viernes, 31 de octubre de 2025

F. Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov). Divagación nº 4. Книга вторая. Неуместное собрание: I. Приехали в монастырь. II. Старый шут. Libro Segundo. Una reunión inoportuna. I. Llegada al monasterio. II. El viejo bufón. El cínico y el santo. Iluminados e ilustrados. Francisco Huertas Hernández

Fyodor Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov) (1878-1880).
Divagación nº 4.
Книга вторая. Неуместное собрание: I. Приехали в монастырь. II. Старый шут. Libro Segundo. Una reunión inoportuna. I. Llegada al monasterio. II. El viejo bufón.
El cínico y el santo. Iluminados e ilustrados. 
Francisco Huertas Hernández

"Братья Карамазовы" (1968). Иван Пырьев, Кирилл Лавров, Михаил Ульянов
"Los hermanos Karamazov" (1968). Ivan Pyriev, Kirill Lavrov, Mijail Ulyanov
Алёша Карамазов (Андрей Мягков) - Aliosha Karamazov (Andrei Myagkov)
Старец Зосима (Павел Павленко) - Starets Zosima (Pavel Pavlenko).
Film soviético de 1968 en tres partes. 232 minutos

 El encuentro de varias personas con visiones del mundo opuestas en un espacio cerrado genera una violencia incontenible: el fuego de la palabra, la densidad del silencio, el estrépito de la mirada, la convulsión de los cuerpos en espera. Para un genio como Fyodor Mijailovich Dostoyevski (1821-1881) es posible la comunión de drama teatral en los diálogos, odisea filosófica en las ideas y novela psicológica en las descripciones de personajes y ambientes. El Libro Segundo de "Братья Карамазовы" se titula "Неуместное собрание" (Reunión inoportuna, inapropiada). El escenario es el monasterio cercano a la ciudad, en el que vive el hijo menor de Fyodor Pavlovich, Alexiei Fyodorovich Karamazov (Aliosha), que profesa como novicio, al lado del starets Zosima. Los startsí (plural de starets), explicados por el novelista en el capítulo anterior, eran monjes ortodoxos que guiaban moralmente a través de la obediencia a sus discípulos, mediante su santidad, sabiduría y ascetismo. Actuaban como confesores, consejeros y mediadores. Zosima, inspirado en el starets Amvrosy de Óptina, apenas comía, vivía austeramente, y se distinguía por una humildad e inteligencia extraordinarias.


 En el inicio del capítulo I (La llegada al monasterio) toda la familia acude a la celda de Zosima para que ejerza como mediador en la disputa por la herencia entre el hijo mayor, Dmitri Fyodorovich, y su padre. Dos coches llevaron a los visitantes al monasterio. El primero, una elegante calesa, transportaba a Piotr Aleksandrovich Miusov y a un joven pariente suyo. El otro coche, destartalado, conducía a Fyodor Pavlovich Karamazov y su hijo Ivan Fyodorovich. Y, sin embargo, Dmitri Fyodorovich, no iba en ninguno de los carruajes y llegó tarde. Se informó a los visitantes que el stárets Zosima habitaba una ermita, al otro lado del bosquecito, a cuatrocientos pasos del monasterio. Y un monje les acompañó. En el camino, Miusov advirtió al bufonesco y cínico Fyódor Pávlovich, que se comportara correctamente ante el ilustre starets, al que habían pedido ayuda para que actuara como mediador en la disputa familiar, teniendo en cuenta además el vínculo de éste con Aliosha Fyodorovich. Pero el provocador viejo observó:

"En monasterio ajeno no se entra con regla propia. Aquí hay un total de veinticinco santos que buscan su salvación, se miran unos a otros y comen coles. Lo más extraordinario es que ni una sola mujer cruza este portal. Esto es realmente así. Aunque, ¿no he oído decir que el starets recibe a damas? -preguntó dirigiéndose de pronto al monje" 

(В чужой монастырь со своим уставом не ходят, — заметил он. — Всех здесь в скиту двадцать пять святых спасаются, друг на друга смотрят и капусту едят. И ни одной-то женщины в эти врата не войдет, вот что особенно замечательно. И это ведь действительно так. Только как же я слышал, что старец дам принимает? — обратился он вдруг к монашку)

 Ante la respuesta del monje sobre las mujeres de pueblo y damas distinguidas que acudían en busca de bendiciones o milagros del starets, el cáustico borrachín subió la apuesta burlesca: "Así, pues, existe una pequeña salida de la ermita para visitar a las señoras. No crea, padre santo, que me figuro nada, esto es un decir. ¿Sabe, en el Monte Athos, usted lo habrá oído contar, no sólo están prohibidas las visitas de las mujeres, sino que está prohibida la presencia de toda mujer y de todos los seres hembras, como gallinas, pavas, terneritas..." (Значит, всё же лазеечка к барыням-то из скита проведена. Не подумайте, отец святой, что я что-нибудь, я только так. Знаете, на Афоне, это вы слышали ль, не только посещения женщин не полагается, но и совсем не полагается женщин и никаких даже существ женского рода, курочек, индюшечек, телушечек...)

 Miusov se irrita con las chanzas del viudo de Adelaida Ivánovna Miúsova, su parienta muerta prematuramente, por la mala vida que le dio el crápula Fyodor Pávlovich, acercándose a la habitación del starets, entre rosales.


 ¿Por qué algunas personas no pueden dejar de decir tonterías cuando están en público? El starets Zosima y su creador, Fyodor Mijailovich Dostoyevski nos darán la respuesta en el capítulo II (El viejo bufón). Los visitantes entraron en el aposento del starets, que bendecía a otros monjes, ante la mirada escéptica del europeizado Miúsov. Él y Fyódor Pávlovich se sentaron. "El stárets bajó la mano que había levantado para impartir la bendición y, haciéndoles una nueva reverencia, rogó a todos que se sentaran. A Aliosha la sangre se le subió a la cara: se sintió avergonzado. Comenzaban a confirmarse sus malos presentimientos" (Старец опустил поднявшуюся было для благословения руку и, поклонившись им в другой раз, попросил всех садиться. Кровь залила щеки Алеши; ему стало стыдно. Сбывались его дурные предчувствия)

 Dostoyevski ofrece una descripción de la celda y la ubicación de cada uno de los personajes. Miusov tras recorrer con la mirada la estancia clavó los ojos en el starets. El desagrado que experimenta Miusov por Zosima es ideológico y visceral: "era un hombre bajo, encorvado, débil de piernas, que no contaba más allá de sesenta y cinco años aunque parecía mucho más viejo, por lo menos en diez años más, debido a sus achaques. La cara, muy enjuta, se le veía surcada por diminutas arruguitas, abundantes sobre todo cerca de los ojos, que los tenía claros, pequeños, vivos y brillantes, como dos puntos luminosos. No le quedaban más que unos cabellos grises en las sienes; la barba, pequeña y rala, presentaba forma de cuña, y los labios, que sonreían a menudo, se veían finos como dos cuerdecitas. No podía decirse que tuviera la nariz larga, sino afilada, como el pico de un pájaro.
 "Por todos los síntomas se trata de un alma maligna, mezquina y arrogante", pensó en un momento Miusov, que se sentía muy descontento de sí mismo.
 Sonaron las horas en un reloj de pared y ello dio pie a que se iniciase la conversación"

(С первого мгновения старец ему не понравился. В самом деле, было что-то в лице старца, что многим бы, и кроме Миусова, не понравилось. Это был невысокий сгорбленный человечек с очень слабыми ногами, всего только шестидесяти пяти лет, но казавшийся от болезни гораздо старше, по крайней мере лет на десять. Всё лицо его, впрочем очень сухенькое, было усеяно мелкими морщинками, особенно было много их около глаз. Глаза же были небольшие, из светлых, быстрые и блестящие, вроде как бы две блестящие точки. Седенькие волосики сохранились лишь на висках, бородка была крошечная и реденькая, клином, а губы, часто усмехавшиеся, — тоненькие, как две бечевочки. Нос не то чтобы длинный, а востренький, точно у птички.
«По всем признакам злобная и мелко-надменная душонка», — пролетело в голове Миусова. Вообще он был очень недоволен собой.
Пробившие часы помогли начать разговор)

 Comenzó la plática absurda entre Fyodor Pavlovich y Miusov, incómodos en un ambiente contrario a sus ideas libertinas o liberales. Libertino materialista, sin duda, era el padre de los Karamazov. Liberal ilustrado europeizante y simpatizante del socialismo y la Comuna, Piotr Alexandrovich Miusov.

 Omar Lobos, en la introducción a su traducción de la novela, enmarca el conflicto entre eslavófilos -ortodoxos, campesinos- y los europeizantes -liberales, socialistas-. Dostoyevski representa la primera corriente. Herzen, la segunda. Esto proviene de la fundación de Petersburgo en 1703 por Pedro I el Grande, "para convertirla en capital del imperio, arrancándose a la madrecita Moscú y sus tradiciones "asiáticas" y abriendo sobre el Mar Báltico "una ventana a Europa". Con ese gesto simbólico tremendo, Pedro produce un inmenso cisma en los destinos de Rusia. Fiel al espíritu de su siglo, iniciará a partir de allí una gigantesca tarea para modernizar el país, esto es: occidentalizarlo". Esa brecha entre la nobleza europeizada y la servidumbre apegada a las tradiciones, que tras la invasión napoleónica en 1812, sin embargo, recuperó la conciencia de unidad nacional. Durante el siglo XIX "esa "grieta" entre intelliguentsia y pueblo funda casi toda la gran literatura rusa". Dostoyevski, especialmente. 
 Iván Karamázov, el hijo intermedio, podría representar ese escepticismo ante las creencias tradicionales, especialmente, la fe religiosa. Un europeizado que recita continuamente a Schiller. Alexei Karamázov sería el polo opuesto, el eslavófilo: la tradición religiosa ortodoxa. Pero Dostoyevski presenta con la misma verdad y fuerza todas las tendencias que luchan en la familia, y reflejan la tensión de la madre Rusia.  
 La visceral rusofobia que se extendió por Inglaterra y Francia, y llegó a extremos inimaginables de odio y belicosidad en la actualidad, siempre concibió a Rusia como tierra asiática, bárbara, atrasada y amenazante. Hoy los medios digitales como Wikipedia y Google falsifican la historia y la cultura rusa desde el paradigma rusófobo que no perdonó a Rusia ni sus intentos de occidentalización ni su alma eslava.

