sábado, 6 de septiembre de 2025

Aleksandr Pushkin: "Скупой рыцарь" (El caballero avaro) (1830). Pequeñas Tragedias (Маленькие трагедии): la avaricia. Francisco Huertas Hernández

Aleksandr Pushkin: "Скупой рыцарь" (El caballero avaro) (1830).
Pequeñas Tragedias (Маленькие трагедии): la avaricia.
Francisco Huertas Hernández


Александр Сергеевич Пушкин: "Скупой рыцарь" (Маленькие трагедии) с иллюстрациями С. Плошинского.
Изд. А.С. Суворина. Санкт Петербург. 1912.
Aleksandr Sergueyevich Pushkin: "Skupoy rytsar" (El Caballero codicioso) (Pequeñas Tragedias)Con ilustraciones de S. Ploshinsky.
Editorial de A. S. Suvorin. San Petersburgo. 1912


 Las "Pequeñas Tragedias" son una serie de cuatro micro piezas teatrales de Aleksandr Sergueyevich Pushkin (1799-1837) -«Скупой рыцарь» (El Caballero avaro), «Моцарт и Сальери» (Mozart y Salieri), «Каменный гость» (El convidado de piedra) y «Пир во время чумы» (El festín en tiempos de la peste)- escritas en la finca de Bóldino (oblast de Nizhni Nóvgorod) entre 1830 y 1832. La perfección divina del poeta condensa en estas miniaturas un profundísimo análisis psicológico de los vicios humanos con una enorme viveza en el retrato psicológico y la conocida belleza musical de la escritura pushkiniana. Anna Ajmátova expresó esta idea: "быть может, ни в одном из созданий мировой поэзии грозные вопросы морали не поставлены так резко, как в "Маленьких трагедиях" Пушкина" (tal vez en ninguna otra creación de la poesía mundial se plantean con tanta agudeza las formidables cuestiones de la moralidad como en las Pequeñas tragedias de Pushkin). Si tomáramos los siete pecados capitales, "El caballero codicioso" representa la avaricia; "Mozart y Salieri", la envidia; "El convidado de piedra", la lujuria y la soberbia; y "El festín en los tiempos de la peste", la gula. No obstante, el genio del poeta trasciende un mero esquematismo moralizante, y el lector experimenta el vértigo de ideas, emociones y, fundamentalmente, la humanidad casi insoportable de sus personajes.

 "Скупой рыцарь" (Skupoy rytsar) (El Caballero tacaño, avaro o codicioso), publicada en 1836, tiene un origen autobiográfico en la disputa del escritor con su padre por asuntos económicos, tal como asegura el primer biógrafo de Pushkin, Pavel Ánnenkov, citando cartas del poeta a su hermano. "Aulularia" (Comedia de la olla o La hucha) de Plauto (184 aC) y "L'Avare" de Molière (1622-1673) son los modelos literarios que Pushkin tomó, superándolos en concisión, hondura filosófica y belleza verbal. 

 La obra se divide en tres escenas. Los personajes son el Barón Filipp (padre desnaturalizado, ávido de riquezas), Alber (hijo del barón, pobre y enfrentado al padre), Iván (sirviente de Alber), Solomon (prestamista judío) y el Duque (Señor del lugar al que pide justicia Alber, convocando al Barón)

