"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Homenaje a los exhibidores mexicanos de cine ambulante
Una mirada nostálgica a la historia del cine mexicano
Francisco Huertas Hernández (Imágenes, Análisis filosófico de fotogramas, Complementos)
Estrella Millán Sanjuán (Texto central)
Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz) & Guillermo (Ignacio Guadalupe)
El proyeccionista ambulante y su ayudante. Una historia autobiográfica, tal como podemos leer en la dedicatoria del film, y en la entrevista al director en Canal Once
Teatro-Cine "Alameda"
San Miguel de Cruces (Durango)
Aquí nació Juan Antonio de la Riva
"El cine Alameda original donde nací y que fue propiedad de mi padre, Antonio de la Riva, hasta su incendio en 1963. Después volvería a ser exhibidor ambulante y, luego, tuvo otro cine en ese mismo pueblo de San Miguel de Cruces hasta su fallecimiento en 1986" me explica el realizador
Fotografía cedida amablemente por el director
Juan Antonio de la Riva comenta en una entrevista en Canal Once su nacimiento dentro de un cine:
"Nací adentro del cine, porque cuando llegan mis padres a San Miguel de Cruces mi padre no tiene casa. Lo contratan como proyeccionista del cine que ya existía, y le permiten vivir a él y a mi mamá y a mis hermanos atrás de la pantalla, donde había unos pequeños camerinos, porque la idea es que fuera Cine-Teatro. Era muy ambicioso el proyecto del constructor original. Entonces les permitieron vivir ahí atrás de la pantalla y ahí nací yo, no a la hora de la función, sino a la hora en que mi padre estaba anunciando al exterior por medio de altavoces la función de ese día. Lo curioso es que nadie registró que películas exhibían, pero, entonces, mi madre, conmigo en brazos, veía las películas desde atrás de la pantalla. Se acababa la función, y allí era la casa. Entonces, al poco tiempo se construyeron una casa muy cerca del local, pero era nuestro segundo hogar. Ahí vivíamos prácticamente, porque había que organizar las funciones, barrer, preparar todo para exhibir las películas.
No tengo conciencia de cuál fue la primer película que vi, porque era tan pequeño... fui creciendo en todo ese proceso.
Era absolutamente familiar, sobre todo estar en la Sala de Proyección me gustaba mucho. Y en lugar de ver hacia la pantalla, veía los proyectores, de manera directa, y entendí de manera muy elemental el proceso por el cual las figuras cobraban movimiento en la pantalla"
TAP, Especial Directores - Juan Antonio de la Riva (04/10/2014)
Canal Once
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Conacine
J. A. de la Riva y Asociados & Estudios Churubusco Azteca S. A. presentan. Créditos
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
José Carlos Ruiz. Créditos
José Carlos Ruiz (Jerez, Zacatecas, 1936). Actor mexicano de TV y cine. En cine ha actuado en "Viento negro" (1964) y "El escapulario" (1968) de Servando González; "Actas de Marusia" (1975) de Miguel Littín; "El apando" (1975) de Felipe Cazals; "Children of Sánchez" (1978) de Hall Bartlett; "El valle de los miserables" (1979) de Christian Torres; "El año de la peste" (1979) de Felipe Cazals; "La guerra santa" (1979) de Carlos Enrique Taboada; "Vidas errantes" (1985) y "Pueblo de madera" (1990) de Juan Antonio de la Riva.
Ha intervenido en un gran número de telenovelas, entre las que pueden mencionarse: Las versiones de María Isabel (1966 y María Isabel (2007), Morir dos veces (1996), Las vías del amor (2002), Atrévete a olvidarme (2001), Soñadoras (1998), y La casa en la playa (2000); en estas 3 últimas encarnó a un villano. En el año 2009 encarnó a Chucho, en la telenovela Sortilegio. En 2010 participó en la telenovela Soy tu dueña. En 2012 participa en las telenovelas Un refugio para el amor y Amor bravío. Participó en el papel de cura de iglesia en la telenovela Corazón indomable (2013)
Debido a la tendencia melodramática de estos trabajos actorales -tan propios de México- costó a Juan Antonio de la Riva que José Carlos Ruiz consiguiera una interpretación natural, contenida, de cotidianidad, acorde al clima de la película
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Ignacio Guadalupe. Créditos
Ignacio Guadalupe Martínez Martán (Naco, Sonora, 1960). Actor mexicano de cine, teatro y televisión. Entre los reconocimientos a su trabajo se encuentra la Diosa de Plata a Mejor actor en 1985 por "Vidas errantes", además de sus dos nominaciones al Premio Ariel por la misma película y "Pueblo de madera" y una nominación a la Diosa de Plata por "Al otro lado" en 2004
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Durante el Festival Internacional de Cine de San Sebastián obtuvo el premio FIPRESCI en 1984. Durante el bienal de cine en la ciudad de Bogotá en 1984 se le otorgó el premio especial bochicha de oro a la mejor ópera prima, ExAequo y al mejor actor. En el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba en 1984 ganó el premio especial del Jurado. Es ganadora de cuatro diosas de plata (Ariel): premio a la actuación masculina, premio al argumento original y a la mejor ópera prima en el año de 1985
"Vidas errantes" es un film mexicano de corte autobiográfico en que el director regresa a su tierra para filmar recuerdos de su infancia. Su padre fue exhibidor de cine ambulante, y propietario del cine Alameda de San Miguel de Cruces (Durango), que ardió como el de la ficción. La madera de los aserraderos y sus obreros, la madera de las escuelas en que se proyectaban las películas por la noche, la Sierra de Durango, son el marco de los viajes de Pancho (Francisco) y su ayudante Guillermo transportando bobinas de películas de celuloide de 35mm con títulos clásicos de la edad de oro del cine mexicano, que se pasaban en programa doble.
Los acontecimientos están marcados por la cotidianidad. El amor es leve, pero seguro (Doña Luisa, La muchacha), la tragedia apenas tangencial (un hombre asesinado por tramas de narcotráfico, el incendio del cine). Pancho es un nómada de sueños. Su camioneta Chevrolet transporta los sueños de los niños y las ilusiones de los mayores que quieren vivir en la "realidad del deseo" o el "deseo de irrealidad" de la "fábrica de sueños". Y el sueño de Pancho es tener su propio cine: el cine "Analco", que construye con sus propias manos con ayuda de sus amigos.
La "doble" realidad de los exhibidores itinerantes y las "historias melodramáticas" de las películas proyectadas compone una travesía vital: del trabajo al ocio. Las películas evaden a los trabajadores, hacen soñar a los niños, y componen una imagen nacional de México en su edad de oro cinematográfica recordada con nostalgia pero sin sentimentalismo por el director en estrellas como Columba Domínguez, Miguel Torruco, Roberto Cañedo, Germán Valdés o Ignacio López Tarso.
El personaje de Pancho, o Don Pancho, o Francisco, el exhibidor o proyeccionista ambulante de San Miguel de Cruces, reaparecerá en "Pueblo de madera" (1990), película ya analizada en este blog
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Pedro Armendáriz. Créditos
Pedro Armendáriz Pardo, más conocido como Pedro Armendáriz Jr. (Ciudad de México, 1940 - Nueva York, 2011). Actor mexicano, hijo del también actor Pedro Armendáriz.
