jueves, 23 de octubre de 2014

Silvia Tortosa: Recuerdos de la Transición (1)


RECUERDOS DE CINE DE LA TRANSICIÓN (1973-1982)

(1)

SILVIA TORTOSA


 Los historiadores, o, peor aún, los periodistas, dieron en llamar "transición a la democracia" al periodo que siguió a la muerte del dictador Francisco Franco Bahamonde, el 20 de noviembre de 1975

 Fueron años de explosión de libertad en las costumbres, y en la militancia política y el debate de ideas, aunque también, visto hoy, el comienzo de un sistema político heredado del franquismo en su estructura básica: ejército, policía, poder financiero, Iglesia, jueces y aparato político-administrativo, éste reconvertido en un nuevo partido llamado UCD y liderado por Adolfo Suárez.

 El 20 de diciembre de 1973 ETA cometió el atentado que costó la vida al presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco, haciendo estallar un potentísmo explosivo a su paso en coche por la calle Claudio Coello de Madrid. Ahí comenzó la mal denominada transición, pues el heredero de Franco ya no podría tutelar a Juan Carlos de Borbón, en la jefatura del Estado.

 De esta época en que yo era aún muy pequeño, rescato unas imágenes de revistas del momento. En este caso se trata de la bellísima actriz Silvia Tortosa, nacida en Barcelona en 1947, pero cuya carrera transcurrió en Madrid, fundamentalmente en Televisión Española.


Silvia Tortosa en un anuncio de champú. "Hola". Año aproximado: 1976.


  Aquí tenemos una marca de aquellos años: Pond's. Una empresa del grupo Unilever. Pond's Cream nació en Estados Unidos como patente medicinal del farmacéutico Theron Pond (1800-1852), en Nueva York en 1846. 130 años después un champú de la marca dejaba el cabello de nuestra actriz invitada como ven: "limpio de verdad, brillante, suave, y, sobre todo, manejable"

 ¿Sería así nuestra transición: "limpia de verdad, brillante, suave, y, sobre todo, manejable"?

 La "limpieza" de la "Transición", consistía en un "autolavado" para eliminar grasa, impurezas, manchas, del cabello, pero sin cortarlo, ni desinfectarlo. 


 "La Ley para la Reforma Política (Ley 1/1977 de 4 de enero) fue aprobada el 18 de noviembre de 1976 por las Cortes Franquistas, recibiendo el apoyo de 435 de los 531 procuradores (81% a favor), y sometida a referéndum el 15 de diciembre de 1976, con una participación del 77% del censo y un 94,17% de votos a favor. Tenía el carácter de Ley Fundamental, siendo la última de las Leyes Fundamentales del Reino del franquismo" leemos en la Wikipedia.
  
 Respecto a su "brillantez", el ex presidente del Gobierno Felipe González Márquez en abril de 2007 alabó la transición democrática por ser la época de la España "más brillante de la historia contemporánea" y aseguró que "nunca le fue mejor a este país" que durante ese periodo. Estas palabras fueron pronunciadas durante la presentación del libro "Francisco Fernández Ordóñez. Un político para la España necesaria (1930-1992)" de Santiago Delgado y Pilar Fernández.

 Tras la muerte del ex presidente Adolfo Suárez González, otro antiguo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, declaró en el canal de televisión La Sexta, en el programa "Al rojo vivo", que la "reforma" "fue uno de los momentos más brillantes de su trayectoria" (la de Suárez)

 Multitud de políticos de todo el abanico parlamentario y periodistas políticos, durante años, han repetido esta palabra acerca de la transición: ¡las palabras de un champú!
 España iba a quedar como el cabello de Silvia Tortosa.



Silvia Tortosa. "Hola". Año aproximado: 1976


 
 Acerca de la "suavidad", sabemos que hubo "reforma" desde el propio sistema y su legalidad, establecida tras un golpe de estado y una guerra civil, y no "ruptura democrática", como pretendía la oposición clandestina en junio de 1975 representada en la Plataforma de Convergencia Democrática: 

"En su manifiesto reclaman la instauración de la democracia en España y la apertura de un proceso constituyente, comprometiéndose a promover un régimen democrático multipartidista, una estructura federal del Estado, la libertad de los presos políticos y la vuelta de los exiliados, la libertad sindical y el derecho a la huelga, la libertad de expresión, de asociación, de reunión, de manifestación, la supresión de los Tribunales especiales y de todos aquellos organismos y medios de carácter represivo, elecciones libres, y el derecho de autodeterminación y el autogobierno de las nacionalidades y regiones del Estado"


 "Las organizaciones firmantes del manifiesto fueron el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Movimiento Comunista de España (MCE), Izquierda Democrática, la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), Reagrupament Socialista i Democràtic de Catalunya, el Consejo Consultivo Vasco, Unió Democràtica del País Valencià, Unión Socialdemócrata Española, el Partido Carlista, el Partido Galego Social Demócrata y la Unión General de Trabajadores (UGT), junto con independientes democristianos y socialdemócratas" (Fuente: Wikipedia)


