás y corrige a Lazar. No es un ingeniero, como él dice, sino "un miserable vagabundo. Vende manzanas podridas cerca de la sinagoga". El antisemitismo polaco y burgués está presente en este personaje, a un tiempo caricaturesco y perverso. Es probable que Mme. Skorojod y su hijo sean judíos. Es un tema tabú: el historiador Jan Tomasz Gross develó la matanza cometida el 10 de julio de 1941 en Jedwabne por vecinos polacos contra un grupo de judíos. Como muchos de los temas políticos de la película apenas se insinúan en este relato existencial, compuesto por lo que Georg W. F. Hegel denominó "figuras de la conciencia desdichada" (Form des unglücklichen Bewusstseins). Los personajes "soñadores" de "Мечта" no consiguen construir un conocimiento, una moralidad, una sociedad, que se corresponda con su "experiencia". Viven "escindidos" entre su "experiencia" de la "negatividad" del mundo y su "conciencia" de lo que "debería ser" y no es. El "sueño" o la "ensoñación" es "mediación" (Vermittlung): proceso intelectual que equilibra los opuestos, las contradicciones. Los inquilinos de la Pensión "Sueño" sufren por sus "contradicciones" no resueltas, porque la "mediación" del "sueño" es únicamente una "alienación". La "alienación" (Entäusserung) hegeliana es la sensación de "extrañamiento" (Entfremdung) del individuo respecto a lo que ha creado, la cultura. Lazar, Rosa, Anna, Janek, Zigmund, están "alienados" respecto a su vida. La vida que "anhelan" no les pertenece más que como "ensoñación".
 La "humillación" de Lazar al tener que dejar en "depósito" objetos personales hasta que pague la cuenta del restaurante es un modo en que su "conciencia" vive la "alienación". Despojado de su ropa, Lazar huye avergonzado ante la mirada de Wanda. Komorovsky actúa como un demonio maléfico. El espectador ya no reconoce una película realista, porque la "humillación" supone entrar en una dimensión del horror, que penetra en lo "fantástico-terrorífico". El decorado amenazante y artificial cobra sentido: el espacio en el que habitan los personajes es el infierno, lo "sobrenatural espantoso". Un plano "sobrenatural" en picado muestra a Lazar con lente angular huyendo entre los imponentes balaustres de la escalinata