 La caracterización vagamente medieval de la primera escena introduce -con el típico inicio ex abrupto del autor- la acción: el caballero Iván quiere asistir a un torneo, pero le hace falta un yelmo y un caballo. Confiesa que fue la avaricia lo que estimuló su valentía (heroísmo) (Геройству что виною было? — скупость) porque "no es difícil contagiarse de ella / viviendo con un padre como el mío" (Да! заразиться здесь не трудно ею / Под кровлею одной с моим отцом). Quiere recurrir al judío Solomon, pero éste no acepta prestar sin aval, porque incluso creyendo en su palabra, ésta deja de valer cuando Alber muera, y el tacaño padre se niegue a pagar la deuda. Pushkin, como Shakespeare, aprovecha las intervenciones de los personajes menores para hondas meditaciones sobre la fugacidad e imprevisibilidad de la existencia, al modo de Montaigne. Así, Solomon, reflexiona, tras negarse a prestar a Alber: "Quién sabe. Nosotros no llevamos / la cuenta de los días que nos quedan. / Un joven que ayer era saludable / y florecía, al otro día muere. / Y aquí lo vemos: cargado a espaldas / de cuatro viejecillos encorvados / que al hoyo lo conducen. El barón / está aún muy fuerte. Si Dios quiere, / podrá vivir diez años más o veinte, / y hasta treinta años" (Как знать? дни наши сочтены не нами; / Цвел юноша вечор, а нынче умер, / И вот его четыре старика / Несут на сгорбленных плечах в могилу. / Барон здоров. Бог даст — лет десять, двадцать / И двадцать пять и тридцать проживет он). El judío realiza una estimación del dinero en función de la edad: "¿El dinero? / En edad cualquiera el dinero / se necesita y sirve. Mas un joven / lo trata igual que a un sirviente suyo / y mándalo a todas partes. Y un viejo / encuentra en él a su amigo fiel, / lo cuida cual las niñas de sus ojos" (Деньги? — деньги / Всегда, во всякий возраст нам пригодны; / Но юноша в них ищет слуг проворных / И не жалея шлет туда, сюда. / Старик же видит в них друзей надежных / И бережет их как зеницу ока). La respuesta de Alber sobre la codicia de su padre apunta al Trastorno Obsesivo Compulsivo, que, en la Escena Segunda, veremos en la adoración de los cofres: "Para el padre mío el dinero / no es ni fiel amigo, ni sirviente, / es un señor a quien está sirviendo. / ¡Y cómo! Como un siervo argelino / o como un perro atado a la cadena. / Alójase en su cuartucho frío, / se alimenta de pan duro y agua, / no pega nunca el ojo por las noches, / corriendo y ladrando. Mientras tanto, / descansa el dinero en los cofres" (О! мой отец не слуг и не друзей / В них видит, а господ; и сам им служит. / И как же служит? как алжирский раб, / Как пес цепной. В нетопленной конуре / Живет, пьет воду, ест сухие корки, / Всю ночь не спит, все бегает да лает. / А золото спокойно в сундуках). La versión en español de Mijail Chilíkov -Cátedra. Letras Universales- es buena, pero palidece ante el original. Pushkin usa el término "золото" (oro) en esta estrofa. Un padre convertido en perro guardián, pordiosero y prisionero de una riqueza que lo esclaviza, en unos versos precisos, preparan al espectador para la visión del barón enloquecido, no como Don Quijote, por la virtud que enaltece, sino por el vicio que degrada. El usurero insinúa el envenenamiento como solución a los males de Alber, pero éste expulsa lleno de ira al judío.

 El monólogo del Barón Filipp en la Escena Segunda es la médula psicológica, filosófica y lírica del drama. Apartado del mundo, de su propio hijo, su dios es el oro. Compara la avaricia y la contemplación de la riqueza con la excitación menos intensa del encuentro sexual: "Cual un tenorio joven que espera / la cita con su boba engañada / o bien con una pícara perversa, he estado aguardando todo el día / la hora tan ansiada del encuentro / con mis tesoros, con mis cofres fieles / guardados en mi sótano secreto. / ¡Qué día más feliz! Echar hoy puedo / al sexto cofre, no colmado todavía, / otro puñado más de oro que he juntado" (Как молодой повеса ждет свиданья / С какой-нибудь развратницей лукавой / Иль дурой, им обманутой, так я / Весь день минуты ждал, когда сойду / В подвал мой тайный, к верным сундукам. / Счастливый день! могу сегодня я / В шестой сундук (в сундук еще неполный) / Горсть золота накопленного всыпать). El avaro delira sintiendo que ese sótano es la cima desde la que gobierna el mundo. El aislamiento, la desconfianza y un extremo sufrimiento, enmascarado en goce, caracterizan al tacaño patológico. Un delirio megalómano que ha roto los vínculos con el resto de la creación se manifiesta con virulencia sádica y crueldad inhumana: "Me obedece todo; yo, a nada, / estoy tranquilo; me hallo por encima / de todos los deseos y conozco / mi poderío. Para mí es suficiente / saberlo... (contempla el oro) / Al parecer, no es mucho, / mas ¡cuántas, cuántas lágrimas entraña / ese metal pesado, cuántas penas, / engaños, súplicas y maldiciones! / Hay un doblón antiguo... ¡aquí está! / Lo he sacado hoy a una viuda / que antes de entregármelo estuvo / gimiendo toda la mañada de rodillas, / con sus tres hijos, frente a mi ventana" (Мне всё послушно, я же — ничему; / Я выше всех желаний; я спокоен; / Я знаю мощь мою: с меня довольно / Сего сознанья... / (Смотрит на свое золото.) / Кажется, не много, / А скольких человеческих забот, / Обманов, слез, молений и проклятий / Оно тяжеловесный представитель! / Тут есть дублон старинный.... вот он. Нынче / Вдова мне отдала его, но прежде / С тремя детьми полдня перед окном / Она стояла на коленях воя). La conciencia del sufrimiento ajeno en la acumulación propia, o sea, la usurpación, el robo, la mentira y el crimen, en la metáfora, también shakespeariana, de la sangre: "Si sangre, lágrimas, sudor perdidos / por causa de lo que aquí se guarda / salieran de repente por milagro / de las entrañas de la tierra, ¡qué diluvio / sería aquello, qué inundación! / Yo quedaría ahogado en el acto / en este sótano. ¡Mas, ya es tiempo! / (Se dispone a abrir un cofre) / En los momentos de abrir un cofre / la sangre se me sube a la cabeza / y tiemblo todo. Pero no es miedo / ¡oh, no!, ¿a quién voy a temer? Mi espada / conmigo está por defender el oro. / Es algo otro; me embarga el corazón / un raro sentimiento inefable... / Los médicos sostienen que hay gentes / que experimentan gozo cuando matan. / Yo, al meter la llave en el candado, / lo mismo siento que ellas sentirán / cuando entierran el cuchillo: gozo / y horror" (Да! если бы все слезы, кровь и пот, / Пролитые за все, что здесь хранится, / Из недр земных все выступили вдруг, / То был бы вновь потоп — я захлебнулся б / В моих подвалах верных. Но пора. / (Хочет отпереть сундук.) / Я каждый раз, когда хочу сундук / Мой отпереть, впадаю в жар и трепет. / Не страх (о нет! кого бояться мне? / При мне мой меч: за злато отвечает / Честной булат), но сердце мне теснит / Какое-то неведомое чувство... / Нас уверяют медики: есть люди, / В убийстве находящие приятность. / Когда я ключ в замок влагаю, то же / Я чувствую, что чувствовать должны / Они, вонзая в жертву нож: приятно / И страшно вместе).

