domingo, 8 de marzo de 2020

Recuerdos de cine. Los 80. La influencia del cine en mi vida. Gregorio Millán Sanjuán. Úbeda (Jaén)

Recuerdos de cine. Los 80
La influencia del cine en mi vida
Gregorio Millán Sanjuán
Úbeda (Jaén)
Imágenes: Francisco Huertas Hernández



Gregorio Millán Sanjuán
Ficha Médica Nacional
Federación Española de Automovilismo
Nada como rondar el cuarto de siglo de edad. Foto de finales de los 80 o primeros de los 90. Juventud, independencia, personalidad definida, un poco de experiencia, otro tanto de conocimiento y la búsqueda de emociones como meta

 Recuerdo que, en un programa de radio a finales de 1979, dieron un repaso a las décadas pares del siglo XX. Los 20 trajeron la felicidad, los 40 la guerra, los 60 el rock, ¿qué nos depararán los 80? Dijo el locutor.
 "Los 80, la década que nunca termina". Frase escuchada últimamente y que, sin ser cierta en el aspecto cronológico, nunca la olvidaremos los que pasamos por ella, pues supuso el aperturismo del nuevo régimen democrático y una verdadera transformación social. Dos elementos caracterizaron esta década:

Golpe de estado fallido
Asalto al Congreso de los Diputados encabezado por el teniente coronel Antonio Tejero Molina
23 febrero 1981
Madrid

- Uno fue el asentamiento de la democracia, a pesar de haber comenzado con un intento de golpe de estado. O quizá precisamente por eso, pues la gente ya había podido apreciar lo que significaba la libertad. El hecho de que ésta se viera amenazada, dio lugar a un rechazo social unánime hacia una posible vuelta al antiguo régimen.
 Recuerdo que cada vez que emitían un “avance telediario” no programado, se nos ponían los pelos como escarpias.

Concierto Homenaje a Canito
Escuela de Ingenieros de Caminos. Universidad Politécnica de Madrid
Madrid. 9 de febrero de 1980
Con este concierto en el que participaron el grupo del batería Canito (José Enrique Cano Leal) Tos (más tarde reconvertidos en Los Secretos), Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides, Mamá, Paraíso, Mermelada, Trastos, Los Bólidos, Mario Tenia y Los Solitarios, se inició la "Nueva Ola" (mal llamada "Movida" madrileña)

- El otro fue las “movidas” culturales, especialmente las musicales, como las de Madrid, Vigo, Valencia, País Vasco, Barcelona y las que me deje en el tintero.

 Por entonces, dada la explosión musical que se produjo, de la que surgieron innumerables grupos españoles a cuál mejor, yo escuchaba más a los de la tierra que a los foráneos.

"Los santos inocentes" (1984). Mario Camus
La película basada en una novela de Miguel Delibes obtuvo premios en el Festival de Cannes de 1984 (interpretación masculina a Paco Rabal y Alfredo Landa) y mención especial del Jurado

 El cine sufrió otra transformación. Superada la “caspa” de los 60 y el “destape” de los 70, entramos en una etapa más fresca, reivindicativa y con un claro intento de mejorar su calidad, propiciado también por el apoyo institucional.

Periodo 1980-1990

"The Gods Must Be Crazy" (1980). Jamie Uys
Poster

"The Gods Must Be Crazy" (1980). Jamie Uys
¡¡¡Una película de Botsuana y Sudáfrica rodada en afrikáans, no en inglés, con éxito internacional!!!