 Mme. Rosa y Anna esperan en silencio. Lazar entra atropellado gritando "mamá", arrojándose en brazos de su protectora y pidiendo 40 zlotys. La madre comprende: "Вор!"  ("¡Ladrón!. Has robado a tu propia madre") Una serie de movimientos puramente teatrales en plano fijo ilustran el drama familiar. Los objetos de la puesta en escena adquieren una presencia física y simbólica que merma las figuras humanas: el sillón de la madre con sus molduras en madera maciza, y la sempiterna escalera que se transforma en techo de la estancia. La madre maldice al hijo ladrón. "Te llevarás el dinero por encima de mi cadáver", grita Mme. Skorojod mientras bloquea la puerta. Lazar, enloquecido la agarra por el cuello. Son los momentos más dramáticos de la narración. Si la humillación resulta sobrenatural por el contraste con el escenario lujoso, la violencia es tan natural como la miseria física y moral de los alienados inquilinos. 
 El taimado Komorovsky asoma su hocico con Wanda, desolada, apoyada en su hombro. Se erige en juez y mediador del caso: la Sra. Skorojod podrá recoger el sombrero y la chaqueta del hijo ladrón pagando la deuda contraída en el "Océano Atlántico". El encuadre con fondo desenfocado bajo un arco en sombra es típico de Romm. La solidez del decorado impone la "espacialidad" del film. Dado la puesta en escena teatral, lo "temporal", apenas indicado en rótulos que introducen escenas, es irrelevante. Que la acción se sitúe en 1933, o en otra fecha, da igual. La humillación ha inundado el "espacio" de la Pensión, cuyo nombre, ahora, es un cruel sarcasmo. Y la humillación revela lo "sobrenatural" del lugar: la "imposible" geometría escheriana de escaleras, techos y sombras. Los personajes están "aislados" de la naturaleza, y sometidos a las perspectivas infinitas y paradójicas del marco espacial. Ilusión óptica de la escenografía -quizás no buscada- para "contener" las "ilusiones" de los personajes derrotados, sus "sueños" imposibles. Y todavía no terminó la humillación de los burgueses: Anna reclama sus 70 zlotys, que Lazar tenía en depósito. El pobre desafía la lógica jerárquica de las clases sociales. El enajenado ingeniero gastó el dinero de la criada en planos. Y la codicia e inhumanidad burguesa de la patrona que, negándose a devolver el capital a su propietaria, arroja a la calle a Anna, tras haberla saqueado su propio hijo. El expolio de los propietarios y la lucha de clases, que, aquí, enfrenta a una empleada doméstica y a unos comerciantes burgueses. Algunos primeros planos herederos del cine silente soviético de la Sra. Skorojod y las palabras rotundas de Anna, desheredada pero digna: "¡Espero que se ahogue con mi dinero! ¡Comáselo! ¡De todos modos no será feliz!... Espero que se arruine. Siempre mirando por su dinero. Nadie en el mundo la necesita a usted ni a su dinero. Es repugnante mirarla, vieja fulana". Y respondiendo a los cobardes habitantes de la Pensión: "¡Todos sois amables aquí! ¡Sólo vosotros os llamáis seres humanos! ¡Os corroerá la garganta! ¡No hay felicidad para vosotros! ¡Y no la habrá!". "¡Si tuviera dinero le daría una limosna! ¡Canalla!", sentencia mirando a la expoliadora, escupiendo al suelo y saliendo de escena con portazo a lo Nora Helmer. Yelena Kuzmina da un recital interpretativo. ¡Qué actriz soberbia! Una actriz de carácter fuerte, casada con Mijail Romm en 1936, con el que trabajó en varias películas. Artista del Pueblo de la RSFSR y tres veces ganadora del Premio Stalin.

 La rebelión de Anna -"despertar de la conciencia de clase"- se contagia al "simple" Janek: "¡Todo es verdad!". En "La ideología alemana" ("Die deutsche Ideologie", 1845-1846) de Karl Marx y Friedrich Engels se afirma: "No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia" (Nicht das Bewußtsein bestimmt das Leben, sondern das Leben bestimmt das Bewußtsein). El "materialismo histórico" interpreta la realidad como el resultado de las relaciones económicas y los modos materiales de producción. Anna es una campesina, que emigra a la ciudad. Aunque sus padres se refugian en la esperanza religiosa, ella trabaja duro para conseguir un dinero y casarse. Un ideal burgués carente de "conciencia de clase". Pero la "explotación" de los patronos la hace "despertar". El sentido de la lucha de su hermano ahora puede ser comprensible para ella. Zigmund se limita a colocar en su sitio un ave disecada que se voltea cada vez que alguien da un portazo. Mme. Skorojod asiste impotente y carente de fraternidad a toda la "revuelta". Janek reacciona y va en busca de Anna que se apoya en una farola en el decorado irreal exterior. Wanda, desesperada, arremete contra un catatónico Lazar, porque se ha quedado sin dinero para sus pretendientes. El drama se ha desatado: el dinero es la condición material de la vida y los sueños de las gentes. Hasta el propio Lazar estalla contra su tiránica madre: "¡Basta! ¡Es suficiente! ¡Esto condena tu negocio! ¡Tus manzanas! ¡Este dinero! Zlotys. Groszy. ¡Esta maldita facultad donde conseguí mi título de ingeniero! ¡Quiero vivir! Y trabajar. Trabajar y vivir. ¿De verdad no es imposible? Tengo 40". Y sale. Esta vez no hay portazo. El ave disecada no cae. 