 Muchas ideas de Nietzsche y de Freud se anticipan genialmente en este personaje. El hallarse por encima de todos los deseos (menos uno: la codicia) y conocer su poderío, fuerza (мощь), nos hace recordar la voluntad de poder (der Wille zur Macht) nietzscheana: una fuerza vital que domina incluso los deseos instintivos al servicio de una afirmación vital, una superación que amplíe los límites de la existencia. Pero más que ideas nietzscheanas, es la anticipación psicoanalítica de Freud en estos versos del gozo del crimen, atestiguado por los médicos, donde su unen placer y terror (приятно / И страшно вместе). Aristóteles descubrió en el espectador que asistía a la representación de las tragedias griegas algo parecido: piedad (ἔλεος) y horror (φόβος), juntas constituían la catarsis (κάθαρσις) o purificación del alma ante el destino trágico del héroe. En Sigmund Freud el placer es la meta de los impulsos reduciendo la tensión (Principio del Placer), pero este Principio se ve acosado por la angustia (Angst), el terror que busca la repetición traumática de experiencias anteriores (Compulsión de repetición). Como el placer surge siempre de la carencia y está rodeado por el terror angustioso, las situaciones más placenteras quedan vinculadas con las más angustiosas, reforzadas por el SuperYo que castiga y moraliza todo lo impulsivo. El origen común del placer oral, alimenticio y erótico, y, posteriormente, del anal y el fálico, chocan con el Principio de Realidad, que en su formulación ética y religiosa tienen la función de negar la vida. Ésta sería una influencia de Nietzsche en Freud. El apego al oro en Freud está asociado a la fase anal (entre el primer y el tercer año de vida del niño) que darán lugar a la rigidez, el orden extremo, la tacañería o la obsesión por la limpieza de los adultos neuróticos compulsivo-anales. El Barón Filipp es un ejemplo de esto, y enciende seis cirios en ofrenda a sus tesoros, en acto impío de adoración al becerro de oro: "¡Soy el rey! / ¡Divino resplandor! ¡Maravilloso! / Es poderoso mi imperio, sumiso / sólo a mí; mi gloria, mi dicha / en él están. ¡Yo soy el soberano! / Mas..., ¿quién me va a suceder un día / en mi poder sobre este imperio? ¡Mi hijo! / ¡Un joven manirroto, un calavera, / amigo de juerguistas libertinos!" (Я царствую!.. Какой волшебный блеск! / Послушна мне, сильна моя держава; / В ней счастие, в ней честь моя и слава! / Я царствую... но кто вослед за мной / Приимет власть над нею? Мой наследник! / Безумец, расточитель молодой, / Развратников разгульных собеседник!). En el Complejo de Edipo el hijo inconscientemente necesita la muerte del padre para ocupar el lugar del gozo, porque el padre es rival. También el padre siente la rivalidad del hijo en la atención de su mujer, que se ha desplazado al niño. Aquí, la auténtica esposa-madre, deseada por padre e hijo, es la riqueza. En esta obra la mujer no existe: su lugar simbólico lo ocupa el oro. Un drama donde solo hay hombres encierra siempre un simbolismo femenino oculto. Tanto padre como hijo se desean la muerte, aunque su Yo consciente lo reprima débilmente, porque su deseo primario es el Oro, la transustanciación de la Feminidad (esposa/madre/amante) en materia.

 La Escena Tercera resuelve precipitadamente el conflicto existencial entre padre e hijo por mediación de un Duque, que llama al Barón para que escuche las demandas del hijo. El lector quedará asombrado cuando a falta de una página no se imagine como Pushkin puede concluir su obra, y Pushkin lo hace.

 Serguei Vasilyevich Rajmaninov (1873-1943) puso música en una ópera en un acto (tres escenas) a esta pequeña tragedia de Pushkin, estrenada en 1906 en el Teatro Bolshoi de Moscú. Un barítono (Gueorgui Baklanov) dio vida al Barón. Dos tenores acometieron los roles de Alber y el judío Solomon. El sirviente se encargó a un bajo, y el Duque fue interpretado por otro barítono. Rajmáninov modificó el nombre de algunos personajes y detalles de la trama. Fyodor Chaliapin, para quien pensó la ópera, no quiso interpretarla, y la fortuna posterior de la pieza fue irregular. Existen algunas grabaciones discográficas rusas, pero, por lo general, es una obra que no forma parte del repertorio habitual de los teatros.