 “Los dioses deben estar locos” (1980)
Película entrañable, tanto por su sencillez, como por su sensibilidad, además de tener más mensaje del que aparenta.
 Trata de como una botella vacía de cristal, arrojada desde una avioneta por un incívico piloto, cambia la vida de un bosquimano del Kalahari al que le cae muy cerca por casualidad.
 Al llevarla a su tribu, todos creyeron que era un obsequio de los dioses, por lo desconocido del material y dados los múltiples usos que se le iban descubriendo. Lo malo es que sólo envió una y esto dio lugar a que comenzaran rencillas por su tenencia y disfrute. Un objeto que nunca habían conocido ni necesitado, de repente, se había vuelto imprescindible.
 Pasa lo mismo que cuando a un grupo de niños se les da alguna novedad material y ésta se convierte en objeto de deseo por parte de todos, dando lugar al conflicto. De no haber aparecido en escena el objeto, no se hubiera producido confrontación alguna. Las personas somos así. Lo más degradante y peligroso es cuando se convierte en objeto de deseo a otra persona.
 Los publicistas saben mucho de este fenómeno, siendo su principal misión crear necesidades hacia los productos que anuncian, aunque éstos no sean ni mucho menos necesarios para la vida. Es muy recomendable no ver un programa “tele tienda” de esos que ponen de madrugada, pues rayan el lavado de cerebro.
 La tribu lleva una vida sencilla y adaptada al medio donde vive, manteniendo un equilibrio ecológico que la hace perdurar en el tiempo, por no abusar de los recursos que obtiene. Desconoce, por innecesarios, el dinero, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, los cuerpos de seguridad y tantos otros organismos propios de los regímenes de nuestra civilización. Y aun así tienen una existencia plena y satisfactoria, pues disponen de lo necesario para vivir, disfrutando así mismo de plena libertad en el tiempo y en el espacio, que no es poco.
 De hecho, tras algún día duro de trabajo, más de una vez me he cuestionado si a la humanidad, en general, le ha merecido la pena todo el esfuerzo de montar y mantener este complejo tinglado llamado civilización, la cual nos requiere unos esfuerzos extra a los necesarios para la supervivencia y consume recursos con voracidad y sin control ni equilibrio. Tal y como le revelaba el agente “Smith” a “Morfeo” durante un interrogatorio, en la película “Matrix”.
Todas estas reflexiones se dejan entrever en la película de una manera simple y divertida, radicando ahí su encanto. Recomendable para todos los públicos.




"Monty Python's Life of Brian" (1979). Terry Jones
"La vida de Brian"

"Monty Python's Life of Brian" (1979). Terry Jones
"La vida de Brian"

 “La vida de Brian” (1980) 
 El humor inglés es el mejor. Su finura, inteligencia, sarcasmo, capacidad de autocrítica y causticidad lo elevan al mayor grado de excelencia. Me vienen a la memoria series inglesas como “Benny Hill”, “Un hombre en casa”, “Los Roper” o la más reciente “Mr. Bean”. La presentación de la productora Thames con su sintonía y la imagen de los emblemáticos edificios de Londres surgiendo del horizonte de agua, eran la mejor garantía de pasar un buen rato de risas y diversión.
Y los Monty Python son de lo mejor que he visto en humor inglés. Se dice que representan a este género lo que los Beatles a la música, ahí es nada. Para reírse de cualquier cosa, lo primero que hay que hacer es parodiarse a uno mismo, sin miedo ni vergüenza, dejando de lado el ego. Esto lo realizan a la perfección y por eso pueden permitirse el lujo de no dejar títere con cabeza, con ese característico estilo inglés que tanta aceptación ha tenido.
Este largometraje parodia los imperialismos, los nacionalismos, las divisiones internas, las mezquindades, la intolerancia, los dogmas de fe, los fundamentalismos y hasta la posverdad, tan de actualidad hoy en día.
 Todo bajo un trasfondo histórico/religioso, pues la historia se desarrolla en vida de Jesús de Nazaret, pero este no aparece en toda la película, sino que quien lo hace es Brian, un coetáneo suyo al que la gente confunde con Jesucristo a raíz de un malentendido, dándose un paralelismo entre ambas vidas, que Brian nunca pidió para sí mismo.
La película tuvo mucho éxito en taquilla, pero también muchas críticas y censuras por parte de sectores religiosos y moralistas. Dicha censura contribuyó a acrecentar la atención del público, aumentando notablemente el número de espectadores que fueron a verla. El enfoque dado a la vida de Jesús sin hacer mención directa a él, sino mediante el paralelismo con la de Brian, les ahorró a los productores muchos contenciosos por blasfemias e injurias a los sentimientos religiosos, también muy vigentes en estos tiempos.



