Mijail Bulgakov: "Мастер и Маргарита" (El Maestro y Margarita) (1929-1940).
5º Ensayo.
Capítulo 21 (Segunda Parte): "Полет" (El vuelo).
"Невидима и свободна!": Fantasía de volar y ser invisible. Omnipotencia, destrucción y piedad en Margarita.
Francisco Huertas Hernández
El viaje astral, ya en fuentes egipcias, ilustra ese anhelo trascendente del alma. Platón insistió en la poderosa imagen de las alas y el vuelo ascendente al mundo de las Ideas por parte de las almas instruidas en la filosofía y el Bien. Las brujas, en su pertenencia al mundo demoníaco, viajaban por el aire en escobas con la ayuda de plantas alucinógenas y ungüentos mágicos, vencían la ley de la gravedad.
El capítulo 21, en la Segunda Parte de "Мастер и Маргарита" de Mijail Afanasyevich Bulgakov, titulado "Полет" (El vuelo), el lector sentirá el vértigo de esa aspiración infantil. ¡Cuán gloriosa fue la intuición del novelista ruso de hacer volar a Margarita, encarnación del amor ilimitado, audaz y constante! Si la Gretchen (Margarita) del "Faust" de Johann Wolfganf von Goethe era una doncella anclada en la tierra, pura e inocente, la heroína de Bulgakov, es reina del cielo, liberada, demoníaca. Gretchen muere, condenada por infanticidio en la cárcel, y su alma queda redimida del pecado del engaño de Faust. Con su muerte concluye la Primera Parte, terrenal, del Faust. Pero la Маргарита de Bulgakov desafía la muerte y salva al Maestro al entregarse a la magia y lo sobrenatural. Bulgakov rompió todos los moldes de la heroína clásica, superando el modelo de Goethe, con elementos folclóricos, místicos y satíricos. Margarita, la dama casada y acomodada soviética, realiza nuestros sueños eróticos (desnuda en toda la Segunda Parte de la novela), de omnipotencia infantil (su vuelo recrea la época en que nuestros padres nos lanzaban al aire, dice Freud, y, encima, es invisible), sádicos (el éxtasis de la destrucción entusiasta y liberadora) y morales (la piedad por un niño asustado al que protege)
"Невидима и свободна!" (¡Invisible y libre!) grita Margarita al verse planeando sobre los tejados de la calle Arbat:
"¡Invisible y libre! ¡Invisible y libre! Después de sobrevolar su callejón, Margarita fue a parar a otro, que cortaba el primero en ángulo recto. Recorrió en un instante ese callejón remendado y zurcido, largo y sinuoso, con su droguería de puerta desvencijada donde vendían queroseno al peso y líquido insecticida en frascos, y entendió al instante que, aun siendo completamente libre e invisible, incluso en el estado de deleite debía comportarse también con un poco de prudencia. Solo por una suerte de milagro, consiguió frenar y no estrellarse mortalmente contra una vieja farola inclinada en la esquina. Después de esquivarla, Margarita apretó con más fuerza la escoba y voló más despacio, prestando atención a los cables eléctricos y a los letreros que colgaban en la acera"
(Невидима и свободна! Невидима и свободна! Пролетев по своему переулку, Маргарита попала в другой, пересекавший первый под прямым углом. Этот заплатанный, заштопанный, кривой и длинный переулок с покосившейся дверью нефтелавки, где кружками продают керосин и жидкость от паразитов во флаконах, она перерезала в одно мгновение и тут усвоила, что, даже будучи совершенно свободной и невидимой, все же и в наслаждении нужно быть хоть немного благоразумной. Только каким-то чудом затормозившись, она не разбилась насмерть о старый покосившийся фонарь на углу. Увернувшись от него, Маргарита покрепче сжала щетку и полетела помедленнее, вглядываясь в электрические провода и вывески, висящие поперек тротуара)
Observe, lector, la sutil ironía bulgakoviana: la bella mujer que experimenta el poder de volar, embriagada. se entrega al descontrol, pero la presencia de la ciudad con sus farolas, cables y letreros, la obliga a ser prudente, incluso en su éxtasis de invisibilidad y planeo. Es la dosis de realismo que la fantasía exige: una fantasía desbocada pierde su efectividad, porque es el contraste y la resistencia lo que le da valor. Incluso en nuestras secretas fantasías sexuales las mujeres inalcanzables y prohibidas nos oponen resistencia, y las circunstancias atenúan nuestro delirio para que en esa contención el placer imaginado aumente el climax, imitando el orgasmo, tanto más placentero cuanto más se difiere.