 
 La lectura de "Скупой рыцарь" es fuente de placer, de sabiduría y de paz. ¿Qué más puede ofrecer la literatura? Aleksandr Sergueyevich Pushkin brilló también en el teatro, y su estilo dramático ejemplificó sus grandes virtudes: concisión y belleza del verso, profundidad, humanidad de los personajes y humor. "Boris Godunov" y "Mozart y Salieri" se consideran sus dos grandes piezas teatrales. La primera por su ambición histórica y psicológica. La segunda, por su perfección con mínimos elementos y máximos resultados. Todas las obras teatrales pushkinianas pasaron a la ópera. Pushkin hoy es tan sagrado como en el siglo XIX. Marina Tsvietayeva le dedicó su más hermoso libro, "Mi Pushkin", y nosotros, los lectores, sabemos que en Pushkin no sólo está toda Rusia, sino toda la humanidad, y más allá...

Francisco Huertas Hernández
6 de septiembre de 2025

viernes, 5 de septiembre de 2025

"Diario de un Profesor de Filosofía 1989-2023" llega a San Petersburgo. 4 de septiembre de 2025. IC ENBI. Испанский Центр Культуры (Centro Español de Negocio, Cultura y Turismo). Francisco Huertas Hernández

"Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)" llega a San Petersburgo. 4 de septiembre de 2025. IC ENBI. Испанский Центр Культуры (Centro Español de Negocio, Cultura y Turismo).
Francisco Huertas Hernández


La profesora de Filosofía Yelena Sobolnikova entrega a Stefanie del IC ENBI, Испанский Центр Культуры (Centro Español de Negocio, Cultura y Turismo) el libro de Francisco Huertas Hernández, "Diario de un Profesor de Filosofía 1989-2023", 2ª edición. 2025
San Petersburgo. 4 de septiembre de 2025


"Diario de un Profesor de Filosofía 1989-2023" llega a San Petersburgo. 4 de septiembre de 2025. IC ENBI. Испанский Центр Культуры (Centro Español de Negocio, Cultura y Turismo).
Francisco Huertas Hernández


 Mi libro, "Diario de un Profesor de Filosofía (1989-2023)", es un libro de aspiración universalista. En su concepción y en su escritura han estado presentes culturas, lenguas y autores de muchas tierras. Rusia está omnipresente en mi autobiografía con seis autores clásicos, desde la cita introductoria de Lyev Tolstoi sobre cómo ha de ser un buen maestro, extraída de sus escritos pedagógicos. Fyodor Dostoyevski y un aforismo quizá apócrifo, donde siguiendo a Agustín de Hipona, asegura que la verdad sin amor es mentira. Nikolai Gogol satiriza a los profesores ensimismados y borrachos en su gran obra teatral "El inspector", aquella palabra que aterrorizaba a alumnos y docentes, una especie de leyenda que nadie jamás vio. Anton Chejov también ofrece consejos sobre la educación en una carta a su hermano. Aleksandr Griboyedov, autor de "Горе от ума", conocida como "La desgracia de ser inteligente", seminal pieza teatral, en la que un hombre inteligente pagará por ello en una sociedad hipócrita y adocenada. Dejo para el final, al literato más grande de Rusia, Aleksandr Sergueyevich Pushkin, presente tres veces en el libro, aunque su espíritu está en cada letra. Unos versos sobre el amor como predestinación de "Yevgueny Oneguin" y otros sobre el sabio solitario de "Ruslan y Lyudmila", junto a la afirmación de que su obra y su nombre son sagrados, completan la lista de escritores rusos de "Diario de un Profesor de Filosofía".

 Por todo ello, para mí era muy importante que este volumen mío llegará a las ciudades de esos escritores, para que con ellos pudiera conversar sobre el saber, la vida y la belleza, a orillas del Neva. Agradezco a la profesora Yelena Sobolnikova el acto de entrega al IC ENBI, Испанский Центр Культуры (Centro Español de Negocio, Cultura y Turismo) de San Petersburgo, de un ejemplar de mis memorias pedagógicas y vitales.