"Blade Runner" (1982). Ridley Scott

"Blade Runner" (1982). Ridley Scott

“Blade Runner” (1982)
 En cierto modo, siempre he visto el cine como un acto de evasión. Quizá por eso me gusten tanto las películas distópicas que me sacan de la realidad, me hacen imaginar y me abren las puertas a nuevos campos de pensamiento.
He aquí uno de los mejores ejemplos de ello. Es pura poesía, con una estética nocturna, melancólica y otoñal, acompañado de una espléndida banda sonora, sin la cual no se hubiera podido ambientar todo lo anteriormente descrito.
 En el futuro año 2019, los “replicantes” son humanos fabricados por técnicas de bioingeniería y se encargan de realizar en el espacio exterior los peores trabajos, viviendo en un régimen de esclavitud.
 No se distinguen de los humanos por su apariencia física, aunque nos superan en fuerza y en agilidad.  Psicológicamente carecen de las emociones y de la capacidad empática que nos caracteriza, o al menos en teoría. El caso es que cuando empiezan a tomar conciencia de sí mismos y de su final programado, aparecen problemas como el sentido de la vida, las dudas existenciales y los anhelos propios de nuestra especie, derivando todo al final en una sangrienta rebelión que termina por ilegalizarlos y considerarlos como elementos peligrosos a los que hay que eliminar.
 Se encarga esta misión a un cuerpo de policía denominado los “Blade Runners” y la película relata como uno de ellos va rastreando e identificando a un grupo que ha entrado ilegalmente en Los Angeles, hasta darles caza y “retirarlos”, como se denomina en esos ámbitos.


Al replicante líder, le llega el final programado de su vida justo cuando tiene completamente derrotado a su cazador, el cual se encuentra expuesto al vacío suspendido del saliente de un edificio. Se va resbalando ante la mirada del replicante que asiste a su inminente caída. Cuando ésta se produce, lo agarra in extremis y lo devuelve a un lugar seguro ¡Qué mayor canto a la vida, que salvar la del que te quiere eliminar, cuando llega el final de la tuya!
 Ciencia ficción, filosofía, poesía, belleza, melancolía, miseria, sociopolítica, humanismo, dilemas. Todo en una sola película, magistral.

 Tras la interminable noche en la que se desarrolla toda la película, contrasta y llena de alegría la última toma, antes de los títulos de crédito, de un vuelo diurno sobre unas imponentes montañas.



"Scarface" (1983). Brian de Palma
"El precio del poder" / "Caracortada"
Poster

"Scarface" (1983). Brian de Palma
"El precio del poder" / "Caracortada"
Al Pacino (Tony Montana)

“El precio del poder” (1983)
 Dura película que describe con brutal claridad los entresijos del mundo del narcotráfico, narrando la ascensión, el auge y el declive de Tony Montana, un expresidiario cubano que emigra a los Estados Unidos.
 Creó tal admiración entre el mundo del hampa, que hasta algún capo se hizo construir una réplica exacta de la mansión de Tony, que aparecía en la película.
 Son cuatro escenas las que comentaré más o menos por encima.
1ª.- Con una ambición desmesurada, la impunidad de las armas y una ciega entrega, Tony llega a entrar en la órbita de a un influyente narco llamado Frank López, ganándose su confianza.
 Para ponerlo a prueba, Frank envía a Tony a Bolivia acompañando a su asociado Omar Suárez, el cual va a formalizar la compra de una cierta cantidad de cocaína a un proveedor a gran escala llamado Sosa.
 Al descubrir que Omar es un confidente del FBI, Sosa lo asesina ante los ojos de Tony, preguntándole de forma amenazadora por su credibilidad. Éste lo convence con un zafio, pero convincente discurso, apelando a sus gónadas y a la rectitud de miras profesada durante toda su vida, por encima de todo. 
 La fuerza y la locuacidad de los argumentos expuestos, convencen a Sosa, con el que nace una relación de colaboración a partir de ese momento. Esto hace crecer la confianza y la ambición de Tony, lo cual le conducirá a la larga, hacia un inevitable enfrentamiento con su jefe Frank.


