Aleksandr Pushkin: "Русалка" (Rusalka / La Ondina) (1829).
Folclore, ninfas fluviales y amor fementido.
Una obra inacabada.
Francisco Huertas Hernández
Клавдий Васильевич Лебедев (1852-1916): "Русалка".
Иллюстрация к одноименному стихотворению Пушкина. Последняя четверть XIX века.
Klavdiy Vasilyevich Lebedev (1852-1916): "Rusalka"
Ilustración para el poema homónimo de Pushkin. Último cuarto de siglo XIX
Las obras inconclusas han atraído siempre con una fuerza inexplicable a los espectadores, bien por la mano del destino que privó al creador de darle fin, bien por un misterio atribuido a la misma creación que necesitó de un discípulo que la concluyera o un intérprete que penetrase en su enigma, que convoca al receptor más allá de la fragmentariedad, realzando lo dejado por el autor con un fulgor remoto. "Русалка" es una de esas obras inacabadas, un poema dramático, de tema folclórico, caro al poeta, que resplandece en la pureza del amor, el dolor de la traición y el halo arcano del castigo.
"La Ondina" (Rusalka), la última obra dramática de Aleksandr Sergueyevich Pushkin (1799-1837), quedó sin título y a falta de una escena. Escrita entre noviembre de 1829 y abril de 1832, se publicó póstumamente en el almanaque "Современник" (El Contemporáneo) en 1837. Los críticos sostienen un origen autobiográfico en la historia, que coincide también con leyendas folclóricas eslavas. El poeta, traductor y especialista en Pushkin Vladislav F. Jodasevich (1886-1939) mantuvo que el poeta dejó embarazada a una muchacha, de la que se desentendió. Por otra parte, el tema de las jóvenes ahogadas transformadas en sirenas, presente en las leyendas populares, pudo ser conocido por el escritor por la ópera (Singspiel) "Das Donauweibchen" (La Doncella del Danubio) de Karl Friedrich Hensler, con música de Ferdinand Kauer. Pushkin, como Shakespeare, era un maestro en tomar argumentos, personajes y temas ajenos y elevarlos poética y filosóficamente, pues algo que no se destaca en los grandes literatos es el poder de sus ideas. Escribiendo este poema, Aleksandr Sergueyevich demostró su dominio del folclore ruso y las tradiciones populares, sobre todo, en la segunda escena que recrea una boda.
Los personajes principales de la pieza son un molinero (más tarde, un viejo), su hija (luego, ondina) y un príncipe (kniaz), amante de la muchacha. Los personajes que se añaden posteriormente son el casamentero, la casamentera, el padrino, la esposa del kniaz (kniaguina), el aya, el montero y las ondinas (incluyendo a la ondina hija). Los escenarios se sitúan a orillas del río Dnieper, uno de los ríos esenciales de Rusia, junto a un molino, la mansión del kniaz y las orillas del río en la noche y su fondo, donde habitan las ondinas.
Aleksandr Sergueyevich Dargomyzhsky (1813-1869) compuso una ópera sobre el drama de Pushkin en 1848, estrenada en San Petersburgo el 3 de mayo de 1856. Aunque la idea de Dargomyzhsky era ceñirse al texto breve del poeta, le añadió escenas corales y alteró algunos personajes secundarios. Además dio un final que Pushkin no escribió. Los roles principales corresponden a un bajo (molinero), una soprano (Natasha) y un tenor (príncipe). Entre los notables cantantes que grabaron esta música recordamos a los bajos Aleksandr Pirogov (dirigido por V. Nebolsin) y Aleksey Krivchenya (dirigido por Y. Svetlanov); la soprano Yevguenya Smolenskaya; y los tenores Vitaly Kilchevsky (Nebolsin) e Ivan Kozlovsky (Svetlanov).
A orillas del Dnieper, junto a un molino, un molinero se lamenta de la ingenuidad de las chicas que dejan escapar a los ricos pretendientes, que se limitan a seducirlas y escabullirse (Ох, то-то все вы, девки молодые, / Все глупы вы. Уж если подвернулся / К вам человек завидный, не простой, / Так должно вам его себе упрочить).