 Wanda corre enajenada por el decorado expresionista de líneas y escaleras en busca del pretendiente burgués, el oscuro Stanislav Komorovsky. Y lo encuentra en un pobre tabuco lavando en una palangana un calcetín roto. El gomoso pretendiente tiene otro semblante. Wanda espantada, a punto de desmayarse, escucha del falso burgués: "Lo siento. Perdóname. Soy yo"

 Janek transporta en su carro de tiro a una abatida Anna. Por primera vez en su vida tiene una misión, es protagonista, "héroe" inesperado de otra vida: "¿Ves como te llevo? Así se hace". Con el furor de su acto heroico fustiga al caballo. Un anuncio enorme escrito en polaco en una pared: "Żarówki Osram" (Lámparas Osram), la empresa de Berlín fundada en 1919, y otros carteles, contribuyen a situar espacio-temporalmente la historia. Pero Anna no se dirige a lugar alguno. Su hermano está detenido. No tiene familia ni amigos en la ciudad. "¡Iremos a la derecha!" grita el patético cochero. Las "transparencias" (retroproyección) no son peores que las del cine de Hollywood, que era tan de estudio en esa época, que hasta la naturaleza se filmaba con decorados. El carruaje se aleja por un estrecho callejón en un plano muy simbólico del estrechamiento material junto con la marcha de la libertad. Pero los que a ningún sitio se encaminan acaban cansados como Janek y su caballo. Anna sigue en su mutismo. Un extraño letrero luminoso dice "Polonia" (sic). Janek llegó al límite. Anna desciende. Se despide sin saber dónde ir. Primeros planos magistrales de Kuzmina moviendo la cabeza a un lado y a otro buscando salida. La partitura musical del polaco Henryk Wars rebosa lirismo dolido, cercano al sinfonismo de P. I. Chaikovsky. Este compositor residió en la URSS por avatares de la guerra aunque emigró a Hollywood más tarde. En una sucesión de planos por corte seco nos alejamos en zoom out de Anna, porque la historia dará un quiebro. El decorado con el letrero "Polonia" cierra la escena

 Wanda ha perdido la razón y el director la encuadra en su cama como una virgen loca acercando la cámara. Habla en estado delirante de sus anuncios buscando marido. Un ser humano degradado a ser mercancía matrimonial. Friedrich Engels entendió el matrimonio burgués negativamente: la acumulación de riqueza conducía al matrimonio, la estricta monogamia de la mujer y la sumisión femenina. Wanda es un ejemplo diáfano. El "sueño" de esta chica es convertirse en "propiedad" de otro: "¿Qué debería hacer? ¿Ves a mi cuerpo maduro para el amor? ¡Dios! ¡Ayúdame!", suplica girando hacia el crucifijo que preside el plano a la izquierda. "Piadosa joven católica de piel juvenil y magnífico cuerpo, busca protector cristiano. Todo está mal. Todo pasó". La cámara, como una boca invisible, se acerca y se aleja de la hermosa y desventurada muchacha. El zoom es un beso
 Ada Wojcik (1905-1982) luce su talento en esta "escena de la locura" a lo Lucia di Lammermoor, la ópera de Gaetano Donizetti, basada en novela "The Bride of Lammermoor", de Walter Scott. Como la heroína de la ópera, Wanda enloquece de amor. Pero mientras Lucia mata, Wanda se suicida

 Zigmund se justifica ante un abatido Janek. Todos los personajes de la Pensión se han "roto", tras el robo de Lazar. Formaban una "cadena", un "grupo", como explicó Mijail Romm, y, ahora, los "eslabones" se han roto. ¡Qué importa que viviera en París, y Renoir estrechara su mano! Es un fracasado: "Y ahora Zigmund Dombek repara estufas. Así que le pregunto quién debe gritar: ¿yo o el Sr. Lazar?". Responde Janek: "¿Por qué todo esto? Dios te ha dado voz y un cerebro inteligente. ¿Para qué esta vida?". Zigmund contesta que pensar no es para él. Extraños seres alienados, carentes de dignidad. Sin conciencia de sí mismos. 

 Una noticia en la prensa nupcial sobre el suicidio de la Srta. Wanda L. tras el descubrimiento de Mme. Skorojod cierra el "nudo" de la historia. 