2ª.- En un restaurante, un desengañado Tony elucubra sobre el vacío interior que siente al no poder tener hijos con su pareja Elvira, dada su adicción a las drogas, que le han dañado la matriz. Siente que dicho vacío nunca se verá compensado por el dinero, ni por los mundanales placeres terrenales que le proporciona el dinero de la droga.
Estamos hablando de los valores de un narcotraficante, que también los tiene como persona que es, aunque sean extremadamente cínicos. Ella se los recrimina con el argumento de no desgraciarle la vida a una supuesta descendencia. Bastante tienen ya con haberlo hecho con las suyas propias, al dedicarlas al crimen organizado y a todo aquello que resultaría incompatible con la crianza de niños.


 Parecidos motivos por los que Key aborta voluntariamente en El Padrino II, evitando así traer otro hijo a la familia criminal de Michael Corleone, confesándoselo cuando le abandona, con la intención de llevarse a los otros dos niños y ponerlos a salvo de esa vida.
 Una vez vi en un documental las conversaciones de un capo de New York, al que le habían puesto un micro en el coche. En una de ellas se sinceraba con su chófer, confesándole que estaba preparando a su hijo en las mejores universidades, para que no tuviera de necesidad de buscarse el porvenir con la vida que él llevaba. Que su intención era sacarlo de esos ambientes y proporcionarle algo mejor.
 El hecho de que una persona que se aprovecha del mal ajeno en su propio beneficio, sea capaz de reconocerlo y no le desee lo mismo a su descendencia, me resultó esperanzador.

3ª.- Aquí queda claro como la lucha contra el tráfico de drogas es un problema complejo y de difícil solución. Bastante antes del estreno de esta película ya había una clara intención de erradicarlo mediante legislación, vigilancia, persecución, condenas judiciales y demás instrumentos legales. Pasados cuarenta años, todos los esfuerzos no han rendido los frutos esperados y el tráfico sigue existiendo e incluso da la sensación de haber salido fortalecido en muchos casos.
 Quizá el motivo sean los tentáculos de los que disponen los grandes narcotraficantes, basado en un poder económico desmesurado, capaz de ofrecer cantidades de dinero astronómicas para cualquiera, pero ínfimas para ellos. Dicen que todos tenemos un precio a nuestra integridad. Además, en caso de negarse a la tentación, existen otros caminos menos amigables. "Plata o plomo", decía Pablo Escobar.
En la reunión que aparece en esta escena están presentes: un presidente de la Corporación de azúcar de Los Andes, un general en Jefe del Ejército armado, un alto cargo del Ministerio de Interior y un delegado de los Estados Unidos, además de los narcotraficantes Sosa y Tony. Todos envueltos en el negocio y con intenciones de eliminar a un incómodo periodista, que está sacando a la luz sus actividades delictivas. La expresión de sus caras lo dice todo.


4ª.- En la escena anterior, llegan al acuerdo de evitarle la cárcel a Tony por delitos fiscales, a cambio de darle ayuda logística al sicario que va a atentar contra la vida del periodista.
 Lo hará colocando una bomba en los bajos del coche, donde se desplazaba a la ONU a dar un discurso sobre el narcotráfico. Al recoger también a su mujer y a sus hijos, Tony se niega a cometer tamaña canallada, dado el amor que siente por los niños, dando al traste con el atentado.



"The Terminator" (1984). James Cameron
Poster

"The Terminator" (1984). James Cameron
Arnold Schwarzenegger (Terminator T-800)

