domingo, 14 de mayo de 2023

Diario de un Profesor de Filosofía (XXVII). Λόγος, silencio y enseñanza. Luis Villoro y su filosofía del silencio. Francisco Huertas Hernández

Diario de un Profesor de Filosofía (XXVII)
Λόγος, silencio y enseñanza. Luis Villoro y su filosofía del silencio
Francisco Huertas Hernández


 Enseñar filosofía es hablar, escuchar y corregir. Y, sin embargo, el profesor también acude a la vista, a la mirada, pasea entre los pupitres, ríe, se enfada, y, sobre todo, guarda silencio. El silencio del profesor es admonitorio, meditativo o paciente. El filósofo mexicano Luis Villoro Toranzo (1922-2014) en su ensayo "La significación del silencio" reivindica éste como "modo" del "habla", junto a la mímica, la danza, la música, el canto y la poesía. Martin Heidegger (1889-1976) -dice Villoro- estableció que tanto el decir como el callar son posibilidad originaria del habla. El decir es el uso de las palabras que nos permite referirnos a las cosas sin tener que percibirlas en el presente, como los animales. El lenguaje tranquiliza al hombre porque familiariza al humano con las cosas, que al ser nombradas pierden su poder caótico. Friedrich Nietzsche (1844-1900) ya intuyó esto en su crítica del lenguaje como "petrificación" de la vida que está en constante cambio. Pero "el lenguaje discursivo -reflexiona Villoro- encubre mas no elimina la extrañeza del mundo ni suprime la capacidad de asombro. Debajo de las palabras, las cosas siguen siendo singulares e imprevistas". Mas el mundo, tal como es "vivido", no puede expresarse en palabras. Bien lo saben los poetas, siempre en el límite entre el lenguaje y el silencio. ¿Puede ser el silencio significativo? Al igual que en la música, donde el silencio está escrito en el pentagrama, hay en el lenguaje oral pausas, y en el lenguaje escrito signos de puntuación. El silencio que se produce tras la contemplación de una obra de arte, de algo sublime, revela que en esa situación cualquier palabra sobra: mejor es callar -el "Tractatus" de Ludwig Wittgenstein (1889-1951) siempre reaparece: "Was sich überhaupt sagen lässt, lässt sich klar sagen; und wovon man nicht reden kann, darüber muss man schweigen" (Lo que se puede decir, se dice claramente; y lo que no se puede decir, se calla)-. Añade Luis Villoro: "el silencio es la significatividad negativa en cuanto tal: dice lo que no son las cosas vividas; dice que no son cabalmente reducibles a lenguaje". El silencio rebasa la "palabra discursiva" y muestra lo que ésta no puede: lo inusitado y singular, lo sorprendente y extraño, y lo extraño por antonomasia: lo Sagrado (Brahma, Yahvé...). Concluye Villoro: "De Dios, de la muerte, del sufrimiento, del amor, del hecho mismo de que algo exista no puedo dar cuenta con palabras, sólo puedo mostrar su incomprensible presencia".

 Lo más importante no puede decirse, solo admite el silencio. También la educación es un proceso de escucha sigilosa por parte del alumno. Cuando alguien habla remarca en sus pausas lo importante, y el buen receptor sabe entender -o vislumbrar- que las palabras apuntan al ser, que no admite nombres, como Brahma

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buen aporte Maestro

Anónimo dijo...

Buena interpretación y defensa del silenció. Pero el silencio no es sólo la pausa en la que se refugia y se mira el significado de lo dicho. El silencio es también el lugar donde se teje la astucia instrumental del inmoral, del delincuente, del criminal. En el sórdido silenció también asecha la muerte que adviene imperceptible e impredecible a quien no le es permitido disertar.

Anónimo dijo...

Muy bien definido el silencio es la forma de comunicarse el alma.eres un buen comunicador ,con o sin palabras.eres un maestro

Anónimo dijo...

A quien no le es permitido disertar.Totalmente de acuerdo contigo.