"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba
Contra la pena de muerte
Francisco Huertas Hernández
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Jorge Valenzuela (Nelson Villagra)
"Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba" escribe Pablo Neruda en "Sólo la muerte". Miguel Littín reconstruyó casi documentalmente la vida y muerte de Jorge del Carmen Valenzuela Torres (San Fabián de Alico, 1922-Chillán, 30 de abril de 1963), un campesino que asesinó a una mujer con la que convivía y a sus cinco hijas. Valenzuela (Nelson Villagra) recuerda su vida desde la infancia, su fuga de casa con ocho años, cómo fue recogido por un cabo y recorrió fundos trabajando en lo que pudo. Alcoholizado y solitario, su acto criminal aparece más como fruto de la ignorancia que del cálculo o la maldad. En la cárcel aprenderá a leer, a fabricar cestos y guitarras. Se redime, pero los tribunales le condenan a muerte tres años después de ingresar en la cárcel. La escena de la ejecución y sus preparativos es el cénit cinematográfico, ético y político del film.
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Créditos: "El chacal de Nahueltoro. Alias El Campano. El Trucha. El Canaca"
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Créditos: "Cine Experimental Universidad de Chile y Cinematográfica Tercer Mundo presentan a"
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Créditos: "Guión y Dirección: Miguel Littín"
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Primera parte: La infancia de José. En la infancia se confunden la inocencia de la falta de experiencia y la predisposición genética o ambiental que fructificará en el adulto. La "potencia" o posibilidad humana de ser lo que "puede" ser o lo que "debe" ser. Toda la película deja en el aire la existencia del "libre albedrío" como voluntad racional de dirigir nuestra vida. La crítica social de la miseria es también el reconocimiento de la limitación de ese "arbitrium" en las personas que han sido excluidas del desarrollo de sus capacidades racionales, morales y materiales
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Jorge (José) Valenzuela de niño
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Jorge (José) Valenzuela de niño & Armando Fenoglio (sacerdote) ¿En qué momento un ser humano se vuelve "malo"? ¿O es el "malo" -ese ser "sin Dios ni Ley" del que hablan los periodistas en el film- una consecuencia de la desigualdad y la injusticia?
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Rosa Rivas (Shenda Román). Las "víctimas" de los "desheredados" no son los "herederos" de la tierra y el capital sino sus propios pares
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Niñas asesinadas. El ritual post mortem de las piedras es profundamente revelador de la superstición y la amoralidad del bautizado como "Chacal"
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Jorge Valenzuela (Nelson Villagra)
La considerada por la crítica como mejor película chilena representa el inicio del nuevo cine de ese país, fuertemente influido por la Nouvelle Vague francesa, el Free Cinema británico y el Cinema Novo brasileño.
La película, rodada en su mayor parte cámara en mano, en blanco y negro, y con una excelente música de Sergio Ortega, es un collage de flashbacks que anudan el presente de la detención del llamado "Chacal de Nahueltoro" y escenas de su pasado y el de Rosa Rivas (Shenda Román), que fue su víctima. El montaje de planos convulsos remite a las corrientes desbocadas de la vida y la explotación social. "Utilizó las locaciones reales en las que ocurrieron los hechos (el lugar del crimen, la celda, Cachapoal, etc.), y todos los textos que se escuchan son oficiales: entre ellos, el expediente de la causa judicial y entrevistas de prensa al asesino múltiple"
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Jorge Valenzuela (Nelson Villagra). Un hombre sin nombre. Ni él sabía a ciencia cierta su verdadera identidad: Jorge Sandoval Espinoza, José Jorge Castillo Torres, El Campano, El Trucha, El Canaca... En el largometraje es un campesino maltratado por la vida, analfabeto, sin la educación que le permita distinguir los valores morales
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
El maestro de la cárcel enseñó a leer a Jorge (Jose) Valenzuela. Aunque en la prisión el "chacal" se redimió, se arrepintió y adquirió el don de la lectura y el arte de construir guitarras, la "ley humana" es implacable, y con la desproporción propia del poder del Estado, la asincronía (falta de correspondendia temporal entre el delito y el castigo), el ensañamiento (engaño con la esperanza en el indulto, publicidad en los medios de comunicación) y la "venganza" no confesada