“Terminator” (1984)
 Película que pude ver en Madrid, donde me encontraba realizando el servicio militar. Captó mi atención un gigantesco cartel anunciador en el cine de la Plaza de Callao, en el que aparecía ese robot con apariencia humana y vestimenta de macarra de extrarradio.
 Fui a ver una película de acción, lo procedente para la mentalidad de un chico que acababa de entrar en la mayoría de edad. Podríamos decir que aún me encontraba en la etapa emocional de la vida calificada como “tarugo”.
 Me esperaba una “americanada” y así fue, pero había algo en ella que me resultaba sugerente, más allá de los disparos y de las hostias propias de este género.
 Según el guión, en un futuro siglo XXI, las máquinas fueron dotadas de inteligencia artificial a través de un sistema militar llamado “Skynet”, el cual fue aprendiendo en progresión geométrica, hasta adquirir conciencia de sí mismo y tomar la decisión de prescindir de los seres humanos. Provocó una guerra mundial que asoló el planeta y luego fueron exterminando a los pocos supervivientes que quedaron. Usaron, entre otras armas, a unos ciborgs denominados Terminator modelo T-800.
 Los humanos ofrecieron una creciente resistencia liderada por John Connor, que llegó a poner en peligro la supremacía de Skynet, por lo que éste cambió su estrategia y envió a uno de sus ciborg al año 1984, mediante una máquina del tiempo, con el propósito de eliminar a su madre Sarah Connor y así cortar de raíz con el problema.
 La resistencia consigue también enviar a un soldado, amigo de confianza de John, llamado Kyle Reese, con la misión de proteger a la madre.
 A Sarah le cuesta mucho trabajo asimilar el intento de asesinato del Terminator, la nueva situación con un desconocido Kyle que la salva y la protege, la explicación de la llegada de ambos del futuro, más el papelón de responsabilidades que se le viene encima sin haberlo pedido, ni siquiera imaginado.
Tras muchos avatares en la huida del Terminator, se refugian en un motel, donde Kyle le confiesa a Sarah que no era casual que se hubiese presentado como voluntario para esa misión, pues ella se había convertido en su amor platónico desde que su mejor amigo, John Connor, le enseñó una foto suya. Esto conmovió a Sarah y terminan haciendo el amor, engendrando al que sería John Connor en el pasado.
 Cuando acaba la película, un niño fotografía con una cámara Polariod a una Sarah solitaria y embarazada, mientras repostaba en una gasolinera. La misma foto que verá en el futuro Kyle. Un galimatías de realidades propio de los viajes en el tiempo.
 Yo por mi parte, salí del cine valorando las siguientes cuestiones:
- John Connor decide enviar al siglo XX a su mejor amigo Kyle Reese, y no a otro, para que proteja a su madre en ese pasado anterior a su nacimiento.
- Kyle está enamorado platónicamente y en secreto de la madre de John, por una foto que éste le dio en el siglo XXI.
- Kyle y Sarah se enamoran y engendran a John en el pasado, por lo que crea una nueva realidad convirtiendo a su amigo en su hijo.
- El Terminator y Kyle mueren en el pasado atacando y defendiendo respectivamente a Sarah. Ella sobrevive, pero se queda sola y embarazada. Esto quiere decir que John Connor, el detonante de la historia, fue concebido a raíz del desarrollo la propia historia.
- La foto por la que Kyle se enamora de Sarah, en realidad no existe en el pasado hasta que, al final de la película, ella decide casualmente parar a repostar en determinada gasolinera, donde había un niño que fotografiaba a los viajeros para sacarse unos dólares.
- Si John Connor hubiera enviado a otro soldado al pasado para defender a su madre, él hubiera dejado de existir justo en ese instante.
- Si Sarah Connor hubiera decidido pararse en otra gasolinera, no existiría la fotografía que dio lugar al enamoramiento de Kyle, por lo que probablemente éste no la hubiera conocido y John tampoco hubiera existido.
- Al final, con el bucle espacio-temporal entre los acontecimientos del futuro que desencadenan los del pasado y viceversa, estuve entretenido una buena temporada, valga la redundancia.
 A pesar de ser una película ultraviolenta, no es ésta el centro de la misma, sino su argumento y una buena resolución. Un ciborg implacable que tenía muy claro la misión a ejecutar (nunca mejor dicho), una agónica huida hacia no se sabe dónde y una trama que creó escuela. Tuvo gran aceptación y, consecuentemente, una saga de secuelas.
 Me resultó coincidente con la saga "Alien" en dos cosas, que las primeras partes fueron más bien de terror y las segundas fueron de acción, pero igual de buenas. Las restantes resultaron ya cansinas por darles vueltas a lo mismo, agotando la temática que las generó.