Francisco Huertas Hernández
5 de septiembre de 2025

domingo, 31 de agosto de 2025

Mijail Bulgakov: "Записки юного врача: Полотенце с петухом" (Notas de un joven médico: La toalla del gallo) (1926). Medicina como Autobiografía literaria. Francisco Huertas Hernández

Mijail Bulgákov: "Записки юного врача: Полотенце с петухом" (Notas de un joven médico: La toalla del gallo) (1926).
Medicina como Autobiografía literaria.
Francisco Huertas Hernández




 La colección de siete relatos agrupados bajo el nombre "Записки юного врача" (Notas de un joven médico) de Mijail Afanasyevich Bulgákov (1891-1940) se publicaron independientemente en las revistas "Медицинский работник" (Trabajador médico) y "Красная панорама" (Panorama rojo) entre 1925 y 1926. Su viuda, Yelena Bulgakova, editó en libro en 1963 seis de ellos, excepto "Звёздная сыпь" (La erupción estrellada). Los lectores españoles encontrarán una edición muy poco fiel (Diario de un joven médico. Ediciones Barataria-Alianza Editorial. Traducción de S. Casanova, revisada por Adriá Edo), que añade como parte del libro dos relatos más: "El asesino" y la famosa novela corta "Morfina", que, en absoluto, pertenecen al ciclo.

 El tono autobiográfico de los siete relatos es muy evidente. Con veinticinco años Bulgakov trabajó como médico en la aldea de Nikolskoye (Smolensk) entre 1916 y 1917. El personaje de "Notas de un joven médico" tiene veintitres en el pequeño hospital rural de Murino (lugar inventado). El modelo en el que se inspira Bulgakov es el libro "Записками врача" (Notas de un médico) (1901) de Vikenty Veresayev (1867-1945), que fue amigo personal, aunque las diferencias entre ambas obras son notables: en Veresayev predomina un tono documental, mientras que en Bulgakov lo dramático, lo irónico, lo poético, o la precisa y breve descripción de clima (nevadas) y estado anímico configuran una literatura de arte mayor de alguien que ha alcanzado la madurez expresiva y narrativa, en una "obra bella, sabia y humana" (труд прекрасный, мудрый, человечный), según Lidiya Yanovskaya.

 La primera narración editada en 1925 fue "Стальное горло" (La garganta de acero) sobre una traqueotomía a una niña, pero parece que " Полотенце с петухом" (Polotentse s petujom) (La toalla con el gallo) -en versión española: "La toalla del gallo rojo bordado"- temáticamente debe ser el comienzo de la historia del doctor, con su llegada a la aldea. 

 El primer párrafo del relato recuerda inevitablemente a Pushkin y Gogol:

 "Quien no ha cabalgado por perdidos caminos rurales no está en condiciones de hacerse cargo de nada de lo que le cuento. de todas formas no lo entendería. Y quien ha viajado así, más vale que no lo recuerde"
 (Если человек не ездил на лошадях по глухим проселочным дорогам, то рассказывать мне об этом нечего: все равно он не поймет. А тому, кто ездил, и напоминать не хочу)

 Puede apreciarse la precisión y brevedad de la lengua rusa. El monólogo del médico es el eje de la narración en primera persona. Su aislamiento no es sólo geográfico (cómo recuerda la añorada Moscú) sino psicológico. Medio congelado, y repasando los síntomas en los libros estudiados en la universidad, llega a su destino:

 "Me estremecí, miré melancólicamente la descascarada casa de dos pisos, las paredes de madera rústica de la casita del enfermero, y mi futura residencia, una casa de dos pisos muy limpia, con misteriosas ventanas en forma de ataúd. Suspiré intensamente. En este momento, en lugar de palabras latinas, atravesó mi mente una dulce frase que, en mi cerebro entumecido por el traqueteo y el frío, cantaba un grueso tenor de muslos azulados:
 -... Te saludo... refugio sagrado.
 Adiós, adiós por mucho tiempo al rojo y dorado teatro Bolshói, a Moscú, a los escaparates... ay, adiós"
 (Я содрогнулся, оглянулся тоскливо на белый облупленный двухэтажный корпус, на небелёные бревенчатые стены фельдшерского домика, на свою будущую резиденцию — двухэтажный очень чистенький дом с гробовыми загадочными окнами, протяжно вздохнул. И тут же мутно мелькнула в голове вместо латинских слов сладкая фраза, которую спел в ошалевших от качки и холода мозгах полный тенор с голубыми ляжками:
«...Привет тебе... при-ют свя-щенный...»
Прощай, прощай надолго, золото-красный Большой театр. Москва, витрины... ах, прощай).

 La cavatina del acto III de "Faust" (1859) de Charles Gounod es lo que canta en adaptación rusa nuestro joven médico melancólico:
 "- Salut, demeure chaste et pure".

 Bulgakov enriquece sus recuerdos autobiográficos con referencias múltiples, literarias y musicales. El Fausto de Goethe fue una constante en su obra, y sobre él construye su magna "Мастер и Маргарита" (El Maestro y Margarita).

