Antiguas salas de cine de Ciudad de México
Mario Ramírez
Artículo corregido, ampliado e ilustrado por Francisco Huertas Hernández
Cine Coloso
Calzada Niño Perdido / Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. Ciudad de México
"El coloso de los cines"
"El cine Coloso, ubicado en la esquina de la Calzada Niño Perdido, hoy el Eje Central, y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, en la colonia Obrera, a inicios de los años cuarenta. Esta sala abrió sus puertas en 1938 y tuvo capacidad para más de 5000 espectadores; hoy en su lugar hay un conjunto de departamentos. Las casas del lado derecho aún existen"
Los antiguos cines de la Ciudad de México (me refiero a los años 60’s), eran de verdad impresionantes. Recuerdo el Cine Coloso, inmenso en su altura. Tenía dos pisos además de la planta baja.
Cine Maya
Calzada Niño Perdido. Ciudad de México
A la izquierda: Anuncio de una película de Pedro Infante. A la derecha: el cine abandonado
Cine Maya
Calzada Niño Perdido. Ciudad de México
"El cine Maya, ubicado en la Calzada Niño Perdido, hoy el Eje Central, anuncia las cintas "La ladrona", de 1954, y "La diosa de Calcuta", de 1953. Esta sala abrió sus puertas en 1949; más tarde fue el bar "Cbar", y luego una agencia Renault"
Cine Colonial
Avenida Fray Servando. Ciudad de México
"El cine Colonial, ubicado en la avenida Fray Servando entre San Antonio Abad y Xocongo, anuncia la cinta "La loca de los milagros", de 1973. Esta sala, planeada por el arquitecto Carlos Crombé, abrió sus puertas en 1940 y fue una de las más grandes de la ciudad, con capacidad para casi 5,300 espectadores. Hoy se conserva la fachada como parte de una unidad habitacional"
Imagen: INAH
El Cine Colonial que trataba de semejar un pueblo colonial con todo y sus balcones.
Cine Alameda
Avenida Juárez. Ciudad de México. 1946
"El cine Alameda, fue diseñado y construido por los arquitectos Carlos Crombé y José Albarrán. Fue inaugurado el 14 de marzo de 1936. Localizado en la Avenida Juárez, muy cerca del Palacio de las Bellas Artes. Su sobria entrada no reflejaba la riqueza del decorado interior que se asemejaba a un típico pueblito mexicano. Muchos de los espectadores de la época aseguraban que se trataba de un copia de Taxco, Guerrero.
El crítico de cine e historiador Gustavo García, en un artículo denominado “Adiós al Olimpia” lo confirma: “En la ciudad de México se podía optar por los recovecos coloniales de mosaicos de talavera, maderas labradas y herrerías sevillanas del Alameda (cuya decoración recreaba la plaza de Taxco)”. El Alameda tenía también como particularidad su techo pintado de azul, en el que se proyectaban estrellas y nubes que parecían desplazarse.
La impresión que causaba este efecto entre el público era increíble.
Desde sus inicios contó con aire acondicionado, lo que representaba un gran avance en materia de confort. En las fotos que acompañan a esta descripción se observa la marquesina que anuncia el estreno, en el año de 1946, de una de las mejores películas dirigidas por Emilio “el Indio” Fernández, “Enamorada”, protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz. Para desgracia del legado cultural mexicano, el cine Alameda fue cerrado en 1970 y demolido en 1985, el infausto año del sismo. La influencia de este recinto llega y resuena hasta nuestros días"
El Cine Alameda que en el techo tenía unas lucecitas imitando estrellas y nubes en movimiento.
Cine Cosmos
Calzada México-Tacuba y Melchor Ocampo. Ciudad de México
"En la esquina de la calzada México-Tacuba y Melchor Ocampo, mejor conocido como Circuito Interior se inaugura en 1948 otro emblemático cine para nuestra ciudad. La apertura se retrasó dos años debido a un incendio, cuyas llamas carcomieron poco a poco el cuerpo de la sala cinematográfica una noche de Diciembre de 1946.