 Fyodor Pavlovich se disculpa por comportarse como un bufón: "¡Tiene usted ante sí a un auténtico bufón! Como tal me presento. ¡Se trata de una vieja costumbre, por desgracia! Ahora bien, si a veces miento sin que venga a cuento, lo hago con la intención de hacer reír y ser agradable, ¿verdad?" (Вы видите пред собою шута, шута воистину! Так и рекомендуюсь. Старая привычка, увы! А что некстати иногда вру, так это даже с намерением, с намерением рассмешить и приятным быть. Надобно же быть приятным, не правда ли?). La gran bobada llega a continuación, dirigiéndose al stárets: "Yo, reverendo, soy como el filósofo Diderot. No sé si sabe usted, santísimo padre, cómo el Diderot filósofo se presentó al metropolitano Platón en tiempos de la emperatriz Catalina. Entra y suelta: "Dios no existe". A lo que el gran prelado responde, levantando el dedo: "¡Dice el insensato que en su corazón no hay Dios!" Aquél, sin más, se le arroja a los pies y grita: "Creo y acepto el bautismo". Así lo hicieron: le bautizaron allí mismo. La princesa Dáshkova fue la madrina y Potionkim el padrino...
 - ¡Fyodor Pávlovich, esto es intolerable! Usted sabe muy bien que está mintiendo, que esa estúpida anécdota no tiene nada de verdad, ¿por qué quiere hacerse usted el interesante -insinuó con temblorosa voz Miúsov, ya sin poderse dominar"

(Я, ваше преподобие, как философ Дидерот. Известно ли вам, святейший отец, как Дидерот-философ явился к митрополиту Платону при императрице Екатерине. Входит и прямо сразу: «Нет бога». На что великий святитель подымает перст и отвечает: «Рече безумец в сердце своем несть бог!» Тот как был, так и в ноги: «Верую, кричит, и крещенье принимаю». Так его и окрестили тут же. Княгиня Дашкова была восприемницей, а Потемкин крестным отцом...
— Федор Павлович, это несносно! Ведь вы сами знаете, что вы врете и что этот глупый анекдот неправда, к чему вы ломаетесь? — дрожащим голосом проговорил, совершенно уже не сдерживая себя, Миусов)

 Aquí ofrece Dostoyevski un retrato de personalidad histriónica y narcisista. Fyodor Pavlovich Karamazov es alguien que se degrada satisfaciendo así una pulsión autodestructiva, siendo su rechazo a la moralidad una protesta de rebeldía sin ningún objetivo. Mentir y ser bufón es su máscara social.

 Miúsov se disculpa ante el stárets Zosima. Éste, por primera vez en la novela, se da a conocer. Su actuación ante el degradado viejo Karamazov y la manera en que perdona su conducta son muestra de sabiduría y serenidad: "No se preocupe, se lo ruego -dijo el stárets, levantándose de su sitio; sosteniéndose sobre sus flaquísimas piernas, tomó a Piotr Alexandróvich por ambos brazos y le hizo sentar otra vez en la butaca -Cálmese, se lo ruego. Le suplico especialmente que sea mi huésped...
 ... (a Fyodor Pavlovich) También a usted le ruego que no se inquiete y que no se sienta cohibido -le dijo el stárets solemne-. No se sienta cohibido, pórtese exactamente como si estuviera en su casa. Sobre todo, no se avergüence tanto de sí mismo, pues a esto se debe todo lo que le pasa"

(Не беспокойтесь, прошу вас, — привстал вдруг с своего места на свои хилые ноги старец и, взяв за обе руки Петра Александровича, усадил его опять в кресла. — Будьте спокойны, прошу вас. Я особенно прошу вас быть моим гостем...
... Убедительно и вас прошу не беспокоиться и не стесняться, — внушительно проговорил ему старец... — Не стесняйтесь, будьте совершенно как дома. А главное, не стыдитесь столь самого себя, ибо от сего лишь всё и выходит)

 Añadió el monje Zosima: "Usted mismo sabe lo que ha de hacer, tiene usted bastante entendimiento; no se entregue a la bebida ni a la incontinencia de la palabra, no se entregue a la lujuria, y, sobre todo, a la veneración del dinero; cierre también sus establecimientos de bebidas, si no todos, por lo menos dos o tres. Pero lo más importante, lo que está antes que todo, es que no mienta"

(Сами давно знаете, что надо делать, ума в вас довольно: не предавайтесь пьянству и словесному невоздержанию, не предавайтесь сладострастию, а особенно обожанию денег, да закройте ваши питейные дома, если не можете всех, то хоть два или три. А главное, самое главное — не лгите)

 Miusov y Karamazov se enzarzan de nuevo en un diálogo estúpido, y el stárets se excusa, pero le esperan. Aliosha, que presenció en silencio las tarugadas de su padre, estaba contento de que el stárets no se hubiera ofendido y se sintiera alegre. El monje se encaminaba a la galería a bendecir a los que le aguardaban. 


 Este capítulo -"El viejo bufón"- ilustra muy bien el comportamiento mezquino de uno de esos seres que Dostoyevski conoce tan bien: las malas personas, que, no obstante, aún siguen siendo humanos. Karamazov padre es un bribón sin ley, entregado al placer. Nunca ejerció de padre, se desentendió de sus tres hijos, aunque todos regresaron junto a él en un momento dado. El novelista tiene que concentrar en el espacio y el tiempo a toda la familia, para que el conflicto estalle. El primer escenario de este drama familiar será la celda de un monje. Dmitri llegará más tarde y su aparición desencadenará una violencia extraordinaria en el recinto religioso. Las imbecilidades de Fyodor Pavlovich actuando como un payaso no le salvarán. Los payasos son personas amargadas que disimulan bajo la mueca su desamparo y su maldad (Tersites, en "La Iliada"; Canio en "I Pagliacci" de Leoncavallo; Pennywise, de la novela "It" de Stephen King). Fyodor Pavlovich está en un nivel inferior de humanidad, no tiene conciencia moral. Ser bufón le permite ser escuchado, tenido en cuenta, aunque sea para recibir la humillación del asco y el rechazo ajenos.

 La contraposición entre un elevado ideal moral -Zosima- y la bajeza indigna -Fyodor Pavlovich- no tiene la estructura de un ἀγών (agon) trágico al modo de Antígona y Creonte. No hay confrontación dialéctica ni réplicas argumentales de dos posiciones enfrentadas. El viejo Karamazov (que no es viejo aún) intenta llamar la atención, hacerse querer, diciendo tonterías, mintiendo. No se opone a Zosima, más bien lo respeta, a pesar de su falta de respeto en su perorata. Zosima no juzga ni condena al mentiroso bufón, lo acepta y le aconseja con serenidad. La transformación moral que sucede al cataclismo de un ἀγών trágico no puede darse en un personaje que carece de la grandeza para sufrir trágicamente. Fyodor Pavlovich, con seguridad, teme la muerte, mientras que la serenidad y el perdón del stárets proceden de la aceptación de ésta. Sabido es que la lujuria y la disipación son un síntoma del terror a la muerte. Don Juan encarna ese arquetipo: quien huye de la muerte, se arroja en el frenesí de la conquista y la cópula. La verborrea del viejo Karamazov también es una metáfora de su incontinencia sexual, al igual que su alcoholismo. ¿Para qué tantas palabras innecesarias y vacías? ¿Para qué tantos coitos innecesarios y borracheras sin fin? Mucho ha de huir un hombre de su sombra mortal para exprimir su cuerpo en busca del olvido de su ser...

Francisco Huertas Hernández
31 de octubre de 2025
Traducción de Augusto Vidal

domingo, 26 de octubre de 2025

F. Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov). Divagación nº 3. I. IV. Третий сын Алёша. El tercer hijo: Aliosha. La piedad, entre la sensualidad y el nihilismo. Francisco Huertas Hernández

Fyodor Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov) (1878-1880).
Divagación nº 3.
 I. IV. Третий сын Алёша. El tercer hijo: Aliosha.
La piedad, entre la sensualidad y el nihilismo.
Francisco Huertas Hernández

"Братья Карамазовы" (1968). Иван Пырьев, Кирилл Лавров, Михаил Ульянов
"Los hermanos Karamazov" (1968). Ivan Pyriev, Kirill Lavrov, Mijail Ulyanov
Алёша Карамазов (Андрей Мягков) - Aliosha Karamazov (Andrei Myagkov)
Film soviético de 1968 en tres partes. 232 minutos


 En el siglo pasado aún había mujeres que llevaban el nombre de Piedad, como mi abuela materna. En una sociedad secularizada, la connotación cristiana de este nombre propio, asociado a la virtud de la misericordia, ha llevado a su desaparición. La piedad es una forma de amor en donde se unen la devoción, el respeto, la ternura y la compasión, que en su etimología latina -pietas- abarcaba el respeto a los mayores, el cuidado de los hijos, el amor a la patria y el culto a los dioses. El agradecimiento y la reverencia por quienes nos dieron la vida y nos protegen se asocian al perdón en su dimensión cristiana. Quizás hoy pueda hablarse de la piedad hacia los animales o los bebés, pero no al prójimo, de quien, esencialmente, se desconfía. La propia palabra puede resultar anticuada, cursi, beata y desprovista de sentido, pues apenas se usa en la vida cotidiana. Fyodor Mijailovich Dostoyevski (1821-1881) ya vivió en una sociedad donde los sentimientos piadosos empezaban a ser obliterados, y, sin embargo, es el rasgo de sus héroes más nobles (Príncipe Myschkin, Aliosha Karamazov), "el hombre positivamente bueno". El novelista de Moscú presenta al hermano menor de los Karamazov en el capítulo IV de la Primera Parte (Libro I) de su monumental narración.