Se dirige a su hija, enamorada de un kniaz (príncipe), que llora la partida de su amado: "¿Por qué crees que me ha dejado?" (Почему же / Ты думаешь, что бросил он меня?). Las visitas del noble se espaciaron y ya pasaron nueve días sin que haya vuelto. La cándida joven achaca al mucho trabajo su ausencia, y poéticamente dice que "no son pocos / sus quehaceres. No es molinero, / el agua no trabaja para él" (Он занят; мало ль у него заботы? / Ведь он не мельник — за него не станет / Вода работать. Часто он твердит). Un elemento natural: el agua. De ella vive el campesino, el molinero. Pero los señores viven de los campesinos y los molineros y de las tierras que les usurpan. Los señores hacen guerras y recogen tributos. Pero no tienen el vínculo directo con tierra, agua y cielo de los que trabajan con la naturaleza. El molinero, un hombre escarmentado y consciente de la explotación feudal, pregunta con sorna: "¿Puedes / creerlo? ¿Desde cuándo esos nobles / trabajan? Pero, ¿qué trabajo es el suyo? / Andar cazando en el campo zorros / y liebres, ultrajar a los vecinos, / hacer festines y engañar a pobres bobas" (Да, верь ему. Когда князья трудятся, / И что их труд? травить лисиц и зайцев, / Да пировать, да обижать соседей, / Да подговаривать вас, бедных дур). Obsérvese que Mijail Chílikov se permite ciertas licencias en su adaptación, pues Pushkin no dice nada de engañar a pobres bobas.
Entra el kniaz en escena. La joven le reprocha su ausencia y los temores que, en su imaginación enamorada, nacieron: caballo ahogado en un pantano, caído en un precipicio, devorado por un oso en un bosque, enfermo, o, peor, aún, olvidada por el amante (Ах, наконец ты вспомнил обо мне! / Не стыдно ли тебе так долго мучить / Меня пустым жестоким ожиданьем? / Чего мне в голову не приходило? / Каким себя я страхом не пугала? / То думала, что конь тебя занес / В болото или пропасть, что медведь / Тебя в лесу дремучем одолел, / Что болен ты, что разлюбил меня — / Но слава богу! жив ты, невредим / И любишь все по-прежнему меня; / Не правда ли?). La naturaleza reviste de poesía el frágil vínculo humano, dota a las palabras de ecos vegetales y premonitorios. No es lo mismo ser devorado por un oso en lo espeso del bosque que estar ajetreado en asuntos de palacio. Por otro lado, ¡cuánto imagina el que ama! ¡Cuando más amamos más tememos adversidades mágicas e irracionales que magnifican nuestra pobre dependencia, arrebatando nuestro bien fuerzas ignotas y sin sentido!
La amante (Любовница), ella (Она). De repente Pushkin la renombra. Ya no es la hija (Дочь), pues el padre ha salido de la escena. En realidad, los padres forman parte del cuadro de la vida antes de que nos enamoremos y volquemos nuestro finito afecto en desconocidos que nos subyugan, enloquecen y destruyen. Ante eso, los padres nada pueden hacer. Entonces la hija se transforma en amante, o en ella. "¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres!", escribió Pedro Salinas. Ella es sólo para un él. En Génesis y Mateo 19:5 se dijo: "Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne" (καὶ εἶπεν, Ἕνεκα τούτου καταλείψει ἄνθρωπος τὸν πατέρα καὶ τὴν μητέρα καὶ κολληθήσεται τῇ γυναικὶ αὐτοῦ, καὶ ἔσονται οἱ δύο εἰς σάρκα μίαν). En este mandato reside la emancipación del amor filial, el temor del advenimiento de la nueva carne que haga arder la fresca carne inocente, que antes sólo jugaba. Ella sabe todo esto, con el saber del cuerpo y el agua. Y ella siente la tristeza en él: "Mas te veo triste. / ¿Qué tienes?" (Однако ты / Печален; что с тобою?). El príncipe miente. Pero la amante sabe que cuando está alegre corre a su encuentro, le dice cosas bonitas y la besa y la abraza y se interesa por ella. Pero hoy no pasa eso. El kniaz entonces confiesa que hay una pena en su alma (Ты права: в сердце я ношу печаль / Тяжелую). La confesión, con introducción filosófica, del noble, recuerda que no existe felicidad que dure en este mundo, ni belleza, ni cuna elevada, ni poder, ni riqueza, nada escapará al infortunio. Y ellos eran felices, pero ahora... lo que va a perder nada puede sustituirlo (Мой милый друг, ты знаешь, нет на свете / Блаженства прочного: ни знатый род, / Ни красота, ни сила, ни богатство, / Ничто беды не может миновать. / И мы, — не правда ли, моя голубка? / Мы были счастливы; по крайней мере / Я счастлив был тобой, твоей любовью. / И что