domingo, 28 de enero de 2024

Individuo & Totalidad (V): Indefinición e Infinitud. Francisco Huertas Hernández

Individuo & Totalidad (V)
Indefinición e Infinitud
Francisco Huertas Hernández

El árbol concreto (individual), indefinible en su singularidad, allí y entonces -cuando tomé la fotografía-, finito, imperfecto -respecto al concepto "árbol"- y discernible (percibido como "distinto" de otro árbol concreto)
Gran Vía Buenos Aires, Alicante
21 de diciembre de 2022
Fotografía de Francisco Huertas Hernández


 El individuo, entendido como realidad concreta, única, remite etimológicamente a lo "indivisible" (latín: individŭus). Pero, realmente, hoy, con el conocimiento de la física cuántica, ¿podemos seguir hablando de elementos indivisibles en la materia? ¿o, el individuo es algo más que materia? ¿Es metafísicamente, "sustancia"? ¿O es lógicamente, "concepto"? ¿Y en esos dos casos seguiría siendo "individuo"?

 En la mecánica cuántica, los electrones son indivisibles, en tanto que no tienen estructura interna "discernible", no pueden dividirse en componentes más pequeños. El "Principio de Incertidumbre" establece que no podemos conocer simultáneamente la posición y velocidad de una partícula. Esto sugiere cierta "indivisibilidad" en el conocimiento de estas dos propiedades. No obstante, el "descubrimiento" de nuevas partículas subatómicas es continuo: Bosón de Higgs, Quarks Top y Bottom, Quarks Charm y Strange, Leptones Tau y Muón, Antipartícula del Neutrón, Quarks Up y Down. ¡Qué lejanos aquellos días escolares donde nuestros libros de texto reducían la estructura del átomo únicamente a protones, neutrones y electrones! ¡Y ya era una paradoja que el ἄτομον -in-divisible- de Leucipo y Demócrito (s. V aC) pueda seguir dividiéndose!

 Mas hemos dicho que el "individuo" no es sólo "materia", sino, al menos, metafísicamente, "sustancia". Aristóteles (384-322 aC) denominó "οὐσία" a ese compuesto (τὸ σύνολον) de materia (ὕλη) y forma (μορφή). El synolon es la "sustancia individual" con un estrato material (hyle) y una forma o determinación esencial (morphé). La materia es pura potencia (posibilidad), pero lo que convierte a "algo" en una "sustancia" o "realidad concreta" es su "forma". Un trozo de bronce no es una escultura. Solamente llega a serlo cuando una "causa eficiente" (escultor) "imprime" en ella una configuración (forma) que la hace "individual": por ejemplo, el "Discóbolo" de Mirón (480-440 aC)

 Aristóteles, siguiendo a Platón (427-347 aC), concibió la verdadera "esencia" como la "forma" y la "finalidad" (τέλος) de una cosa o ser. Por eso, cuando vemos ese árbol de la fotografía, no decimos que consista en su materia -sus células vegetales, agua, compuestos orgánicos, minerales y gases- sino más bien en las características de la "especie" a la que pertenece. Eso es su "forma". Y aquí surge otro problema clásico de la filosofía: ¿el árbol concreto es su "esencia" o su "existencia"? Está claro, que es la "existencia" la que le "da" su "individualidad". Y la existencia está vinculada a una materia concreta, un lugar y un momento. Esos tres elementos son ajenos a la esencia: materia, tiempo y espacio.

 El individuo, como "existente", está sometido a la "necesidad" de la "forma" y al "azar" de la "materia", tal como elaboró el biólogo Jacques Monod (1910-1976) en "Le Hasard et la Nécessité" (1970), sosteniendo un "determinismo" (necesidad) en la evolución y la biología molecular, y un "indeterminismo" (aleatoriedad, azar) en los cambios genéticos y las mutaciones que ocurren de manera aleatoria, y la selección natural actúa sobre estas variaciones aleatorias para dar forma a la evolución de las especies.

 La "indefinición" de la existencia de un organismo vegetal o animal es insignificante comparada con la de un organismo autoconsciente como el humano. La "libertad" (azar, aleatoriedad) de la "voluntad" humana, apoyada en su "conciencia" del mundo y de sí mismo, puede dar indefinidas variaciones a la existencia de cada "individuo" humano (persona), en su conducta y procesos mentales (imaginación, emociones, pensamientos), sin tener en cuenta las variaciones biológicas citadas.