 "Entonces tenía veinte años (su hermano había cumplido veintitrés, y el hermano mayor, Dmitri, se acercaba a los veintiocho). Ante todo diré que ese joven, Aliosha, no era en modo alguno un fanático, ni siquiera, por lo menos a mi modo de ver, un místico. Daré a conocer desde el primer momento mi opinión completa: era, simplemente, un filántropo precoz, y si se había lanzado por la senda de la vida monacal se debía sólo a que, en aquel entonces, dicho camino era el único que le había impresionado algo y que se le presentaba, digamos, como ideal para su alma, deseosa de salir en este mundo de las tinieblas del mal y elevarse hacia la luz del amor. Y si ese camino le seducía, era sólo porque en él había encontrado Aliosha a un ser que le parecía excepcional: al famoso stárets Zosima, de nuestro monasterio, a quien se sintió unido con todo el fervoroso primer amor de su insaciable corazón"

(Было ему тогда всего двадцать лет (брату его Ивану шел тогда двадцать четвертый год, а старшему их брату, Дмитрию, — двадцать восьмой). Прежде всего объявляю, что этот юноша, Алеша, был вовсе не фанатик и, по-моему, по крайней мере, даже и не мистик вовсе. Заранее скажу мое полное мнение: был он просто ранний человеколюбец, и если ударился на монастырскую дорогу, то потому только, что в то время она одна поразила его и представила ему, так сказать, идеал исхода рвавшейся из мрака мирской злобы к свету любви души его. И поразила-то его эта дорога лишь потому, что на ней он встретил тогда необыкновенное, по его мнению, существо — нашего знаменитого монастырского старца Зосиму, к которому привязался всею горячею первою любовью своего неутолимого сердца)

 El joven Aliosha Fyodorovich Karamazov adopta un padre espiritual (el monje Zosima) pues no tuvo padre material que le educara y diese amor. Una muestra del poder del alma es que quien debe educar se vuelve sabio, al guiar a través del amor. Zosima es un ejemplo de sabiduría moral, que sólo puede surgir al ser donada, vertida, en los hijos espirituales. Esa sabiduría del amor, cuyo camino mostró Platón en "Banquete", tiene, en la vocación de los padres y mentores, los rasgos de la entrega y el cuidado. La serenidad y el discernimiento del que guía dan al conocimiento el valor del ejemplo vital. El maestro se vuelve sabio en la compañía de los discípulos que escuchan con atención y estimulan al propio enseñante en la creatividad, el entusiasmo y la piedad. Sí, educar es un acto piadoso recíproco, pues inunda de amor y cuidado ambas orillas del saber donado y recibido. 

 Aliosha tuvo una eduación truncada y traumática. Y por eso su sed de guía y cuidado. Reflexiona Dostoyevski, a propósito de la orfandad del niño Aliosha, que perdió a su madre a los cuatro años, sobre la edad de los primeros recuerdos, y observando que a los dos años pueden quedar algunos "puntos luminosos sobre un fondo de tinieblas, cual fragmento extremo arrancado de un cuadro inmenso que, aparte de ese rinconcito, se ha apagado y ha desaparecido por completo" (Такие воспоминания могут запоминаться (и это всем известно) даже и из более раннего возраста, даже с двухлетнего, но лишь выступая всю жизнь как бы светлыми точками из мрака, как бы вырванным уголком из огромной картины, которая вся погасла и исчезла, кроме этого только уголочка). Pues ese recuerdo primigenio de Aliosha de un "tranquilo atardecer estival, una ventana abierta, los rayos oblicuos del sol poniente; en un ángulo de la estancia, el icono; frente a él una mariposa encendida, y ante la imagen sagrada, su madre, de rodillas, chillando y gritando como en un ataque de histerismo, agarrándole a él con ambos brazos, estrechándole contra sí hasta hacerle daño, rogando por él a la Santa Virgen, soltándole luego de su abrazo para elevarle con ambas manos hacia el icono, como poniéndole bajo la protección de la Madre de Dios... De pronto entra el aya y asustada le arranca de las manos de la madre. ¡Ésta era la escena! Aliosha también recordó el rostro de su madre en aquel instante: decía que, a juzgar por lo que podía recordar, era un rostro enfurecido, pero maravilloso. Eran muy pocas las personas a las que confiaba este recuerdo" (он запомнил один вечер, летний, тихий, отворенное окно, косые лучи заходящего солнца (косые-то лучи и запомнились всего более), в комнате в углу образ, пред ним зажженную лампадку, а пред образом на коленях рыдающую как в истерике, со взвизгиваниями и вскрикиваниями, мать свою, схватившую его в обе руки, обнявшую его крепко до боли и молящую за него богородицу, протягивающую его из объятий своих обеими руками к образу как бы под покров богородице... и вдруг вбегает нянька и вырывает его у нее в испуге. Вот картина! Алеша запомнил в тот миг и лицо своей матери: он говорил, что оно было исступленное, но прекрасное, судя по тому, сколько мог он припомнить. Но он редко кому любил поверять это воспоминание)

 El recuerdo de la madre es la primera lección de la vida, antes de la escuela. Aprender es recordar. ¡Triste ventura de la pedagogía utilitarista contemporánea que desprecia la memoria y la asimila al conocimiento superfluo y mecánico! Somos seres de memoria y amor, siendo la inteligencia la hija de aquellas. Aliosha no había terminado ni siquiera el gimnasio, y, sin embargo, su inteligencia había adquirido algunos conocimientos esenciales fruto del amor y el recuerdo de lo observado y vivido. 

 "Sin embargo, amaba al prójimo: diríase que vivía toda su vida creyendo por completo en los hombres, sin que nadie le tuviera nunca ni por un bendito ni por un hombre ingenuo. Algo había en Aliosha que decía y hacía sentir (y así fue luego durante toda su vida) que él no quería ser juez de los demás, que no quería encargarse de condenar a nadie y que no lo haría por nada del mundo. Parecía incluso que lo admitía todo sin reprobar nada, si bien a menudo se entristecía muy amargamente" 

(Но людей он любил: он, казалось, всю жизнь жил, совершенно веря в людей, а между тем никто и никогда не считал его ни простячком, ни наивным человеком. Что-то было в нем, что говорило и внушало (да и всю жизнь потом), что он не хочет быть судьей людей, что он не захочет взять на себя осуждения и ни за что не осудит. Казалось даже, что он всё допускал, нимало не осуждая, хотя часто очень горько грустя)

 Un hombre puro confía en los demás, pues no proyecta en ellos sus vicios. Y no puede confiarse en seres desconocidos y amenazantes como los que nos acechan en las sombras de los caminos, los pasillos y las encrucijadas. Confiamos en nuestros hermanos, porque en ellos experimentamos el amor fraterno de sabernos hijos de Dios y de la misericordia. El hombre contemporáneo, posmoderno, está solo, sin hermanos, ni dioses, ni misericordia, y, por ello, desconfía no ya de los que se esconden en las sombras, sino de los seres cercanos con los que compite en la familia, la escuela, el trabajo y la calle. Busca en la vertiginosa interacción a distancia en internet ese sucedáneo de amor sin implicarse. Está solo, porque Dios ha sido asesinado. Dios, no de los curas, las misas y los papas y popes, sino el Dios del amor al prójimo. Aliosha ya vivía en la era de expansión del materialismo científico, del progreso industrial y las masas de trabajadores alienados por esas religiones aliadas con el capitalismo explotador. Aliosha era un antiguo creyente rural en un mundo que se hacía urbano y anónimo. El prójimo tiene cara y... ¡cuerpo!, tiene dolor y ternura, quiere abrazos y miradas, palabras de niño y consuelo. ¿Dónde está ese prójimo hoy, en el abyecto siglo XXI? Encerrado en la imagen de una pantalla. O convertido en masa sin nombre como en los genocidios servidos en la televisión mientras comemos. Esencialmente, el ser humano ha dejado de ser hermano y se ha hecho espectáculo y número. 

 Aliosha fue a vivir con el depravado de su padre, Fyodor Pavlovich, y, movido por esa piedad antigua, ni lo despreciaba ni lo reprobaba. 