Pedro Armendáriz Jr. apareció en más de 140 películas, tanto en español como en otros idiomas. Entre las cuales están "La ley de Herodes" (1999) de Luis Estrada, "Serafín, la película" (2001) de René Cardona III, "El crimen del padre Amaro" (2002) de Carlos Carrera, o "Matando cabos" (2004) de Alejandro Lozano,
Fue dirigido por cineastas de la talla de Julián Pastor, en "La casta divina" (1977); por Jaime Humberto Hermosillo, en "La pasión según Berenice" (1976); Gonzalo Martínez Ortega, en "Longitud de guerra" (1976); y por Arturo Ripstein en "Cadena perpetua" (1978)
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Música: Antonio Avitia. Arreglos e interpretación: Grupo "Me Caí" (Alberto Garay, Raúl San Germán, Marco Antonio Vallejo, Manuel Mora). Créditos
Antonio Avitia Hernández (Durango, 1956). Músico y sociólogo mexicano. En 1991 nominado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, AMACC, para obtener el Ariel por la mejor música escrita para cine, por la película "Pueblo de Madera" (1990) de Juan Antonio de la Riva
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Fotografía: Leoncio "Cuco" Villarias. Créditos
Leoncio Villarias. Director de fotografía mexicano. Trabajó en "Damiana" (1978) de Walter de la Gala, "Vidas errantes" (1985), y "Pueblo de madera" (1990) de Juan Antonio de la Riva
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Dirección: Juan Antonio de la Riva. Créditos
Juan Antonio de la Riva nació el 21 de diciembre de 1953 en San Miguel de Cruces, Durango. Entre 1972 y 1974, colaboró como fotógrafo, editor y director de cortometrajes en el Taller de Cine Independiente en Súper 8mm, en su estado natal. Posteriormente, viajó a la ciudad de México, donde estudió en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
Su trabajo como director incluye las cintas: Cortometraje “Polvo vencedor del sol” (1978), “Vidas errantes” (1985), “Pueblo de madera” (1990), "Más que alcanzar una estrella" (1992), "La última batalla" (1993), “Elisa antes del fin del mundo” (1997), “El gavilán de la sierra” (2002), “Erase una vez en Durango” (2010), "Ladronas de almas" (2016), por mencionar algunas.
Paralelamente a su trabajo cinematográfico, dirigió algunos capítulos de la serie “La hora marcada” (1988-1990).
En 1985, recibió tres premios Ariel, por “Vidas errantes”: Mejor Argumento Original, Mejor Ópera Prima y Mejor Dirección. También, obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, en 1997, por “Elisa antes del fin del mundo”, entre otros.
En 2018 se convirtió en Presidente de la Sociedad de Directores de Cine y Realizadores de Obras Audiovisuales de México
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
"Esta película está dedicada a mis padres". Créditos
Ya hemos explicado el contenido autobiográfico de este film: el padre del director fue exhibidor de cine ambulante en la Sierra de Durango, y la película está rodada en escenarios reales como el pueblo de Juan Antonio de la Riva, San Miguel de Cruces, que será también el marco de un film posterior, "Pueblo de madera" (1990), donde reaparece Don Pancho, el proyeccionista
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Plano inicial: la camioneta Chevrolet, cargada de películas y carteles
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Guillermo (Ignacio Guadalupe) & Francisco, o Pancho (José Carlos Ruiz)
Presentación de los personajes: manejando un auto realizan travesías por los pueblos de la sierra de Durango llevando películas mexicanas a los aislados habitantes de los aserraderos y los bosques
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) & Guillermo (Ignacio Guadalupe)
La camioneta lleva rotulado el nombre del cine soñado: Cine "Analco"
Juan Antonio de la Riva declara a Canal Once:
"Unos años después de que mi padre es el dueño del cine, lo compra, y, lamentablemente, el cine era de madera. Hay un accidente y se incendia totalmente. Entonces, en lugar de desistir, y regresarse a la ciudad de Durango, como hubiera sido lo normal... decidió volver a empezar como exhibidor de cine ambulante. Ya lo había hecho antes... en otras regiones del Estado. Volvió a conseguir un proyector, RCA Victor, y una camionetita, y empezamos a dar funciones en los pueblos cercanos, y en el mismo lugar, en la escuela, en las funciones nocturnas. Íbamos a salones que estaban en pueblos cercanos, como el pueblo de Vencedores, La Canal, Río de Miravalles. A pasar películas. Yo iba con ellos. Ahí sí ya con plena conciencia de lo que estaba ocurriendo. Primero, que la tragedia familiar, la pérdida del cine fue tremenda. Y, luego, el reponernos. Mi padre era muy optimista, y no recuerdo haber escuchado nunca una queja o una expresión de amargura. Simplemente, volvió a trabajar... y sí, nos tocaba llevar las películas... Hubo una vez que la camioneta no funcionaba... y nos tocó ir como en expedición cargando proyectores, películas, carteles... Subsistir precariamente... ese era nuestro modo de vida...
Tengo recuerdos de haber visto gente que nunca había visto cine, que llegaban fascinados, y esa sorpresa de ver que en la pantalla empiezan a surgir imágenes en movimiento, y que cantan... Entonces, la emoción de los espectadores ante este suceso... la curiosidad, el júbilo, la emoción, la algarabía por ver cine...
Cuando llegaba la camioneta se prendía la planta eléctrica que llevaba en la redila, ponían el tocadiscos, que tenía que tener mucho cuidado por el movimiento, y luego empezaba a anunciar por el micrófono, desde que entraba al pueblo. Y, entonces, la gente, se empezaba a escuchar el rumor. La gente acudía, los niños empezaban a perseguir la camioneta, y nos acompañaban hasta el local...
Había esa emoción porque iba a haber cine ese día. El cine era una ventana al mundo. Eran pueblos tan aislados, tan solitarios, que la radio y el cine eran nuestro único acceso al mundo exterior, que nos lo imaginábamos a partir de ellos"
Hace unos días, en una publicación mía sobre la delincuencia juvenil, intervino el director mexicano Juan Antonio de la Riva miembro de este grupo (Cinéfilos del Mundo - Facebook) desde hace unos meses. Le pregunté si él había realizado alguna película sobre ese tema y me comentó que sí, que “El gavilán de la sierra” (2002). La busqué, pero no la encontré. Como vi hace unos meses una película suya, “Pueblo de madera” (1990), por la publicación de Francisco Huertas Hernández , busqué más y me encontré con su ópera prima “Vidas errantes”.
Cinta ganadora de numerosos premios en varios países, entre los que se encuentra España, con el premio FIPRESCI en el Festival de San Sebastián.
Este comienzo en el largometraje me ha dejado un muy buen sabor de boca. Al inicio se la dedica a sus padres y se aprecia el cariño con que está realizada, constituyendo un auténtico homenaje al cine, su oficio, pero también un homenaje hacia a esas gentes anónimas, cinéfilas, que, sin darse importancia, recorrían a duras penas zonas rurales, en este caso la Sierra de Durango, para hacer llegar el séptimo arte a pequeñas poblaciones. Homenaje al cine clásico de México e imagino, sin haberlo leído, a los padres del director que despertarían su amor por el cine.