 La dialéctica de reflexión ensimismada (monólogo interior) y diálogo con los parcos personajes que van apareciendo en la casa y el hospital, donde destacan los enfermos, es fuente de angustia. El doctor es un recién titulado inseguro e inexperto, frente a una realidad de la Rusia rural, donde en ese mismo momento se está produciendo la Revolución, pero que continúa aferrada a la religiosidad y la superstición. Algo que mortifica al médico es su apariencia: "mi aspecto juvenil me había envenenado la vida al principio. Cuando me presentaba ante alguien, invariablemente tenía que decir:
 - Soy el Doctor tal.
 Y todos , ineludiblemente, arqueaban las cejas y preguntaban:
 - ¿De verdad? Me parecía que usted era todavía un estudiante.
 - No, ya he terminado la carrera -respondía con aire hosco, y pensaba: "Lo que necesito es usar gafas".
 Pero no necesitaba usar lentes, porque mis ojos estaban sanos y su claridad aún no había sido enturbiada por la experiencia de la vida. Como no podía defenderme de las eternas sonrisas condescendientes y afables con ayuda de unas gafas, traté de desarrollar unos hábitos que inspiraran respeto. Procuraba hablar pausadamente y con autoridad, intentaba controlar los movimientos bruscos, trataba de no correr -como corren los estudiantes de veintitres años que acaban de terminar la universidad-, sino de caminar. Pasados muchos años, ahora comprendo que todo aquello se me daba, en realidad, bastante mal"
 (Мой юный вид отравлял мне существование на первых шагах. Каждому приходилось представляться:
— Доктор такой-то.
И каждый обязательно поднимал брови и спрашивал:
— Неужели? А я-то думал, что вы еще студент.
— Нет, я кончил, — хмуро отвечал я и думал: «Очки мне нужно завести, вот что». Но очки было заводить ни к чему, глаза у меня были здоровые, и ясность их еще не была омрачена житейским опытом. Не имея возможности защищаться от всегдашних снисходительных и ласковых улыбок при помощи очков, я старался выработать особую, внушающую уважение повадку. Говорить пытался размеренно и веско, порывистые движения по возможности сдерживать, не бегать, как бегают люди в двадцать три года, окончившие университет, а ходить. Выходило все это, как теперь, по прошествии многих лет, понимаю, очень плохо).

 El anterior médico proyectaba su gigantesca sombra sobre el nuevo. Leopold Leopóldovich operaba de la mañana a la noche, y nuestro protagonista repasaba el instrumental médico escuchando todo lo que hacía su predecesor. Entre los logros del legendario Leopold Leopoldovich, una estantería llena de libros de cirugía, en alemán y ruso. 
 Los terrores se apoderaban del novato: 
 
 ""¿Y si tengo un caso de peritonitis? ¡Ja! ¿Y la difteria que suele cebarse en los niños campesinos? Y... ¿cuándo es necesario hacer una traqueotomía?... ¿Y... y... los partos? ¡Había olvidado los partos! ¡Las posiciones peligrosas! ¿Qué voy a hacer? ¡Ah, qué irresponsable soy! Nuca debí aceptar este distrito. No debí aceptarlo. Hubieran podido conseguir a algún otro Leopold".
 En medio de la tristeza y el crepúsculo, me puse a caminar por el despacho. Cuando llegué a la altura de la lámpara vi cómo, en la infinita oscuridad de los campos, aparecía en la ventana mi pálido rostro junto a las lucecitas de la lámpara.
 "Me parezco al falso Dmitri", pensé de pronto tontamente, y volví a sentarme al escritorio.
 Durante dos horas de soledad me martiricé, y lo hice tanto que mis nervios ya no podían soportar los miedos que yo mismo había creado. Entonces comencé a tranquilizarme e incluso a hacer algunos planes"
 (А гнойный аппендицит? Га! А дифтеритный круп у деревенских ребят? Когда трахеотомия показана? Да и без трахеотомии будет мне не очень хорошо... А... а... роды! Роды-то забыл! Неправильные положения. Что ж я буду делать? А! Какой я легкомысленный человек! Нужно было отказаться от этого участка. Нужно было. Достали бы себе какого-нибудь Леопольда».
В тоске и сумерках я прошелся по кабинету. Когда поравнялся с лампой, увидал, как в безграничной тьме полей мелькнул мой бледный лик рядом с огоньками лампы в окне.
«Я похож на Лжедимитрия», — вдруг глупо подумал я и опять уселся за стол.
 Часа два в одиночестве я мучил себя и домучил до тех пор, что уж больше мои нервы не выдерживали созданных мною страхов. Тут я начал успокаиваться и даже создавать некоторые планы).

 Nuestro médico padece el síndrome del impostor, en el que a pesar de su expediente lleno de sobresalientes, siente que no podrá demostrarlo cuando se presenten los casos reales, y teme ser descubierto como un farsante. Duda de sus habilidades y quiere huir. El falso Dmitri, un referente de Pushkin, en "Boris Godunov" (1825), tomado de la historia rusa, fue el monje sin escrúpulos que se hizo pasar por el hijo del zar asesinado, para usurpar el trono.
 Bulgákov describe todo esto con un realismo sobrecogedor. Su primer éxito, el del novelista, es la verosimilitud psicológica, y, bien que partiera de su propia experiencia, se ha elevado a rango literario por un admirable uso de la lengua. Es un clásico de la literatura rusa... y universal. 

