miércoles, 17 de abril de 2019

"Ardiente oscuridad". Soneto de Francisco Huertas Hernández. "En la ardiente oscuridad" (1959). Daniel Tinayre. Adaptación de la obra de teatro de A. Buero Vallejo


"Ardiente oscuridad". Soneto de Francisco Huertas Hernández
"En la ardiente oscuridad" (1959). Daniel Tinayre
Adaptación de la obra de teatro de Antonio Buero Vallejo



"En la ardiente oscuridad" (1959). Daniel Tinayre
Adaptación cinematográfica argentina de la obra de teatro de Antonio Buero Vallejo.
Juana (Mirtha Legrand)

 Antonio Buero Vallejo (1916-2000) escribió una pieza dramática llamada "En la ardiente oscuridad" y estrenada el 1 de diciembre de 1950 en el teatro María Guerrero, en Madrid. Dirigida por Luis Escobar, e interpretada por José María Rodero (Ignacio), Mari Carmen Díaz de Mendoza (Juana), Adolfo Marsillach (Carlos), Rafael Alonso (Don Pablo), Pilar Muñoz, Berta Riaza y Mayrata O'Wisiedo. Un excelso reparto inimaginable hoy

Antonio Buero Vallejo: "En la ardiente oscuridad"
José María Rodero (Ignacio) y Adolfo Marsillach (Carlos).
Teatro María Guerrero (Madrid). Estreno. Diciembre 1950

 El teatro críptico de Buero usa aquí la metáfora de la ceguera y la felicidad. Un ciego que no se resigna en un mundo de invidentes felices. Un prisionero de cavernas en sombras que aspira a la luz de la libertad, a través del conocimiento desdichado.

 Fue en la Argentina donde pudo verse la adaptación cinematográfica dirigida por Daniel Tinayre en 1958, y estrenada al año siguiente, y protagonizada por Mirtha Legrand (Juana), Lautaro Murúa (Ignacio), Duilio Marzio, Luisa Vehil, Élida Gay Palmer y María Vaner.

"En la ardiente oscuridad" (1959). Daniel Tinayre
Cartel

 El soneto que he escrito no remite directamente a la obra teatral ni a la película, sino a la visión interior de la vida, una visión o conocimiento intuitivo que la noche trae. El tiempo se calma y llega al "ser" en la noche, frente al ajetreo del día. Solo puede captarse la vida en el tiempo. Con mayor o menor acierto he rimado y juntado los verbos en este soneto. Que el logro no alcanza la intención del autor puede fácilmente colegirse de la férrea estructura métrica impuesta por el arte de Petrarca, pero perseverar en el soneto ya es una tarea en marcha. Espero que los escasos lectores que aquí vengan a parar puedan disfrutar con este poema.


Ardiente oscuridad
Soneto
Francisco Huertas Hernández


En la ardiente oscuridad yo voy viendo
Cuánto fui, y no fui, cuánto olvidé.
La llama tenue que apenas toqué,
Abrió lo que no quiero seguir siendo.

Sombría luz que sin querer entiendo,
Si las horas de la noche amansé,
Del día amargas hojas descifré,
Cegando lo que quiero seguir viendo.

Ver y no ver, entender y no entender
Trama, urdimbre de acre y lábil vida,
Escamas de muerte solo al caer.

Luz quiere sombra: visión prohibida,
Y la noche nos acerca el tiempo al ser,
Porque la diurna vida solo es huida. 


17 de abril de 2019

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