вперед со мною ни случится, / Где б ни был я, всегда я буду помнить / Тебя, мой друг; того, что я теряю, / Ничто на свете мне не заменит). Palabras poco claras que desatan temor en la muchacha. ¡Es la separación! (Разлуку, может быть) (como ella presiente) ¡Qué amor, qué candor el de la chica dispuesta a acompañar al amante por doquiera, vestirse de chico, ir a la guerra con él! ¡No teme a la guerra ni a la muerte, con tal de estar con él! (Кто нас разлучит? разве за тобою / Идти вослед я всюду не властна? / Я мальчиком оденусь. Верно буду / Тебе служить, дорогою, в походе / Иль на войне — войны я не боюсь — / Лишь видела б тебя). ¡Sí, ella ya lo entiende todo: se casa! (Постой, теперь я понимаю все... / Ты женишься. / Князь молчит. / Ты женишься!..). Se excusa el joven con la falta de libertad de los nobles. No pueden casarse por amor, sino por el interés de otros. El tiempo y Dios consolarán la pena de la chica. Y le entrega un collar de despedida y una bolsa con oro para su padre. Ella, entonces, le dice que espera un hijo suyo. Al salir el kniaz se siente aliviado, y ella aún conmocionada: "no puede ser. Lo he amado tanto / ¿Tendrá quizás un corazón de fiera?" (Не верю, / Не может быть. Я так его любила. / Или он зверь? Иль сердце у него/ Косматое?). La muchacha no entiende por qué, si ha perdido su belleza, si le han dado un filtro al amante. Debería haber impedido su partida, agarrado a su faldón, colagado a su estribo, o cortado con un sable los brazos o aplastado con su caballo. La desesperación del amor fementido. De la traición de quien estábamos seguros que nos amaba. Gran monólogo filosófico de la hija (Pushkin recupera este rol): "Los nobles, dice, no son libres / como muchachas. Por amor no pueden / buscar esposa. Son libres, por lo visto, / para tentar, llorar y hacer promesas: "Te llevaré a una estancia secreta / de mi mansión. Te vestiré de seda / y terciopelo". Son muy libres para / llamar a las muchachas con silbidos / a medianoche y estar con ellas / tras el molino hasta la aurora. / Les place divertir su alma noble / con nuestras penas y decir después: / "Adiós, mi niña, vete a donde quieras / y ama a quien quieras"" (Видишь ли, князья не вольны, / Как девицы, не по сердцу они / Берут жену себе... а вольно им, / Небось, подманивать, божиться, плакать / И говорить: тебя я повезу / В мой светлый терем, в тайную светлицу / И наряжу в парчу и бархат алый. / Им вольно бедных девушек учить / С полуночи на свист их подыматься / И до зари за мельницей сидеть. / Им любо сердце княжеское тешить / Бедами нашими, а там прощай, / Ступай, голубушка, куда захочешь, / Люби, кого замыслишь). Un discurso feminista que recuerda al de Marcela en el Quijote, o, salvando las distancias, a la Antígona de Sófocles. Pushkin es tan moderno, tan clásico, tan directo, tan lírico, tan joven y tan sabio... Sus personajes femeninos son tan verdaderos, tan emocionantes, no sólo la legendaria Tatyana Larina de "Yevgueni Oneguin". Pero la aguerrida hija del molinero no renuncia a lo que es suyo: "Mas ¿quién será la prometida suya? / ¿Por quién me ha cambiado? Lo sabré / y le diré a la maldita: "Deja / al kniaz. Dos lobas, sabes, nunca viven / en una misma madriguera"" (Да кто ж его невеста? на кого / Он променял меня? уж я узнаю, / Я доберусь. Я ей скажу, злодейке: / Отстань от князя, — видишь, две волчихи / Не водятся в одном овраге). Y reflexiona sobre cómo quiso comprarla y callar su boca. Incluso lanza acusación contra el padre: "provechosa / resulta para ti mi perdición" ya que permitió a su hija amancebarse con el señor. (Да, бишь, забыла я — тебе отдать / Велел он это серебро, за то, / Что был хорош ты до него, что дочку / За ним пускал таскаться, что ее / Держал не строго...). La avaricia del padre y la lujuria del amante son vistas con claridad por la muchacha que se entregó libremente al amante, por otra parte. ¡Cuán pronto olvida uno que sus yerros fueron voluntarios si el deseo puede ser sujeto a la voluntad! ¡El tirano del placer ciega y condena sin remisión! ¡Ni vírgenes ni clérigos, ni esposos ni infantes despertando a la vida, pueden someter a ese tirano! El padre llora y la hija rompe el collar que la ahoga. La hija se despoja del tocado de la deshonra y lo arroja al Dnieper. ¡Cuánto ha visto el Dnieper: traiciones de hombres, de pueblos e invasores! La doncella se arroja al río.
