martes, 10 de agosto de 2021

Libertad, Elección, Responsabilidad. Poder y Ley. "Judgment at Nuremberg" (1961). Stanley Kramer. La Historia nunca juzga. Francisco Huertas Hernández

La Historia nunca juzga
Libertad, Elección, Responsabilidad. Poder y Ley
"Judgment at Nuremberg" (1961). Stanley Kramer
Francisco Huertas Hernández

"Judgment at Nuremberg" (1961). Stanley Kramer
Ernst Janning (Burt Lancaster)
Película estadounidense basada en un hecho histórico: Nürnberger Prozess gegen die Hauptkriegsverbrecher (Procesos de Núrenberg contra los principales criminales de guerra) que se desarrollaron entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946 en la ciudad alemana. Un Tribunal Militar Internacional formado por los países vencedores de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) juzgó a dirigentes, funcionarios y colaboradores del Régimen (III Reich) nazi alemán por crímenes de guerra y contra la humanidad.
El Presidente del Tribunal era Geoffrey Lawrence (Reino Unido), y el resto de jueces: Iona Nikitchenko y Alexander Volchkov (URSS),  Francis Biddle y John J. Parker (EEUU), Henri Donnedieu de Vabres y Robert Falco (Francia), y Norman Birkett (Reino Unido)

La producción cinematográfica de Hollywood, como siempre, manipula la realidad y la "americaniza", presentando como Presidente a Dan Haywood (Spencer Tracy), un magistrado norteamericano jubilado, que deberá juzgar a cuatro jueces alemanes: Dr. Ernst Janning (Burt Lancaster), Emil Hahn (Werner Klemperer, que era hijo del director de orquesta Otto Klemperer), Werner Lampe (Torben Meyer) y Friedrich Hofstetter (Martin Brandt). Estos acusados cuentan con la defensa de Hans Rolfe (Maximilian Schell). El fiscal acusador es el Coronel Tad Lawson (Richard Widmark), norteamericano (¡cómo no!)
Basada en un guion televisivo, "Playhouse 90", emitido en 1959, el argumento presenta cierta complejidad intentando entender la responsabilidad del pueblo alemán en los crímenes nazis y el Holocausto. Los pactos de Hitler con Stalin, el apoyo judicial a la eugenesia en Estados Unidos, o el reconocimiento del Vaticano al III Reich (Concordato, 1933) son argüidos por el abogado defensor. Se podía haber usado el contundente argumento de las Bombas atómicas lanzadas sobre Japón, crímenes contra la humanidad cometidos por Estados Unidos, pero eso no interesó a los guionistas norteamericanos.
 Diluir la responsabilidad de un acto, usando la falacia Tu Quoque (rechazar un razonamiento, o considerarlo falso, alegando la inconsistencia de quien lo propone), según la cual como nadie está libre de "pecado" no se puede acusar ("arrojar la piedra") a otros por sus actos, es la estrategia automática de defensa y justificación de cualquier barbaridad.

En el film también se expone la otra gran coartada: la "obediencia debida". "La defensa Nuremberg es una defensa legal que esencialmente establece que el imputado estaba "solamente siguiendo órdenes" u "obediencia debida" ("Befehl ist Befehl", en alemán: órdenes son órdenes) por lo que no sería responsable de tal delito.

El ser humano busca zafarse, deshacerse, de su "responsabilidad moral", y, por tanto, de su "libertad". La libertad como "condena" ("L'homme est condamné à être libre") según el filósofo existencialista Jean-Paul Sartre (1905-1980) según la cual el ser humano "elige" con sus actos su "existencia" ("Être libre" ne signifie pas “obtenir ce que l'on a souhaité”, mais plutôt “déterminer par soi-même ce que l'on souhaite” (au sens large de choisir)). Ser libre no significa "obtener lo que se desea", sino más bien "determinar por sí-mismo lo que se desea", en el sentido amplio de elegir lo que se desea.
Como no hemos sido creados por Dios ("estamos solos"), y carecemos de una "esencia" (un ser) fijada de antemano, tenemos que "construir" nuestra "existencia" en cada elección.
("Nous sommes seuls, sans excuses. C'est ce que je veux dire quand je dis l'homme est condamné à être libre. Condamné, parce qu'il ne s'est pas créé lui-même, et encore néanmoins la liberté, et à partir du moment où il est jeté dans ce monde il est responsable de tout ce qu'il fait")
"Estamos solos, sin excusas. Eso es lo que quiero decir cuando digo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque él no se ha creado a él mismo, y sin embargo, sigue siendo libre, y a partir del momento en que es arrojado en este mundo es responsable de todo lo que hace".
Dios ha sido eliminado como Causa y como Consuelo. Su no-existencia hace posible nuestra libertad absoluta (moral, no física) pero nos deja solos, sin apoyo ni justificación de nuestra indecisión o cobardía.

