sábado, 23 de octubre de 2021

Foto filosófica: Nietzsche. Carolina Morán y otros. Historia de la Filosofía. IES Dr. Balmis. Alicante. Curso 2020-2021. Philosophy Pictures: Nietzsche

Foto filosófica: Nietzsche
Philosophy Pictures: Nietzsche
Carolina Morán, Roser Caravaca, Armando Rodríguez y otros
2º Bachillerato. IES Dr. Balmis. Alicante
Asignatura: Historia de la Filosofía
Curso 2020-2021
Profesor: Francisco Huertas Hernández


Ruinas
Nietzsche
Fotografía original de Carolina Morán Vicente
2º Bachillerato C
2020-2021
Fecha de la fotografía: 6 de abril del 2021 Lugar: Guadalest (Alicante). Comunidad Valenciana

“My name is Ozymandias, King of Kings;
Look on my Works, ye Mighty, and despair!
Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal Wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away

Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mi obra, poderosos, y desesperad”
 Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia
 de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas
se extienden a lo lejos, las solitarias y llanas arenas.*

Igual quedó en ruinas este castillo, torre o muralla. Pero su campanario está intacto  y sigue  tañendo para dar las horas. ¿Qué ocurrió para dejar esas piedras rotas  en  la  mitad de estas montañas?  Nadie lo sabe, nadie se acuerda. O quizá nadie quiere acordarse por ser un momento  demasiado doloroso. Nadie es capaz de contar esta historia. Sin embargo, yo voy a intentar encontrarla en esta foto.
Érase una vez un precioso valle entre montañas cubiertas de alfombras verdes. Alrededor de una de las mesetas había un pequeño pueblo y en la cima se alzaba un  campanario protegido por una muralla de piedra. Los tañidos de la campana regían por completo la vida de los habitantes, les decían lo que tenían que hacer cada hora del día. Si no obedecían sus designios, eran castigados por los sacerdotes, que  veneraban la campana ya que la habían cuidado desde tiempos inmemoriales. Por ello, la vida en el pueblo era monótona, repetitiva, aburrida, sin sentimiento. No era vida, era una condena silenciosa. Una enfermedad que mataba lentamente al  espíritu.
Algunos, los débiles de mente, pensaban que la vida no era tan mala porque no tenían que pensar qué  debían hacer. Además, los sacerdotes prometían una vida perfecta en el más allá si realizaban su deber. Otros, los que intentaban rebelarse, eran reprimidos, exiliados o abandonados a su suerte. No obstante, una persona consiguió superar a la campana.
Un día, uno de los habitantes, que no era capaz de continuar contando los segundos  hasta su muerte y que no creía ninguna palabra de los sacerdotes, empezó a escalar la montaña. 
Nadie pudo impedírselo, ni siquiera los sacerdotes pudieron  pararle.  Así, el humano llegó a la  muralla y la destruyó, esparciendo las piedras que la formaban. Las recogió y subió a la parte más  alta de la meseta, por encima de la campana, donde pudo admirar por primera vez la belleza del  paisaje que lo rodeaba. Dejó que las maravillas de la naturaleza penetraran en su mente y se enamoró de ellas. Por ello, construyó con las piedras de la antigua muralla su propia casa en la cima, donde podía admirar la vida, donde podía tocar el cielo, donde no podía oír la campana.
Así vivió y amó cada momento de su vida hasta que la muerte se lo llevó. Aprendió a aceptar el sufrimiento que le había llevado hasta allí y aprendió a amar todo lo que la vida y la naturaleza le habían proporcionado. Por ello, cuando murió, se sintió pleno y realizado, siendo su último deseo volver a vivir aquella vida tantas veces como quisiera.
Con el tiempo, la casa de aquel humano superior también se derrumbó, haciéndola indistinguible del resto de ruinas. Los sacerdotes no la cuidaron como sí continuaron restaurando su querida campana, como avivando las ascuas de un fuego en el que solo quedan cenizas. Sin embargo, los habitantes, cuando miraban hacia la campana, eran capaces de vez algo más. Recordaban al Superhumano que había sido capaz de romper sus cadenas, de vivir libre sin el yugo de la campana. Se preguntaron si, algún día, ellos serían capaces de sobreponer su voluntad y poder vivir como lo había hecho aquella persona.
Pero pasaron días, semanas y años, y la historia se olvidó. Solo quedan las ruinas de un pueblo decadente donde alrededor se extienden a lo lejos las solitarias y bellas montañas.