Recuerdo que mi madre me contaba eso de pequeña, lo mismo que sale en la película “Cinema Paradiso”, posterior tres años a ésta, que era un oficio duro, por la continua itinerancia y las condiciones en que vivían. También me contaba que, en una época de censura en España, las escenas algo subidas de tono se cortaban y que por eso los hombres se volvieron locos cuando el sensual baile del bayón ("Baiao de Anna") de Silvana Mangano pudieron verlo completo y obligaron al señor que la proyectaba a pasarlo varias veces seguidas entre gritos y algarabía.
Esperaban el acontecimiento las personas humildes con la llegada de Francisco -conocido como Pancho- y su ayudante Guillermo, una pareja que llevaba un soplo de aire fresco e ilusión por imaginar y soñar otras vidas en esa sábana mágica que proyectaba westerns patrios exaltados, melodramas y comedias. Películas mexicanas que expresan el amor por el cine de su país e imagino por el dulce recuerdo de las que veía en su infancia como nos pasó a todos. Historias que nos dejan huella para siempre ligadas a algún acontecimiento vital de relevancia.
Es una historia sencilla, narrada con tranquilidad, paciencia, en la que el tiempo no presiona, al igual que el proyecto de tener su propio cine de Francisco. Una ilusión que va materializando muy lentamente porque, como dice él “las cosas se hacen poco a poco para que salgan bien”. Una persona anónima, tremendamente optimista, incansable, que es a menudo interrogado por su discípulo sobre sus inicios en este bello y desinteresado oficio, al que él responde con naturalidad, sin darle ninguna trascendencia, pero que en sus actos sí denota que quiere transmitir su amor por el cine cuando le enseña el “corazón” del proyector que limpia por dentro a Guillermo, diciéndole que, sin él, el cine no podría existir.
Cinta ganadora de numerosos premios en varios países, entre los que se encuentra España, con el premio FIPRESCI en el Festival de San Sebastián.
Este comienzo en el largometraje me ha dejado un muy buen sabor de boca. Al inicio se la dedica a sus padres y se aprecia el cariño con que está realizada, constituyendo un auténtico homenaje al cine, su oficio, pero también un homenaje hacia a esas gentes anónimas, cinéfilas, que, sin darse importancia, recorrían a duras penas zonas rurales, en este caso la Sierra de Durango, para hacer llegar el séptimo arte a pequeñas poblaciones. Homenaje al cine clásico de México e imagino, sin haberlo leído, a los padres del director que despertarían su amor por el cine.
Recuerdo que mi madre me contaba eso de pequeña, lo mismo que sale en la película “Cinema Paradiso”, posterior tres años a ésta, que era un oficio duro, por la continua itinerancia y las condiciones en que vivían. También me contaba que, en una época de censura en España, las escenas algo subidas de tono se cortaban y que por eso los hombres se volvieron locos cuando el sensual baile del bayón ("Baiao de Anna") de Silvana Mangano pudieron verlo completo y obligaron al señor que la proyectaba a pasarlo varias veces seguidas entre gritos y algarabía.
Esperaban el acontecimiento las personas humildes con la llegada de Francisco -conocido como Pancho- y su ayudante Guillermo, una pareja que llevaba un soplo de aire fresco e ilusión por imaginar y soñar otras vidas en esa sábana mágica que proyectaba westerns patrios exaltados, melodramas y comedias. Películas mexicanas que expresan el amor por el cine de su país e imagino por el dulce recuerdo de las que veía en su infancia como nos pasó a todos. Historias que nos dejan huella para siempre ligadas a algún acontecimiento vital de relevancia.
Es una historia sencilla, narrada con tranquilidad, paciencia, en la que el tiempo no presiona, al igual que el proyecto de tener su propio cine de Francisco. Una ilusión que va materializando muy lentamente porque, como dice él “las cosas se hacen poco a poco para que salgan bien”. Una persona anónima, tremendamente optimista, incansable, que es a menudo interrogado por su discípulo sobre sus inicios en este bello y desinteresado oficio, al que él responde con naturalidad, sin darle ninguna trascendencia, pero que en sus actos sí denota que quiere transmitir su amor por el cine cuando le enseña el “corazón” del proyector que limpia por dentro a Guillermo, diciéndole que, sin él, el cine no podría existir.
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) & Guillermo (Ignacio Guadalupe) entran en el local -de madera siempre- donde proyectarán sus películas en la tarde
Un plano a contraluz que recuerda a "The Searchers" (1956) de John Ford. Villarias y De la Riva no son muy dados a encuadres estetizantes o poéticos. Su estilo visual tiende a ser neutro, "invisible". La cámara no está nunca demasiado cerca (casi no hay primeros planos), ni demasiado alta o baja, sino a la altura de la mirada.
Este no aproximarse "demasiado" a los personajes de la cámara indica un cierto pudor del director. El retrato psicológico no está perfilado. Prevalece una "acción" discreta (sin aventuras ni desventuras excesivas) en la que la "vista" ejerce el papel protagónico: una "doble visión". El espectador "ve" a los personajes (Primer nivel de visión) que, a su vez, "ven" las películas proyectadas (Segundo nivel de visión). Los sentimientos de Pancho y Guillermo son "ecos" de las historias cinematográficas que proyectan
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) coloca un disco para anunciar la función por las bocinas
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, o Pancho (José Carlos Ruiz) al micrófono anuncia el programa doble
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Guillermo (Ignacio Guadalupe) & Pancho, o Francisco (José Carlos Ruiz) cuelgan la tela blanca que servirá de pantalla
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Guillermo (Ignacio Guadalupe) & Francisco (José Carlos Ruiz) montando el proyector para la función vespertina
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) & Guillermo (Ignacio Guadalupe) montando el proyector para la función vespertina
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Pedro Armendáriz en "Los hermanos Del Hierro" (1961) de Ismael Rodríguez
Cortesía de Cima Films
"Film encuadrado dentro del cine de prestigio mexicano que se aventuraba por géneros en apariencia menores. En efecto, dentro de los lineamientos del western tradicional, el realizador y su guionista, rastreaban en los orígenes de la violencia. Una suerte de vicio que corrompía y devoraba a una familia norteña; los Del Hierro, cuya madre (Columba Domínguez) acaricia una ansiada venganza en contra del asesino de su marido baleado ante los ojos de sus dos pequeños hijos educados en el odio y el desquite. Basada en un hecho real, se ambienta en una agreste tierra de nadie donde reina la violencia, la muerte, adornada con las elegantes imágenes y alardes técnicos del fotógrafo Rosalío Solano".
Jorge Ayala Blanco, historiador y crítico de cine, la llamó "la película más perfecta del cine mexicano".
Comienza aquí el homenaje a la historia del cine mexicano que forma parte de la infancia de Juan Antonio de la Riva
"Los hermanos Del Hierro" (1961). Ismael Rodríguez
Cortesía de Cima Films
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Espectadores viendo "Los hermanos Del Hierro" (1961) de Ismael Rodríguez, en travelling
La gente de San Miguel y otros pueblos da el "toque" neorrealista a estas películas de Durango de Juan Antonio de la Riva. Son personas "de verdad", en medio de actores que actúan lo más "de verdad" posible
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz). Pancho -el proyeccionista vocacional- en uno de los rarísimos primeros planos (no absoluto) de la película
El "hombre que mira" lo que otros "miran". El hombre que "alquila" miradas.