 "A aquel joven, donde quiera que apareciese y desde los primeros años de infancia, todo el mundo le quería" (Да и все этого юношу любили, где бы он ни появился, и это с самых детских даже лет его). Su familia adoptiva, la de Efim Petróvich Poliénov, o los compañeros de escuela, querían a aquel muchacho bondadoso, a pesar de ser reservado, nunca quiso destacarse entre los chicos de su edad. Y nunca temió a nadie, pero tampoco se enorgullecía, perdonando rápido cualquier ofensa. Sólo un rasgo de su carácter provocaba las burlas: su pudor y su castidad extremos. Era desprendido y no daba valor al dinero. Y, como hemos dicho, "no terminó los estudios en el gimnasio; le faltaba aún todo un año cuando, de pronto, declaró a sus damas (adoptantes) que iba a casa de su padre por un asunto que casualmente se le había ocurrido" (В гимназии своей он курса не кончил; ему оставался еще целый год, как он вдруг объявил своим дамам, что едет к отцу по одному делу, которое взбрело ему в голову)

 Aliosha visitó la tumba de su madre, de la que el padre ni sabía dónde estaba, y decidió ingresar en el monasterio, como novicio, solicitando el consentimiento paterno, lo que dio lugar a una sarta de insensateces del progenitor borracho bufón, que aseguró que su hijo se cansaría del monasterio y regresaría a casa, y que era el único hombre de la tierra que no le había vituperado, "y hasta lloriqueó. Era sentimental. Era malo y sentimental" (И он даже расхныкался. Он был сентиментален. Он был зол и сентиментален)


 Así concluye Dostoyevski este capítulo dedicado a la semblanza de Aliosha Karamazov. La sentimental (quejumbrosa) maldad del padre y la piedad del hijo. En el escritor hay una ternura muy rusa por los borrachines sentimentales, aunque, a veces, son malos como el demonio, son malos porque se han olvidado de sus hermanos, de sus hijos, de sus padres. Aliosha es piadoso en un mundo de sensualidad y nihilismo, de lujuria y de ira, de urgencia en la descarga de los instintos sexual y agresivo. Podemos copular y matar, pero, no nos quedamos en paz. El impulso se ha reducido temporalmente y ha vuelto a reavivarse: hemos usado los cuerpos vivos de nuestros hermanos como medios de placer y destrucción. Así vivía el atormentado hermano mayor Dmitri Fyodorovich Karamazov. Sin encontrar la paz. Y el imperativo moral kantiano de tratar a los demás como fines y no como medios se realiza idealmente en el amor al prójimo de la religión del amor. Sabemos que es un sueño infantil, un anhelo ingenuo, porque, ellos, también nos desean lúbricamente, nos odian mortalmente como competidores y, peor aún, nos ignoran sin conciencia alguna, pues viven sólo para sí mismos, para la falsa religión del "ámate a ti mismo" de la psicología positiva del poscapitalismo transhumanista...

Francisco Huertas Hernández
26 de octubre de 2025
Traducción de Augusto Vidal

sábado, 25 de octubre de 2025

F. Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov). Divagación nº 2. История одной семейки: 1. Фёдор Павлович Карамазов. 1ª Parte: Historia de una familia. 1. Fyodor Pavlovich Karamazov. Un padre despreciable. Biología, Psicología y Ética de la paternidad. Francisco Huertas Hernández

Fyodor Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov) (1878-1880).
Divagación nº 2.
История одной семейки: 1. Фёдор Павлович Карамазов. 1ª Parte: Historia de una familia. 1. Fyodor Pavlovich Karamazov.
Un padre despreciable. Biología, Psicología y Ética de la paternidad.
Francisco Huertas Hernández


"Братья Карамазовы" (1968). Иван Пырьев, Кирилл Лавров, Михаил Ульянов.
"Los hermanos Karamazov" (1968). Ivan Pyryev, Kirill Lavrov, Mijail Ulyanov.
Марк Прудкин (Фёдор Павлович Карамазов). Mark Prudkin (Fyodor Pavlovich Karamazov)
Película rusa en tres partes. 232 minutos


 Un padre desnaturalizado (Fyodor Pavlovich Karamazov) es el germen de todo mal. La ausencia de la madre -herida materna- sufrida por tres hijos legítimos del mismo padre (Dmitri, Ivan y Aliosha Fyodorovich) y distinta madre (Adelaida Ivánovna Miúsova, Sofia Ivánovna) engendrará resentimiento y vulnerabilidad en sus almas. Un probable hijo natural (Pavel Fyodorovich Smerdiakov) que hace de criado se añade al cuadro familiar de lujuria e ira.

 Fyodor Mijailovich Dostoyevski (1821-1881) escribió este drama familiar durante dos años, publicándolo por entregas en la revista "Русский вестник" (El Mensajero Ruso) entre 1879 y 1880. Para el autor situar la acción en el presente es un imperativo del realismo, al igual que extraer de la realidad historias y vidas con las que componer la odisea espiritual narrada en sus obras. La dimensión trascendente de estas piezas monumentales de la literatura hace irrelevantes los modelos en los que el escritor se inspiró para sus personajes. El psicologismo y el sociologismo desvirtuan la potencia filosófica y estética de la obra para reducirla a la anécdota biográfica e histórica de las circunstancias triviales del creador. 

 Fyodor Pavlovich Karamazov, el padre bufón, lujurioso y gorrón, parece inspirado por Dmitri Nikolaevich Filosófov, suegro de la amiga de Dostoyevski, Anna Filosófova, y coinciden en haberse casado dos veces, haber tenido tres hijos muy parecidos a Dmitri (conflicto por la herencia con el padre) y Aliosha.

 Dostoyevski es un narrador dual, hace gala de talento para el relato y el diálogo. La presentación del vicioso y vacío padre en el capítulo uno de la primera parte es un ejemplo de relato. El narrador sitúa como personaje central al tercer hijo, del que nos ha hablado en el Prólogo. Así empieza la novela: 

 "Alexéi Fyódorovich Karamazov era el tercer hijo de un terrateniente de nuestro distrito, Fyódor Pávlovich Karamázov, tan conocido en su tiempo (y aún hoy se le recuerda) por su fin trágico y oscuro, acaecido hace exactamente trece años y del que hablaré en su lugar... era el tipo del hombre no sólo ruin y disoluto, sino, a la vez, torpe (estúpido)"

(Алексей Федорович Карамазов был третьим сыном помещика нашего уезда Федора Павловича Карамазова, столь известного в свое время (да и теперь еще у нас припоминаемого) по трагической и темной кончине своей, приключившейся ровно тринадцать лет назад и о которой сообщу в своем месте... встречающийся, именно тип человека не только дрянного и развратного, но вместе с тем и бестолкового)

 El narrador nos informa de sus dos matrimonios y sus tres hijos: Dmitri, de la primera esposa; Ivan y Alexei, de la segunda (Он был женат два раза, и у него было три сына: старший, Дмитрий Федорович, от первой супруги, а остальные два, Иван и Алексей, от второй) ¿Por qué una muchacha hermosa, con dote y de despierta inteligencia, como Adelaida Ivánovna Miúsova se casó con un zote como Fyodor Pavlovich? Dostoyevski recurre a Mijail Y. Lermontov, que en el poema "Не верь себе" (No confíes en ti), habla de "la irritación de un pensamiento cautivo" (Иль пленной мысли раздраженье), propia de una juventud ensimismada de pasión teatral, para explicar el arrebato con el que se dejó raptar por el bufón malvado la joven Miúsova, aún no habiendo amor en ninguno de los dos, y, ni siquiera atracción por parte del terrateniente gorrón (Что же до обоюдной любви, то ее вовсе, кажется, не было — ни со стороны невесты, ни с его стороны, несмотря даже на красивость Аделаиды Ивановны. Так что случай этот был, может быть, единственным в своем роде в жизни Федора Павловича, сладострастнейшего человека во всю свою жизнь, в один миг готового прильнуть к какой угодно юбке, только бы та его поманила. А между тем одна только эта женщина не произвела в нем со страстной стороны никакого особенного впечатления)

 Adelaida Ivanovna descubrió, tras el rapto, que su marido le inspiraba sólo desprecio (Аделаида Ивановна, тотчас же после увоза, мигом разглядела, что мужа своего она только презирает и больше ничего). El esposo pretendió poner a su nombre todos los bienes de su mujer, y, ésta acabó pegándole, pues, aparte de arrebatada, morena e impaciente, estaba dotada de notable fuerza física (Положительно известно, что между супругами происходили нередкие драки, но, по преданию, бил не Федор Павлович, а била Аделаида Ивановна, дама горячая, смелая, смуглая, нетерпеливая, одаренная замечательною физическою силой). Finalmente, se fugó con un seminarista, abandonando a su hijo Mitia (Dmitri) de tres años.

 "En un dos por tres, Fyodor Pavlovich organizó en su casa un verdadero harén y escandalosas borracheras; aprovechaba los entreactos para recorrer poco menos que la provincia entera, quejándose compungido, a todos, y cada uno, de que Adelaida Ivanovna le hubiera abandonado; además, contaba tales detalles de su vida conyugal que habría debido avergonzarle como esposo. Habríase dicho que le resultaba agradable y hasta halagador representar ante todos su ridículo papel de marido engañado, y pintar todos los detalles de su ofensa hasta recargando las tintas"

(Федор Павлович мигом завел в доме целый гарем и самое забубённое пьянство, а в антрактах ездил чуть не по всей губернии и слезно жаловался всем и каждому на покинувшую его Аделаиду Ивановну, причем сообщал такие подробности, которые слишком бы стыдно было сообщать супругу о своей брачной жизни. Главное, ему как будто приятно было и даже льстило разыгрывать пред всеми свою смешную роль обиженного супруга и с прикрасами даже расписывать подробности о своей обиде)

 La esposa fugitiva murió repentinamente -tifus o hambre- en Petersburgo, entregada a la completa "emancipación". La reacción del hombrezuelo fue ambigua, alzó los brazos y gritó algo de San Lucas sobre el siervo al que dejaba ir, pero, al mismo tiempo, lloraba desconsolado, a pesar de la repugnancia que provocaba. "Es muy posible que las dos cosas fueran ciertas, es decir, que se alegrara de la liberación y que llorase por su liberadora, todo a la vez. En la mayor parte de los casos, la gente, incluso la mala gente, es mucho más ingenua y bondadosa de lo que nosotros nos figuramos. Sí, y también nosotros" (Очень может быть, что было и то, и другое, то есть что и радовался он своему освобождению, и плакал по освободительнице — всё вместе. В большинстве случаев люди, даже злодеи, гораздо наивнее и простодушнее, чем мы вообще о них заключаем. Да и мы сами тоже)


 Así presenta Dostoyevsky al padre biológico de los inquietos hermanos Karamazov. ¡Procrear es tan fácil: dejar correr el semen en el cuerpo de la mujer es suficiente! ¡Pero, ser padre, es tan difícil: no basta ser fértil, hay que ser prudente!