El viaje de Margarita Nikoláyevna por la primera región (aire) -¡Don Quijote llegó a la quinta (éter)!- tendrá etapas, cada una con su disfrute y travesuras. Margarita es la niña que todos hemos querido ser. Hace lo que le da la gana, aunque con la salvedad explicada arriba.
Tras unos prolegómenos destruyendo un semáforo con el que se golpeó el hombro, entra por una ventana. A través de todas la ventanas salía música de radio. En la cocina de un apartamento comunal dos vecinas discuten, y la bella brujita desnuda -aunque nadie la ve- les apaga el hornillo Primus y se marcha aburrida. Espera emociones más intensas en el interior de esas viviendas que los mortales que nos arrastramos por tierra no podemos más que imaginar en nuestras fantasías, cinematográficamente estereotipadas.
La Casa del Dramlit es el hogar de los escritores moscovitas. La referencia autobiográfica es continua en la narración (Bulgakov solicitó en diciembre de 1937 un departamento de cuatro habitaciones en el equivalente real del edificio inventado aquí, pero no se le concedió) mas, como hemos dicho, no queremos minusvalorar la grandeza de esta novela, subordinándola a anécdotas circunstanciales psicológicas y sociológicas. Margarita entra en el vestíbulo y comprueba los nombres de los inquilinos:
"El letrero que coronaba la lista, "Casa de los dramaturgos y de los literatos", hizo que Margarita emitiera un grito feroz ahogado. Tras elevarse un poco más en el aire, se puso a leer con avidez los apellidos: Jústov, Dvubratski, Kvant, Beskúdnikov, Latunski...
- ¡Latunski! -chilló Margarita-. ¡Latunski! ¡Pero si fue él...! ¡El que destruyó al Maestro!
El conserje, al lado de la entrada, con los ojos desencajados e incluso dando un salto del asombro, miraba el tablero negro tratando de comprender ese milagro: ¿cómo era posible que la lista de inquilinos se hubiera puesto a gritar de repente?"
(Венчающая список надпись "Дом драматурга и литератора" заставила Маргариту испустить хищный задушенный вопль. Поднявшись в воздух повыше, она жадно начала читать фамилии: Хустов, Двубратский, Квант, Бескудников, Латунский...
— Латунский! — завизжала Маргарита. — Латунский! Да ведь это же он! Это он погубил мастера.
Швейцар у дверей, выкатив глаза и даже подпрыгивая от удивления, глядел на черную доску, стараясь понять такое чудо: почему это завизжал внезапно список жильцов)
El climax del viaje astral de la reina del aire: la destrucción ritual y cómica del apartamento del crítico Latunski, que destruyó con su malevolencia la novela sobre Poncio Pilato del Maestro, a pesar de que ni siquiera se había publicado. El inquilino del apartamento número 84 de la séptima planta tendría que estar agradecido a la muerte de Berlioz, porque si no hubiera coincidido que estaba en su funeral, quizás otro entierro se habría añadido al del editor de Massolit, porque Margarita se había transformado en bruja ese mismo viernes (Да, по гроб жизни должен быть благодарен покойному Берлиозу обитатель квартиры N 84 в восьмом этаже за то, что председатель МАССОЛИТа попал под трамвай, и за то, что траурное заседание назначили как раз на этот вечер. Под счастливой звездой родился критик Латунский. Она спасла его от встречи с Маргаритой, ставшей ведьмой в эту пятницу!)
¡Qué placer experimenta el lector con la devastación desordenada de la vivienda del bilioso crítico! ¿Acaso nosotros también tenemos un Latunski en nuestra vida del que nos gustaría vengarnos? Margarita no puede pasar por la puerta, así que entra por la ventana. Ella no es Дед Мороз, que llama a la puerta con su varita mágica, cargado de regalos para los niños en Navidad. Ella tiene su escoba embrujada, por los poderes de Azazello, y no busca la alegría de los niños sino la aniquilación orgiástica de los bienes de los padres.