Si Dziga Vertov (1896-1954) realizó "Человек с киноаппаратом" (1929) (El hombre de la cámara) para mostrar cómo se crean las imágenes, ahora vemos el otro extremo del proceso: cómo se "re-crean" (exhiben)
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
"Los hermanos Del Hierro" (1961). Ismael Rodríguez
Cortesía de Cima Films
La viuda (Columba Domínguez). Final de la película. La mujer espectral en un zoom in pronuncia grandilocuente estas palabras: "¡Qué sensación tan extraña. Ese maldito camino vacío: qué oscuro, qué frío!" Un plano de dos cadáveres junto a un caballo mientras suena la canción "Dos palomas al volar". El mejor western mexicano según la crítica.
La gran actriz Columba Domínguez es la homenajeada en "Vidas errantes" con su presencia en diferentes cintas clásicas del cine mexicano.
Columba Domínguez (Guaymas, Sonora, 1929 - Ciudad de México, 2014), actriz, cantante y pintora mexicana. Se hizo famosa con su papel en "Maclovia" (1948) de Emilio Fernández, con el que mantuvo una relación sentimental. Sus films más importantes fueron: "Río Escondido" (1948), "Maclovia" (1948), "Pueblerina" (1948), "La Malquerida" (1949), "Reportaje" (1953), todas dirigidas por Emilio Fernández; "Historia de un abrigo de mink" (1955) de Emilio Gómez Muriel; "El río y la muerte" (1955) de Luis Buñuel; "Ladrón de cadáveres" (1957) de Fernando Méndez; "Ánimas Trujano" (1961) de Ismael Rodríguez; "Los hermanos Del Hierro" (1961) de Ismael Rodríguez; "Paloma herida" (1962) de Manuel Zeceña
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Escuela Primaria Urbana Artículo 123. Miguel Hidalgo
San Miguel de Cruces
Aquí se proyectarán films en la tarde
La fidelidad del director a los espacios retoma esta misma escuela al comienzo de "Pueblo de madera" (1990): dos niños de trece años (José Luis y Juan José) que han terminado la educación primaria en la Escuela "Artículo 123"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Carteles de películas mexicanas: "El automóvil gris" (1919) de Enrique Rosas, la más famosa película muda mexicana; y a la derecha, "Tres lecciones de amor" (1959) de Fernando Cortés, delante de "Pueblerina" (1948) de Emilio Fernández, "Nosotros los pobres" (1948) de Ismael Rodríguez, y encima de "Revancha" (1948) de Alfonso Gout
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) & Guillermo (Ignacio Guadalupe)
Durmiendo en el piso del cine encima de los carteles que "acolchan" la dureza del suelo
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Cine "Durango". Durango
Cine Durango. Ubicado entre las calles Victoria y Aquiles Serdan. Fue inaugurado en Diciembre de 1957
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, o Pancho (José Carlos Ruiz) dibujando el plano de su cine Analco sobre carteles de cine usados
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) con plano de su cine Analco encima de un cartel de "Tiburoneros" (1963) de Luis Alcoriza
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) dibujando el nombre de su cine Analco
Sobre el nombre del cine dice Juan Antonio de la Riva: "Es el nombre tepehuán del lugar donde se fundó la ciudad de Durango. Ahora es un barrio tradicional de ahí mismo y me pareció un nombre adecuado para el cine de la película"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) construyendo el cine Analco, de madera
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco (José Carlos Ruiz) & Doña Luisa (Eugenia D'Silva)
Una tan discreta historia de amor, que no parece amor. La señora que de albergue y comida a los viajeros. Una mujer sola, independiente, fuerte y sin prejuicios.
¿Cuándo se conocieron Pancho y Luisa? Parece que fue hace largo tiempo.
Lo que he señalado a propósito de los sentimientos de los personajes -contenidos, latentes- se manifiesta en secuencias tan escuetas como ésta: el director no se atreve ni siquiera aquí con el primer plano
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Mercedes (Columba Domínguez) en "El río y la muerte" (1954) de Luis Buñuel
"Una larga cadena de muertes por venganza y honor entre familias enemigas provoca que el joven médico Gerardo tenga que regresar a su pueblo. Ante la frialdad de su madre, Gerardo se verá obligado a continuar el enfrentamiento"
"El río y la muerte" (1954). Luis Buñuel
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Paloma (Columba Domínguez) en "Pueblerina" (1948) de Emilio Fernández
"Tras cumplir una condena por vengar la violación de su novia Paloma por Julio González, Aurelio vuelve a su pueblo. Al llegar se entera de que su madre ha muerto y que su novia vive exiliada del pueblo con su hijo, fruto de la violación. Aurelio decide casarse con ella y olvidar el pasado, pero Julio y su hermano Ramiro no están dispuestos a dejarlos en paz"
"Pueblerina" (1948) de Emilio Fernández
Versión coloreada. HD
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz) & Guillermo (Ignacio Guadalupe)
Limpiando el proyector Pancho reflexiona sobre el cine:
"A mí todavía me tocó trabajar con aquellos proyectores de manivela, de los primeros aparatos de cine que hubo. Entonces cuando se quemaban las películas, cuidado, ardían como gasolina. Por eso había que tener siempre un balde de agua en la mano"
"Oiga, Don Panchito, ¿cómo fue que se metió al cine?" pregunta Guillermo, el ayudante
"Pues pagando mi boleto" responde en broma Don Pancho. "Andando por ahí, me topé con un maestrito que tenía uno de esos proyectores que te digo"
"Mira, Guillermo, fíjate bien" añade Pancho señalando el motor eléctrico del proyector, "éste es el mero corazón de todo. Sin esta pieza no habría cine"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Paloma (Columba Domínguez) y Aurelio (Roberto Cañedo) bailan en "Pueblerina" (1948) de Emilio Fernández
Versión coloreada. HD
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Conjunto Norteño (Eulalio Ríos Galván, Efrén Pérez Escobedo, Raymundo Enríquez)
El baile -junto con el cine- eran las únicas diversiones del mundo rural. En esto la semejanza con España es total. El baile es amenizado por el Conjunto Norteño
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
La muchacha (Josefina González) & Guillermo (Ignacio Guadalupe)
Sospecho que la chica no es una actriz profesional sino una habitante del pueblo. Una leve y rápida historia de amor, que surge con las miradas en el cine, y continúa en el baile
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
La muchacha (Josefina González) & Guillermo (Ignacio Guadalupe)
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Tin Tan (Germán Valdés) en "Calabacitas tiernas" (1949) de Gilberto Martínez Solares
"Accidentalmente, Tin Tan se relaciona con un pícaro empresario arruinado que lo hace pasar por sí mismo para evitar dar la cara ante sus acreedores. En su nueva personalidad, Tin Tan monta un espectáculo musical con la brasileña Rosina, la cubana Amalia, la mexicana Nelly y la niña española Gloria. Coqueto y carismático, Tin Tan provoca que las mujeres, incluyendo a la simpática sirvienta Lupe, se peleen por su amor y por el crédito principal del espectáculo que ha sido financiado -sin que nadie lo sepa- con dinero inexistente"
"Germán Valdés (Tin-Tan), al despojarse de su personalidad de pachuco para convertirse en un pícaro urbano, se convirtió en el mejor actor de comedia del cine mexicano"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Guillermo (Ignacio Guadalupe)
Lindo plano a contraluz de Guillermo "iluminado" por la luz del proyector. Eso es el cine: luz física que proyecta sombras en movimiento, y "luz" del alma que sueña, imagina y desea otro "mundo" que dura lo que dura la película
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Tin Tan (Germán Valdés) en "Calabacitas tiernas" (1949). Gilberto Martínez Solares
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Robando carteles de películas en la noche. ¿Un homenaje a "La nuit américaine" (1973) de François Truffaut?