"The Untouchables" (1987). Brian de Palma
"Los intocables"
Poster

"The Untouchables" (1987). Brian de Palma
"Los intocables"
Sean Connery (Jim Malone) & Kevin Costner (Eliot Ness)

 “Los intocables de Eliot Ness” (1986)
 De niños
, la mayoría de las películas que veíamos tenían un trasfondo moral de buenos y malos, una causa justa y otras injustas a las que había que vencer. Todo así de simple. Resultaba muy cómodo saber que había buenos y malos y que los primeros siempre vencían.
 Luego cuando creces, empiezas a relativizar sobre estos simples conceptos a raíz de las experiencias vividas, dándote cuenta que el bien y el mal no son coto de unos u otros, sino que está dentro de nosotros mismos y que, dependiendo qué parte de los dos desarrolles más, inclinará la balanza hacia uno u otro lado, pero nunca totalmente.  Algo como el símbolo del yin y el yang.
 Pues bien, quizá sea esta la última película que vi con esa óptica clara de buenos y malos, de héroes y villanos, de íntegros y corruptos, en definitiva, de la lucha del bien contra el mal.


 Tiene de trasfondo la ley seca. A partir de su aplicación las mafias se forraron, dando respuesta a una demanda de alcohol que seguía existiendo, a pesar de la prohibición. Las meras prohibiciones suelen tener un efecto contrario al deseado, si no están acompañadas de otras medidas complementarias.
 Se apoya en un caso real. Ante la situación de corrupción generada en Chicago por Al Capone, el gobierno nombra al agente del Tesoro Eliot Ness como responsable de su detención. Este tiene problemas para conseguirlo pues en su comisaría se producían filtraciones que daban al traste con las operaciones.
 Un día, de vuelta a casa tras otro fracaso policial, conoce casualmente a un experimentado agente de calle, al que le pide ayuda. Con reticencias, al final el agente accede y le explica que el problema no era encontrar el alcohol, pues eso era vox populi, sino que era encontrar a quien se atreva a traicionar a Capone.
 Consiguen nuevos miembros del equipo sin corromper y realizan una efectiva redada e incautación en un almacén ilegal de alcohol.


 Capone, que tenía metidos en el bolsillo a políticos, policías, jueces y demás poderes públicos, no puede concebir lo ocurrido, tomándoselo como una traición de la persona que estaba encargada de dicho almacén, asesinándolo en una cena de lujo ante todos sus socios colaboradores y encargados de otros almacenes, como demostración de lo que le pasa al que se sale de lo establecido.
 Qué clase de persona tiene tal poder como para asesinar impunemente a otra, ante todas las demás, sin que nadie se atreva a decir absolutamente nada. Pues en esa época se llamaba Al Capone.


 El bien se ve obligado a bajar al averno y usar las artes del mal para poder derrotarlo, pues ir contra Capone era entrar en una guerra abierta que no podría ganar con métodos legales. Corriendo el riesgo, eso sí, de volverse como ellos (irse al lado oscuro que diría Darth Vader).
 Al final, tanto en la realidad como en la película, consiguen ajusticiar a Capone por evasión de impuestos. Algo es algo, pero a todas luces insuficiente para la cantidad de actos criminales que había llevado a cabo u ordenado. Aun así, la película te deja un muy buen sabor.


"Beetlejuice" (1988). Tim Burton
Poster

"Beetlejuice" (1988). Tim Burton

 “Beetlejuice” (1988) 
 "Bitelchús" en España, porque la traducción literal sería zumo de escarabajo, lo cual no resultaba muy procedente para titular la película.
 No sé por qué, siempre me ha gustado el humor negro, quizá sea solo un reflejo de supervivencia. Pienso que el humor negro, además de ficción, es una catarsis para las tragedias del ser humano. El único límite que debe tener es el de no producir la risa en el espectador. No hay chiste cruel, sino chiste malo decían Faemino y Cansado.
 Quizá por esto valoro tanto a este director, especialmente en esta película, donde parodia el “más allá”, empezando por la sala de espera de los recién llegados, donde te encuentras a un cazador con la cabeza reducida por los jíbaros, a la compañera de un mago con su cuerpo partido en dos a consecuencia de no haber ido bien el truco, el equipo de fútbol americano al completo que ha sufrido un accidente de avión o la funcionaria que atiende en ventanilla con sus venas cortadas, pues está estipulado que en esa administración a los suicidas los hacen funcionarios (cosa de la vocación).
 Trata sobre un matrimonio joven que se lleva poco tiempo instalado en su nueva casa, pero tiene la mala suerte de fallecer en un accidente de tráfico. Al principio no son conscientes de su muerte y vuelven a casa, hasta que empiezan a notar que algo no va bien.