 Sabemos qué es un ser humano (esencia), pero no sabemos quién es "ese" ser humano que vemos cada día (existencia), y que creíamos conocer antes de que nos sorprenda, engañe, traicione, abandone, mate...

 ¿Y cómo siquiera aproximarse a algunos aspectos de esta "totalidad" compleja de necesidad y azar que es el ser humano existente, su vida social y su conocimiento de la "totalidad" de lo real?

La "totalidad" es una categoría que se aplica en diferentes ámbitos. En la Lógica expresa la inclusión de todos los elementos en un conjunto específico, la universalidad. En Ciencias Sociales se insiste en que los fenómenos y sistemas sociales deben ser comprendidos en su conjunto, considerando las interconexiones y relaciones entre las partes. Aunque el pensamiento "post-moderno" ha atacado la idea de "totalidad", desde Theodor Adorno (1903-1969), Gustavo Bueno (1924-2016), en "Teoría del Cierre Categorial" (1993) afirma que todas las ciencias tienen un carácter "holótico" en sus procedimientos. Nada puede entenderse en la realidad física, biológica, social, o en las estructuras lógicas y matemáticas, sin esa "presuposición" de un "todo unificador" y "estructurante"

 La totalidad finita de lo que el conocimiento humano puede abarcar choca con la totalidad infinita de un universo ignoto aún. ¿Puede una totalidad ser infinita? Según la cosmología aristotélica el universo es finito y geocéntrico. La cosmología newtoniana ofrece un modelo de universo infinito y estático. La cosmología einsteiniana deja en la indeterminación la finitud o infinitud del universo, porque depende de la curvatura global del espacio-tiempo. El paradigma cosmológico dominante es la Teoría del Big Bang, con una expansión creciente del espacio desde un punto inicial, y las galaxias alejándose progresivamente entre sí. Es un universo no infinito, sino indefinido. Las hipótesis alternativas son contraintuitivas (Multiverso Cuántico, Teoría de Cuerdas y Branas...) y aún no tienen suficiente evidencia empírica. La Teoría de Cuerdas sugiere hasta... ¡11 dimensiones más allá de las cuatro conocidas (intuitivamente): longitud, altura, anchura, y espacio-tiempo!

 Y esa "totalidad" cosmológica debería sustentarse en una "Teoría del Todo", reducida a una ecuación que unificara la Teoría de la Relatividad General (describe la gravedad a escalas cósmicas) y la Mecánica Cuántica (describe el comportamiento de las partículas subatómicas). Cuando se intenta aplicar ambas teorías simultáneamente surgen dificultades teóricas y matemáticas. El fracaso de la ciencia física es manifiesto hasta ahora, aunque la "Gravedad Cuántica" se postula como la Tercera Vía unificadora. Sea como sea, la Física, o sea el conocimiento humano, está necesitado de una "Teoría del Todo" de la realidad macroscópica y microscópica reunidas.

 Blaise Pascal (1623-1662) reunió la feliz condición de ser matemático, físico, filósofo y teólogo, y, en una lengua francesa exquisita, formuló las paradojas de los individuos finitos y la totalidad infinita

"L’homme n’est qu’un roseau, le plus faible de la nature; mais c’est un roseau pensant. Il ne faut pas que l’univers entier s’arme pour l’écraser: une vapeur, une goutte d’eau, suffit pour le tuer. Mais, quand l’univers l’écraserait, l’homme serait encore plus noble que ce qui le tue, parce qu’il sait qu’il meurt, et l’avantage que l’univers a sur lui, l’univers n’en sait rien"

(El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante. No hace falta que el universo entero se arme para aplastarlo: un vapor, una gota de agua bastan para matarlo. Pero aun cuando el universo le aplastara, el hombre sería todavía más noble que lo que le mata, porque sabe que muere y lo que el universo tiene de ventaja sobre él; el universo no sabe nada de esto)

 La frágil grandeza del ser humano es su "pensamiento". Un "pensamiento" de un "ser finito" que, siempre -aunque los post-modernos no lo quieran- se "dirige" a la realidad infinita del universo, de la libertad y el amor...

Francisco Huertas Hernández
Domingo, 28 de enero de 2024

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy complicado Maestro

Francisco dijo...

Hola lector, pues sí. Creo que iba en una dirección, pero mantener el timón me ha costado