"La nuit américaine" (1973). François Truffaut
El sueño de Bertrand robando carteles de "Citizen Kane" (1941) de Orson Welles
El sueño de Bertrand robando carteles de "Citizen Kane" (1941) de Orson Welles
El acto impulsivo (principio del placer) de robar lo prohibido (lo prohibido es aquello que no nos pertenece por el principio de realidad). Un fotocromo, o cartel, no es algo "tabú" en sí, pero sí lo es que el "reino de lo imaginario" del cine no nos pertenece en la realidad.
"Robar" con "nocturnidad" el cartel es "violar" la ley de la "sumisión" a lo "real", o sea, al "aplazamiento" del "deseo".
Todo deseo es alucinatorio. Y el cine es la alucinación sexual y agresiva, la fantasía del final feliz, el paraíso de la "acción" sin fin, de la infancia en color, la fantasía de omnipotencia infantil.
Ésta es mi interpretación psicoanalítica de una escena onírica de Truffaut que he vivido como algo imperiosamente propio, y que "Vidas errantes" repite, porque todo deseo es una compulsión de repetición, o dicho de otro modo, un alterado principio del placer que no descarga libido sino que la acumula ab aeterno y pro omni aeternitate.
La libido es una reserva psicofísica que nace y arde en el continente instintivo-imaginario. El humano es el ser que despliega su instinto en la fantasía (imaginario), y el cine cumple esa función libidinosa
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
El Gavi (Juan Manuel Luévanos) & Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz)
Importante reflexión popular sobre la verosimilitud del cine. Gavi dice: "¿Te platiqué de aquel cuate que ya no va al cine?". "¿Por qué?" responde Pancho.
"Se dio cuenta que los artistas no se mueren ya de veras" sentencia Gavi.
"Si se murieran ya de veras ya no habrían más películas" rezonga Pancho llevando una caja con una bobina
El artista (como el director de cine) está en el terreno del mito (μῦθος), no del logos (λóγος), porque el "cuento" se opone al "discurso verificable, argumentativo". En cierto sentido, la sucesión de imágenes y sonidos de los relatos orales, o cuentos, estimulan la imaginación, pero atrofian la razón. Eso es el arte. El "saber" racional (matemático y filosófico) es un discurso escrito (numérico o verbal) sometido a la lógica (coherencia interna).
Platón tiene una visión negativa de la mímesis artística, pero Aristóteles ofrece una visión positiva.
Lo importante no es que "el artista se muera de veras" sino que "parezca que se muere de veras". Pero, ¿para qué? Eso es lo que preocupa a Aristóteles (384-322 aC) cuando define una forma artística, la tragedia:
"La tragedia es imitación de una acción noble y completa, de extensión determinada, en lenguaje adornado, según la apariencia de cada parte, por medio de actores (personajes que actúan) y no de relato, que mediante la compasión y el terror produce la purificación (purga, catarsis) de tales pasiones"
(ἔστιν οὖν τραγῳδία μίμησις πράξεως σπουδαίας [25] καὶ τελείας μέγεθος ἐχούσης, ἡδυσμένῳ λόγῳ χωρὶς ἑκάστῳ τῶν εἰδῶν ἐν τοῖς μορίοις, δρώντων καὶ οὐ δι᾽ ἀπαγγελίας, δι᾽ ἐλέου καὶ φόβου περαίνουσα τὴν τῶν τοιούτων παθημάτων κάθαρσιν)
"Llamo lenguaje adornado al que incluye ritmo y armonía"
Según Aristóteles el arte literario (y esto vale para el cine) debe provocar en el espectador una reacción emocional (catarsis), debe hacer creer al espectador que el personaje sufre y muere, y, por tanto, mediante la identificación (empatía) sufrir con él, liberando así nuestras tensiones. Esa es la manera en que el arte purifica nuestros miedos (catarsis): gritamos, lloramos y reímos descargando nuestras pasiones. Solo mediante la imitación de acciones nobles y elevadas consigue el arte serio esto. Es la tragedia. Creemos en la "muerte de veras" del héroe porque es grandiosa, o se debe a causas mayores (la voluntad de los dioses, el destino).
Claro que en la comedia (arte burlesco), Aristóteles dice que se representa al ser humano innoble y bajo:
"La misma distinción hay entre tragedia y comedia, pues la comedia tiende a representar a los hombres como peores y la tragedia mejores que en la vida real".
Pero la imitación es la fuente de la verosimilitud siempre que provoque la catarsis emocional ayudada por el ritmo y la armonía.
En el cine habrá que morir de forma verosímil para que el espectador llore, porque en ese momento el entendimiento está obnubilado por el sentimiento: aunque sepamos que el artista no muere de veras, lo sentimos igualmente verdadero al llorar, al conmovernos.
La mímesis aristotélica adapta la acción a características universales. Los hechos que acontecen reflejan no lo individual sino lo general.
"Morir de veras" es el acto de emoción catártica que el espectador experimenta respecto a un personaje portador de características universales. No es "fulanito" quien muere sino el "héroe", el "villano", el "amante", el "valiente", el "padre", el "hijo"... Y como cada uno de nosotros es todo eso, nos identificamos.
La imaginación como "realidad del deseo" o "deseo de irrealidad" es el medio de realización de esta "verosimilitud" de "creer que muere de veras" quien sabemos que no muere. La imaginación como deseo de lo prohibido rompe el límite entre la vida como orden y obediencia y el sueño como caos y libertad (una concepción inconsciente de la libertad es la abolición de todo orden racional, de toda obediencia a la ley)
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Guillermo (Ignacio Guadalupe) & la muchacha (Josefina González). Escena de amor
Sobre el piso cubierto de carteles de cine consumará su amor la joven pareja. La "unión" física sobre las imágenes de los sueños de celuloide.
"O ein Gott ist der Mensch, wenn er träumt, ein Bettler, wenn er nachdenkt" ("El hombre es un dios cuando sueña, un mendigo cuando reflexiona") escribió Friedrich Hölderlin (1770-1843) en "Hyperion" en 1797. Distaba un siglo de la invención del cinematógrafo: una máquina de sueños de realidad consistente.
El sueño es la patria del artista. El cineasta sueña en celuloide -bueno, así fue durante un siglo hasta la invención de lo digital- y el espectador despierta de su vigilia en la patria del artista, soñando juntos, quizás cada uno a su manera.
En esto siempre recuerdo el bellísimo capítulo 143 de "Rayuela" (1963) de Julio Cortázar (1914-1984), cuando por la mañana Traveler y Talita despertaban y se contaban sus sueños:
"En el recuento matinal Talita ponía placer o congoja, pero Traveler se obstinaba secretamente en buscar las correspondencias. ¿Cómo era posible que la compañía diurna desembocara inevitablemente en ese divorcio, esa soledad inadmisible del soñante?(...)
Durante mucho tiempo esperó un milagro, que el sueño que Talita iba a contarle por la mañana fuera lo que él había soñado. Lo esperó, lo incitó, lo provocó apelando a todas las analogías posibles, buscando semejanzas que bruscamente lo llevaran a un reconocimiento (...)