El proyecto que en un principio estuvo asignado al arquitecto Carlos Crombé paso a manos de su tocayo, Carlos Vergara, quién levantó del suelo las cenizas del cine y como ave fénix lo hizo renacer, adquiriendo una forma completamente distinta a como había sido diseñado y proyectado.
Como todas las demás salas cinematográficas. el cine Cosmos, contaban con el mismo acomodo que nos hace referencia al teatro, separando en dos niveles sus dos mil 600 butacas.
Fue el primer cine en la Ciudad de México en tener lo que hoy comúnmente llamamos: la matiné.
Poco a poco se fue convirtiendo en un cine populachero, proyectaba sus dobles corridas de películas de antaño para poder sobrevivir en la constante lucha con su archienemigo: el novedoso cine Tlatelolco, el cual para 1968 estaba proyectando “Bella de día”, filme realizado por el español Luis Buñuel.
La fatídica decisión de mutilar al cine Cosmos, debido a su baja rentabilidad al contar con una sóla sala tan grande, y convertirlo en un complejo de cinco pequeñísimas salas, junto con el rebautizo a “Macro Cosmos” fue la sentencia de muerte para el viejo, enorme y majestuoso cine, el cual cerro sus puertas pocos meses después.
Al momento de su edificación y apertura, nunca creyeron que el cine Cosmos no sólo proyectaría películas, sino que participaría en una: la matanza del 71, mejor conocida como “el Halconazo”, protagonizada por Luis Echeverría.
Fue perpetrado la mañana del jueves 10 de Junio de 1971, jueves de corpus cristi, por los “halcones” quienes se escondían en su enorme sala para después atacar a los estudiantes, mayoritariamente del politécnico.
Esa mañana fue la primera dentro de mucho tiempo que el cine Cosmos vio la luz del día, sin saber que las cortinas metálicas no dejarían que ningún rayo del sol traspasaría al interior nunca más.
Este año se pagaron 40 millones de pesos por la adquisición del inmueble para convertir a lo que un día fue un flamante cine en un monumento a las victimas del 2 de Octubre. Se hará un recinto de cuatro corredores para el uso de los vecinos, cada uno con un tema distinto entre los cuales se encuentran: el cine de arte, la recreación, la historia y los movimientos sociales.
El mudo espectador de una de las matanzas más importantes de nuestra país espera sentado en silencio que dicten su futuro. Por el momento sólo queda el recuerdo y los sentimientos encontrados que nos evoca al ver su enorme fachada amarillo pálido sostenida por sus fuertes columnas, esos seis escalones que llevan directo a su entrada que era iluminada por enormes ventanales que ahora se encuentran rotos y grafiteados. El cine Cosmos se convirtió de la noche a la mañana en un icono de la ciudad de México"
El fabuloso Cine Cosmos (de triste memoria, por la masacre de estudiantes en sus inmediaciones, en 1971) y otros como el Cairo, Sonora, Teresa (con los mejores programas dobles de la capital, según rezaba su propaganda), Edén, Gloria, Bucareli y muchos más.
Cine Gloria
Calle de Campeche, entre Av. Insurgentes y Medellín, en la colonia Roma. Ciudad de México
Cine Sonora
Fray Servando Teresa de Mier 351. Ciudad de México
Fachada. Luminoso: "Proa al infierno" con Richard Widmark
Cine Sonora
Fray Servando Teresa de Mier 351. Ciudad de México
Interior. Pantalla
Cine Sonora
Fray Servando Teresa de Mier 351. Ciudad de México
Interior
El que me pareció el mas grande de México, era el Cine Internacional, que si te sentabas en la última fila parecía que estabas viendo la televisión (bueno no tanto, pero así me parecía).