*Fragmento del poema Ozymandias de Percy Bysshe Shelley, publicado en 1818.
*Gracias a mi hermano por recomendarme ver Watchmen


La decadencia de la religión y la moral
Nietzsche
Fotografía original de Roser Caravaca Ivars
2º Bachillerato B
2020-2021
Estas fotografías muestran la antigua Iglesia de Benissa, mi pueblo natal, y reflejan
claramente esa decadencia de la que Nietzsche habla, esa crítica de la moral y de
la religión que realiza, en la que define al cristianismo como un código moral, una
invención humana de los sacerdotes, que muestran su odio a la vida a través del
resentimiento y el pecado y que convierten a los más fuertes en débiles,
estableciendo así una deuda con Dios.
El derrumbe de esta iglesia pone de manifiesto ese cristianismo propio de los
débiles, propio de las masas, que han impedido el desarrollo del mundo occidental
y que han convertido la vida en sufrimiento, sacrificio, remordimiento, castigo (moral
de los esclavos). Nietzsche abre los ojos y muestra como para la religión cristiana,
la vida es una transición hacia otra vida, hacia el paraíso; como la iglesia rechaza lo
dionisíaco (instintos, deseo…) e inventa un “mundo ideal”.
Así, Nietzsche propone “la muerte de Dios”, el “derrumbe” total de los valores
absolutos y de las leyes morales objetivas. La afirmación “Gott ist tot” acaba con el
sentido de la vida humana y nos arroja al nihilismo, a la nada, poniendo fin a la
historia y tradición de numerosos milenios, es decir, a los cimientos de esa iglesia de
la que ahora solo quedan los restos

El deportista = Übermensch y voluntad de poder
Übermensch
Nietzsche
Fotografía original de Armando Rodríguez Asensio
2º Bachillerato A
2020-2021
Un amigo me hizo hace un par de semanas atrás esta foto en la que salgo disfrutando de una tarde de  baloncesto. Al observarla con atención la semana siguiente, vi que esta foto podría ser una gran  muestra del concepto de voluntad de poder que defiende la filosofía de Nietzsche, y al mismo  tiempo del Übermensch.
Como sabemos perfectamente, tanto los jugadores de baloncesto como los del resto de deportes son catalogados como deportistas. Los deportistas son personas que gastan la mayor parte de su tiempo  en el entrenamiento para poder superarse a sí mismos, a través del crecimiento que consiguen por su  esfuerzo. ¡Eso es exactamente lo que expresa la voluntad de poder!, aquel afán por el crecimiento  personal y la superación a uno mismo que se obtiene a través de la pasión por la vida (el deporte  para los deportistas). También tenemos que añadir que el deportista ama el deporte, al igual que el  superhombre también ama a la vida, la acepta y quiere que se repita para poder disfrutarla de nuevo, de la misma forma el deportista recuerda con cariño tanto sus logros como sus derrotas para poder  seguir creciendo cada vez más y más y poder motivarse con ello.
El deportista debe disfrutar de su labor como seguidor activo del deporte, sin tener que hacer caso  a una moral tan débil como son las críticas que lleguen, fruto de la envidia y el resentimiento, y  cuya finalidad es hundirlo y hacerle ser un persona que ha acabado siendo nada por seguir todos sus  consejos. Estas críticas son las mismas que la moral de los esclavos, que es creada por los más  débiles para invertir los valores y hacer creer al deportista que todo su tiempo gastado en lo que más le apasiona, debiendo seguir el beneficio de una vida exitosa a través del estudio en algo que  no les apasiona e interesa (que lo podemos comparar con Dios).
Es así como el deportista es el prototipo ideal del Übermensch y sus valores como la voluntad de poder


El arte y la vida
Nietzsche
Fotografía original de Icíar López Carrasco
2º Bachillerato B
2020-2021
La obra de arte es el ser. La obra en sí refleja la historia del ser humano, es la forma de expresión más clara para representar la vida y la esencia de las personas.
Es una forma de desahogo que ayuda a liberar todo lo que una persona lleva dentro de sí, plasmándola, en este caso en forma de cuadro. Si tuviese que unir este cuadro con un único concepto de la filosofía de Nietzsche, sería con lo apolíneo pues refleja equilibrio y serenidad. Al final el dios Apolo es el símbolo principal para explicar la perfección encontrada en la arquitectura clásica, la pintura figurativa o la poesía.
El artista afirma la vida, incluso la acompaña en su desarrollo, observándola y representándola. Nietzsche sostiene que el arte tiene más valor que la verdad por ser afirmador de la vida del ser humano. Y para mí, la máxima expresión del arte es esta obra de mi madre. Por eso adjunto esta foto mía admirando una obra suya

El nihilismo activo: el "león"
Nietzsche
Fotografía original de Estefanía Varillas Plaza
2º Bachillerato B
2020-2021
Friedrich Nietzsche en su libro “Also sprach Zarathustra” (“Así habló Zaratustra”) expone la triple metamorfosis del espíritu: el camello – el león – el niño.
Todo comienza con el camello, el cual es un símbolo de obediencia, sacrificio y humillación, que representa el nihilismo pasivo (pesimismo europeo). Este camello se transforma en un león, como el que aparece en la foto, el cual se rebela, niega, critica y destruye a los nihilistas pasivos. De esta forma, el león representa al nihilismo activo (destrucción de valores) que acaba con Dios, “¡Dios ha muerto!” (“Gott ist tot”), y pretende conquistar su libertad creando nuevos valores. No obstante, no es capaz de crearlos ya que está dominado por la venganza; de esta manera, el león se termina transformando en un niño, el cual es un ser libre que no lucha contra nada y solo disfruta de su propia existencia. El niño es inocente y olvida, no se arrepiente de nada y dedica su vida al juego; por lo que, se encuentra más allá del bien y el mal, representando de esta forma al Übermensch (mal traducido como superhombre), que es capaz de crear, interpretar y dominar

