miércoles, 4 de diciembre de 2019

Recuerdos de cine de infancia. Juan Ramón Torregrosa Torregrosa. Poeta. Alicante. "Eva al desnudo" (novela inédita "El viaje de los salmones")


Recuerdos de cine de infancia
Juan Ramón Torregrosa Torregrosa
Poeta
Alicante
"Eva al desnudo" (capítulo de la novela inédita "El viaje de los salmones")
Guardamar del Segura (Alicante)


Eva al desnudo



"All about Eve" (1950). Joseph Leo Mankiewicz
"Eva al desnudo" / "La malvada" / "Hablemos de Eva"

 Me temblaban las manos al hojear el cuaderno Rubio de tapas azules que acababa de encontrar en una vieja maleta de madera que había sido de mi padre. Allí estaban, de nuevo ante mis ojos, los cuadernos de la escuela con su letra infantil, el Parvulito con el que había aprendido a leer, mis diarios, los álbumes de cromos. Perdida la noción del tiempo fui repasando las imágenes en blanco y negro de Marcelino, pan y vino, el álbum de la película protagonizada por Pablito Calvo; los cromos coloreados de Veinte mil leguas de viaje submarino que tantos pataleos y tabletas de chocolate habían costado hasta completarlo; el lujoso álbum Vida y color de cuando estudiaba bachillerato; postales de actrices famosas; programas de mano de películas proyectadas en el cine Nacional o de Arriba, ya desaparecido, y en el Cartago, más moderno y confortable. También mi hermana había depositado allí el catecismo y hasta el misal que me regalaron en mi primera comunión, de tapas nacaradas ahora amarillentas y con el cierre oxidado.

"Marcelino, pan y vino" (1954). Ladislao Vajda
Cartel español original

"Marcelino, pan y vino" (1954). Ladislao Vajda
Pablito Calvo (Marcelino)

"Vida y Color"
Álbum de cromos. 1965
Álbumes Españoles S.A. (Barcelona)
Un hito en el coleccionismo infantil que acercó las Ciencias Naturales a los niños de las escuelas franquistas

Cuadernos Rubio
Ejercicios de trazos. 1962

 Pero lo que más emoción me produjo fue encontrarme con aquel cuaderno Rubio en el que había ido apuntando, según la calificación moral, los títulos de las películas que venían en las revistas Mundo Cristiano y Familia cristiana. Todas las semanas tenía que comprárselas puntualmente a mi hermana en el kiosco Mora, junto a la iglesia. Ella era desde niña la que mandaba en casa, la que dictaba las normas que nuestra madre, en una actitud sumisa y reverencial, acataba.

Revista "Mundo Cristiano"
Noviembre 1963 - Enero 1964

Revista "La Familia Cristiana"
Mayo 1967

Kiosco Mora
Prensa y revistas
Guardamar del Segura (Alicante)
Foto de David Mora Rodríguez

 Ahora que las dos habían muerto, el contenido de aquella vieja maleta me devolvía una infancia que creía definitivamente enterrada. Regresaba al pueblo para vender la casa y desprenderme del pasado y me encontraba con aquello.

 ¿Debía conservarla o deshacerme de ella? ¿No sería una rémora más a la hora de encarar un futuro que no veía con claridad? ¿O tal vez me podría ser útil en mi empeño de escribir sobre mi infancia y adolescencia? Creía poder reconstruirlas sin obviar el más mínimo detalle y descubría que no recordaba la existencia de aquel cuaderno. 

Cine Cartago
Guardamar del Segura (Alicante)

Cine Cartago
Guardamar del Segura (Alicante)

 La primera vez que penetré en el recinto encantado de un cine fue de la mano de mi padre. Vivíamos aún en el campo y debió de ser en uno de los viajes en los que me llevaba con él al pueblo sentado en el cuadro de la bicicleta, entre sus robustos brazos. Recuerdo que era una película de vaqueros porque se me quedó grabada durante mucho tiempo la escena de unos pistoleros disparándoles a unas latas colocadas encima de una valla. Pero la escena que realmente me impresionó hasta provocarme pesadillas fue otra, tal vez el mismo día, pues las sesiones eran dobles. En ella unos egipcios con el cráneo rapado lanzaban sus carros de combate a toda velocidad por una llanura en la que asomaban las cabezas de unos prisioneros enterrados en la arena, cabezas que saltaban por los aires al pasar por encima los carros con sus afiladas cuchillas entre las ruedas. 

 A partir de entonces nada más entrar en la sala oscura de un cine me ponía a temblar, los dientes me rechinaban y un sudor frío empapaba mi cuerpo por más que me repitiese que todo era mentira, solo fotografías en movimiento proyectadas sobre un lienzo blanco. Una vez que mi hermana me obligó a ir con ella a ver Barrabás tuvimos que salirnos a media sesión, con el consiguiente enfado de ella, porque yo no soportaba ver cómo el protagonista, condenado a trabajos forzosos en unas minas de azufre, se iba quedando ciego. Me pasé toda la noche con alucinaciones y vomitando.