La parquedad de Pushkin es tan grande que el lector puede pasar por alto este hecho: la muchacha engañada se ha suicidado. El padre de pronto se ha convertido en viejo (Старик). Estos renombramientos del escritor son metafísicos porque van más allá de roles sociales o familiares. Apuntan a regiones del ser, es decir, del tiempo. Pues el ser es en el tiempo: lo joven deviene viejo, lo inocente culpable, lo bueno en malo se troca. Pensemos en grandes canallas y asesinos que fueron dulces bebés. Y su ser quedó en el tiempo transformado. El lenguaje poético de concisión asombrosa de Pushkin pone cada ser en su tiempo. Y, por eso, el molinero, al perder a su hija, ya no es padre, sino viejo.
La mansión del kniaz es el escenario de la fiesta de boda. Toda la escena parece una ópera. Pushkin se lo puso fácil a Dargomyzhsky. Las celebraciones del casamentero son respondidas por el coro de muchachas. Pushkin aprovecha su inmenso conocimiento del folclore ruso para recrear este rito y sus cantos. Pero un presagio funesto, en voz desconocida que canta acerca de unos peces del río: "¿Has escuchado, hermanita trucha, / las últimas noticias del río? / Una doncella hermosa se ha ahogado / anoche maldiciendo a su amado" (А слышала ль ты, рыбка-сестрица, / Про вести-то наши, про речные? / Как вечор у нас красна девица топилась, / Утопая, мила друга проклинала). El agua regresa. El río de Herálito siempre regresa, aunque nunca es el mismo. Nadie sabe quién ha cantado esa canción. El kniaz está convencido de que ha sido ella que se ha colado en la boda y manda al palafrenero a buscarla, mas no la encuentra. Un invitado se queja de lo amarga que sabe la hidromiel y lo bueno que sería endulzarla un poco. Esa es la señal en la tradición para que los novios se besen, endulzando los alimentos del banquete. Y llegó la hora de rociar con lúpulo a los contrayentes, siguiendo la tradición rusa. Y comer el gallo asado, antes de entrar a la alcoba. Pero la casamentera comenta al padrino, que ha de vigilar bajo las ventanas la noche nupcial, que no augura nada bueno ese canto (Да не к добру пропели песню / Не свадебную, а бог весть какую).
El aposento de la esposa del kniaz. El esposo no regresa y la kniaguina está inquieta y se lamenta al aya del cambio en él: ya no es dulce, ya no está con ella apenas. Cuando vuelve a casa ya apenas dice una palabra cariñosa ni la acaricia (Да до ночи бог ведает где ездит; / Воротится, чуть ласковое слово / Промолвит мне, чуть ласковой рукой / По белому лицу меня потреплет). El tiempo, de nuevo, ha transformado a los entes amorosos, porque, sin duda, el kniaz deseaba y amaba a esta mujer bella y de noble alcurnia, por la que instantáneamente olvidó a la molinera. El aya compara al hombre con el gallo que entona su kikiriki, despliega sus alas y se aleja, mientras la mujer, como chueca, queda en su nido y cuida los pollos. Cuando novio, dice el aya, ni come ni bebe, sólo admira a su amada, pero luego llegan las ocupaciones y va a todas partes con tal de no quedarse en casa: a cazar, a la guerra... La kniaguina teme por un amor secreto. El aya lo descarta, pues no hay otra más bella ni de modales más distinguidos. Mas la esposa reza por tener un hijo que no llega. Un montero regresa de la caza. El kniaz no ha querido volver aún.
Francisco Huertas Hernández
21 de septiembre de 2025
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