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Jorge Valenzuela (Nelson Villagra) firmando la sentencia judicial que le condena a muerte
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Periodista (Luis Alarcón) & Jorge Valenzuela (Nelson Villagra)
El periodista es un parásito que se alimenta de la desgracia ajena para convertirla en espectáculo y alimenta el sistema de valores del poder económico y político para que en palabras de Malcolm X: "If you're not careful, the newspapers will have you hating the people who are being oppressed, and loving the people who are doing the oppressing"
(Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido)
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Periodista (Luis Alarcón) & Capitán del pelotón de ejecución (Pedro Villagra)
Prensa y militares cumplen con su oficio, indiferentes a la ética. El reportero habla del "ensayo general de la ejecución" con la misma asepsia que si hablara de un complemento indirecto. El capitán dice que "estamos aquí cumpliendo disposiciones superiores", que los encargados de la ejecución han sido elegidos por sorteo, sus palabras sobre las prácticas de tiro, o "la majestad de la ley" recuerdan la "obediencia debida" de los desalmados. Y culmina su entrevista respondiendo a si no siente remordimiento al ajusticiar a un hombre: "bueno, lo consulté con un sacerdote, y me dio una explicación satisfactoria. Me dijo que el caso era parecido al de un médico que le corta el brazo a un enfermo para salvarle la vida. Para que la sociedad siga viviendo hay que extirpar el brazo enfermo, o sea, el delincuente". Littín sitúa a la Iglesia Católica y al Ejército como instituciones crueles y enemigas de los derechos humanos
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Escena de la ejecución
El director se sintió impresionado por la historia: “A raíz del fusilamiento comencé a obsesionarme con El Chacal. Este hombre de mi misma edad, que nació en mi mismo país y es tan distinto como si proviniera de otro planeta, planteaba una interrogante que consideré intrigante. Comencé una especie de investigación desordenada. Partí a Chillán y a Nahueltoro, donde conversé largo tiempo con hombres y mujeres que lo conocieron. No siempre hablábamos del criminal y del crimen. Mucho más me interesó saber qué pensaban sus iguales sobre la vida o la muerte, el presente o el futuro, dios o el pecado, el amor o el odio. Se trataba de extraer el sistema de valores y las pautas culturales del grupo campesino que engendró al Chacal” (Sergio Navarro: "El Chacal de Nahueltoro. Emergencia de un nuevo cine chileno". Uqbar Editores. 2009)
"El chacal de Nahueltoro", como señala Navarro, articula una "doble desmitologización": por un lado, como cine social, la crítica a las condiciones de existencia del sujeto popular devolviéndole su "verdadera imagen para que el pueblo se reconozca"; por otro lado, un nivel formal, en el que la búsqueda expresiva a través del montaje y las angulaciones -el film comienza justo en la mitad de la historia- parece entrar en conflicto con la denuncia social. Jean-Luc Godard ya unió ambas "desmitologizaciones" -la política y la formal- en su cine.
Diríamos que esta variante andina de "Crimen y Castigo" de Dostoievski, no se centra tanto en el plano psicológico de la culpa y la redención, porque Dios no es el salvador del hombre, sino en el plano político de las instituciones económicas, militares, judiciales, periodísticas y religiosas. Estos poderes que encarnan el "orden y la moral" son ominosos sirvientes del frío asesinato de un hijo de la miseria. Los gritos de "¡Asesinos, asesinos de mierda!" al final de la cinta, distan mucho de la reconciliación con Dios de la rueda del crimen y la expiación dostoievskiana. Acá no hay crimen porque no hay libre albedrío. El "chacal", representante de la marginación, no tiene la capacidad de construir su relato. Su historia, descrita y juzgada, la hacen los periodistas y los jueces, a partir de su voz. Pero tener voz no es tener discurso. El discurso implica autoridad para valorar e imponer esa valoración a los receptores.
El cine de Littín es un cine militante. Formalmente audaz -incluso hoy que no hemos asimilado todavía a Godard, como no hemos asimilado a Schönberg o Kandinsky- y políticamente izquierdista: "denuncia la marginalidad del campesinado y el absurdo accionar de la justicia", es un alegato humanístico tan necesario como infrecuente contra la pena de muerte y la desigualdad social.
El cine de Littín es un cine militante. Formalmente audaz -incluso hoy que no hemos asimilado todavía a Godard, como no hemos asimilado a Schönberg o Kandinsky- y políticamente izquierdista: "denuncia la marginalidad del campesinado y el absurdo accionar de la justicia", es un alegato humanístico tan necesario como infrecuente contra la pena de muerte y la desigualdad social.
