Fyodor Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov) (1878-1880).
Divagación nº 3.
I. IV. Третий сын Алёша. El tercer hijo: Aliosha.
La piedad, entre la sensualidad y el nihilismo.
Francisco Huertas Hernández
"Братья Карамазовы" (1968). Иван Пырьев, Кирилл Лавров, Михаил Ульянов
"Los hermanos Karamazov" (1968). Ivan Pyriev, Kirill Lavrov, Mijail Ulyanov
Алёша Карамазов (Андрей Мягков) - Aliosha Karamazov (Andrei Myagkov)
Film soviético de 1968 en tres partes. 232 minutos
En el siglo pasado aún había mujeres que llevaban el nombre de Piedad, como mi abuela materna. En una sociedad secularizada, la connotación cristiana de este nombre propio, asociado a la virtud de la misericordia, ha llevado a su desaparición. La piedad es una forma de amor en donde se unen la devoción, el respeto, la ternura y la compasión, que en su etimología latina -pietas- abarcaba el respeto a los mayores, el cuidado de los hijos, el amor a la patria y el culto a los dioses. El agradecimiento y la reverencia por quienes nos dieron la vida y nos protegen se asocian al perdón en su dimensión cristiana. Quizás hoy pueda hablarse de la piedad hacia los animales o los bebés, pero no al prójimo, de quien, esencialmente, se desconfía. La propia palabra puede resultar anticuada, cursi, beata y desprovista de sentido, pues apenas se usa en la vida cotidiana. Fyodor Mijailovich Dostoyevski (1821-1881) ya vivió en una sociedad donde los sentimientos piadosos empezaban a ser obliterados, y, sin embargo, es el rasgo de sus héroes más nobles (Príncipe Myschkin, Aliosha Karamazov), "el hombre positivamente bueno". El novelista de Moscú presenta al hermano menor de los Karamazov en el capítulo IV de la Primera Parte (Libro I) de su monumental narración.
"Entonces tenía veinte años (su hermano había cumplido veintitrés, y el hermano mayor, Dmitri, se acercaba a los veintiocho). Ante todo diré que ese joven, Aliosha, no era en modo alguno un fanático, ni siquiera, por lo menos a mi modo de ver, un místico. Daré a conocer desde el primer momento mi opinión completa: era, simplemente, un filántropo precoz, y si se había lanzado por la senda de la vida monacal se debía sólo a que, en aquel entonces, dicho camino era el único que le había impresionado algo y que se le presentaba, digamos, como ideal para su alma, deseosa de salir en este mundo de las tinieblas del mal y elevarse hacia la luz del amor. Y si ese camino le seducía, era sólo porque en él había encontrado Aliosha a un ser que le parecía excepcional: al famoso stárets Zosima, de nuestro monasterio, a quien se sintió unido con todo el fervoroso primer amor de su insaciable corazón"
(Было ему тогда всего двадцать лет (брату его Ивану шел тогда двадцать четвертый год, а старшему их брату, Дмитрию, — двадцать восьмой). Прежде всего объявляю, что этот юноша, Алеша, был вовсе не фанатик и, по-моему, по крайней мере, даже и не мистик вовсе. Заранее скажу мое полное мнение: был он просто ранний человеколюбец, и если ударился на монастырскую дорогу, то потому только, что в то время она одна поразила его и представила ему, так сказать, идеал исхода рвавшейся из мрака мирской злобы к свету любви души его. И поразила-то его эта дорога лишь потому, что на ней он встретил тогда необыкновенное, по его мнению, существо — нашего знаменитого монастырского старца Зосиму, к которому привязался всею горячею первою любовью своего неутолимого сердца)
El joven Aliosha Fyodorovich Karamazov adopta un padre espiritual (el monje Zosima) pues no tuvo padre material que le educara y diese amor. Una muestra del poder del alma es que quien debe educar se vuelve sabio, al guiar a través del amor. Zosima es un ejemplo de sabiduría moral, que sólo puede surgir al ser donada, vertida, en los hijos espirituales. Esa sabiduría del amor, cuyo camino mostró Platón en "Banquete", tiene, en la vocación de los padres y mentores, los rasgos de la entrega y el cuidado. La serenidad y el discernimiento del que guía dan al conocimiento el valor del ejemplo vital. El maestro se vuelve sabio en la compañía de los discípulos que escuchan con atención y estimulan al propio enseñante en la creatividad, el entusiasmo y la piedad. Sí, educar es un acto piadoso recíproco, pues inunda de amor y cuidado ambas orillas del saber donado y recibido.