 Por otro lado, "la Junta Democrática de España, un organismo formado por una coalición de fuerzas políticas, sindicales y sociales de oposición a la dictadura franquista, promovida por el Partido Comunista de España liderado por Santiago Carrillo y personalidades independientes vinculadas a don Juan De Borbón, encabezadas por Rafael Calvo Serer y Antonio García-Trevijano. Fue presentado oficialmente el 29 de julio de 1974 en París.
 Posteriormente se incorporaron el Partido del Trabajo de España (PTE), el Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván y Raúl Morodo, la Alianza Socialista de Andalucía, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), la asociación de juristas Justicia Democrática, los Carlistas que seguían al pretendiente Carlos Hugo de Borbón y una serie de figuras independientes, como el intelectual José Vidal Beneyto y el aristócrata José Luis de Vilallonga"

 En su manifiesto exponían 12 puntos de la "ruptura democrática":

  1. La formación de un Gobierno provisional que sustituya al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de dieciocho años, su plena ciudadanía mediante el reconocimiento legal de todas las libertades, derechos y deberes democráticos.
  2. La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas o sindicales.
  3. La legalización de los partidos políticos, sin exclusiones.
  4. La libertad sindical y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.
  5. Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.
  6. La libertad de prensa, de radio, de opinión y de información objetiva de los medios estatales de comunicación social, especialmente en la televisión.
  7. La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.
  8. La neutralidad política y la profesionalidad, exclusivamente militar para la defensa exterior, de las Fuerzas Armadas:
  9. El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la personalidad política de los pueblos catalán, vasco, gallego y de las comunidades regionales que lo decidan democráticamente.
  10. La separación de la Iglesia y del Estado.
  11. La celebración de una consulta popular, entre los doce y los dieciocho meses –contados a desde el día de la restauración de las libertades democráticas-, con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado.
  12. La integración de España en las Comunidades europeas, el respeto a los acuerdos internacionales y el reconocimiento del principio de la coexistencia pacífica internacional.

 Nadie pretendía, ni en la Plataforma ni en la Junta, un ajuste de cuentas, una "vendetta", o una revolución sangrienta, de lo que se deduce de sus manifiestos, pero, en todo caso, tuvieron que unirse en marzo de 1976 en Coordinación Democrática (CD), más conocida como Platajunta
 Los movimientos políticos del régimen "autoreformado" desde dentro, con el exitoso Referéndum de la "Ley para la Reforma Política" de diciembre de 1976, consolidaron su fuerza en la negociación con la Platajunta, ya liderada por el Partido Socialista Obrero Español, y la "suavidad" del cabello español incluyó la renuncia a muchos de los puntos de los manifiestos rupturistas, como la forma de Estado.


 Y, "¡ay, ay, ay, qué trabajos nos manda el Señor!", como se cantaba en "La rosa del azafrán", la zarzuela de Jacinto Guerrero, sobre una adaptación de "El perro del hortelano" de Félix Lope de Vega. Queda que la "reforma" como el cabello lavado con Pond's sea "sobre todo, manejable".


 Los intereses del capital son globales, aún cuando instituciones hondamente arraigadas en este país también exijan su parte (Iglesia), y la "manejabilidad" de la democracia, es una condición sine qua nonlos derechos de los ciudadanos están al servicio de los intereses del poder económico y su superestructura jurídico-político-militar.

 El caudillo dicen que dijo que, a su muerte, lo dejaba todo "atado, y bien atado". Esas enigmáticas palabras parecieran adivinar una continuidad del régimen en la restauración borbónica tutelada, incluso desde una "reforma" del propio régimen.
 Los poderes fácticos, a los que misteriosamente aludió Adolfo Suárez cuando dimitió como presidente, serían, claro está, los que habrían exigido una "transición" o "reforma" "manejable" para sus intereses. 
 Quedaba así la democracia sometida a unos límites que el propio lenguaje nos ha ido recordando a lo largo de estos años: el "consenso", lo "constitucional", la "unidad de los demócratas", la "comunidad internacional", la "estabilidad fiscal", la "adaptación a los mercados"...




 ¿Sería así nuestra transición: "limpia de verdad, brillante, suave, y, sobre todo, manejable"?

 


Silvia Tortosa. "Hola". Año aproximado: 1976


 Silvia Tortosa
1974


Silvia Tortosa
Desnuda en la transición posando para una conocida revista






Francisco Huertas Hernández. Octubre 2014

1 comentario:

Anónimo dijo...

Casi todos, si no todos, los puntos del "manifiesto rupturista" que cita se hicieron realidad en esa transición que parece no gustarle. Algo impensable unos meses antes. Revíselos sin sectarismo y tendrá que reconocerlo. No lo espero, claro. Y así vamos...