 Lo mejor de la película termina aquí. Lo que pasa a continuación es más convencional dentro de un cine militante.

 El "desenlace" se inicia con los mismos rótulos acerca de la corrompida ciudad burguesa: "En esta ciudad hay cinco iglesias, dos prisiones, cuatro fábricas, y doscientas cuarenta tiendas, pero Anna no pudo encontrar en ninguna parte, ni trabajo ni refugio". Anna camina, con su hatillo, frente al objetivo en travelling frontal. Se acerca a varios hombres, no sabemos si buscando a su hermano, a Tomasz, o intentando prostituirse: "Я хотела..." (Yo quisiera...). Esto último parece evidente cuando se vuelve a un hombre sentado y le pone la mano en el hombro: "Parece aburrido". Ese desconocido era... Lazar. Se siente culpable por haberla arrojado a la calle. Ella come hambrienta un plato de sopa. El ingeniero jura que no volverá a casa y prefiere morirse de hambre. Se irá. Muy lejos. Al extranjero: "A Rusia". Primera mención a la Madre Rusia en el largometraje. Una mirada mesiánica de Lazar mientras pronuncia: "He oído mucho sobre fábricas construidas allí. Que me den un trabajo. Construiré una fábricas como el mundo no ha visto nunca". Anna y Lazar han abierto sus ojos. La utopía fabril igualitaria es el nuevo "sueño" de los que han sido expulsados del "sueño burgués". Esos primeros planos tan expresivos muestran la "transición" ideológica. Anna renuncia a cobrar sus 70 zlotys. Quiere ir con Lazar a Rusia, a trabajar. Al abrirse el plano, de nuevo las escaleras y las sombras. Omnipresencia del "ascenso" y el "largo y tortuoso camino" en la oscuridad. La pareja accidental comparte habitación. "¿Hay muchas ciudades en Rusia?" pregunta Anna, acostada. 

 "Y ellos fueron a Rusia". Una escena de ubicación confusa. Van caminando por Polonia: hay carteles en polaco (Czekolada Kakao Anglas). La Polonia de 1933, que incluía algunos territorios luego soviéticos de Bielorrusia y Ucrania. Lazar y Anna persiguen un sueño. Muchos planos de su marcha por los campos. Cada vez más fatigados. En "Modern Times" (1936), Chaplin y Paulette Goddard, se alejan por los caminos hacia el horizonte, de espaldas al espectador. Su marcha hacia la libertad tiene sentido opuesto al de "Mechta". En la película rusa la pareja accidental formada por Lazar y Anna caminan hacia la felicidad de las fábricas soviéticas de cara al espectador. 

 La policía les detiene por "mendicidad". Y establecen una acusación basada en la suposición de que como son mendigos pensaban robar. El capitalismo acusa lo que hoy llamamos "aporofobia" (odio a los pobres), al considerarlos "improductivos" y "delincuentes". La existencia de pobres es la constatación de la desigualdad social. Literalmente Anna y Lazar son pobres: no tienen dinero ni casa. Al final se enzarzan en una discusión con el jefe de policía. 

 "Обратный путь был быстрее" (El viaje de regreso fue más rápido). Escena en la que Anna declara, detenida, que en la ciudad nadie la trató con amabilidad. El inspector quiere que dé la información de los compañeros de su hermano. No sabemos en qué país estamos. La localización es deliberadamente ambigua. El crucifijo, que acerca en su mesa el policía, simboliza sumisión y resignación. Hacen un careo con un detenido. Es Tomasz Krutitsky. Anna lo mira asustada. Expresividad máxima en el rostro de Yelena Kuzmina. La chica niega conocerlo y es golpeada. Le piden que vuelva a reconocerlo. Anna se acerca mucho y le mira. Sigue negando. Tomasz dice sentir no haberla conocido antes. La tortura es una herramienta de los estados para obtener información. Y se usa ampliamente contra los disidentes y revolucionarios. Kuzmina, radiante en su mirada, destaca en la escena.  