La cultura griega frente al dolor de la vida
Lo dionisíaco y lo apolíneo
Nietzsche
Fotografía original de Lydia Córdoba Alemañ
2º Bachillerato B
2020-2021
Paseando por uno de mis rincones favoritos me fijé en las enredaderas que trepaban por el puente, rodeando la estructura con sus hojas verdes. En ese momento me vino a la cabeza el elemento apolíneo y el elemento dionisíaco, expresado por el puente y las enredaderas.
Nietzsche contempla la vida como algo negativo tras la lectura de Schopenhauer, y piensa que la única solución ante ello es el arte, para hacer frente al dolor que provoca la vida. En su obra “El nacimiento de la tragedia” muestra dos elementos relacionados con el arte griego. El espíritu de Dioniso crea el elemento dionisíaco, el cual expresa el instinto, la naturaleza, los impulsos; a su vez, el elemento apolíneo aparece por Apolo, Dios de la belleza, que representa la estética, el orden, la medida, la forma del mundo. No puede existir una fuerza sin la otra, y su unión finalizará en la tragedia ática; tras ella, Eurípides eliminará el elemento dionisíaco a favor del apolíneo, del orden y de la moral

Vida
Nietzsche
Fotografía original de Ahlem Zoubida Kechida
2º Bachillerato B
2020-2021
En esta fotografía tomada hace 1 año más o menos, me hizo acordarme del hecho que marco tanto en la vida del filósofo Nietzsche. Fue testigo de cómo el caballo era azotado por el cochero. Este profundamente dolido se arrojó sobre él y lo abrazo. En este momento es donde perdió la “razón” y permaneció junto al animal hasta que fue detenido.
Los animales también crean vínculos, tienen sentimientos, aman, sufren igual que un ser humano. Y nosotros (la mayoría) hemos evolucionado y hemos comprendido que todo ser vivo ha de ser respetado.
El simple hecho de que sin empatía no hay razón y que no somos verdaderos seres si no sabemos respetar a otras especies. Esta lucha contra el especismo nos haría inclinarnos por la vida verdaderamente

El resentimiento del sacerdote
Nietzsche
Fotografía original de Mónica Alonso Parra
2º Bachillerato A
2020-2021
Esta foto está sacada durante el viaje que hice a Roma en 2019. Como podemos apreciar se trata del interior de una iglesia, lugar donde los creyentes van a rezar y dar gracias por lo que tienen. Si echo la vista atrás y pienso en los numerosos viajes que he hecho, llego a la conclusión de que el resentimiento y el miedo a la vida se ha apoderado de nosotros. Esto lo demuestro con esta simple foto, una iglesia. Cuando salimos a la calle y paseamos en nuestra ciudad, u otras, hay cientos de iglesias, cientos de colegios religiosos y cientos de lugares de culto de cualquier religión. Como ya sabemos, para Nietzsche esta surge del resentimiento de los débiles movidos por el sacerdote. Además, también por el miedo a los instintos, como el cambio o la muerte. El ser humano necesita de algo que le ampare, algo que no tenga fin, ya que no estamos preparados para asumir los cambios o los finales de algo. Es por esto, por lo que se crean conceptos así como Dios, esencia y alma. No obstante, lo que realmente está haciendo es adoctrinarnos y hacernos pensar que tenemos que estar sujetos a algo o que debemos algo a alguien para que nos salve y nos de durabilidad. La manera en que lo hace es con términos como pecado o el sentimiento de culpa que introducen sobre nosotros los sacerdotes. Estos nos acusan de algo para introducir la culpa sobre nosotros, una vez dentro bajo sus ojos solo podremos librarnos con la confesión y el arrepentimiento. Una vez pasemos esto, ya nos habrán domado, y en el caso de los cristianos introducirán el cielo como consuelo. De alguna manera las personas nos dejamos domar, bien sea porque nos aterra el final o por los valores que recibimos. Para terminar, debemos decir que las personas que son domadas jamás disfrutarán de su vida porque no la amarán y no la vivirán al máximo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísimos aportes de sus estudiantes. Filosofía y vida unidas

ROCK PROGRESIVO - GUIA PARA INICIARSE dijo...

Me ha gustado la historia del camello, león y el niño para entender el superhombre de Nietzsche. Lo estudié cuando tenía 17 años, ahora tengo 53. Siempre cuando miro 2001, una odisea en el epacio, que la BSO se oye Así habla Zaratrusta, nombre de una obra del filósofo, en la escena final cuando aparece el super feto, es la representación de la creación de un nuevo ser, un superhombre nietzcheniano. No dejad, alumnos de ver esta película de Kubrick para comprender más este gran filósofo de nuestra cultura occidental.