"Pues sí, dicen que el crítico Latunski aún palidece cuando recuerda aquella terrible noche, y que sigue pronunciando con veneración el nombre de Berlioz. No se sabe qué crimen oscuro y atroz habría marcado esa noche de haber estado él allí, pues al volver de la cocina Margarita tenía en las manos un pesado martillo.
Invisible y desnuda, la mujer voladora trataba de contenerse y de dominar sus nervios, pero le temblaban las manos de la impaciencia. Apuntando con cuidado, Margarita golpeó las teclas del piano de cola con el martillo, y por todo el apartamento se propagó un primer aullido quejumbroso. El inocente instrumento de salón Becker gritó con desgarro. El teclado se hundía, las piezas de marfil volaban en todas direcciones. El instrumento aullaba, gemía, ronqueaba, tintineaba. Con un chasquido similar al disparo de una pistola, la pulida caja de resonancia superior reventó de un martillazo. Respirando con dificultad, Margarita arrancó y aplastó las cuerdas con el martillo. Al final, extenuada por el esfuerzo, se desplomó sobre un sillón para recobrar el aliento"
(Да, говорят, что и до сих пор критик Латунский бледнеет, вспоминая этот страшный вечер, и до сих пор с благоговением произносит имя Берлиоза. Совершенно неизвестно, какою темной и гнусной уголовщиной ознаменовался бы этот вечер, — по возвращении из кухни Маргариты в руках у нее оказался тяжелый молоток.
Нагая и невидимая летунья сдерживала и уговаривала себя, руки ее тряслись от нетерпения. Внимательно прицелившись, Маргарита ударила по клавишам рояля, и по всей квартире пронесся первый жалобный вой. Исступленно кричал ни в чем не повинный беккеровский кабинетный инструмент. Клавиши на нем провалились, костяные накладки летели во все стороны. Со звуком револьверного выстрела лопнула под ударом молотка верхняя полированная дека. Тяжело дыша, Маргарита рвала и мяла молотком струны. Наконец, уставши, отвалилась, бухнулась в кресло, чтобы отдышаться)
La Musa de la aniquilación inunda el departamento, destroza el dormitorio, la lámpara de araña, y se va volando. Los vecinos de los pisos inferiores han subido alarmados por las fugas de agua. Nadie abre la puerta de la casa de Latunski. Margarita aprovecha para romper sistemáticamente los vidrios de todas las ventanas del edificio provocando el pánico de conserje y viandantes. Las empleadas domésticas de los apartamentos de los escritores, ausentes en ese momento, corren arriba y abajo desconcertadas.
"Y esta salvaje destrucción cesó de improviso. Después de deslizarse hasta la segunda planta, Margarita se asomó por la última ventana, cubierta con una ligera cortina oscura. En la habitación estaba encendida una tenue bombilla bajo una pantalla. En una pequeña cama protegida con redes a los lados, estaba sentado un niño de unos cuatro años que aguzaba el oído, asustado. No había adultos en la habitación. Evidentemente, todos habían salido corriendo del apartamento.
- Están rompiendo los cristales -dijo el niño, y llamó-: ¡Mamá!
Nadie respondió, y luego añadió:
- Mamá, tengo miedo
Margarita descorrió la cortina y entró volando por la ventana
- Tengo miedo -repitió el niño, y se echó a temblar.
- No tengas miedo, no tengas miedo, pequeño -dijo Margarita, tratando de suavizar su voz criminal, enronquecida por el viento-. Han sido unos niños los que han roto los cristales.
- ¿Con un tirachinas? -preguntó el niño, dejando de temblar.
- Sí, sí, con un tirachinas -confirmó Margarita-. ¡Y ahora duémete!
- Ha sido Sítnik -dijo el niño-, él tiene un tirachinas.
- ¡Bueno, pues claro que ha sido él!
El niño miró con picardía a un lado y preguntó:
- ¿Dónde estás, señora?
- No estoy -respondió Margarita-. Estás soñando conmigo.
- Eso es lo que pensaba -dijo el niño.