"Barabba" (1961). Richard Fleischer
"Barabbas" es una película italiana con tema bíblico
"Barrabás"
Cartel italiano

 Incluso en el cine de verano del pueblo, a pesar de ver el cielo y las estrellas y las copas de los pinos asomando por detrás de la pantalla y a la gente devorando tranquilamente bolsas de pipas, no podía controlar los temblores y las palpitaciones. Solo los Hermanos Marx con su humor absurdo lograron que me reconciliase, entre risas y carcajadas, con el cine. Era Una tarde en el circo.

"At the Circus" (1939). Edward Buzzell
"Una tarde en el circo"
Cartel español
Hermanos Marx

 Pero lo que hizo que perdiese todo temor a la sala oscura de los cines fue ir en pandilla, ese invierno, al cine Nacional, que tenía gallinero y donde podíamos armar gresca. 

 Cuando descubrí que en las revistas que le compraba a mi hermana venía una lista de películas con su calificación moral, se me ocurrió ir apuntándolas en aquel cuaderno Rubio que ahora tenía entre mis manos. Fue también el comienzo de mi afición al cine. Me preguntaba por qué unas películas eran toleradas, las menos, y otras para mayores con reparos, o qué historias contarían algunas para ser gravemente peligrosas. Sentía igualmente curiosidad por ver qué directores y actrices abundaban más en cada apartado, y si las películas que echaban en el pueblo estaban en esas listas.

Informe (Circular) de Censura Cinematográfica en España
"A mí las mujeres ni fu ni fa" (1971). Mariano Ozores
Esta película del cantante Peret sufrió numerosos "tijeretazos" del censor. Calificación: Mayores de 18 años

 La calificación moral se exponía también en la cancela de la iglesia, pero lo que contaba era si en la cartelera que las anunciaba ponía para todos los públicos o solo para adultos. Excepto en algunas películas con fama de escandalosas casi siempre nos dejaban entrar, aunque pronto descubrimos que las calificadas con 3R o 4 eran lentas y aburridas, unos auténticos rollos sobre matrimonios que no se entendían, o seres angustiados que se pasaban la película discutiendo. Las que a nosotros nos gustaban eran las de acción y las de miedo, Drácula, La momia, Fu Manchú; también las cómicas y de espías

"Dracula: Prince of Darkness" (1966). Terence Fisher
"Drácula, príncipe de las tinieblas"
Cartel español

 Mi hermana, sin embargo, no pensaba igual. Quería que solo fuese a las adecuadas moralmente a mi edad, incluso ponía reparos a las calificadas con un 2, aunque ya tenía trece años.
 Es lo que ocurrió con Eva al desnudo. Cuando se enteró de que la había visto le pidió insistentemente a mi madre que me castigase. Había ido a ver una película gravemente peligrosa no solo para los jóvenes sino también para los adultos.

"All about Eve" (1950). Joseph Leo Mankiewicz
"Eva al desnudo" / "La malvada" / "Hablemos de Eva"
Cartel español

 ̶  ¿Eva al desnudo? –preguntaba, azorada, mi madre, que no sabía qué hacer, si obedecer a la hija, siempre tan exigente y moralista, o disculpar al hijo pequeño, que no lo hacía por maldad.

 ̶  Sí, una película prohibida por la Iglesia  ̶ insistía mi hermana ̶ . Tiene un 4, por algo será. 

̶  ¿Y qué es eso de cuatro?

̶  Pues qué va a ser, que el mañaco está en pecado mortal y tendrá que confesarse.

 ¿Qué confesión ni qué porras? Todos mis amigos iban al cine a divertirse, la película era lo de menos, lo importante era estar todos juntos en la misma fila y, sobre todo, poder sentarnos al lado de la chica que nos gustaba. Qué diferente la claustrofobia y angustia que antes padecía a la emoción de sentir en la butaca de al lado la presencia y el aliento de Almudena, la chica que en secreto me tenía trastornado. La oscuridad y la luz densa de humo del proyector, que nos envolvía convirtiéndonos en cuerpos espectrales, tenían ahora un encanto mágico, embriagador.

 Pero nada de eso le dije a mi madre ni a mi hermana, lo que les dije es que era un rollo de película en blanco y negro, aburrida y pesada. “Además –añadí–, no sale ninguna Eva desnuda”. Eso de las calificaciones morales que venía en las revistas, a ver si se enteraban, era una tontería y no iba a dejar de ir al cine con mis amigos por nada del mundo

"All about Eve" (1950). Joseph Leo Mankiewicz
"Eva al desnudo" / "La malvada" / "Hablemos de Eva"

 Sí, aquel cuaderno Rubio de tapas azules descoloridas contenía muchas películas peligrosas que luego dejaron honda huella en mi sensibilidad. Allí estaban, escritos con mi letra infantil, los títulos de películas que entonces no me sonaban de nada y que ahora me resultaban familiares. Algunas las acabé viendo, ya adolescente, en el pueblo, como El graduado. El portero del cine Cartago, que había sido amigo de mi padre desde los años de la mili, dejó que me colase en un descuido del dueño. Otras, las disfrutaría luego en cineclubes universitarios o en salas de Arte y Ensayo.