 Una biología de la paternidad establece que hay 23 cromosomas de cada uno de los progenitores. Este material genético se combina al unirse a los gametos: el óvulo materno y el espermatozoide paterno. Por tanto, cada individuo es genéticamente semidéntico a ambos progenitores. Hay algo en cada uno de los tres hermanos Karamazov de ese ADN del padre: la lujuria, la insensatez. ¿Eso es genético o adquirido? ¡La belleza trágica de la literatura pide que sea genético el destino inapelable del héroe! Aunque sabemos que el hipotálamo regula la liberación de testosterona y dopamina, que explican el impulso sexual, debido en gran parte a factores ambientales, ya que la excitación erótica depende de valores sociales y fantasías sexuales ligadas a la represión. 

 La psicología de la paternidad, en cambio, se centra en el afecto, el amor. El mero instinto sexual explica la procreación casual y no buscada. El amor es la base de la paternidad deseada y planificada, responsable. El padre y la madre cuidan, protegen, educan, guían a los hijos. Deberían sacrificar parte de su instinto sexual al instinto de protección, lo que, en términos psicológicos implica una atenuación del egoísmo y un fortalecimiento del altruismo familiar. Se dice que los padres, por los hijos dan la vida. El psiquiatra Serge Lebovici (1915-2000) insistió en la transformación psicológica del padre antes del nacimiento de su vástago (parentalidad): algo así como que el futuro padre deja de ser hijo. Fyodor Pavlovich no experimentó tal proceso de maduración. No quiso tener hijos. Se limitó a cumplir un rol social, y siguió dando rienda suelta a su instinto sexual, puramente egoísta, por lo que hizo gran fiesta cuando su primera esposa le dejó. 
 ¿Qué sentimientos debería reprimir un padre ante sus hijos? Sin duda, todos los que le presentan como un ser individual y vulnerable. El que tiene que cuidar y educar no puede mostrarse descuidado o desvalido, ignorante o pedante. El hijo es frágil y absorbe lo que en los padres ve. Fyodor Pavlovich iba lloriqueando, diciendo a quien le escuchara, que su mujer le había abandonado, pero él se desentendió de su hijo Mitia. Nunca hubiera podido ser un buen padre cargando el peso del dolor y el desamparo sobre su pequeño.

 Una ética de la paternidad es el escalón más alto de la paternidad, y tiende a confundirse con la psicología. La ética estudia el buen comportamiento, aunque desde Immanuel Kant (1724-1804), el bien se transforma en deber moral. Según Kant, la paternidad puede entenderse como un deber racional y universal: cuidar de quien no puede valerse por sí mismo es una obligación moral, no una elección. Lo que admira en Kant es que este deber moral (imperativo categórico) es la expresión más alta de la libertad y autonomía humana. Somos libres cuando nos obedecemos a nosotros mismos racionalmente. En Kant, el deber de la paternidad no está a merced de sentimientos cambiantes y egoístas, en los que el hijo podría convertirse en un medio para la satisfacción de los padres. El amor, por sí solo, es inmoral. ¿Acaso una madre o padre que, por cualquier circunstancia, dejara de amar a su hijo pequeño, dejaría de estar obligado a cuidarle? Fyodor Pavlovich ni sigue el mandato moral universal del deber paterno, y pone a su hijo en manos ajenas (su criado Grigori y otros familiares lejanos), ni tampoco siente el vínculo del amor paterno. Sin deber y sin amor, Fyodor Pavlovich no es un padre, es un simple engendrador anónimo. Cierto es que regresarán la casa paterna los tres hijos, y, por alguna extraña razón, se desarrollarán vínculos afectivos entre ellos, pero, la ambivalencia estará siempre presente: el odio (rivalidad, celos) de Dmitri, el desprecio de Ivan, la compasión o piedad de Aliosha. 
 La ética de la responsabilidad ante el otro vulnerable, señalada por Emmanuel Lévinas (1906-1995), también está ausente en Fyodor Pavlovich. El autocompasivo padre descastado exige para sí la atención de los demás. Responsabilizarse de otra persona implica necesariamente hacerse cargo de uno mismo. Un padre bufón es imposible. 

 La ausencia de la madre, de la esposa, ha sido una herida imposible de suturar. Los tres hermanos Karamazov, por no añadir a Pavel, el supuesto hijo ilegítimo, experimentan ese vacío emocional: Dios es la sublimación de la Madre. Los tres giran en torno a un Dios ausente. Incluso Aliosha siente que su lujuria es también atracción fatal de la tierra materna perdida. El comportamiento amoroso de Dmitri es errático y autodestructivo. Aliosha pretende reprimir el deseo erótico. Y el padre, que nunca tuvieron, al renunciar a su papel de padre cuidador, quedó convertido en un competidor sexual: por eso disputa con su hijo mayor por los favores de Grúshenka. Un padre que rivaliza sexualmente con el hijo es un recordatorio del sentimiento edípico atávico y universal. Pero aquí no hay madre deseada. Dios ocupa el lugar de la madre


 Bueno, lector, te dice el autor, Francisco, tú sabrás si mis palabras son adecuadas a estos hombres rusos del siglo XIX que somos tú y yo, y los demás, ya que si en algo la monumental novela de Fyodor Mijailovich Dostoyevsky vive en nosotros, es porque habla de nosotros. Ante este mundo sórdido y vacío de internet, hedonismo, control digital y aparente posverdad, donde todo es virtual, desmaterializado (que no espiritual) y efímero, pasar unas docenas de horas leyendo la historia de los Karamazov nos limpia el alma con el agua pura de la verdad de la literatura, que es, realmente, sabiduría

Francisco Huertas Hernández
25 de octubre de 2025
Traducción de Augusto Vidal
 

domingo, 19 de octubre de 2025

Fyodor Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov) (1878-1880). Divagación nº 1. Prólogo del autor: ¿Por qué el lector ha de perder el tiempo con los hechos de un personaje de ficción?. От автора: "Почему я, читатель, должен тратить время на изучение фактов его жизни?". Francisco Huertas Hernández

Fyodor Dostoyevsky: "Братья Карамазовы" (Los hermanos Karamazov) (1878-1880).
Divagación nº 1.
Prólogo del autor: ¿Por qué el lector ha de perder el tiempo con los hechos de un personaje de ficción?. От автора: "Почему я, читатель, должен тратить время на изучение фактов его жизни?".
Francisco Huertas Hernández

Федор Достоевский: "Братья Карамазовы"


 Empecemos por el final del principio. Fyodor Mijailovich Dostoyevsky (1821-1881) se dirige al lector para persuadirle de la verdad de su relato, con disgresiones varias, que concluyen con la expeditiva frase: "А теперь к делу" (Ahora, vayamos al grano), que, en la traducción de referencia de Augusto Vidal se transforma en "Y ahora, manos a la obra".

 El autor elige -¿elige?- a su héroe, y lo llama Alexey Fyodorovich Karamazov, pero sabe que no es ningún gran hombre, previendo preguntas suspicaces de los lectores: qué tiene de notable ese héroe, qué ha hecho de extraordinario, por qué es conocido, y, en definitiva, "¿por qué yo, como lector, he de perder el tiempo estudiando los hechos de su vida?"

 (Начиная жизнеописание героя моего, Алексея Федоровича Карамазова, нахожусь в некотором недоумении. А именно: хотя я и называю Алексея Федоровича моим героем, но, однако, сам знаю, что человек он отнюдь не великий, а посему и предвижу неизбежные вопросы вроде таковых: чем же замечателен ваш Алексей Федорович, что вы выбрали его своим героем? Что сделал он такого? Кому и чем известен? Почему я, читатель, должен тратить время на изучение фактов его жизни?)

 "Почему я, читатель, должен тратить время на изучение фактов его жизни?", esa es la gran pregunta ante la ficción, que, probablemente, no surja ante el ensayo o la historia. La ficción es una invención, pero nadie admite la invención si no hay un mínimo grado de identificación y proyección, es decir, de realismo. Dostoyevsky se definía como un realista, porque pensaba que la obra literaria debe basarse en hechos verídicos y concretos de la realidad. Ha de entenderse que esos acontecimientos han de ser verosímiles y profundos más que verídicos en el sentido de crónica periodística: "Todo lo que dicen mis héroes en el texto que le he enviado se basa en la realidad" (Всё, что говорится моим героем в посланном Вам тексте, основано на действительности), escribe en 1879. Nataliya Ujánova recalca que aunque el novelista insista en la veracidad casi periodística de sus historias, éstas siempre tienden a problemas filosóficos, bajo una penetrante comprensión psicológica de los personajes, que rebasando los datos empíricos acaban en lo utópico o fantástico. Y añado que, dada la querencia dostoyevskiana por los seres atormentados, en ellos, el poder de su voluntad y su sufrimiento, siempre dirigido a la salvación, configura un mundo delirante, que el lector pazguato confundirá con la literatura fantástica o patológica. La cosmovisión de Fyodor Mijailovich es religiosa, y por religión entendemos la necesidad de inmortalidad y de Dios, aunque no se crea ni en la una ni en el otro. El voluntarismo de los personajes de Dostoyevsky es una fuerza febril que les impulsa a la acción fatal, pero queda sujeta al gusano de la conciencia, que decía Quevedo, es decir, a la ética. En Dostoyevsky no hay moral fuera de lo trascendente: ¿si no existe Dios por qué habríamos de ser buenos?