 Encuentro de Lazar, en una celda, y su madre que le visita. Él reniega de ella. Su toma de conciencia empieza con romper el sometimiento materno-filial. Aunque la madre ha pagado la multa, Lazar no volverá a casa. Rosa Skorojod también ha sufrido una catarsis: "Ahora lo sé todo sobre tu forma de actuar. Puedes estar tranquilo... Lo sé todo. Sí, sé lo que digo. Fui tacaña, envidiosa y mandona. Pero trabajé para ti toda la vida". Como Lazar no se somete, le acusa de ignorante y holgazán. "Mira mis manos. Yo era lavandera. Lavaba la ropa interior de los soldados, fregaba los suelos de los aseos públicos. Sin comer otra cosa que pan durante meses. ¿Nos faltaba pan? Mi muchacho. Yo trabajaba, trabajaba, trabajaba, para ti. Todo para ti. Quería que estudiaras y fueras ingeniero. Que fueras más listo, decente y rico. ¡Quería que fueras feliz, Lazar! ". Primer plano de Lazar tras los barrotes, y sin afeitar. Faina Georgievna Ranevskaya (1896-1984), la eximia actriz teatral judía de Taganrog, artista del Pueblo de la URSS, y 3 veces premio Stalin, compone con gran contención su personaje, y muestra su evolución. Lazar no quiere que le atormente su madre. No va a regresar. "Entonces explíqueme, Sr. Ingeniero, ¿por qué mi sacrificio ha sido en vano? Explícame, porque no soy capaz de entenderlo". Las madres posesivas que han puesto en su hijo todos sus anhelos, y los quieren convertir en su ideal, no son capaces de darles libertad. Caen en la hiperprotección en la que los padres piensan por el hijo, actúan y deciden por él y buscan soluciones a todas sus dificultades, reales o imaginarias. Así, Lazar, es un ser desvalido, sin autonomía personal, sin capacidad de trabajar. Mme. Rosa, al salir, exclama para sí: "Cuando estés hambriento, volverás a casa. Te conozco".
 Ranevskaya ha estado magistral en cada una de sus intervenciones en la película. Arkady Kislyakov (1898-1981), ¡actor sólo 2 años más joven que Ranevskaya!, también fue actor de teatro. La puesta en escena y los actores de este film son teatrales. Romm hace cine desde el teatro

 Un guardia deposita sin sentido a Anna en una mazmorra oscura. La muchacha ha sido torturada por no confesar. Se recupera y musita unas palabras de amor.

 Epílogo: "Después de años de sueños, Ucrania se ha hecho realidad. La tierra de Ucrania ha sido unida". Una multitud en una plaza (Plaza del Teatro, Chernovitsi) celebra la unificación. Los soldados del ejército soviético forman entre la masa. Fue el 17 de septiembre de 1939 cuando el Ejército Rojo entró en el Este de Polonia para -según el gobierno soviético- proteger a las poblaciones bielorrusas y ucranianas, que habían formado parte de Rusia. Me limito a describir los hechos históricos que configuran el marco del film. La Wikipedia dice: "Al final de los años 1930, la Unión Soviética pretendía formar una alianza contra Alemania con el Reino Unido, Francia y Polonia. Las negociaciones, sin embargo, fueron difíciles. Los soviéticos insistían en crear un círculo de influencia que abarcara desde Finlandia hasta Rumania y pidieron ayuda militar". Ante la negativa de estos países, la URSS firmó un acuerdo de paz con su enemigo, la Alemania Nazi, el 23 de agosto de 1939, el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que permitió la división de Polonia entre los dos firmantes. Fue la campaña polaca del Ejército Rojo. Las fronteras de los pueblos eslavos fueron cambiantes durante siglos. De todas formas, aunque la película pudiera tener en 1941 su aspecto de propaganda, vista hoy resulta un drama existencial y social, quedando en un lugar irrelevante el asunto citado.