Traveler siguió confiando y esperando cada vez menos. Los sueños volvieron, cada uno por su lado. Las cabezas dormían tocándose y en cada una se alzaba el telón sobre un escenario diferente. Traveler pensó irónicamente que parecían los cines contiguos de la calle Lavalle, y alejó del todo su esperanza. No tenían ninguna fe en que ocurriera lo que deseaba, y sabía que sin fe no ocurriría. Sabía que sin fe no ocurre nada de lo que debería ocurrir, y con fe casi siempre tampoco".
Este soñar separados que tanto torturaba al personaje de Cortázar, no es más que la realidad individual humana, en la que cada cual teje con recuerdos, impresiones, deseos y pensamientos un sueño y una vida.
En el cine también estamos juntos viendo la misma película, y cuando salimos resulta que hemos visto cosas distintas.
Pero benditos sueños que nos hacen volar, aunque los escenarios de cada espectador hayan adquirido una coloración sentimental y valorativa diferente, como los sueños paralelos que jamás convergían de Talita y Traveler.
Soñemos, pues, en cinemascope, vistavision, 3D, juntos, y separados, pues como dijo el poeta los dioses se hacen soñando
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Guillermo (Ignacio Guadalupe) & la muchacha (Josefina González). Escena de amor
Plano lateral hermosísimo de miradas embelesadas. ¿Pero que hay detrás, en medio? Sí: un rollo de celuloide, cine.
Nos enseñaron a amar en las películas. El amor "romántico" fue un invento literario, pero en el siglo XX se transformó en cinematográfico
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Dionisio Pinzón (Ignacio López Tarso) & Bernarda Cutiño, la Caponera (Lucha Villa) en "El gallo de oro" (1964) de Roberto Gavaldón
"Basada en un cuento de Juan Rulfo (1917-1986), adaptado por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, es la historia de "un pobre pregonero que, tras la muerte de su madre, ve su suerte cambiada por un gallo. Al asistir a una feria, le regalan el gallo perdedor de una pelea, él cual se encontraba ya en muy mal estado. Con cariños y cuidados del pregonero, Dionisio Pinzón, logra hacer que el gallo se recupere y vuelva a las peleas, presentándolo como su "gallo de oro". Tras ganarle a uno de los gallos del famoso gallero Lorenzo Benavides, este último se empeña en adquirir al gallo de oro y asociarse con Pinzón. Con la ayuda de la "Caponera", Benavides se asocia con Pinzón, sin embargo este trato no dura mucho y al final estos dos se enfrentan en una última pelea de gallos"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Dionisio Pinzón (Ignacio López Tarso) & Bernarda Cutiño, la Caponera (Lucha Villa) en "El gallo de oro" (1964) de Roberto Gavaldón
"El gallo de oro" (1964). Roberto Gavaldón
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
La muchacha (Josefina González) y el "Cristero" (Eduardo Sigler)
Una improbable amistad entre un retrasado y una chica sin estudios. Ambos colaboran en la construcción del cine "Analco" en las afueras de San Miguel de Cruces
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz) pintando el letrero del Cine Analco
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
El "Cristero" (Eduardo Sigler) & Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz) decorando con cartelería el Cine "Analco"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz), Guillermo (Ignacio Guadalupe), Doña Luisa (Eugenia D'Silva) & la muchacha (Josefina González) estirando la tela-pantalla del nuevo cine
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Fuego y Sueños
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz), la muchacha (Josefina González) & Guillermo (Ignacio Guadalupe) anunciando nuevos programas dobles en su cine ambulante
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Los niños corren tras la camioneta del cine ambulante
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Niños, el movimiento de la alegría. Cine, la alegría del movimiento
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
La muchacha (Josefina González) & Guillermo (Ignacio Guadalupe) colocando carteles de películas "inventadas" -imaginadas- por Juan Antonio de la Riva: "El gavilán de la sierra" y "Socios para el peligro y la aventura"
A este respecto el director nos cuenta lo siguiente: "Era solo un título que me resultaba muy atractivo y que cierra la parte final cuando Francisco y su pareja de ayudantes reinician la exhibición de películas. Ni "El gavilán de la sierra" ni la otra película citada, "Socios para el peligro y la aventura" existían. Unos años mas tarde escribí un guion sobre un caso delictivo en ésta región y decidí titularlo "El gavilán de la sierra" que como ya le había comentado es sobre jóvenes delincuentes en esta región"
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Francisco, conocido como Pancho (José Carlos Ruiz), Guillermo (Ignacio Guadalupe) & la muchacha (Josefina González). Plano final que se oscurece conforme el proyector ilumina la pantalla. Pero se dirige a nosotros, los espectadores, invitándonos a seguir soñando en el cine
Vemos desfilar a actores como Columba Domínguez, Miguel Torruco, Roberto Cañedo, Germán Valdés e Ignacio López Tarso, entre otros, delante de unas perplejas caras que observamos en un hermoso travelling y también vemos cómo un niño se lleva el cartel de una de esas grandes películas a casa, como hubiéramos deseado todos de pequeños. Y qué mejor que sucumbir al amor sobre una cama en el suelo hecha de fotos y carteles de todas esas películas en una escena de gran delicadeza. Porque el cine cala muy hondo, tanto, como a aquel señor que dice que ya no va más “porque los artistas no mueren de veras”… O aquél que comenta que ya no se hace cine como antes, en una melancólica mirada del director al pasado. Y es que en esta película nos reconocemos, por lo que nos han contado, por nuestras vivencias entorno a él.
Al final de la película veo que las imágenes pertenecen a las películas “Los hermanos Del Hierro”, "El río y la muerte", “Pueblerina”, “Calabacitas tiernas”, “El gallo de oro” y “Los tres calaveras”. Sólo he visto el cine de Buñuel y Gavaldón de los directores que salen.
Cada país tiene su homenaje al cine y el de México es el de “Vidas errantes”.
Cada país tiene su homenaje al cine y el de México es el de “Vidas errantes”.
