viernes, 14 de abril de 2023

Diario de un Profesor de Filosofía (XXIV). A World Without Love. La llama doble: el amor y el erotismo, según Octavio Paz. Francisco Huertas Hernández

Diario de un Profesor de Filosofía (XXIV)
A World Without Love. La llama doble: el amor y el erotismo, según Octavio Paz
Francisco Huertas Hernández

La llama doble del amor, que se alza sobre el erotismo, y, ambos, sobre la tierra de la sexualidad, e ilumina y consume quemando al mismo tiempo

 "A World Without Love" fue una canción compuesta por Paul McCartney en 1964 para el dúo Peter & Gordon. Peter Asher era por entonces su cuñado. "I don't care what they say / I won't stay / In a world without love" (No me importa lo que digan / No estaré / en un mundo sin amor). La importancia del  amor solo se descubre cuando desaparece. ¿Puede llegar ese "mundo sin amor" que cantaban Peter & Gordon? Pues sí. En él estamos. Octavio Paz (1914-1998) cita en el "Liminar" (Prólogo) de "La llama doble" el Diccionario de Autoridades -que compré cuando ya el amor era brasa-: "la llama es "la parte más sutil del fuego, que se eleva y levanta a lo alto en figura piramidal"". Y añade: "El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida".

 ¿Y qué demontres tiene que ver la enseñanza de la filosofía y la doble llama del erotismo y el amor? Recurrir al "ascenso erótico" del "Banquete" de Platón es un lugar común: el paso de la "atracción" por un "cuerpo bello" a la "contemplación/conocimiento" de la "Belleza en sí". Octavio Paz concluye en una acertada "crítica" del concepto platónico (Diotima/Sócrates) del "amor": "en realidad, para Platón el amor no es propiamente una relación: es una aventura solitaria... Para Platón los objetos eróticos -sean el cuerpo o el alma del efebo- nunca son sujetos: tienen un cuerpo y no sienten, tienen un alma y se callan... En "El Banquete", erotismo en su más pura y alta expresión, no aparece la condición necesaria del amor: el otro o la otra, que acepta o rechaza, dice Sí o No y cuyo mismo silencio es una respuesta. El otro, la otra y su complemento, aquello que convierte al deseo en acuerdo: el albedrío, la libertad".

 Si Platón concebía ese "ascenso erótico" como uno de los caminos de la "educación" del alma, pero ignoraba la libertad del "amado" en el proceso de "elevación espiritual" del "amante", no es difícil entender la degradación de la educación actual cuando el objeto supremo de amor, la sabiduría (lo más bello y bueno), o sea la cultura, no es deseada ni por amantes ni por amados, y aquí es imposible saber cuál es la distribución de roles: si el profesor es el "amante de la sabiduría" (φιλόσοφος) o lo es el alumno. Aunque, como comprobamos cada día, no lo es ninguno porque, simplemente no hay nada "amable" en lo "enseñado", "degradado" a "contenido evaluable" de examen.
 
 La "libertad de amar" implica un "acuerdo" o "armonía" de "voluntad" y "entendimiento". Si conozco lo "mejor" (lo más elevado, sabio y bello), lo quiero (amo). ¿Y dónde están esos alumnos hoy, que "conociendo" la belleza y verdad de las ciencias las "deseen"? ¿Sabéis quiénes son actualmente los estudiantes "brillantes"? Los "mercenarios de la nota", los que "memorizan" (aunque no entiendan ni amen lo retenido) lo que les exijan, indistintamente si se trata de biología, historia, tecnología, filatelia o halterofilia... Lo más probable -y eso lo he visto yo en clase- es que algunos raros "freakies", "curiosos" e "imaginativos" ante el "saber", no "adaptados" a horarios, metodologías, disciplina de estudio ni otros hábitos, acaben engrosando las filas del "abandono" en la Educación Secundaria Obligatoria.

 El sistema educativo, con sus Departamentos de Orientación, directores, inspectores, e, incluso, padres y profesores, no fomenta el "libre amor" a la cultura. Los poetas ya no son recitados, ni los filósofos guían la política de las naciones. Ahora hay emprendedores, youtubers y competencias digitales, como "referentes".

 No pretendía aquí hablar de amor. Porque aunque Octavio Paz escribió sobre él, y muy bien, el amor se siente, se da, se comparte, se desborda en entusiasmo, y, por qué no, nos saca de nuestras casillas para ponernos frente a un Sol que no puede verse sin él, sin el amor que no nos "ciega", como dicen, sino que nos ilumina, aunque sea consumiéndonos, como la llama que devora la madera, cual rayo divino que calienta y destruye...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre el autor hace una disección del sistema educativo. Felicidades