"El chacal de Nahueltoro" (1969). Miguel Littín
Poster
El chacal de Nahueltoro
Dirección: Miguel Littín
Producción: Héctor Noguera, Isidora Portales
Guión: Miguel Littín
Música: Sergio Ortega
Fotografía: Héctor Ríos
Montaje: Pedro Chaskel
Intérpretes:
Nelson Villagra (Jorge del Carmen Valenzuela Torres)
Shenda Román (Rosa Rivas)
Luis Alarcón (Periodista)
Héctor Noguera (Capellán de la prisión)
Marcelo Romo (Juez)
Pedro Villagra (Capitán del pelotón de ejecución)
Rafael Benavente (Guardia de la prisión)
Rubén Sotoconil (Coronel Campos)
Roberto Navarrete (Director de la prisión)
Jorge Yáñez
Armando Fenoglio (Sacerdote en la infancia de Jorge)
Luis Melo (Mayor)
Wenceslao Parada
*****
Comentarios de nuestros lectores:
-Francisco Huertas Hernández: "El cine es una confesión como todo el arte. El cine social que se desarrolló con fuerza en América Latina en los '60 fue una confesión de la pobreza y la explotación de sus gentes. "El chacal de Nahueltoro" se centra en un individuo, aunque su ausencia de conciencia moral manifiesta la marginalidad de amplias capas de la población. La objetividad de la narración, que parte de las actas reales del proceso, corre en paralelo a la compleja estructura narrativa. La aparente "frialdad" del film es necesaria para que no caiga en lo panfletario y moralizante, no obstante lo cual el espectador queda muy afectado al acabar la historia"
7 comentarios:
Muy buena pelicula chilena. Recomiendo a los lectores que la vean
El cine es una confesión como todo el arte. El cine social que se desarrolló con fuerza en América Latina en los '60 fue una confesión de la pobreza y la explotación de sus gentes. "El chacal de Nahueltoro" se centra en un individuo, aunque su ausencia de conciencia moral manifiesta la marginalidad de amplias capas de la población. La objetividad de la narración, que parte de las actas reales del proceso, corre en paralelo a la compleja estructura narrativa. La aparente "frialdad" del film es necesaria para que no caiga en lo panfletario y moralizante, no obstante lo cual el espectador queda muy afectado al acabar la historia
Gracias Francisco por esta reseña. Las desigualdades sociales, la falta de oportunidades y la ausencia de un régimen político que asegure la Igualdad ante la ley, la igualdad de oportunidades y la participación hace que los crímenes de las élites sean tapados, y las de los desahuciados sociales se consideren atroces. Siempre hay una doble moral. Un crimen es un crimen, eso no lo niego, pero la repercusión en los medios de comunicación, en la sociedad y en los juicios, distan mucho. "¿En qué momento un ser humano se vuelve "malo"? ¿O es el "malo" -ese ser "sin Dios ni Ley" del que hablan los periodistas en el film- una consecuencia de la desigualdad y la injusticia?" Esa es la clave. Gracias Francisco. Hay un enlace para ver la película.
Manuela Pilar Millán Sanjuán
Brutal documental. Recomendable la novela que escribió Gabriel García Márquez sobre el encuentro con Miguel Littin después del 73.
La acabo de ver y me ha dejado una huella imborrable. Tengo que reconocer que no había oído hablar de ella, no sé si es algo mío o que en España no se le ha dado la difusión que debería esta gran película. No me extraña que sea de las mejores películas chilenas. Es cine social puro, con resonancias del neorrealismo y la nouvelle vague, con ese aire documental y cámara en mano. Tiene planos excelentes, como el general cuando el protagonista huye tras cometer el crimen, en el que la cámara está entre ramajes. También el travelling cuando es apresado y se ven las caras de la gente pobre, entre aturdida y atemorizada... El de los pies apresados por esa barra de acero en la cárcel antes de la ejecución y el picado antes del fusilamiento. Este cine es totalmente necesario, no justifico en absoluto el acto de este pobre diablo, fue una atrocidad, pero sí que da pena por qué se llega a eso. Una historia de abandono del sistema, de la desigualdad de oportunidades, de la perpetuidad de la pobreza y lo que de ella se deriva. Y las instituciones reflejadas en su cinismo, como ese ejecutor que comenta que sus fusilamientos siempre son perfectos, la Iglesia estando sin estar realmente y el sistema penitenciario dando asco por su ineficacia. Si después de varios años de "educación" en prisión, se permite la pena de muerte, no lleva más que a la conclusión de que es un acto injusto y ejemplarizante para sembrar el miedo en la sociedad y que ésta se permanezca congelada y aborregada. Y ya la connivencia de los medios de comunicación es para echarse a llorar, siempre con el poder. Me ha encantado de nuevo que abras puertas a un cine desconocido, en este caso de Chile. Muchas gracias por tu artículo, con tan buen análisis como siempre y que despierta las ganas de ver la películas y las conciencias. Eres un "crack" , Francisco.
Me ha parecido una película redonda. EStilo documental que crece en intensidad cuando entra en la cárcel. Queda claro que lo que hizo fue atroz, pero no se centra en eso. Nadie perdona sus crímenes, pero va de despropósito en despropósito por falta de oportunidades, de afecto y opresión del Estado. En la cárcel encuentra amigos, actividad y por desgracia atención artificial. Se acuerda de su madre, de su vida, reflexiona sobre lo que ha hecho. Se aprovechan de él los medios, de manera infame, él se presta y se le ve como una persona simple en el sentido de que es buena persona. El cura le da esperanza para que muera en paz, pero, joder, es que la iglesia no podía haber actúado antes con esas personas que son desheredadas?. Los del pelotón de fusilamiento haciendo ensayos y hablando con el cura para que los exima de responsabilidad espiritual. Y la escena en que todos se preocupan por él para que entienda que lo van a fusilar. Y cuando le piden que se ponga la venda para no traumatizar a los que van a cometer otro crimen. Es muy profunda la película. YO necesito verla muchas veces. MAGISTRAL. Gracias Francisco por ponerla. Estoy harta de películas insustanciales. Y de rever películas clásicas porque no encuentro alicientes. Esta es magnífica y la quiero seguir degustando.
Manuela Pilar Millán Sanjúan
Exelente pelicula. Falto el nombre de las niñas actrices ....gran detalle
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