 Sigue en el prólogo el escritor dudando de que el lector (no hay lectores: el acto de la lectura es singular) reconozca lo notable de Alexey Karamazov, que es, claro, un hombre de acción, pero de acción poco clara, indefinida, ya que sería raro exigir claridad en un tiempo como el nuestro (Ну а коль прочтут роман и не увидят, не согласятся с примечательностью моего Алексея Федоровича? Говорю так, потому что с прискорбием это предвижу. Для меня он примечателен, но решительно сомневаюсь, успею ли это доказать читателю. Дело в том, что это, пожалуй, и деятель, но деятель неопределенный, невыяснившийся. Впрочем, странно бы требовать в такое время, как наше, от людей ясности)

 A continuación, señala el narrador que este héroe es raro, extraño, estrafalario, excéntrico (это человек странный, даже чудак). Una disgresión sutil propone que la excentricidad no es un simple caso particular y marginal, sino que descubre algo más general. Los marginales se han vuelto cada vez más atractivos por culpa de la ficción: la novela y el cine los han consagrado, en figura de antihéroe.
 En "Los hermanos Karamazov" la familia entera está en los límites de lo aceptable socialmente, ¿y qué interés tiene la anodina existencia cotidiana para un lector también anodino en su aspecto externo, pero demoníaco y celestial en su fuero interno? Fyodor Pavlovich Karamazov, el padre, es un abyecto parásito, lujurioso, bufón, tacaño, autocompasivo y egoísta. Dmitri Fyodorovich, el primogénto, es violento e impulsivo. Ivan Fyodorovich, el hijo de en medio, es, eso, la duda, entre el intelecto y la voluntad, la razón y la fe. Alexey Fyodorovich, el tercer y último hijo, no tiene los defectos de su familia. Es el héroe espiritual, que se realza por contraste con su entorno. No es anodino ni vacío.

 Me compadezco de aquellos que dicen que leer novelas, y literatura, en general, no sirve de nada. Los autores clásicos han sabido expresar la esencia de la existencia y del mundo, que viviendo no podemos conocer. Leer es conocer la vida. Sin arte no hay verdad. En Dostoyevsky revive la tragedia griega, escribe Georges Steiner, y lo emparenta con Shakespeare, al igual que vincula a Tolstói con Homero. Estos titanes de la literatura no escribieron para entretenernos sino para darnos la verdad en la intuición de la belleza y el dolor, la verdad del alma y del universo. 

 Y la "súbita mortalidad" que Woland, el diablo que visita Moscú, en "El Maestro y Margarita", oponía a la atea soberbia humana, le llegó al Maestro Fyodor Mijailovich Dostoyevsky el 9 de febrero de 1881 en Sankt Peterburg a los 59 años a causa de una hemorragia pulmonar, asociada a un enfisema y la epilepsia padecida desde la infancia, privándole de escribir esa segunda parte de "Los hermanos Karamazov" que anuncia en el prólogo, como la más importante. 

Francisco Huertas Hernández
Domingo 19 de octubre de 2025

domingo, 12 de octubre de 2025

Mijail Bulgakov: "Мастер и Маргарита" (El Maestro y Margarita) (1929-1940). 6º Ensayo. Cap. VI (Глава 6. Шизофрения, как и было сказано) (Esquizofrenia, tal como se dijo). Cap. VIII (Глава 8. Поединок между профессором и поэтом) (Duelo entre el profesor y el poeta). Medicina y Literatura. La identidad lógica y la alteridad mágico-poética. Francisco Huertas Hernández

Mijail Bulgakov: "Мастер и Маргарита" (El Maestro y Margarita) (1929-1940).
6º Ensayo.
Cap. VI (Глава 6. Шизофрения, как и было сказано) (Esquizofrenia, tal como se dijo).
Cap. VIII (Глава 8. Поединок между профессором и поэтом) (Duelo entre el profesor y el poeta).
Medicina y Literatura. La identidad lógica y la alteridad mágico-poética.
Francisco Huertas Hernández


"Мастер и Маргарита" (телесериал) (2005). Владимир Бортко
"Master y Margarita" (Teleserie) (2005). Vladimir Bortko
профессор Стравинский врач психиатрической клиники (Василий Ливанов)
Иван Николаевич Бездомный (Понырёв) поэт, член МАССОЛИТа (Владислав Галкин)
El profesor Stravinsky, médico de una clínica psiquiátrica (Vasili Livanov)
Ivan Nikolayevich Bezdomny (Ponyryov) , poeta, miembro de MASSOLIT (Vladislav Galkin)

 La vida humana presenta un conflicto interno entre la sumisión a la identidad lógica que proporciona tranquilidad y la atracción y entusiasmo por la alteridad mágico-poética que desasosiega.
 En el primer ámbito, el de la identidad, las cosas son iguales a sí mismas, y nosotros somos conocedores de esa igualdad que se rige por las leyes de la ciencia (matematización de la experiencia) y de la costumbre. Sabemos que los sucesos tienen causas observables y calculables, que los cambios se dan dentro de una continuidad regular, y que el mundo es predecible, en su mayor parte. En el relato positivista de la evolución del saber humano, se pasa de los mitos a la filosofía, y de ésta a la ciencia, que, con su hija, la tecnología, nos dan conocimiento y poder sobre la naturaleza. 
 El segundo ámbito, el de la alteridad (lo otro, que no es reducible a lógica y experiencia, o sea, a la ciencia) se manifestó de diversas formas: el temor y la veneración de lo sagrado y lo terrible, la presencia invisible de fuerzas sobrenaturales, la magia, la palabra poética, lo irracional (la locura), el arte, el misterio.
 Las categorías acuñadas por Friedrich Nietzsche en su primer libro -lo apolíneo y lo dionisíaco- pueden expresar estas dos fuerzas en constante lucha, mas no ha de interpretarse desde la ciencia positivista ese conflicto como orden vs caos, pues, inextricablemente, están unidos esos dos impulsos, tal como Esquilo y Sófocles revelaron en sus tragedias.

 La literatura rusa ha sentido fascinación por ese conflicto ejemplificado en un médico frente a un loco (enfermo mental). Lo que une a esos dos hombres, también les separa: el lenguaje. Dos médicos escritores destacan entre los clásicos de las letras rusas: Anton Pavlovich Chejov (1860-1904) -autor de "El Pabellón número 6" (Палата № 6), pesadillesca narración en la que el doctor Andrei Efímich es internado en el sanatorio donde trabaja, tras frecuentar al paciente con manía persecutoria Iván Dmítrich, que conserva su inteligencia y humanidad; y Mijail Afanasyevich Bulgakov (1891-1940), que, desde "Morfina" (Морфий) hasta "El Maestro y Margarita" (Мастер и Маргарита), prestó atención a ese extraño encuentro de la identidad y la alteridad. Bulgakov hereda de Chejov la precisión clínica y el humanismo bañado en humor, un humor más gogoliano que chejoviano, en ese ἀγών entre el doctor (profesor) y el paciente (poeta), que, desde el capítulo VI, introduce en esta obra un nuevo espacio de la modernidad: el manicomio -o su eufemismo: clínica psiquiátrica-. El manicomio -etimológicamente, el lugar en el que se cuida (κομεῖν) a los que padecen manía (μανία)- es una institución represiva, según Michel Foucault (1926-1984), donde se vigilan y disciplinan los cuerpos, bajo el poder médico (el saber es una forma de poder), que produce un caso (biografía, historial clínico) usando técnicas de interrogatorio. En Estados Unidos, la URSS y otros estados se utilizaron tratamientos psiquiátricos para perseguir la disidencia política, incluyendo el diagnóstico ambiguo de "esquizofrenia de progresión lenta". Con toda seguridad, Bulgakov está denunciando esto en su novela, aunque la dimensión trascendente de ésta va más allá. 

 En "El Maestro y Margarita", la irrupción de lo demoníaco (alteridad) debe ser explicada desde la ciencia como hipnosis, ventriloquía o cualquier otra técnica o truco que, sin alterar las leyes de la ciencia y la lógica (identidad), encaje los hechos incomprensibles y desasosegantes en la tranquilidad del empirismo de la existencia cotidiana, donde al apagar las luces todo continuará igual, porque sin la luz de la razón nada existe. Los niños que temen a los monstruos que cobran vida en la oscuridad intuyen que el reino de la vida es más profundo que el de los científicos, que prenden la débil luz de sus ecuaciones y experimentos para calmar nuestro miedo al caos.

 Ivan Nikolayevich Ponyryov, conocido como Bezdomni (sin casa, desamparado), era un poeta joven, materialista, ateo, y con poco talento. En el primer capítulo de "Мастер и Маргарита", pasea con el editor Mijail Aleksandrovich Berlioz, por los Jardines del Patriarca, en Moscú, cuando hace su aparición un extranjero, maléfico, que, tras relatar una historia sobre Poncio Pilato y Yeshúa, e insistir en la existencia de Dios y del Diablo, afirmando que estuvo con Kant y con Poncio Pilato, profetiza la muerte del editor, decapitado por una mujer. Esta absurda predicción se cumple de modo inusitado: Berlioz es víctima de un accidente de tranvía conducido por una muchacha y su cabeza sale rodando. Bezdomni, luego, ve al extranjero, acompañado por otros secuaces sobrenaturales, que huyen a una velocidad inexplicable. Su persecución acaba privándole de razón, de ropa y de serenidad. Le reducen y le internan en la clínica psiquiátrica del Dr. Stravinski. Allí será recluido, aislado, sedado e interrogado. Éste es el capítulo VI (Шизофрения, как и было сказано. Esquizofrenia, tal como se dijo).

 Primero, descartan que esté bajo los efectos del alcohol, en sus alucinaciones semejantes a un delirium tremens. El poeta responde a las preguntas de mala gana, porque él no está loco. Tiene veintitrés años, y quiere poner una denuncia al poeta captor Riujin, que allí lo ha llevado contra su voluntad:

"¡Porque a mí, un hombre en su sano juicio, me han apresado y traído a la fuerza a un manicomio! -respondió Iván, hecho una furia"

(- А на что же вы хотите пожаловаться?
- На то, что меня, здорового человека, схватили и силой приволокли в сумасшедший дом! — в гневе ответил Иван)

 Riujin se asustó porque "no había ni el más mínimo atisbo de locura en sus ojos. De turbios, como estaban en la Griboyédov, habían pasado a verse claros, como de costumbre" 

 (Решительно никакого безумия не было у того в глазах. Из мутных, как они были в Грибоедове, они превратились в прежние, ясные)

 Riujin sabe que los ojos son el espejo del alma. Se atribuye a Lyev Tolstoi esta frase (Глаза — зеркало души), que procede de Cicerón: "Imago animi vultus est". La mentira se descubre en la mirada y no en las palabras, pues los ojos no saben mentir, ni en las emociones ni en las ideas. Riujin piensa, entonces, mirando a los ojos de Bezdomni, que está cuerdo y, sin embargo, le han encerrado en un manicomio. Los ojos son el órgano de la vista, como recuerda Antonio Machado (el ojo que ves no es / ojo porque tú lo veas; / es ojo porque te ve), mas buena parte de los vínculos entre personas y personas y animales se dan a través de la mirada. El amor, la confianza, el temor y la desconfianza se alimentan de los ojos ajenos que escrutamos con la atención que las palabras no merecen. 