- Acuéstate -le ordenó Margarita-. Pon la mano debajo de la mejilla, y me verás en tu sueño.
- Sí, sí, ven -estuvo de acuerdo el niño, y al instante se acostó con la mano debajo de la mejilla.
- Voy a contarte un cuento -dijo Margarita, y apoyó su mano ardiente sobre la cabecita de pelo corto-. Había una vez una mujer... No tenía hijos, y en general tampoco era feliz. Así que al principio lloraba mucho, y luego se volvió malvada...-. Margarita se calló y apartó la mano: el niño dormía"
(И неожиданно дикий разгром прекратился. Скользнув к третьему этажу, Маргарита заглянула в крайнее окно, завешенное легонькой темной шторкой. В комнате горела слабенькая лампочка под колпачком. В маленькой кровати с сеточными боками сидел мальчик лет четырех и испуганно прислушивался. Взрослых никого не было в комнате. Очевидно, все выбежали из квартиры.
— Стекла бьют, — проговорил мальчик и позвал: — Мама!
Никто не отозвался, и тогда он сказал:
— Мама, я боюсь.
Маргарита откинула шторку и влетела в окно.
— Я боюсь, — повторил мальчик и задрожал.
— Не бойся, не бойся, маленький, — сказала Маргарита, стараясь смягчить свой осипший на ветру, преступный голос, — это мальчишки стекла били.
— Из рогатки? — спросил мальчик, переставая дрожать.
— Из рогатки, из рогатки, — подтвердила Маргарита, — а ты спи!
— Это Ситник, — сказал мальчик, — у него есть рогатка.
— Ну, конечно, он!
Мальчик поглядел лукаво куда-то в сторону и спросил:
— А ты где, тетя?
— А меня нету, — сказала Маргарита, — я тебе снюсь.
— Я так и думал, — сказал мальчик.
— Ты ложись, — приказала Маргарита, — подложи руку под щеку, а я тебе буду сниться.
— Ну, снись, снись, — согласился мальчик и тотчас улегся и руку положил под щеку.
— Я тебе сказку расскажу, — заговорила Маргарита и положила разгоряченную руку на стриженную голову, — была на свете одна тетя. И у нее не было детей, и счастья вообще тоже не было. И вот она сперва много плакала, а потом стала злая... — Маргарита умолкла, сняла руку — мальчик спал)
No podemos añadir nada, solo contener las lágrimas, pues la piedad ha disipado la maldad. La inocencia de la vulnerabilidad ha derrotado a la inconsciencia de la aniquilación impune. Llama la atención como a Bulgakov no le importa repetir la palabra мальчик (niño) todo el tiempo. No pierde el tiempo buscando sinónimos con ese prurito estetizante de evitar las repeticiones de los autores inseguros. Y emociona la vulnerabilidad de Margarita, que hace lo que se prohibe a los adultos: contar sus debilidades a los niños. Margarita no es madre, pero, por primera vez, desplegará su instinto maternal con el мальчик de unos escritores favorecidos por la administración soviética, mientras que su amado Maestro ha sido ninguneado y expulsado de esa comunidad. Ella, que es la adinerada esposa infeliz de un investigador, inteligente, sensual, valiente, no es nada adulta: viaja en una escoba, destruye con la alegría enloquecida de un chiquillo, y confiesa su miseria vital al pequeño desconocido que despertó su piedad maternal. Cada capítulo de "Мастер и Маргарита" contiene una revelación vital que nos hace arrodillarnos ante el Maestro (Bulgakov): el mundo de los adultos, en una sociedad regida por la racionalidad castradora, el empirismo ramplón, la ciencia tullida, la burocracia ineficiente y la rutina de una existencia inauténtica que repite estereotipos inútiles, donde los niños, los soñadores, los amantes, los locos, los embriagados, los visionarios, deben ser tutelados, corregidos y castigados, porque sus visiones nos recuerdan que acaso somos otra cosa de lo que creemos, nosotros, mezquinos cobardes que solo sacamos las alas de la perversión sexual en la oscuridad anónima, las alas de la protesta airada en momentos de ofuscación, las alas de la trascendencia solo viendo películas, leyendo y escuchando a Bach...
