sábado, 2 de enero de 2021

La Censura. Reflexión filosófica. Francisco Huertas Hernández. "Trumbo" (2015). Jay Roach

La Censura. Reflexión filosófica
Francisco Huertas Hernández


"Trumbo" (2015). Jay Roach
Dalton Trumbo (Bryan Cranston)
El film norteamericano que recrea la vida del guionista de Hollywood, miembro del Partido Comunista de Estados Unidos, que fue perseguido por periodistas antisoviéticos como Hedda Hopper o el actor fanático y ultraconservador John Wayne. Citado a declarar por el Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC) fue condenado y apartado de la industria del cine al entrar en la Lista Negra de Hollywood. Tuvo que publicar con seudónimo hasta que el gran Kirk Douglas en 1960 decidió poner su nombre en la superproducción "Spartacus" que produjo. También Otto Preminger lo requirió para "Exodus" el mismo año. En 1961 el nuevo presidente John F. Kennedy dio al traste con las listas negras anticomunistas, aunque él mismo fue un conspicuo anticomunista que puso en peligro la paz mundial con la crisis de los misiles en Cuba.
Peter Debruge, en "Variety", hizo una crítica favorable de la película en la que, a pesar de la simplista caracterización del personaje a su entender, se mostraban los límites de la democracia en su persecución de los disidentes.

La censura es una manifestación del odio y el miedo del poder al pensamiento divergente o disidente. Como en la reflexión, que más abajo pueden leer se explica, la censura invoca un bien mayor que la libertad individual: la seguridad del Estado, la moralidad de las costumbres, la obediencia (sumisión) a las leyes. En España vivimos bajo una "democracia" formal que censura -y encarcela, o manda al exilio- constantemente a intelectuales, músicos o políticos. Lo lamentable es que la opinión pública con su indiferencia legitima esa persecución de los jueces -y políticos- contra el arte, la cultura y la ética y la política disidente. Si la censura la ejercen los jueces, la pregunta es quién censura a los jueces

 La censura es un derecho que alguien se otorga para limitar la libertad de otro. El poder político, religioso y económico ha ejercido y ejerce ese derecho que no es ningún derecho, solo es un poder para destruir, porque la censura en nombre de alguna virtud, orden o tradición se dedica a destruir lo que otros han hecho. Y estos otros son los artistas, los creadores de imágenes. Platón fue el primer censor, cuando en su magno tratado sobre la Justicia, el Bien y el Estado Ideal, consideró que había que expulsar a los "poetas" (artistas) que enseñaran cosas contrarias a la razón y a la virtud volviendo a la sociedad cobarde, exaltada y, sobre todo, injusta, como Homero, en muchos casos, hacía mostrando unos dioses inmorales, mal ejemplo para los niños. Como los artistas educan, sobre todo, la imaginación, tienen una función social, y el Estado ha de ponerlos al servicio de la armonía social. Todas las dictaduras, como la de Franco, e, incluso, estados que se proclaman democráticos -en realidad, el estado en sí mismo- ejercen una censura feroz sobre los artistas. En la España franquista, que era una dictadura militar católica, había, nada menos, dos censuras: la eclesiástica, y la civil-militar, y perseguían, por consiguiente, una el amor y el erotismo, y otra la libertad política.

 La peor censura es la autocensura, aquella que el propio artista interioriza para que no prohíban su obra, y que le lleva a crear pensando en lo permitido.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Así se habla

Unknown dijo...

Creo que es un tema tabú