Aliosha tuvo una eduación truncada y traumática. Y por eso su sed de guía y cuidado. Reflexiona Dostoyevski, a propósito de la orfandad del niño Aliosha, que perdió a su madre a los cuatro años, sobre la edad de los primeros recuerdos, y observando que a los dos años pueden quedar algunos "puntos luminosos sobre un fondo de tinieblas, cual fragmento extremo arrancado de un cuadro inmenso que, aparte de ese rinconcito, se ha apagado y ha desaparecido por completo" (Такие воспоминания могут запоминаться (и это всем известно) даже и из более раннего возраста, даже с двухлетнего, но лишь выступая всю жизнь как бы светлыми точками из мрака, как бы вырванным уголком из огромной картины, которая вся погасла и исчезла, кроме этого только уголочка). Pues ese recuerdo primigenio de Aliosha de un "tranquilo atardecer estival, una ventana abierta, los rayos oblicuos del sol poniente; en un ángulo de la estancia, el icono; frente a él una mariposa encendida, y ante la imagen sagrada, su madre, de rodillas, chillando y gritando como en un ataque de histerismo, agarrándole a él con ambos brazos, estrechándole contra sí hasta hacerle daño, rogando por él a la Santa Virgen, soltándole luego de su abrazo para elevarle con ambas manos hacia el icono, como poniéndole bajo la protección de la Madre de Dios... De pronto entra el aya y asustada le arranca de las manos de la madre. ¡Ésta era la escena! Aliosha también recordó el rostro de su madre en aquel instante: decía que, a juzgar por lo que podía recordar, era un rostro enfurecido, pero maravilloso. Eran muy pocas las personas a las que confiaba este recuerdo" (он запомнил один вечер, летний, тихий, отворенное окно, косые лучи заходящего солнца (косые-то лучи и запомнились всего более), в комнате в углу образ, пред ним зажженную лампадку, а пред образом на коленях рыдающую как в истерике, со взвизгиваниями и вскрикиваниями, мать свою, схватившую его в обе руки, обнявшую его крепко до боли и молящую за него богородицу, протягивающую его из объятий своих обеими руками к образу как бы под покров богородице... и вдруг вбегает нянька и вырывает его у нее в испуге. Вот картина! Алеша запомнил в тот миг и лицо своей матери: он говорил, что оно было исступленное, но прекрасное, судя по тому, сколько мог он припомнить. Но он редко кому любил поверять это воспоминание)
El recuerdo de la madre es la primera lección de la vida, antes de la escuela. Aprender es recordar. ¡Triste ventura de la pedagogía utilitarista contemporánea que desprecia la memoria y la asimila al conocimiento superfluo y mecánico! Somos seres de memoria y amor, siendo la inteligencia la hija de aquellas. Aliosha no había terminado ni siquiera el gimnasio, y, sin embargo, su inteligencia había adquirido algunos conocimientos esenciales fruto del amor y el recuerdo de lo observado y vivido.
"Sin embargo, amaba al prójimo: diríase que vivía toda su vida creyendo por completo en los hombres, sin que nadie le tuviera nunca ni por un bendito ni por un hombre ingenuo. Algo había en Aliosha que decía y hacía sentir (y así fue luego durante toda su vida) que él no quería ser juez de los demás, que no quería encargarse de condenar a nadie y que no lo haría por nada del mundo. Parecía incluso que lo admitía todo sin reprobar nada, si bien a menudo se entristecía muy amargamente"
(Но людей он любил: он, казалось, всю жизнь жил, совершенно веря в людей, а между тем никто и никогда не считал его ни простячком, ни наивным человеком. Что-то было в нем, что говорило и внушало (да и всю жизнь потом), что он не хочет быть судьей людей, что он не захочет взять на себя осуждения и ни за что не осудит. Казалось даже, что он всё допускал, нимало не осуждая, хотя часто очень горько грустя)
Un hombre puro confía en los demás, pues no proyecta en ellos sus vicios. Y no puede confiarse en seres desconocidos y amenazantes como los que nos acechan en las sombras de los caminos, los pasillos y las encrucijadas. Confiamos en nuestros hermanos, porque en ellos experimentamos el amor fraterno de sabernos hijos de Dios y de la misericordia. El hombre contemporáneo, posmoderno, está solo, sin hermanos, ni dioses, ni misericordia, y, por ello, desconfía no ya de los que se esconden en las sombras, sino de los seres cercanos con los que compite en la familia, la escuela, el trabajo y la calle. Busca en la vertiginosa interacción a distancia en internet ese sucedáneo de amor sin implicarse. Está solo, porque Dios ha sido asesinado. Dios, no de los curas, las misas y los papas y popes, sino el Dios del amor al prójimo. Aliosha ya vivía en la era de expansión del materialismo científico, del progreso industrial y las masas de trabajadores alienados por esas religiones aliadas con el capitalismo explotador. Aliosha era un antiguo creyente rural en un mundo que se hacía urbano y anónimo. El prójimo tiene cara y... ¡cuerpo!, tiene dolor y ternura, quiere abrazos y miradas, palabras de niño y consuelo. ¿Dónde está ese prójimo hoy, en el abyecto siglo XXI? Encerrado en la imagen de una pantalla. O convertido en masa sin nombre como en los genocidios servidos en la televisión mientras comemos. Esencialmente, el ser humano ha dejado de ser hermano y se ha hecho espectáculo y número.