 Bezdomni es interrogado por un doctor acerca de su extraña conducta. Su mirada puede no tener ni el menor atisbo de locura, pero, a fin de cuentas, no internan a nadie por mirar, sino por lo que hace y dice. El médico le pregunta por qué fue al restaurante de la Griboyedov en ropa interior. Bezdomni responde con naturalidad que le robaron la ropa mientras se bañaba en el Moskvá. Pero su misión de atrapar a un consultor causante de la muerte de Berlioz, al que sólo vieron él y el fallecido, ya empieza a resultar muy sospechosa. Bezdomni cuenta como corría en calzoncillos, con una vela y un icono, persiguiendo una fuerza maligna, lo que hizo que los enfermeros se pusieran en posición de firmes. Bezdomni se anima en el interrogatorio y cuenta que ese extranjero consultor habló en persona con Poncio Pilato. Urge entonces en ir a la policía para proseguir la búsqueda, y se pone violento. Le agarraron entre varios y le pusieron una inyección. Su obsesión era Poncio Pilato, y el sueño le llamaba para volver a recrear esa antigua escena de un palacio en Yershalaim. El doctor confirma a Riujin que el joven poeta está enfermo: 

 "Excitación motriz y del habla... Interpretaciones delirantes... Parece un caso complejo. Esquizofrenia, probablemente. Y agravada por el alcoholismo..."

 (Двигательное и речевое возбуждение... Бредовые интерпретации... Случай, по-видимому, сложный... Шизофрения, надо полагать. А тут еще алкоголизм...
 
 Bulgakov concede unas páginas de protagonismo al poeta captor Riujin que llevó al manicomio a su colega Bezdomni. El poeta loco ha acusado al poeta cobarde de ser un kulak, disfrazado de proletario, un impostor, en definitiva, con sus versos grandilocuentes y vacíos. Riujin herido en lo más hondo regresa a Moscú en un camión sopesando las palabras acusatorias de Bezdomni: acepta que es un mal poeta y no cree en nada de lo que escribe. Este final del capítulo VI manifiesta la maestría de Mijail Bulgakov, como la de Chejov y Gogol: llegar a la compasión a través del humor, elevando a los personajes irrelevantes al rango de los principales. 

 Tras un capítulo VII (Нехорошая квартирка. Un apartamento siniestro) en el que se interrumpe la escena de la clínica psiquiátrica, para introducir el departamento número 50 de la calle Sadóvaia, donde vive el juerguista director del Teatro Variedades, Stiopa Lijodéyev, que recibe una extraña visita, la trama regresa en el capítulo VIII al moderno y aséptico manicomio de las afueras de Moscú, junto al río y un bosque (Поединок между профессором и поэтом. Duelo entre el profesor y el poeta).

 Bulgakov es maestro del arte de la transición. Un tránsito espacial de las habitaciones del apartamento nº 50 de Sadóvaia a la clínica del Dr. Stravinski marcado en el inicio del capítulo VIII:

 "Justo en el momento en que la conciencia abandonaba a Stiopa en Yalta, es decir, en torno a las once y media de la mañana, la recuperaba Ivan Nikolayevich Bezdomni, tras despertarse de un largo y profundo sueño. Tardó un rato en comprender cómo había ido a parar a esa habitación desconocida de paredes blancas, con una asombrosa mesilla de noche hecha con algún tipo de metal de color claro y con un estor blanco detrás del cual se intuía el sol"

 (Как раз в то время, когда сознание покинуло Степу в Ялте, то есть около половины двенадцатого дня, оно вернулось к Ивану Николаевичу Бездомному, проснувшемуся после глубокого и продолжительного сна. Некоторое время он соображал, каким это образом он попал в неизвестную комнату с белыми стенами, с удивительным ночным столиком из какого-то светлого металла и с белой шторой, за которой чувствовалось солнце)

 Bezdomni estaba solo en el cuarto blanco y descubría maravillado la tecnología de un dispositivo que permitía avisar para cubrir sus distintas necesidades (beber, llamar a enfermera, llamar a doctor, practicante...). La enfermera, Praskovya Fyodorovna, entró en la habitación y dispuso el baño del nuevo paciente. Los equipamientos más modernos y funcionales que asombraban al joven poeta esquizofrénico, que fue vestido con un pijama y llevado a un despacho donde le esperaban dos mujeres y un hombre:

 "Iván se puso a estudiar su situación. Ante él se abrían tres caminos. El primero era sumamente tentador: lanzarse contras las lámparas y todos aquellos objetos sofisticados, enviarlos al infierno, hacerlo todo añicos, y así expresar su protesta por su arbitrario arresto. Pero el Ivan de hoy era ya muy diferente del Ivan de ayer, y esa primera opción le parecía dudosa. ¿De qué le serviría? Acabarían por convencerse de que era un loco violento. Por tanto, descartó el primer camino. Había otro: contarles de inmediato la historia del consultor y de Poncio Pilato. Sin embargo, la experiencia del día anterior le había demostrado que no creerían su relato, o bien que lo entenderían de manera tergiversada. Por la tanto, Ivan desistió también de ese camino, y decidió optar por el tercero: refugiarse en un mutismo orgulloso"

 (Иван стал обдумывать положение. Перед ним было три пути. Чрезвычайно соблазнял первый: кинуться на эти лампы и замысловатые вещицы, и всех их к чертовой бабушке перебить и таким образом выразить свой протест за то, что он задержан зря. Но сегодняшний Иван уже значительно отличался от Ивана вчерашнего, и первый путь показался ему сомнительным: чего доброго, они укоренятся в мысли, что он буйный сумасшедший. Поэтому первый путь Иван отринул. Был второй: немедленно начать повествование о консультанте и Понтии Пилате. Однако вчерашний опыт показал, что этому рассказу не верят или понимают его как-то извращенно. Поэтому Иван и от этого пути отказался, решив избрать третий: замкнуться в гордом молчании)

 Ivan se dejó preguntar sobre su infancia y su tío Fyodor, tomar la temperatura, pulso, mirar los ojos con una lamparita, ser golpeado con pequeños martillos en las rodillas, extraerle sangre de un dedo... luego le llevaron el desayuno a su habitación y esperó la visita del jefe de todo aquello, "un hombre de unos cuarenta y cinco años, pulcramente afeitado como un actor, de ojos agradables, aunque muy penetrantes, y con modales exquisitos" (и в нее вошло множество народа в белых халатах. Впереди всех шел тщательно, по-актерски обритый человек лет сорока пяти, с приятными, но очень пронзительными глазами и вежливыми манерами): el Doctor Aleksandr Nikolayevich Stravinski. El médico intercambió, en una lengua que a Bezdomni le pareció el latín de Poncio Pilato, algunas frases con sus ayudantes, escuchando la palabra que le hizo estremecerse, "esquizofrenia", la misma que había usado el extranjero maligno el día anterior, que vaticinó lo que ahora estaba ocurriendo. Este doctor era muy inteligente, se alegraba por todo lo que le contaba el paciente con el que estaba en todo de acuerdo, y lo expresaba en las palabras: "Espléndido, espléndido..." (Славно, славно...).

 Bezdomni repite la historia ocurrida en los Estanques del Patriarca, a lo que el doctor y su séquito prestan la máxima atención. Bezdomni se puso nervioso cuando el Dr. quiso saber quién era Ánnushka, la que había derramado el aceite de girasol, sobre el que resbaló Berlioz, deslizándose bajo el tranvía que le arrolló. Pero para Ivan Nikolayevich lo importante es que él sabía de antemano lo que iba a ocurrir... y tras ponerle el médico la mano en la rodilla para que continuase su relato el joven poeta habló de los poderes extraordinarios del consultor y de la parejita que le acompañaba: el larguirucho con lentes rotas y un gato negro de un tamaño increíble que viaja solo en tranvía, pero lo más increíble es que el sujeto ese estuvo en el balcón con Poncio Pilato, y había que detenerlo ahora mismo antes de que causara desgracias indescriptibles.