 Luego aparecen unos nuevos inquilinos que han comprado la casa. Son una molestia y se ven obligados a vivir en el desván, donde, por cierto, había una bonita maqueta del pueblo en la que se dan lugar algunas escenas.
 Idean apariciones fantasmales y situaciones paranormales con el fin de echarlos de su hogar, pero son gente de ciudad que no se asusta por cualquier cosa, por lo que fracasan en sus intentos.


 En el más allá ven el anuncio de un personaje excéntrico, repulsivo y pícaro que se ofrece para llevar a cabo la tarea que ellos son incapaces de realizar. Se llama Beetlejuice y es una de las mejores interpretaciones que le visto a Michael Keaton.
 De hecho, no supe que se trataba de dicho actor hasta bastante tiempo después, pues yo lo tenía encasillado en otro tipo de papeles que no tenían nada que ver, lo cual le honra aún más. Incluso diría que no le tenía especial simpatía, pero mi opinión sobre él cambió a raíz de esa interpretación, con la que consigue que un ser tan repugnante resulte divertido y hasta entrañable. 


 Desde que vi esta película me hice seguidor de Tim Burton por su visión y sentido del humor cáustico y mordaz

 Ya fuera del cine, también quisiera recordar la serie emitida en esa década llamada “Cosmos”, presentada el astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico Carl Sagan. Lo que más admiro de esta clase de personas no son sólo sus conocimientos, sino la asombrosa capacidad de transmitirlos al público no especializado, de manera inteligible y sugerente. Un verdadero divulgador y un adelantado a su tiempo.




Y el programa de fin de año 1985-86 con Martes y trece y su escena de la empanadilla de Móstoles.

https://youtu.be/3eQJoaFlukI

 Con esto, doy por concluida la década de los 80. Seguiré más adelante con las siguientes conforme vaya pudiendo elaborar nuevos artículos. Saludos.



Gregorio Millán Sanjuán




4 comentarios:

Laura dijo...

Trabajazo. Contundencia. Fenomenal explicación. Auténtico viaje por la Historia, por la mente, por creencias o la falta de ellas, por situaciones, acontecimientos... Admiración por la perfecta manifestación de todo ello y los sustanciosos detalles de los que va empapada toda la explicación.

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Los 80 fueron unos 60 con hombreras. El cine de los 80 no es comparable al de décadas anteriores, pero es verdad que en la música hubo mucha creatividad. Este artículo es, como siempre, un análisis detallado de una época y unas películas (comerciales, pero buenas). Felicidades Gregorio. Estupenda serie te está quedando, aunque montar el artículo me lleva muchísimas horas, pero merece la pena

Anónimo dijo...

Magnífico compendio de películas de la época y acontecimientos. Me quedo con Los Santos Inocentes y Los Intocalbes. Enhorabuena a mi hermano Gregorio, que publica artículos interesantísimos y a ti Francisco Huertas, que haces una labor maravillosa, conciencuda y de muchísimas horas. Un saludo. Manuela Pilar

Estrella dijo...

A Grego le va gustando esto de escribir por décadas. Cada vez se sumerge más en la descripción de cada una y da su interpretación. Con su lectura me evoca mi niñez y adolescencia, algunas películas las vi en su momento y otras no, por la edad. Vas creciendo con cada escrito, hermano. Deseosa de ver las que eliges de los 90, década en la que disfruté muchísimo del cine, mientras estudiaba la carrera. Con mi carné de estudiante no sé cuántas pude ver, había semanas que varias.
Ha quedado muy bien con el complemento de las fotos y los vídeos.