 Mme. Skorojod -maquillada como anciana- le anuncia a su empleado doméstico, Zigmund, que ha visto a Anna en la plaza de la ciudad (???) dar un discurso ante 2000 personas. Se deduce, entonces, que se trata de un territorio ucraniano soviético, pero antes parecía una ciudad grande polaca. Todo apunta a Lvov, o Leopolis, capital de Galitzia. Una urbe que fue parte del Imperio Austro-Húngaro. Mme. Skorojod está  asombrada de la oratoria de una chica que no sabía ni limpiar los zapatos, lo mismo que hace ahora el muy anciano Zigmund. Un plano medio lateral centrado de la pareja, con el fondo de balustres, escaleras, techos bajos curvos y objetos. La misma escenografía que "contuvo" el conflicto en su "estatismo" teatral, durante toda la historia. 
 
 Lazar acude a atender a una clienta (de espaldas), que pide un vaso de agua. Entonces reconoce a Anna, que estuvo un año en la cárcel. Ella ha cambiado mucho: elegante, segura. Él no. El inmovilismo ha devorado a la familia Skorojod y su entorno. Él confiesa no haber dibujado nada en 5 años: "Mis proyectos están tirados en el armario". Romm regresa a un pictórico o fotográfico plano lateral de la pareja, perfectamente centrado, bajo un arco que separa de la calle, por donde vemos a los transeúntes. El foco iluminado contiene a la pareja. El vaso de agua en medio. Las palabras de Anna serán trascendentales. "¿Qué hacen la Sra. Rosa y el Sr. Dombek", inquiere Anna. "Viven", contesta Lazar. Anna escucha que Tomasz "fue ejecutado". Queda traspuesta. Lazar recuerda que querían irse ella y él "allí". Pero "los sueños y la vida son cosas muy distintas" (Жизнь и мечты - совершенно разные вещи), sentencia el resignado ex ingeniero. "Aunque tú nunca fuiste capaz de soñar. Siempre soñaste con cosas pequeñas. Con comprar un caballo para tu padre. Con la salud de todos. Por cierto, ¿tu padre compró el caballo?" dice el insensible y fracasado Lazar, mientras el espectador contempla el rostro envuelto en lágrimas de la chica. Ella niega con la cabeza. "Ya ves que nunca nos marchamos. Y ahora los soviéticos están allí. ¿Por qué no pasó hace 5 años? Cuando no era capaz de vender, pero era capaz de soñar y trabajar. ¿Todavía no te has casado?", pondera el hombre de espaldas. El plano acumula las manzanas a la izquierda, y él se coloca bajo el arco de la entrada, frente a la calle. "¿Dónde trabajas?". Y Anna extrae de su bolso una fotografía de una fábrica, que Lazar inspecciona. "¿Dónde está? ¿En Katowice, en Poznan?". De pronto ve algo en la foto y se sobresalta. La mira. Un retrato de Stalin preside la fábrica. "Significa entonces que te has ido de aquí", exclama afligido el hombre. Ella dice algo trascendental, pero no hay subtítulos. Fin.

 "Мечта" es un drama existencial, con puesta en escena teatral, que presenta hasta 10 personajes derrotados en busca de un "sueño" (mechtá). Calificar esta película como magistral no resulta exagerado. Algo alejada del "realismo socialista", a sus guionistas Gabrilovich y Romm les fue más fácil presentar a sus antihéroes del mundo burgués, en la Pensión "Sueño", oponiéndolos a una ingenua chica campesina, Anna, que evolucionará hasta ser una revolucionaria consciente de su identidad de clase. Romm sabe aunar la ironía y la tristeza, junto a la burla y la amargura. Si la intención de la película fue propagandistamostrando una vida paralizada en un país burgués, desigual y decadente, junto a la necesidad histórica de la reunificación de Ucrania occidental con la Ucrania soviética, sin embargo esta tesis se logra artísticamente, con la capacidad analítica de Mijail Romm y su operador Boris Volchek, ayudados de la música de Henryk Wars. En esa "estilización" de planos estáticos, de decorados 
expresionistas y sombríos, las actuaciones memorables de los actores: Mijail Astangov (Komorovsky), tan mecánico y ridículo al principio, como vulnerable y desnudo al ser descubierto; el "simple" Rostislav Plyatt (Janek), un "humillado y ofendido" de la estirpe de los personajes de Dostoyevsky; y, por encima de todos: Yelena Kuzmina (Anna), con su candor y su dolor, evolucionando más que ningún otro personaje; y, por supuesto, en primer lugar, Faina Ranevskaya (Madame Rosa Skorojod), con su ciego amor animal por su hijo Lazar, y, a la vez, su crueldad, su falta de solidaridad, su mezquindad tacaña, una fría eficiencia engañando a los clientes de la frutería y regentando una pensión anexa, de nombre irónico: "Sueño", el de todos sus "moradores", ahogados en su resignación y su fracaso