 "- ¡Bien, espléndido, espléndido! -replicó Stravinski- Ahora está todo claro. De hecho, ¿qué sentido tiene retener a un hombre sano en un hospital? Bien, señor. Ahora mismo voy a darle el alta, si usted me dice que está cuerdo. No tiene que demostrarlo, sólo dígalo. Entonces, ¿usted está cuerdo?
 En este punto se hizo un hondo silencio, y la mujer gorda, que por la mañana había atendido a Ivan, miró al profesor con reverencia, mientras que Ivan pensó de nuevo: "Es de veras inteligente".
 La propuesta del profesor le gustó mucho, pero, antes de darle una respuesta, lo pensó largo y tendido, frunciendo el entrecejo, y al final dijo con firmeza:
 - Estoy cuerdo.
 - Bien, espléndido -exclamó Stravinski con alivio-; pero, si es así, razonemos con lógica. Miremos lo que pasó ayer- Se volvió y al instante le dieron la hoja de Ivan- Ayer, mientras perseguía al desconocido que se le presentó como amigo de Poncio Pilato, usted llevó a cabo los siguientes actos... -Stravinski se puso a doblar sus largos dedos, uno a uno, mientras miraba, por turnos, la hoja y a Ivan- Se prendió en el pecho un icono, ¿no?
 - Sí -asintió con aire sombrío Ivan
 - Se cayó de una valla y se lastimó la cara, ¿no? Y se presentó en un restaurante, con una vela encendida en la mano, sin llevar nada más que la ropa interior, y allí agredió a alguien. Lo trajeron aquí maniatado. Ya aquí, llamó a la policía y les pidió que enviaran ametralladoras. Luego intentó tirarse por la ventana. ¿Cierto? Lo que debemos preguntarnos es lo siguiente: ¿es posible actuando de ese modo, llegar a capturar o a arrestar a alguien? Y, si usted es una persona cuerda, respondería: de ninguna manera. ¿Quiere marcharse de aquí? Como usted desee, señor. Pero, permítame que le pregunte, ¿adónde se dirigirá?
- A la policía, por supuesto -respondió Ivan, ya con menos aplomo y un poco confuso bajo la mirada del profesor.
- ¿Directamente desde aquí?
- Ajá
- ¿Y no pasará antes por su casa? -se apresuró a preguntar Stravinski
- ¡No hay tiempo que perder! Mientras yo fuera de casa en casa, ¡él se escaparía!
(...)
- ¡Bien, espléndido! -exclamó Stravinski, subyugado por la idea, y, volviéndose al hombre de la barbita, ordenó-: Fyodor Vasílyevich, extienda una autorización al ciudadano Bezdomni para que vaya a la ciudad. Pero que no se ocupe su habitación ni se cambie su ropa de cama. Dentro de dos horas el ciudadano Bezdomni estará aquí de vuelta. Bueno, así pues -se dirigió al poeta-, no le desearé éxito, porque no creo que vaya a tenerlo. ¡Hasta la vista! -se levantó, y su séquito inició la marcha"

( — Ну вот и славно, — облегченно воскликнул Стравинский, — а если так, то давайте рассуждать логически. Возьмем ваш вчерашний день, — тут он повернулся, и ему немедленно подали иванов лист. — В поисках неизвестного человека, который отрекомендовался вам как знакомый Понтия Пилата, вы вчера произвели следующие действия, — тут Стравинский стал загибать длинные пальцы, поглядывая то в лист, то на Ивана, — повесили на грудь иконку. Было?
— Было, — хмуро согласился Иван.
— Сорвались с забора, повредили лицо? Так? Явились в ресторан с зажженной свечой в руке, в одном белье и в ресторане побили кого-то. Привезли вас сюда связанным. Попав сюда, вы звонили в милицию и просили прислать пулеметы. Затем сделали попытку выброситься из окна. Так? Спрашивается: возможно ли, действуя таким образом, кого-либо поймать или арестовать? И если вы человек нормальный, то вы сами ответите: никоим образом. Вы желаете уйти отсюда? Извольте-с. Но позвольте вас спросить, куда вы направитесь отсюда?
— Конечно, в милицию, — ответил Иван уже не так твердо и немного теряясь под взглядом профессора.
— Непосредственно отсюда?
— Угу.
— А на квартиру к себе не заедете? — быстро спросил Стравинский.
— Да некогда тут заезжать! Пока я по квартирам буду разъезжать, он улизнет!
— Так. А что же вы скажете в милиции в первую очередь?
— Про Понтия Пилата, — ответил Иван Николаевич, и глаза его подернулись сумрачной дымкой.
— Ну, вот и славно! — воскликнул покоренный Стравинский и, обратившись к тому, что был с бородкой, приказал: — Федор Васильевич, выпишите, пожалуйста, гражданина Бездомного в город. Но эту комнату не занимать, постельное белье можно не менять. Через два часа гражданин Бездомный опять будет здесь. Ну что же, — обратился он к поэту, — успеха я вам желать не буду, потому что в успех этот ни на йоту не верю. До скорого свидания! — и он встал, а свита его шевельнулась)

 El hábil médico usa una técnica sofística para desarmar a su interlocutor: acepta sus argumentos, sus valores, y los somete a análisis para destruirlos. Bezdomni aún pertenece al reino de la lógica de lo cotidiano, pero, bajo el impacto de lo demoníaco, el impulso de perseguir a los seres maléficos y salvar al mundo se apodera de él. Como Don Quijote lucha contra gigantes que aún nadie ha visto. ¡Aún! Bezdomni ha percibido lo que escapa a la lógica de los hechos y a las leyes de la ciencia. Y la fuerza del relato pasado de Poncio Pilato ha desplazado al presente. Berlioz no merecía vivir, era un simple editor incrédulo. Pero Ivan Nikolayevich, aunque malo, es poeta, es decir, soñador, y las leyes del sueño son ilógicas, por decirlo de alguna manera: condensación y desplazamiento producen los sueños inconscientes, que rompen el principio de identidad (una cosa es idéntica a sí misma), de no contradicción (es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido) y el de tercero excluido (entre dos proposiciones contradictorias, una de ellas debe ser necesariamente verdadera y la otra falsa; no existe una tercera opción o término medio). Estos son los tres principios lógicos básicos, que lo sobrenatural onírico no conoce ni obedece: lo mágico y lo demoníaco son el triunfo de la alteridad, la contradicción y lo híbrido. En "Мастер и Маргарита" Woland y sus ayudantes, Koróviev, Azazello y Behemot se transforman continuamente y escapan también a la ley de la causalidad que establece que todo acontecimiento tiene una causa y es anterior en el tiempo. 
 Bezdomni usa un lenguaje coherente, pero ha tenido visiones disparatadas. El Doctor Stravinski le lleva la corriente y reduce al absurdo sus argumentos.

 "En ese momento a Ivan le ocurrió algo extraño: su voluntad pareció hacerse añicos, y se sintió débil y necesitado de consejo.
- Pero ¿qué debo hacer? -preguntó esta vez con timidez
- ¡Bien, espléndido! -respondió Stravinski-. Es una pregunta muy razonable. Ahora le diré, lo que en realidad, le pasó. Ayer alguien le dio un susto, y lo conmocionó con esa historia sobre Poncio Pilato y otras cosas. Y usted, nervioso y trastornado, se puso a dar vueltas por la ciudad, hablando de Poncio Pilato. Es muy natural que lo tomasen por un loco. Su salvación ahora consiste en una sola cosa: reposo absoluto. Es indispensable que se quede aquí"

(Тут что-то странное случилось с Иваном Николаевичем. Его воля как будто раскололась, и он почувствовал, что слаб, что нуждается в совете.
— Так что же делать? — спросил он на этот раз уже робко.
— Ну вот и славно! — отозвался Стравинский, — это резоннейший вопрос. Теперь я скажу вам, что, собственно, с вами произошло. Вчера кто-то вас сильно напугал и расстроил рассказом про Понтия Пилата и прочими вещами. И вот вы, разнервничавшийся, издерганный человек, пошли по городу, рассказывая про Понтия Пилата. Совершенно естественно, что вас принимают за сумасшедшего. Ваше спасение сейчас только в одном — в полном покое. И вам непременно нужно остаться здесь)

 El desconcertado poeta aún insiste en que hay que capturarlo, y el complaciente profesor le da la razón, pero no tiene el poeta la obligación de hacerlo, para eso está la policía. Así que propone que escriba una declaración para enviar a la policía. "Denle papel y un lápiz cortito -ordenó Stravinski a la mujer rellena, y a Ivan le dijo-: Pero le aconsejo que hoy no escriba" (Выдайте бумагу и коротенький карандаш, — приказал Стравинский толстой женщине, а Ивану сказал так: — Но сегодня советую не писать)

 El profesor psiquiatra tranquiliza al paciente poeta: el extranjero no escapará, y ellos le ayudarían, decía mirándole a esos ojos, que antes vio Riujin, y tomándole de las manos. Ahora necesitaba silencio, alivio.

 "Al cabo de unos momentos, ante Ivan ya no estaban ni Stravinski ni su séquito. Detrás de la rejilla de la ventana, bajo el sol de mediodía, resplandecía en la otra orilla el radiante y primaveral pinar y, un poco más cerca, brillaba el río"

(Через несколько мгновений перед Иваном не было ни Стравинского, ни свиты. За сеткой в окне, в полуденном солнце, красовался радостный и весенний бор на другом берегу реки, а поближе сверкала река)
 

 A lo largo de toda la obra la ambigüedad entre lo real y lo fantástico, lo percibido y lo alucinatorio, no se resuelve, y es el personaje de Ivan Nikolayevich Bezdomni, el único, que, desde el mundo de acá (los vivos, la existencia cotidiana, el presente que soslaya la mortalidad) une los dos polos, aunque sin saber explicarlo racionalmente: la bellísima metáfora de la luna (inmortalidad) actúa como catalizador de lo sobrenatural (Poncio Pilato, Bangá, Yeshúa, el vuelo de Margarita, Woland, el anhelo del Maestro) y lo cotidiano (Nikolai Ivanovich). Los lunáticos pierden la razón bajo el influjo de los ciclos lunares y su contemplación embelesada.

 Esa luna, ese sendero lunar que desciende hacia la tierra, que obsesionaba a Poncio Pilato, y que se apoderará progresivamente de Bezdomni, en un paralelismo entre los capítulos II (Понтий Пилат. Poncio Pilato) y VI-VIII: Yeshúa sometido al interrogatorio del poder político del Imperio Romano, como Bezdomni al poder médico del Estado Soviético, y, en general, del estado burocratizado.

 "El Maestro y Margarita" trasciende la sátira política, la apologética cristiana (el Jesús novelado se aparta por completo de los Evangelios), el tratado demonológico, la comedia infernal, la novela histórica, el drama romántico, la alegoría filosófica o la metaficción (cómo se hace una novela dentro de otra), y es, en definitiva, una obra colosal que desborda nuevas sugerencias en sucesivas lecturas. 

Francisco Huertas Hernández
11-12 de octubre de 2025