El periplo de la bruja destructora y piadosa continúa. Sin apercibirse acelera hasta perder la ciudad de vista, y confundirse con la luna. Y tras escuchar un ruido aparece su empleada Natasha a lomos de un cerdo volante, que resultó ser Nikolái Ivánovich, el vecino del apartamento de abajo. La bella Natashka untó su cuerpo y el de su amante inesperado con la crema de Azazello, y se echó a volar. El lujurioso hombre gris y fracasado del piso inferior ha sido sometido por la muchacha, que partió en busca de su señora. Tras separarse de nuevo, Margarita llegó a un terreno desierto e ignoto, y a un río bajo un precipicio calcáreo, donde se bañó (¡al igual que lo hizo inexplicablemente Iván Nikoláyevich Bezdomni en el Moskva interrumpiendo su persecución del extranjero demoníaco!). Alli, en la orilla opuesta, bajo los sauces, tiene lugar un espectáculo en honor de Margarita, a cargo de unos seres mágicos de los bosques, semejante a ciertas escenas del "Faust II" de Goethe y "A Midsummer Night's Dream" de Shakespeare: ranas flautistas, ninfas de agua (como las de "Rusalka" de Pushkin), brujas desnudas, un ser con patas de cabra, todos congregados en torno a la reina.
El auto bayo descapotable, conducido por un grajo negro picudo, la lleva de regreso a Moscú.
"Полёт" escrito sin diéresis -en ruso no se escriben los acentos- suena "paliot", al ser la primera sílaba átona, la "o" se abre en una especie de "a", es el título sintético y perfecto de este capítulo de literatura fantástica, en su doble vertiente. Por oposición al realismo, entroncado con el mundo de brujas y hadas, provenientes del folclore. Y, por otro lado, como manifestación psíquica del inconsciente humano, donde la moralidad cede paso a las pulsiones.
Полет (El vuelo) es una fantasía inconsciente de omnipotencia y destrucción, donde la piedad espontánea por un ser desvalido, un niño asustado, redime al inconsciente de su furia de abreacción catártica que destruye los objetos del resentimiento.
Margarita Nikoláyevna no es una bruja en el sentido literal. Es una mujer de treinta años, bella e inteligente, pero, ¡ay!, casada con un hombre al que no ama, y amante (en ruso: esposa secreta) del Maestro al que conoció casualmente en la calle, pero al que se sabía predestinada, como la Tatyana de Pushkin escribe en su famosa carta a Yevgueny Oneguin. Quizás el exceso de inteligencia y sensibilidad, junto a una vida ociosa, sean la semilla de una fantasía desbordada. La primera fantasía siempre se dirige a la posesión amorosa, inseparable de la necesidad de inmortalidad: el amor no puede ser interrumpido por la muerte. La aparición de los hacedores de inmortalidad -el demonio y sus ayudantes- encuentra en esta mujer a una segura aliada: por recuperar a su amado, encerrado voluntariamente en una clínica psiquiátrica, adonde van llegando todas las víctimas del ateísmo, que no pueden aceptar la existencia del diablo (Woland) y la suspensión de la experiencia cotidiana y su lógica consoladora, hará un pacto con el diablo: será su esposa en el Gran Baile de Plenilunio de Primavera.
El Maestro no está loco. Él ha revelado algunas verdades sobre la existencia humana a través de la figura histórica de Poncio Pilato. Margarita ha salvado el manuscrito del fuego, como Yelena Bulgákova hizo con el original de "Мастер и Маргарита", hasta su publicación parcial en 1966, veintiseis años después de la muerte del autor.
La literatura alza el vuelo, más allá de las vidas y épocas de los autores. Como Margarita, la literatura encuentra impulso en lo más primitivo del ser humano: su angustia, su anhelo, su deseo, su miedo, su amor. Y desde la distancia que hay entre la belleza y el mundo contemplamos los lectores la plenitud y totalidad de una realidad solo accesible a quienes se atreven a surcar esas regiones etéreas de palabras embriagadoras que cantan verdades con armonías misteriosas... ¡ese es el poder de los clásicos!
Francisco Huertas Hernández
5 de octubre de 2025
2 comentarios:
Yo leí la novela hace tiempo y estos ensayos me animan a retomarla. Celso
Gracias Celso
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