***

 El primer caso se presentó de improviso: una niña caída por accidente en una "agramadera" (мялка) (trituradora) (В мялку попала). Una máquina diseñada para agramar, machacar el tallo del lino o cáñamo para separar la fibra textil, preparando la fibra para su uso en la fabricación de tejidos. El padre, un hombre viudo, estaba desesperado.

 En la mesa de operaciones, rota la falda, se comprobó con horror que la pierna izquierda ya casi no existía. 

 "En ese momento salí de mi inmovilidad y tomé el pulso de la muchacha. No lo sentí en su muñeca helada. Sólo al cabo de unos cuantos segundos logré encontrar un latido irregular y apenas perceptible. Pasó... sobrevino una pausa durante la cual tuve tiempo de mirar las azuladas aletas de su nariz y sis labios blancos... Quise decir: es el fin... pero por fortuna me contuve... La onda pasó nuevamente como un hilillo.
 "Así se apaga una persona despedazada -pensé-, aquí no hay nada que hacer..."
 Pero de pronto dije con severidad, sin reconocer mi propia voz:
 - Alcanfor"
 (Тут я вышел из оцепенения и взялся за ее пульс. В холодной руке его не было. Лишь после нескольких секунд нашел я чуть заметную редкую волну. Она прошла... потом была пауза, во время которой я успел глянуть на синеющие крылья носа и белые губы... Хотел уже сказать: конец... по счастью удержался... Опять прошла ниточкой волна.
«Вот как потухает изорванный человек, — подумал я, — тут уж ничего не сделаешь»...
Но вдруг сурово сказал, не узнавая своего голоса:
— Камфары).

 Ana Nikolayevna, la comadrona, no creía en la posibilidad de salvarle la vida, pero un impulso inesperado del trémulo e inexperto doctor, una confianza nueva, le arrojó a la intervención. 
 "Todo se aclaraba en mi cerebro y de pronto, sin ningún manual, ni consejos, ni ayuda, comprendí -la convicción de que había comprendido era férrea- que, por primera vez en mi vida, tendría que realizar una amputación a una persona moribunda. Y esa persona moriría durante la operación. ¡Sin duda moriría durante la operación! ¡Casi no le quedaba sangre! A lo largo de diez verstas la había perdido toda por las piernas destrozadas. Yo no sabía siquiera si ella sentía algo en ese momento, si nos oía. Estaba silenciosa. Ah, ¿por qué no moría? ¿Qué me diría su padre enloquecido?
 - Prepare todo para una amputación -dije al enfermero con voz que no parecía la mía"
(Все светлело в мозгу, и вдруг без всяких учебников, без советов, без помощи я сообразил — уверенность, что сообразил, была железной, — что сейчас мне придется в первый раз в жизни на угасающем человеке делать ампутацию. И человек этот умрет под ножом. Ах, под ножом умрет. Ведь у нее же нет крови! За 10 верст вытекло все через раздробленные ноги, и неизвестно даже, чувствует ли она что-нибудь сейчас, слышит ли. Она молчит. Ах, почему она не умирает? Что скажет мне безумный отец?
— Готовьте ампутацию, — сказал я фельдшеру чужим голосом)

 El pasaje de la operación es de un realismo y una precisión escalofriantes. La niña sobrevivió ante el asombro del doctor y sus ayudantes:
 " - Vive... -dijo asombrado y con voz ronca el enfermero.
 Luego comenzamos a levantarla y bajo la sábana se vio una gigantesca hendidura: habíamos dejado una tercera parte de su cuerpo en la sala de operaciones"
 (— Живет... — удивленно хрипнул фельдшер.
Затем ее стали подымать, и под простыней был виден гигантский провал — треть ее тела мы оставили в операционной).

***

 Dos meses y medio más tarde, en uno de los primeros días del invierno, el hombre y su hija, con unas muletas, entraron en la consulta. En Moscú, dijo el doctor, le harían una prótesis, una pierna artificial.
 "Entonces ella se apoyó en las muletas y desenrrolló un paquetito de donde salió una larga toalla, blanca como la nieve, con un sencillo gallo rojo bordado...
 Durante muchos años esa toalla estuvo colgada en mi dormitorio en Múrievo. Luego viajó conmigo. Finalmente envejeció, se borró, se llenó de agujeros y, por fin, desapareció, como se borran y desaparecen los recuerdos"
 (Тогда она, обвисая на костылях, развернула сверток, и выпало длинное снежно-белое полотенце с безыскусственным красным вышитым петухом...
 И много лет оно висело у меня в спальне в Мурьине, потом странствовало со мной. Наконец, обветшало, стерлось, продырявилось и наконец исчезло, как стираются и исчезают воспоминания)

 El motivo del gallo rojo es muy frecuente en el bordado popular ruso. La servilleta (toalla) (Полотенце) campesina, larga banda de tela de lino decorada en sus extremos, era un regalo habitual en las ceremonias familiares más importantes. 

 Así concluye esta historia, que fue publicada en la revista "Trabajador médico" el 12 y el 18 de septiembre de 1926.