Estrella Millán Sanjuán. 2021
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Carteles mexicanos
Cedidos por Juan Antonio de la Riva
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Cartel mexicano. Cineteca Nacional de México
Cedido por Juan Antonio de la Riva
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Cartel
1985
México
95 minutos
Dirección: Juan Antonio de la Riva
Dirección: Juan Antonio de la Riva
Guion: Juan Antonio de la Riva, Tomás Pérez Turrent
Producción: Juan Antonio de la Riva, Héctor López
Música: Antonio Avitia
Fotografía: Leoncio Cuco Villarias
Montaje: Luis Kelly
Decorados: Josefina Gonzáles de la Riva
Sonido: Óscar Mateos, Lenin Rojo
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
Foto promocional: José Carlos Ruiz, Josefina González & Ignacio Guadalupe
Fotografía cedida por Juan Antonio de la Riva
Reparto:
José Carlos Ruiz: Francisco, o Pancho, Don Panchito, Don Pancho
Ignacio Guadalupe: Guillermo
Gabriela Olivo de Alba: Laurencia
Francisco Javier Gómez: Profesor Lencho, Lorenzo
José Carlos Ortega: Viajero1
Juan Manuel Reyes: Viajero 2
Gaspar Laviada: Don Copo
José Manuel García: Melo el carpintero
Eduardo Ziegler: Cristero
Eugenia D'Silva: Doña Luisa
Cándido Valenzuela: Velador
Daniel Ramos Herrera: Trabajador
Pedro Armendáriz Jr.: El ingeniero
Gilberto Tovalin: Hombre a caballo
Josefina González: La muchacha
Antonio Tovalin: Hombre armado 1
Epifanio Alvarado: Hombre armado 2
Juan Manuel Luévanos: El Gavi
José Carlos Ruiz: Francisco, o Pancho, Don Panchito, Don Pancho
Ignacio Guadalupe: Guillermo
Gabriela Olivo de Alba: Laurencia
Francisco Javier Gómez: Profesor Lencho, Lorenzo
José Carlos Ortega: Viajero1
Juan Manuel Reyes: Viajero 2
Gaspar Laviada: Don Copo
José Manuel García: Melo el carpintero
Eduardo Ziegler: Cristero
Eugenia D'Silva: Doña Luisa
Cándido Valenzuela: Velador
Daniel Ramos Herrera: Trabajador
Pedro Armendáriz Jr.: El ingeniero
Gilberto Tovalin: Hombre a caballo
Josefina González: La muchacha
Antonio Tovalin: Hombre armado 1
Epifanio Alvarado: Hombre armado 2
Juan Manuel Luévanos: El Gavi
Presentación del director, Juan Antonio de la Riva (en el centro), de la película "Vidas errantes" (1985)
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Comentarios de nuestros lectores:
- Francisco Huertas Hernández: "He escrito estas reflexiones sobre el cine a partir de "Vidas errantes" de Juan Antonio de la Riva, porque, siendo profesor de Secundaria, en España, he usado el cine como herramienta didáctica desde hace más de 30 años. El cine es el séptimo arte, aunque está (como otras muchas artes) escindido en entretenimiento y cultura. Los maestros de Hollywood supieron unir ambas. Juan Antonio de la Riva, en su primer largometraje, recuerda la diversión infantil que el cinematógrafo supuso para los niños del apartado mundo rural, aunque también esos films de la edad de oro del cine mexicano alcanzaron valor estético.
He apuntado (aunque no desarrollado) el valor de la "mirada" en el cine. Y esta película duplica la "mirada", lo que vale "doblar" el amor del que mira"
- Juan Antonio de la Riva: "Estimada Estrella Millán Sanjuan, muchas gracias por su comentario sobre mi primera película. Me siento emocionado por la manera en que se expresa de ella. Para complementar su información le comento que yo soy originario del pueblo de San Miguel de Cruces en la Sierra de Durango, el lugar donde se ubica la acción de "Vidas errantes" y "Pueblo de madera". Mi padre fue exhibidor de cine ambulante en esa región y luego se estableció con su propia sala cinematográfica en ese lugar. Aquello era un pequeño negocio en el que toda la familia participaba. Por alguna razón todas aquellas películas que vi en mi infancia y que me eran fascinantes determinaron que en 1975 me fuera a la Ciudad de México a estudiar cine. Ambas películas tienen muchos elementos de carácter autobiográfico. Lo que se cuenta en ellas tiene una base real que vivimos en esa región. Sus personajes por supuesto que tienen las mismas características. En el caso de Francisco, el personaje de "Vidas errantes", tiene mucho de la personalidad de mi padre y una parte de la historia que el vivió en aquellos lugares su comportamiento y sus diálogos también. Yo traté en ambas películas de estos lugares y personajes que me son entrañables y desde luego, en el caso de "Vidas errantes", de hacer un sincero homenaje al cine mexicano. Le envío un afectuoso saludo y estaré pendiente de sus publicaciones"
Invitación para exhibición en Polonia del film mexicano "Vidas errantes" (1985) de Juan Antonio de la Riva. Título polaco: "Tułacze życie"
Documento aportado amablemente por Juan Antonio de la Riva
- Estrella Millán Sanjuán: "Juan Antonio de la Riva, muchísimas gracias por su extenso comentario y respuesta.
Su película destila afecto, homenaje al cine y yo intuía algún lazo fuerte afectivo hacia la familia, pero no tenía ningún dato.
Ahora lo entiendo más y la película me llega más aún. Los padres que aman el cine lo transmiten y eso es maravilloso. A mí me pasó igual.
Es un honor para mí que se haya emocionado leyéndolo, no sabía siquiera si llegaría a hacerlo.
También vi hace unos meses la de "Pueblo de madera", por la publicación de Francisco Huertas en su blog (este blog) y me gustó mucho. Y me gusta también que tenga aspectos autobiográficos. Intentaré ver algo más, si lo encuentro.
Un afectuoso saludo"
- Juan Antonio de la Riva: "Estrella Millán Sanjuán, con el gusto de haber leído su reseña sobre mi película le comparto estos tres carteles de la misma"
- Estrella Millán Sanjuán: "Quería agradecer al director de esta sentimental película que le haya gustado mi reseña, que la haya compartido en su perfil e incluso me comente que le ha emocionado. Y los datos autobiográficos que cita me gustan particularmente.
Un honor para mí. La película lo merece.
Un afectuoso saludo para Juan Antonio de la Riva"
- Estrella Millán Sanjuán: "Hablando de esta publicación con mis hermanos, me recuerdan una anécdota de mi padre, que trabajaba en la Biblioteca de mi pueblo y también proyectó un tiempo cine.
"Papá proyectaba cine en Santa Eulalia y otras aldeas del término municipal.
Primero ponía el primer rollo y luego se volvía con esta moto Guzzi corriendo a Úbeda para recoger el segundo que se estaba proyectando en algún cine de la ciudad y volver con él""
- Aristeo Jiménez: ¿Por qué el cine de "Vidas errantes" se llama Analco?
"Vidas errantes" (1985). Juan Antonio de la Riva
3 carteles
Un honor para mí. La película lo merece.
Un afectuoso saludo para Juan Antonio de la Riva"
- Estrella Millán Sanjuán: "Hablando de esta publicación con mis hermanos, me recuerdan una anécdota de mi padre, que trabajaba en la Biblioteca de mi pueblo y también proyectó un tiempo cine.
"Papá proyectaba cine en Santa Eulalia y otras aldeas del término municipal.
Primero ponía el primer rollo y luego se volvía con esta moto Guzzi corriendo a Úbeda para recoger el segundo que se estaba proyectando en algún cine de la ciudad y volver con él""
- Manuela Pilar Millán Sanjuán: "Maravillosa reseña Estrella Millán Sanjuán. El cine marca, influye, abre los ojos, impacta.. "Porque el cine cala muy hondo, tanto, como a aquel señor que dice que ya no va más “porque los artistas no mueren de veras”… O aquél que comenta que ya no se hace cine como antes, en una melancólica mirada del director al pasado. Y es que en esta película nos reconocemos, por lo que nos han contado, por nuestras vivencias entorno a él" Precioso"
- Aristeo Jiménez: ¿Por qué el cine de "Vidas errantes" se llama Analco?
- Juan Antonio de la Riva: "Es el nombre tepehuán del lugar donde se fundó la ciudad de Durango. Ahora es un barrio tradicional de ahí mismo y me pareció un nombre adecuado para el cine de la película ¡Saludos Aristeo!"