Este argumento de Sartre rebate de una vez por todas la "obediencia debida". Quienes se justifican apelando al "miedo" al "superior", a la cadena de la "jerarquía" de mando, a la "Ley" y la "Constitución", a la "Costumbre", a la "Tradición", a la "Religión", son los que renuncian a ser libres, y renuncian, por tanto, a ser humanos... Robots, marionetas, mecanismos sin voluntad, así se manifiestan quienes intentan justificar sus atrocidades atribuyendo la responsabilidad a otros.

En el transcurso de la película, se hace evidente por qué tres de los acusados ​​apoyaron al régimen nazi: uno tenía miedo, otro seguía órdenes y uno realmente creía en el nazismo. 
Janning creía por "patriotismo" ("Patriotism is the last refuge of a scoundrel / El patriotismo es el último refugio de un canalla". Samuel Johnson (1709-1784)) en lo que hacía (condenar a un judío a muerte sin prueba de delito alguno) y con la excusa del Tratado de Versalles que impuso duras y humillantes condiciones a Alemania, como perdedora de la Gran Guerra (1914-1918)
Los cuatro acusados ​​son declarados culpables y condenados a cadena perpetua.

La presencia de personajes como Frau Bertholt (Marlene Dietrich) es secundaria, ya que el tema ético que acabo de exponer es el principal

"Judgment at Nuremberg" (1961). Stanley Kramer
Dan Haywood (Spencer Tracy)

El juez Haywood juzga y condena a otros jueces alemanes. Solo en ocasiones excepcionales se juzga a los jueces. ¿Se juzgó a los jueces chilenos de la Dictadura de Pinochet, y a los franquistas de España? ¿Quién puede hacerlo? ¿Por qué solo juzgan los vencedores de las guerras? ¿Su legitimidad es su fuerza? ¿Quién puede juzgar a los jueces de las llamadas democracias en las que supuestamente existe la división de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial cuando dictan sentencias injustas? ¿Es justo lo que dictamina la ley (Derecho)? ¿Todo lo legal es moral?

Aquí reproduciré mis argumentos de otro artículo bien conocido:

"El derecho positivo (Leyes vigentes en un país) es puramente sancionador, por suponer que el ser humano es malo por naturaleza. Defiende el orden social mediante los cuerpos armados y los jueces. Afirma que el único derecho válido es el creado por el ser humano. ¿Qué ser humano? Pues el Estado como encarnación de la soberanía. El poder legislativo y el ejecutivo son las fuentes del derecho positivo. 
Hans Kelsen (1881-1973) desarrolló en el concepto de normativismo el sistema jurídico como una mera jerarquía de normas. El Estado es solo un conjunto de relaciones jurídicas. Estado y Derecho se identifican. Eso es, precisamente, lo que sucede hoy en día: queda abolido el derecho a rebelarse contra el Estado, porque el Estado es la Ley, y fuera de él solo queda el delito. O aceptación del Estado-Ley o cárcel. Los jueces pasan a ser, no los intérpretes de la ley, sino los garantes de la supervivencia del Estado y la estructura económica que lo sustenta"


De ahí pasaríamos al tema de la "desobediencia civil" expuesta por Henry David Thoreau (1817-1862). 
Se entiende como el acto de desacatar una norma de obligado cumplimiento, una norma jurídica (Ley, Derecho Positivo). El desobedecer dicha norma acarrea un castigo. La desobediencia puede ser activa o pasiva. Y se llama "civil" porque expresa la voluntad de "rebelarse" contra normas que afectan a la libertad de los ciudadanos. Desde Thoreau y sus continuadores, Tolstoi y Gandhi, la "desobediencia civil" o la "resistencia pasiva", se ha rechazado la "violencia" como forma de resistencia. Pero lo sorprendente es que el poder, con sus medios de comunicación, ha "etiquetado" como violentos (!!!) los actos de "resistencia pasiva" (encadenamientos antibélicos, antinucleares, contra los desahucios, huelgas obreras, etc...). De esa manera se desacredita la idea. 