Contaba con diez años, cuando mi afición por el cine, se vio recompensada con el poder asistir a las matinés solo, mi madre me llevaba hasta la entrada del cine, compraba mi boleto y luego me encargaba con alguna familia; terminada la función me esperaba a la salida y feliz de la vida le contaba una, a una las películas que había visto ese día. El costo de la entrada era de $1.50 y proyectaban tres películas. En ese tiempo de vacas flacas, desafortunadamente no alcanzaba el dinero para que mi madre me acompañara, pero ella gustosa se desprendía de algo, para que su amado hijo asistiera. La matinée era exclusiva de los domingos, comenzaba a las 9 am y terminaba cerca de las 2 pm, en estas funciones, disfruté de las grandiosas producciones de Hollywood de los 30, 40, 50 y 60’s, como Ben-Hur, Los Diez Mandamientos, Casablanca, Espartaco, Lo que el viento se llevó, etc. y de las fabulosas producciones de clase “B”, que comprendían desde filmes de monstruos, guerra, de romanos, ciencia ficción, del oeste, hasta comedias de los Tres Chiflados, Hermanos Marx, El Gordo y el Flaco y Buster Keaton.
En esa época, la programación de la matinée, era temática, es decir, proyectaban tres de romanos, tres del oeste, tres de terror etc. En Semana Santa no faltaban Rey de Reyes y Demetrio el Gladiador (con el cara de alcohólico Victor Mature), en época navideña tampoco faltaban Una Vida Maravillosa (con James Stewart, ¿por qué Nicolas Cage se quiere parecer tanto a James?) y Un cuento de Navidad.
Lo que más me gustaba a esa edad, eran las películas seriadas, en riguroso blanco y negro, en las que semana tras semana nos quedábamos picadísimos con las interrogantes de: ¿qué pasará? ¿se salvará? ¿logrará rescatarla? No se pierdan la continuación de... De estas series recuerdo las del Capitán Maravilla, Flash Gordon, Batman, El Hombre Cohete, Los Halcones Negros y demás personajes salidos de los comics (o de las comiquitas coño). Desde esa época no tengo predilección por los dibujos animados, no es que los deseche, simplemente para mí no tiene nada que hacer, Blanca Nieves con todo y su bruja, ante las series del hombre lobo. ¿Cómo podría dejar de ver Sin Novedad en el Frente por ver a La Bella Durmiente o cambiar Dumbo por Buck Rogers? Nunca, nunca, jamás.
Hoy las grandes cadenas nacionales y extranjeras son propietarias de grandes complejos de salas donde proyectan los filmes en dolby, surround, digital y quien sabe que tecnologías, pero con una calidad de proyección muy mala y, desgraciadamente, si se las ve en DVD se ven mejor las imágenes que en el propio cine. En estos complejos lo más importante es la venta de dulces y comida chatarra, lo demás sale sobrando. ¿Nostalgia por los viejos cines? Sí, porque estaban diseñados para eso, para ver cine, no para ir a comer (algunos/as van a tragar), con pantallas grandísimas, no como ahora que parecen televisiones, con todo aquello de mi niñez.
Gracias Gary Cooper, Kirk Douglas, Rita Hayworth, Marilyn, Errol Flynn, Boris Karloff, Jane Fonda... gracias por haber hecho mi niñez tan feliz y menos miserable.
Hoy las grandes cadenas nacionales y extranjeras son propietarias de grandes complejos de salas donde proyectan los filmes en dolby, surround, digital y quien sabe que tecnologías, pero con una calidad de proyección muy mala y, desgraciadamente, si se las ve en DVD se ven mejor las imágenes que en el propio cine. En estos complejos lo más importante es la venta de dulces y comida chatarra, lo demás sale sobrando. ¿Nostalgia por los viejos cines? Sí, porque estaban diseñados para eso, para ver cine, no para ir a comer (algunos/as van a tragar), con pantallas grandísimas, no como ahora que parecen televisiones, con todo aquello de mi niñez.
Gracias Gary Cooper, Kirk Douglas, Rita Hayworth, Marilyn, Errol Flynn, Boris Karloff, Jane Fonda... gracias por haber hecho mi niñez tan feliz y menos miserable.
Publicado por Mario Ramírez