- Estrella Millán Sanjuán: "Querría preguntarle a Juan Antonio de la Riva si la película "El gavilán de la sierra" que se cita al final en el programa doble por megafonía, es una clásica titulada igual o alude a un proyecto que ya tenía en mente sobre la que hizo en 2002"
- Juan Antonio de la Riva: "Era solo un título que me resultaba muy atractivo y que cierra la parte final cuando Francisco y su pareja de ayudantes reinician la exhibición de películas. Ni "El gavilán" ni la otra película citada, "Socios para el peligro y la aventura" existían. Unos años mas tarde escribí un guion sobre un caso delictivo en ésta región y decidí titularlo "El gavilán de la sierra" que como ya le había comentado es sobre jóvenes delincuentes en esta región. Le mando un afectuoso saludo Estrella Millán Sanjuán"
- Miguel Hipólito González Robledo: "Orgullosamente participé en esa película... en el papel de novio... Bonita experiencia y bonitos recuerdos"
- Juan Antonio de la Riva: "De verdad que grata sorpresa la manera en que mi trabajo como director de cine es apreciado con tanto esmero. Cada etapa de una película es realizada con un especial cuidado, con muchas horas de trabajo, de reflexión antes de cada decisión creativa que le irá dando forma a la futura obra. Es un proceso arduo, a veces angustiante, que llega a provocar un estado de inquietud permanente. Cuando la película está terminada de filmar, vienen nuevos retos antes de concluir las diferentes etapas de post producción... hasta que se muestra al público y el ciclo que uno creé que va a terminar en realidad apenas empieza pues cada espectador tendrá su propia visión de ese trabajo. Vamos, la película adquiere una vida propia, que uno no se había imaginado. Es el caso de Estrella Millán Sanjuán y Francisco Huertas Hernández, quienes con sus comentarios y la manera en que han visto y vivido mi trabajo cinematográfico me retroalimentan para darme cuenta que lo que he filmado ha valido la pena de llevarse a cabo. De verdad me siento privilegiado de que aquella vida errante de mi familia continúe provocando interés y sea vista desde la nostalgia con el mismo amor y pasión por el cine con que nosotros la vivimos. Gracias Estrella. Gracias Francisco. Un abrazo entrañable"
En las aldeas rurales aún es necesario llevar el cine de forma ambulante, aunque la tecnología lo ha transformado todo. Ahora internet sustituye los rollos de celuloide de 35mm. Lo digital ha acabado con las salas, los exhibidores y el celuloide... pero siempre quedarán niños que queden deslumbrados por las películas
"Aquel cine andariego ha sido objeto de homenaje en dos películas mexicanas: "Vidas errantes" (1985), de Juan Antonio de la Riva, con José Carlos Ruiz como un exhibidor de películas de la época de oro, quien recorre en su vetusta camioneta los poblados norteños, y "El cometa" (1999), dirigida por José Buil y Marisa Sistach, con Patrick Le Mauff como Guy, un empresario trashumante francés radicado en nuestro país en tiempos de la Revolución"
Proyectando Sueños: Cine a Domicilio Para Forjar el Futuro
"El cometa" (1999). José Buil, Marisa Sistach
El proyector Pathé de manivela en los tiempos en que el cinematógrafo era una de las atracciones de moda en las carpas ambulantes que viajaban por México durante la Revolución.
"Tiene su magia. Al mover la manivela surge la vida" dice Guy.
"Durante el gobierno del dictador Porfirio Díaz, un grupo de cómicos de una carpa de revista protege a Valentina, la hija de un impresor perseguido por la policía tras publicar propaganda a favor de Francisco I. Madero y su plan revolucionario. A cargo de Valentina está un cineasta francés simpatizante con la democracia. El paso del cometa Halley en 1910 sirve de fondo para contar una historia de iniciación, enmarcada por un país en conflicto, México, y al borde de la revolución"
"El espíritu de la colmena" (1973). Víctor Erice
Plano inicial: un camión llega a una remota aldea castellana. Es el cine ambulante. Los niños corren junto al vehículo alborozados. Esa algarabía de la que habla Juan Antonio de la Riva. La novedad, y el misterio del cine, que "prometen otra vida".
El largometraje de Erice ha sido votado muchas veces como la mejor película española de todos los tiempos. Un cine introspectivo, poético, de inspiración pictórica, y con una hermosa banda sonora que adapta canciones infantiles tradicionales
"El espíritu de la colmena" (1973). Víctor Erice
Los niños esperan que los hombres descarguen las películas en sus latas metálicas. Las películas se componían de varios rollos de celuloide protegidos en latas. Esta escena coincide con los recuerdos infantiles de Juan Antonio de la Riva algunas décadas después en otro continente.
La película elegida para la función será "Frankenstein" (1931) de James Whale, un clásico del cine de terror, basado en la novela de Mary Shelley. Como el film de Erice se sitúa en la posguerra española, sobre 1940, el desfase entre el estreno de "Frankenstein" y su proyección en Hoyuelos (Segovia) es de un decenio
"El espíritu de la colmena" (1973). Víctor Erice
Ana (Ana Torrent) contempla extasiada la película "Frankenstein" (1931) de James Whale, exhibida en el pueblo por una empresa de cine ambulante
"VIDAS ERRANTES" (1985). Juan Antonio de la Riva
FILM. HD
6 comentarios:
Brutal estudio
Gracias por compartir tu maravilloso conocimiento.
Increíble.
Muy trabajado, un resultado genial. Un verdadero homenaje a esta afectiva película de Juan Antonio de la Riva.
He escrito estas reflexiones sobre el cine a partir de "Vidas errantes" de Juan Antonio de la Riva, porque, siendo profesor de Secundaria, en España, he usado el cine como herramienta didáctica desde hace más de 30 años. El cine es el séptimo arte, aunque está (como otras muchas artes) escindido en entretenimiento y cultura. Los maestros de Hollywood supieron unir ambas. Juan Antonio de la Riva, en su primer largometraje, recuerda la diversión infantil que el cinematógrafo supuso para los niños del apartado mundo rural, aunque también esos films de la edad de oro del cine mexicano alcanzaron valor estético.
He apuntado (aunque no desarrollado) el valor de la "mirada" en el cine. Y esta película duplica la "mirada", lo que vale "doblar" el amor del que mira
De verdad que grata sorpresa la manera en que mi trabajo como director de cine es apreciado con tanto esmero. Cada etapa de una película es realizada con un especial cuidado, con muchas horas de trabajo, de reflexión antes de cada decisión creativa que le irá dando forma a la futura obra. Es un proceso arduo, a veces angustiante, que llega a provocar un estado de inquietud permanente. Cuando la película está terminada de filmar, vienen nuevos retos antes de concluir las diferentes etapas de post producción... hasta que se muestra al público y el ciclo que uno creé que va a terminar en realidad apenas empieza pues cada espectador tendrá su propia visión de ese trabajo. Vamos, la película adquiere una vida propia, que uno no se había imaginado. Es el caso de Estrella Millán Sanjuán y Francisco Huertas Hernández, quienes con sus comentarios y la manera en que han visto y vivido mi trabajo cinematográfico me retroalimentan para darme cuenta que lo que he filmado ha valido la pena de llevarse a cabo. De verdad me siento privilegiado de que aquella vida errante de mi familia continúe provocando interés y sea vista desde la nostalgia con el mismo amor y pasión por el cine con que nosotros la vivimos. Gracias Estrella. Gracias Francisco. Un abrazo entrañable.
Juan Antonio de la Riva
Juan Antonio de la Riva?
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