Malcolm X (Malcolm Little, El-Hajj Malik El-Shabazz) (1925-1965) escribió:
 "If you're not careful, the newspapers will have you hating the people who are being oppressed, and loving the people who are doing the oppressing" ("Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido")

"Judgment at Nuremberg" (1961). Stanley Kramer
Poster

"Judgment at Nuremberg" (1961). Stanley Kramer
Poster

 Franco decía que Dios y la Historia le juzgarían. Es decir que ningún mortal podía atreverse a hacerlo. Y si lo hacía le esperaba la muerte, el exilio. Estas frases altisonantes son propias de los tiranos, aquellos que creen que nadie está a su altura entre los vivos y sólo pueden interpelar a la divinidad, a los héroes del pasado. En nombre de esta sagrada tarea, de este sagrado privilegio, se cometen los más atroces crímenes. Pero la Historia no juzga beatíficamente ni desinteresadamente, porque lo que los hombres llaman Historia es un invento de los que mandan en cada momento para contar el pasado según su antojo y sus anteojos. La Historia es el cuento de la mentira y la alienación. Ese Franco y sus secuaces construyeron una Historia imperial de santos y mártires que yo estudié de niño. Una Historia ridícula y abyecta. Hoy la batalla por decidir quien tiene derecho a contar la Historia sigue entre el gobierno conservador español y los gobiernos autonómicos, entre el capitalismo liberal mundial y los movimientos sociales de resistencia, entre los triunfadores y los perdedores. La Historia, por tanto, ni juzga ni existe. Lo que los hombres del futuro piensen no dependerá de lo que ahora hagamos. Todos los que lucharon por un mundo sin explotación durante el siglo XX –los comunistas, los anarquistas, los trotskistas- hoy han sido descalificados como equivocados primero, luego como locos, finalmente como asesinos. Fascistas como Jiménez Losantos pueden impunemente tachar de criminal a Rafael Alberti con su cadáver aún caliente, como en su añorado régimen se hacía. El pensamiento anticomunista se desbocó con el fin de la URSS. El veneno ultraliberal se extendió por todo el orbe, y a esto llaman Historia. A estas patrañas -a estos verdugos, que, desde las tribunas y los libros, han sentenciado incluso el fin de la Historia, porque ahora ya sólo hay una verdad y un sistema económico y social, y ya no hay valores ni ideales transformadores, eso dicen- prestamos nuestros oídos. A su juicio, porque ellos escriben la Historia, Franco habrá sido absuelto, mientras que jefes de Estado de países socialistas fueron encarcelados, linchados, masacrados, los esbirros del liberalismo, del capital, del imperialismo norteamericano, son respetados. Honecker entre rejas y Pinochet entre algodones. Esa es la Historia. Víctor Jara asesinado y sus verdugos molestos por la descortesía de importunarles. Esa es la Historia. La Historia sólo puede ser negada con la Utopía. La Utopía es la derrota de esa Historia de los asesinos y los mercaderes que nos enseñaron y nos enseñan, que nos impusieron y nos imponen

Francisco Huertas Hernández
Viernes 10 de agosto de 2001

*****
Comentarios de nuestros lectores:

- Estrella Millán Sanjuán: "Excelente análisis y reflexión posterior sobre quién tiene la responsabilidad de los actos abyectos producidos en el pasado y en la actualidad. El mundo y la historia están llenos de casos deplorables. En este caso, eliges esta magnífica película.
 Últimamente he visto tres relacionadas con los crímenes del nazismo.
 En la última, una española llamada "Los cuervos", de Julio Coll, hay una alusión explícita a los crímenes realizados con los judíos. Se habla de la colaboración de la Ciencia en experimentos con humanos con total impunidad y aquiescencia del gobierno. Los justifican porque en "tiempos de guerra" todo es posible.
 ¿La Ciencia, el avance, pueden apoyarse en lo no ético, en el atropello a los derechos humanos? Parece que en tiempos de guerra, sí. Ese amparo del poder o el Estado a dar carta blanca a atrocidades o fomentar desigualdades es muy peligroso y se sigue haciendo. La legalidad no siempre está ligada a la ética"

"Los cuervos" (1961). Julio Coll
Cartel original

- Marcelo Benavente: "Mencionas a Chile, Pinochet y Víctor Jara. Somos países destrozados, por los propios chilenos. Aún seguimos divididos entre partidarios de Pinochet y los que lo odiamos. El daño hecho es tan grande que no se puede olvidar. El mundo sufre por sus muertos. Éste es un mal mundial. Hay que tener la piel dura para seguir adelante con nuestras vidas"