Aliosha fue a vivir con el depravado de su padre, Fyodor Pavlovich, y, movido por esa piedad antigua, ni lo despreciaba ni lo reprobaba.
"A aquel joven, donde quiera que apareciese y desde los primeros años de infancia, todo el mundo le quería" (Да и все этого юношу любили, где бы он ни появился, и это с самых детских даже лет его). Su familia adoptiva, la de Efim Petróvich Poliénov, o los compañeros de escuela, querían a aquel muchacho bondadoso, a pesar de ser reservado, nunca quiso destacarse entre los chicos de su edad. Y nunca temió a nadie, pero tampoco se enorgullecía, perdonando rápido cualquier ofensa. Sólo un rasgo de su carácter provocaba las burlas: su pudor y su castidad extremos. Era desprendido y no daba valor al dinero. Y, como hemos dicho, "no terminó los estudios en el gimnasio; le faltaba aún todo un año cuando, de pronto, declaró a sus damas (adoptantes) que iba a casa de su padre por un asunto que casualmente se le había ocurrido" (В гимназии своей он курса не кончил; ему оставался еще целый год, как он вдруг объявил своим дамам, что едет к отцу по одному делу, которое взбрело ему в голову)
Aliosha visitó la tumba de su madre, de la que el padre ni sabía dónde estaba, y decidió ingresar en el monasterio, como novicio, solicitando el consentimiento paterno, lo que dio lugar a una sarta de insensateces del progenitor borracho bufón, que aseguró que su hijo se cansaría del monasterio y regresaría a casa, y que era el único hombre de la tierra que no le había vituperado, "y hasta lloriqueó. Era sentimental. Era malo y sentimental" (И он даже расхныкался. Он был сентиментален. Он был зол и сентиментален)
Así concluye Dostoyevski este capítulo dedicado a la semblanza de Aliosha Karamazov. La sentimental (quejumbrosa) maldad del padre y la piedad del hijo. En el escritor hay una ternura muy rusa por los borrachines sentimentales, aunque, a veces, son malos como el demonio, son malos porque se han olvidado de sus hermanos, de sus hijos, de sus padres. Aliosha es piadoso en un mundo de sensualidad y nihilismo, de lujuria y de ira, de urgencia en la descarga de los instintos sexual y agresivo. Podemos copular y matar, pero, no nos quedamos en paz. El impulso se ha reducido temporalmente y ha vuelto a reavivarse: hemos usado los cuerpos vivos de nuestros hermanos como medios de placer y destrucción. Así vivía el atormentado hermano mayor Dmitri Fyodorovich Karamazov. Sin encontrar la paz. Y el imperativo moral kantiano de tratar a los demás como fines y no como medios se realiza idealmente en el amor al prójimo de la religión del amor. Sabemos que es un sueño infantil, un anhelo ingenuo, porque, ellos, también nos desean lúbricamente, nos odian mortalmente como competidores y, peor aún, nos ignoran sin conciencia alguna, pues viven sólo para sí mismos, para la falsa religión del "ámate a ti mismo" de la psicología positiva del poscapitalismo transhumanista...
Francisco Huertas Hernández
26 de octubre de 2025
Traducción de Augusto Vidal

2 comentarios:
Excepcional comentario
Gracias amigo
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