"The Graduate" (1967). Mike Nichols
"El graduado"
Cartel español

 Conservaría el cuaderno, me traía recuerdos agridulces de un tiempo ido. Fue también la época de los primeros guateques en casas particulares o de jugar a las tinieblas cuando alguien se ponía enfermo y la pandilla iba a visitarlo. Una tarde, a la salida de la escuela, propuse repetir el juego en mi casa. Mi hermana y mi madre habían ido en taxi al médico y tardarían en regresar de Alicante. 

 El juego consistía en encerrarse en un cuarto a oscuras y, con las manos por delante, ir buscando a las chicas, pero sin malicia, con la inocente emoción de lo desconocido. De pronto, alguien a quien le divertía pillar in fraganti a los demás, encendía la luz. Pero quien nos pilló, antes de que yo pudiese tocar a Almudena, fue mi hermana, que abrió de repente la puerta. Sin decir nada, nos fue mirando a todos, paralizados como estábamos, igual que cuando en el cine se atascaba el proyector y la imagen se congelaba o se movía a cámara lenta. Luego nos ordenó que nos fuésemos a la calle a jugar, sin una amonestación, sin un grito. 

 Tampoco por la noche, cuando regresé mohíno a casa, me reprochó lo ocurrido, al contrario, me pidió que le contase con todo detalle lo que hacíamos, quiénes eran los demás, si a mí me gustaba alguna de aquellas niñas. Intenté salir del trance con evasivas, sin dar muchos detalles. Me sentía penetrado por su mirada, al desnudo. A partir de entonces, sin saber por qué, esquivé su presencia, y procuraba no estar a solas con ella.


5 comentarios:

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Es un honor publicar en PRIMICIA un capítulo de la novela "EL VIAJE DE LOS SALMONES" de nuestro colega y amigo Juan Ramón Torregrosa. Un capítulo con recuerdos infantiles del cine y sus huellas en esa educación sentimental que varias generaciones de españoles vivieron bajo la censura absurda del nacionalcatolicismo que mutilaba las películas y las mentes. Es incomprensible que los estúpidos censores pusieran un título equívoco a "ALL ABOUT EVE" a diferencia de los usados en Latinoamérica, siempre más fieles al original. "EVA AL DESNUDO" contenía dos palabras sospechosas: la primera pecadora (pronto empezamos con la discriminación de la mujer) y la referencia al cuerpo, o fuente del pecado nefando (el sexto). Que un niño investigara el origen de esas calificaciones morales de las películas y asociara ir al cine con el puro placer y la camaradería más que con los mensajes fílmicos ya es una muestra de rebeldía frente a los códigos de la represión, que, como Friedrich Nietzsche escribió muchas décadas antes, son la manifestación del "resentimiento" y el odio a la vida. Y esta evocación infantil de Juan Ramón tiene VIDA Y COLOR.

Wildberry continua dijo...

Entrañable y tétrica evocación de un pasado cada vez más amenazante por la propia condición cíclica de la historia... Una obra promenetedora. Gracias por este anticipo, y mucho éxito.

Anónimo dijo...

Estimado Juan Ramón, ignoro que edad tendrá usted. Pero desde luego esa hermana que menciona. Beata, mojigata, sin dejar de controlar que estaba bien o mal para usted. No quiero ni pensar el infierno que tuvo que vivir ante una hermana tan manipuladora y organizadora de su vida. El daño que pueden a llegar hacer estas personas psicológicamente y más en la propia casa es irreparable, de los que dejan huella. Ellas son las buenas, usted es el malo. Escoger lo que tenía que ver o no ver de un cine que ya venía censurado y cortado.
Un ejemplo, "Con faldas y a lo loco", en su época no se estrenó. Según las notas de los curas censores era altamente peligrosa. Uno de ellos llegó a escribir en una nota "Prohibida mientras exista la veda de maricones", así tal cual. Y otro escribió "De las que no tienen remedio". Finalmente se estrenó en España después de la muerte de Marilyn, con cortes eso si, y suavizando el doblaje. Y por supuesto para mayores de 18 años. Si le sirve de algo le contaré que no hace muchos años corté todo tipo de trato y relación con mi única hermana. No hizo las cosas que hizo la suya como cuando era usted pequeño. Lo intentó ya de adulta, alegando que "no hay más familia que la que te casas y tu hijos y el resto sobra", aún así pretendía que lo mio fuera también todo para ella. Materialistas, egoístas y de las que se supone que ellas van a vivir eternamente y que solamente nos morimos los demás. De ahí que quieran las pertenencias e inmuebles de los otros parientes, como si ellos no tuvieran su propia vida.
Amigo mio, viva y disfrute todo lo que pueda y como le dé la gana. Le envío un cordial saludo.
Alfonso Carralero.

Anónimo dijo...

Apasionante y espléndido retrato cinéfilo de nuestra infancia. Felicidades.

jdavdlopezsalas dijo...

Este artículo, con su profusión de detalles cala hondo. Genial