"El Caso Pinochet" (2001). Patricio Guzmán
Poster
"Documental sobre la situación legal del caso Pinochet en relación a los secuestrados de la dictadura chilena"

- María Verchili Martí: "Magnífica reflexión. Yo sí creo en la responsabilidad de los actos, en la ética de las consecuencias y en la legitimidad de la desobediencia civil. Que una parte de la sociedad desacredite a los que lucharon por la justicia social es la consecuencia del triunfo absoluto del capitalismo más salvaje, frente a la economía como instrumento al servicio del bienestar de la comunidad -a este respecto siempre recomiendo la lectura de una obra capital para mí: 'La gran transformación' de Karl Polanyi-. La peli, como bien dices, teniendo calidad, tiene un sesgo marcado, que deja fuera una parte de la realidad. ¿Cómo sería, por ejemplo, y siendo tú un estudioso de este cine, una peli soviética sobre este mismo hecho histórico?"

Dr. Karl Polanyi: "Origins of Our Time. The Great Transformation"
Victor Gollancz Ltd. London. 1946
First Edition

Суд народов (Нюрнбергский процесс 1945-1946 гг.) / ЦСДФ
70-летие со дня окончания Нюрнбергского процесса (20 ноября 1945 — 1 октября 1946)
Полнометражный фильм Центральной студии документальный фильмов (ЦСДФ)
Documental soviético sobre el Proceso de Núrenberg

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fenomenal análisis moral. Los que ganan quieren vencer dos veces. Con la fuerza y con la ley. La suya

Estrella dijo...

Excelente análisis y reflexión posterior sobre quién tiene la responsabilidad de los actos abyectos producidos en el pasado y en la actualidad. El mundo y la historia están llenos de casos deplorables.
En este caso, eliges esta magnífica película.
Últimamente he visto tres relacionadas con los crímenes del nazismo.
En la última, una española llamada "Los cuervos", de Julio Coll, hay una alusión explícita a los crímenes realizados con los judíos. Se habla de la colaboración de la Ciencia en experimentos con humanos con total impunidad y aquiescencia del gobierno. Los justifican porque en "tiempos de guerra" todo es posible.
¿La Ciencia, el avance, pueden apoyarse en lo no ético, en el atropello a los derechos humanos? Parece que en tiempos de guerra, sí. Ese amparo del poder o el Estado a dar carta blanca a atrocidades o fomentar desigualdades es muy peligroso y se sigue haciendo. La legalidad no siempre está ligada a la ética.

MARCELO dijo...

"Judgment at Nuremberg" (1961).

Los juicios me traen una atmosfera de disminución de la sensatez. ¿Por qué alguien no aceptaría su culpa? Es una pregunta destinada al fracaso como tantas otras virtudes extintas a la hora de lavarnos la cara salvaje que arrastramos desde la punta de la lengua hasta lo profundo de nuestras células. Una angustia parecida al segundo mas escondido de nuestro nacimiento me resume un tapiz mental desenmarañado por el blanco y negro con el cual sueño habitualmente. Para que desmerecer el color si la locura es merecedora de la ausencia de matices, todo parece un rastro de borrado por el paso de una estación. ¿Qué queda de un año para el otro? En este caso la demencia de un campo minado y un juicio que ya tenia un final escrito. Recuerdo un personaje que describí en un relato hace unos años…

La bota embarrada
Luis cargaba una bolsa con rosas muertas, se veía que llevaba el rostro alegre, las había matado él solo. Siempre que salía con aquella carga especial sabía que los domingos las vendería, por lo menos a la gran mayoría, y el resto lo tiraba en algún descampado.

Marcelo López

MaryHall dijo...

Magnífica reflexión.Yo sí creo en la responsabilidad de los actos, en la ética de las conseciencias y en la legitimidad de la desobediencia civil.Que una parte de la sociedad desacredite a los que lucharon por la justicia social es la consecuencia del triunfo absoluto del capitalismo más salvaje, frente a la economía como instrumento al servicio del bienestar de la comunidad -a este respecto siempre recomiendo la lectura de una obra capital para mi 'La gran transformación' de Karl Polanyi-. La peli, como bien dices, teniendo calidad, tiene un sesgo marcado, que deja fuera una parte de la realidad.¿Cómo sería, por ejemplo, y siendo tú un estudioso de este cine, una peli soviética sobre este mismo hecho histórico??