jueves, 23 de junio de 2022

Diario de un Profesor de Filosofía (XVII). Felicidad, infancia y saber. Francisco Huertas Hernández

Diario de un Profesor de Filosofía (XVII)
Felicidad, infancia y saber
Francisco Huertas Hernández

Piscolabis. 1º ESO C
4 de junio de 2015
Asignatura: Atención Educativa
Profesor: Francisco Huertas Hernández
IES Doctor Balmis. Alicante

 "Das Kinder-Himmelreich. – Das Glück des Kindes ist ebensosehr ein Mythus wie das Glück der Hyperboreer, von dem die Griechen erzählten. Wenn das Glück überhaupt auf Erden wohnt, meinten diese, dann gewiß möglichst weit von uns, etwa dort am Rande der Erde. Ebenso denken die älteren Menschen: wenn der Mensch überhaupt glücklich sein kann, dann gewiß möglichst fern von unserem Alter, an den Grenzen und Anfängen des Lebens. Für manchen Menschen ist der Anblick der Kinder, durch den Schleier dieses Mythus hindurch, das größte Glück, dessen er teilhaftig werden kann; er geht selber bis in den Vorhof des Himmelreichs, wenn er sagt »lasset die Kindlein zu mir kommen, denn ihrer ist das Himmelreich«. – Der Mythus vom Kinder-Himmelreich ist überall irgendwie tätig, wo es in der modernen Welt etwas von Sentimentalität gibt"

Friedrich Nietzsche: "Menschliches, Allzumenschliches II.
Ein Buch für freie Geister. Zweite Abtheilung: Der Wanderer und sein Schatten". 265

"El reino de los cielos de los niños.- La felicidad del niño es un mito tan grande como la felicidad de los hiperbóreos que contaban los griegos.- Si de algún modo la felicidad habita sobre la Tierra, pensaban ellos, entonces habita sin duda lo más lejos posible de nosotros, en algún lugar en los confines de la Tierra. Lo mismo piensan los hombres adultos: si el hombre puede ser feliz de algún modo, lo será sin duda lo más lejos posible de nuestra edad, en los confines y los inicios de la vida. Para muchos hombres ver a los niños a través del velo de este mito es la felicidad más grande de la que él puede participar: él mismo llega hasta la entrada del reino de los cielos, cuando dice "dejad que los niños se acerquen a mí, porque de ellos es el reino de los cielos".- El mito del reino de los cielos de los niños está activo dondequiera que exista, en el mundo moderno, un poco de sentimentalismo"

Friedrich Nietzsche: "Humano, demasiado humano. Un libro para espíritus libres. Volumen II. Segunda Sección. El caminante y su sombra". 265

 En el Génesis (2, 15-17) Dios (יהוה‎) prohíbe a Adán -hecho a su imagen y semejanza, inmortal- comer el fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal (עֵץ הַדַּעַת טוֹב וָרָע):

 "Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en el jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase.
 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer,
 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»"

 Pero Eva sucumbe a la "reflexión" de la serpiente, y el castigo, o venganza, divino es devastador para el linaje humano (Génesis, 3, 1-23):

 "La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?»
 Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.
 Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.»
 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis.
 Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal
 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió.
 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores.
 Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahveh Dios por entre los árboles del jardín.

 Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»
 Este contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.»
 El replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?»
 Dijo el hombre: «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.»

 Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: «¿Por qué lo has hecho?» Y contestó la mujer: «La serpiente me sedujo, y comí

 Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

 Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.»
 A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará.
 Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás

 El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos los vivientes.
 Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió.
 Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre.»

 Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado"

 Interpretar libremente este texto religioso, al margen de la doctrina cristiana, nos sitúa en el confín de la inocencia obediente y feliz, y su "más allá": el "saber" libre y trágico. El pasaje bíblico introduce un "tercer personaje" (¿irracional?) simbólico, "el más "astuto" de los animales" creados por Dios, que actúa como "mediador" entre "inocencia" y "saber": la "curiosidad" (serpiente): "el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal" le dice a Eva. Yahveh castiga a la pareja primigenia al sudor del trabajo, al dolor del parto, a la muerte. Son expulsados del Paraíso, del Jardín del Edén: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre". Las enigmáticas palabras de Dios indican que la pareja humana ha accedido a un conocimiento divino, del que carecían, pero como ha sido obtenido por la desobediencia, será un "saber doloroso", el saber de la infelicidad, y por eso son expulsados del Jardín de la Inmortalidad, con su Árbol de la Vida: conocer nos hace desgraciados porque nos aparta del eterno gozo de la vida. Y, sin embargo, es inevitable, que un ser que puede preguntar y escuchar preguntas se vea abocado a "ir más allá" de la prístina inocencia del no-saber

Lucas Cranach der Ältere (1472-1553): "Adam und Eva" (1526)
Lucas Cranach, el Viejo pintó a Adán y Eva tomando el fruto prohibido del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, con la serpiente detrás, y el resto de animales al pie del cuadro
Courtauld Gallery, Londres

 Un profesor se enfrenta con criaturas que -inconscientemente- se debaten entre la inocencia ignorante del Génesis y la curiosidad natural de saber aristotélica, mas, por desgracia, el tecnomundo en el que habitamos tiende a infravalorar el saber priorizando las habilidades prácticas y rentables. El resultado es una legión de estudiantes que llenan las aulas con su ruido y su desinterés, y unos profesores sometidos a las directrices de la Administración educativa que sustituye el contenido del saber por las competencias. Eva no quería "hacer" o "resolver" algo práctico: quería "conocer" ese "todo" (el "bien" y el "mal" del original hebreo equivalen a la totalidad polar de lo real), quería "verdades". Una "verdad" es algo distinto de una "destreza". Los humanos alcanzamos "verdades". Los animales se conforman con tener "destrezas".

 Eva es la primera filósofa. Si en el Génesis se presenta como débil y culpable, nosotros, en cambio, la vemos como fuerte y desafiante. "Saber" es un camino de sufrimiento, sí, porque todo "esfuerzo" de superación es dolor, mas en el camino hay quienes gozan de la siembra y la cosecha. La "fertilización" del alma humana requiere curiosidad, amor a la verdad oculta (esencial), desobediencia a los prejuicios, la pereza y la autoridad. En una sociedad estupidizada por el tecno-entretenimiento, los estímulos inmediatos y la codicia que transforma todo lo verdadero, bueno y bello en un simple medio para obtener beneficio económico, capital, la "siembra", la "fertilización" y la "cosecha" del "saber" queda al alcance de cada vez menos personas.
 El suspicaz Friedrich Nietzsche en uno de esos brillantes y desconocidos aforismos suyos dijo: "La felicidad del niño es un mito tan grande como la felicidad de los hiperbóreos que contaban los griegos". Adán y Eva fueron niños felices mientras no tuvieron "curiosidad" por "saber". Nada se había sembrado aún en sus almas. Dios no quería seres pensantes, porque "pensar" es "rebelarse". Esa felicidad idealizada que atribuimos a la infancia es un inconsciente deseo de reconciliación de dicha y conocimiento, algo que en todos los mitos conocidos aparece como "irreconciliable"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravoo