“PATHER PANCHALI” (পথের পাঁচালী)
según ALBERTO ELENA: “SATYAJIT RAY” Cátedra. Signo e Imagen. Madrid. 1998
Parte Segunda
“La Canción del camino -apunta Ray- era una
vasta saga cuyo pausado y episódico desarrollo captaba a la perfección el ritmo
de vida de una aldea bengalí. En este punto se separaba por completo de la
brusquedad de las novelas bengalíes del siglo XIX, siempre inspiradas en
modelos occidentales. Al proceder a adaptarla (la novela Bibhutibhusan Banerji:
“Pather Panchali”) traté de combinar la naturaleza relajada del original con
las habituales exigencias del cine de ficción. Tuve que eliminar muchos
incidentes, suprimir personajes (la novela tenía más de trescientos; la
película, una treintena) y hacer que la historia progresara según una curva
ascendente y descendente en una sucesión de episodios contrapunteados”
Esta relativa linealidad, acentuada por la
decisión de concluir el relato con un momento cumbre como es el abandono de la
aldea por parte de Apu y sus padres, no debería sin embargo oscurecer el hecho
de que la película de Ray se reconoce, pese a todo, también como una suerte de
panchali (largo poema narrativo, especie de balada, alternativamente recitada y cantada, cuyos orígenes parecen remontarse al siglo XV)
La narración es eminentemente discontinua y
los distintos episodios, separados por diferentes lapsos temporales (que el
cineasta no se molesta en camuflar con elaboradas elipsis), alternan tonos y
estilos muy diversificados.
Chidananda Das Gupta ha preferido, en cambio,
explicar el tempo reposado de las primeras películas de Ray y la ausencia de un
rígido orden secuencial por analogía con la particular estructura de la música
india, que concede un amplio margen a la improvisación dentro de unos ciertos
márgenes genéricos.
Pero, sea como fuere, esta naturaleza
episódica y circular del relato, revelan en Ray una opción estética que en modo
alguno cabe reducir a la imitación de los modelos realistas occidentales.
Es muy significativo, por ejemplo, que Ray
construyera toda su trilogía alrededor de la idea de los ciclos cósmicos, tan
característica del pensamiento hindú clásico. Como el propio Das Gupta subraya,
“la trilogía de Apu contiene casi tantos cadáveres como Hamlet, pero la
sensación es completamente distinta. Primero, muere Durga, luego Harihar,
después Sarbajaya, y, finalmente, Aparna. Pero la vida sigue y la esperanza
nunca se extingue. “El sentimiento trágico de la vida” característico de la
literatura occidental está totalmente ausente de la obra de Ray”, quien, por el
contrario, parece participar plenamente de ese sentido indio de la resignación
y la fatalidad acorde con una concepción circular del tiempo.
De este modo, y aunque el tratamiento de la muerte en Pather Panchali ha permitido a numerosos críticos remitirse a Dovzhenko, la profunda indianidad de la misma tampoco puede ser negada. Antes bien, para algunos autores cabría rastrear en esta tradición filosófica y humanista bengalí ciertas precondiciones que darían cuenta del profundo impacto que sobre Ray iban a ejercer Ladrón de bicicletas y otros exponentes del cine realista importado de Occidente.
De este modo, y aunque el tratamiento de la muerte en Pather Panchali ha permitido a numerosos críticos remitirse a Dovzhenko, la profunda indianidad de la misma tampoco puede ser negada. Antes bien, para algunos autores cabría rastrear en esta tradición filosófica y humanista bengalí ciertas precondiciones que darían cuenta del profundo impacto que sobre Ray iban a ejercer Ladrón de bicicletas y otros exponentes del cine realista importado de Occidente.
ALBERTO ELENA: “SATYAJIT RAY” Cátedra. Signo e Imagen. Madrid. 1998
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