 "Mechta" es una película sobre personas, sobre sus esperanzas, sus decepciones, su amor imposible, su talento no realizado. Muestra la tragedia de la vida, a través de una larga tradición literaria sobre lo pequeños que somos cuando vivimos y lo grandes cuando soñamos, y el amargo y frágil destino. Esto explica la eterna popularidad de la película. 

"Мечта" (1943). Михаил Ромм
"Mechta" (1943). Mijail Romm
(Dream / Sueño)
Soviet Original Poster

"Мечта"
1943
USSR
Directed by Mikhail Romm
Writing Credits: Yevgeny Gabrilovich & Mikhail Romm
Mosfilm

Music by Henryk Wars
Cinematography by Boris Volchek
Editing by Yeva Ladyzhenskay
Production Design by Vladimir Kaplunovskiy

Cast:
Yelena Kuzmina: Anna
Vladimir Solovyov: Vasil, Anna's brother
Valentin Shcheglov: Tomasz - worker
Faina Ranevskaya: Madame Rosa Skorokhodova
Arkadi Kislyakov: Lazar Skorokhod
Ada Voytsik: Wanda
Mikhail Astangov: Stanislav Komorovsky
Mikhail Bolduman: Zygmund Dombek
Rostislav Plyatt: Janek, cabdriver
Nikolai Orlov: Old weaver
Pyotr Glebov
Viktor Lazarev
Tatyana Govorkova:
Neighbour
Vyacheslav Leshchyov: Policeman
Aleksandr Rumnev:
Dancer in restaurant
Aleksandr Smirnov: Student


"Мечта" (1943). Михаил Ромм
"Mechta" (1943). Mijail Romm
Film (english sub)

Estructura visual y narrativa de "Мечта" (1943) de M. Romm















































































































































"Мечта" (1943). Михаил Ромм
"Mechta" (1943). Mijail Romm
(Dream / Sueño)


Bibliografía:

ХАНЮТИН Ю. Художественное кино второй половины 30-х годов // История советского кино. Т. 2. М., 1973
РОММ М. О себе, о людях, о фильмах // Михаил Ромм. Избранные произведения в 3-х томах. Т. 2. М.: Искусство, 1981

8 comentarios:

Felicidad Gimenez Masipica dijo...

Excelente análisis Francisco. Como siempre que leo tus trabajos. Me impresiona la forma tan detallada y minuciosa de compartir tú afición a la cultura rusa y sus clásicos del cine. Donde sin ver la película la podemos disfrutar gracias a ti.
Un saludo

Francisco dijo...

Gracias Felicidad. Sí. En efecto. Dar a conocer estas joyas del cine es la misión

Anónimo dijo...

Increíble análisis. Cuántos detalles

Francisco dijo...

Gracias lector. Así es

MARCELO dijo...

Gracias por tamaño esfuerzo para enriquecer el conocimiento de quienes estudiemos el cine Soviético.

Francisco dijo...

Gracias a ti Marcelo. Siempre tan atento a las publicaciones

Anónimo dijo...

Hola amigos. He leído todo el escrito y me gusta mucho la combinación de argumento y datos históricos y de filosofía. Felicidades 🎉

Francisco dijo...

Gracias por la felicitación. Los lectores son el estímulo permanente