Журнал «Медицинский работник».
12 и 18 сентября 1926 г

Francisco Huertas Hernández
31 de agosto de 2025

jueves, 28 de agosto de 2025

Ivan Turgueniev: "Первая Любовь" (Primer amor) (1860). Francisco Huertas Hernández. La literatura curando las heridas de la vida y del amor. "Вся моя биография – в моих сочинениях" (Toda mi biografía está en mis escritos)

Ivan S. Turgueniev: "Первая Любовь" (Primer amor) (1860).
La literatura curando las heridas de la vida y del amor.
"Вся моя биография – в моих сочинениях" (Toda mi biografía está en mis escritos).
Francisco Huertas Hernández

Первая Любовь (Primer amor)
Владимир Петрович и Зинаида Александровна (Vladimir Petrovich y Zinaida Aleksandrovna)


Prólogo. "Primer amor", un recuerdo autobiográfico


 ¿Por qué contar bellamente lo más doloroso? ¿La literatura cura las heridas de la vida y del amor? La lectura atenta de "Первая Любовь" (1860) de Ivan Sergueyevich Turgueniev (1818-1883) nos hace sentir comprendiendo -inteligencia sentiente, según Xavier Zubiri- el paso de la inocencia al desengaño a través de la experiencia iniciática del enamoramiento adolescente. Lo que el arte revela al contemplador es siempre emocional, y la más alta emoción es intuición pura, previa y superior a todo concepto y argumentación. Durante muchos años los editores han presentado "Primer amor" de Turgueniev como una superficial novela romántica de entretenimiento, pero hoy sabemos que contiene un conflicto edípico -antes de que Sigmund Freud lo formulara en 1899 en "La interpretación de los sueños"- y una compleja psicología sádico-narcisista femenina atenuada por jardines, húsares, condes, juegos, ensueños poéticos y una bellísima forma de narrar del gran escritor de Oryol. 

 La intuición de ese sentimiento extraño y, al tiempo, esencial, llamado amor, tiene lugar en "Pyervaya Lyubov" -Любовь, en ruso, es palabra femenina, ya que la verdadera naturaleza del amor es femenina- a través de los ojos y corazón de un muchacho adolescente de clase acomodada que veranea en una dacha cerca de Moscú. Lo "eterno femenino" (das Ewig-Weibliche) es descubierto por Johann Wolfgang von Goethe en los versos finales del Faust II (1832): 

Alles Vergängliche
Ist nur ein Gleichnis;
Das Unzulängliche,
Hier wird's Ereignis;
Das Unbeschreibliche,
Hier ist's getan;
Das Ewig-Weibliche
Zieht uns hinan

(Todo lo transitorio
No es más que un símbolo;
Lo insuficiente,
Aquí se convierte en realidad;
Lo inexpresable,
Aquí se realiza;
Lo eterno femenino
Nos atrae hacia lo alto)

 "Hier wird's Ereignis; / Das Unbeschreibliche, / Hier ist's getan; / Das Ewig-Weibliche / Zieht uns hinan", lo inexpresable (Unbeschreibliche) emocional debe transmitirse en palabras, en su feminidad pura y trascendente, que nos atrae hacia lo alto y desconocido: Dios es infinito terror y amor. Y su huella en la tierra mantiene esa dualidad desgarradora: cuánto más se ama, más se sufre. El amor eleva y precipita después al amante en el infierno. Turgueniev no era creyente. Sus ideas racionalistas europeizantes le llevaron a pasar largos años en esos países que odian a Rusia y desconocen su alma, y, sin embargo, la obra de Turgueniev es tan rusa como los autores más eslavófilos (su amigo Dostoyevski o el joven Tolstoi).

 "Primer amor" fue escrita en 1860, tras "Накануне" (En vísperas) y editada en la revista "Библиотека для чтения" (Biblioteca de Lectura) en su número 3, ese mismo año, en San Petersburgo. 

 El tema de la novela es autobiográfico. Tal y como se describe en la narración, el joven Ivan Sergueyevich Turgueniev en 1833 se enamoró en Moscú de la princesa Yekaterina Lvovna Shajovskaya, que veraneaba en una dacha. En el texto es Zinaida Aleksandrovna. Vladimir Petrovich es el nombre de Turgueniev en la novela. Y el padre del autor, Serguei Nikolayevich Turgueniev, se transforma en el progenitor de ficción de Volodya (diminutivo de Vladimir), Pyotr Vasilyevich.
 La historia es escabrosa, incluso ahora: el primer amor romántico y puro de un adolescente de dieciséis años por una vecina de veintiuno, que descubre, que es la amante de su propio padre, adúltero clandestino, aunque respetado y admirado por su hijo.

 Nikolai Mijailovich Chernov (1926-2009), el mayor estudioso de la obra del novelista, expone como la madre de Turgueniev -Varvara Petrovna- conocía el adulterio de su marido con la princesa poeta, cuyo nombre maldito no debía pronunciarse en su presencia. Varvara era poco atractiva: bajita, morena, encorvada, con una nariz larga y ancha, con rastros de viruela, y hábitos masculinos como montar a caballo, jugar al billar o practicar tiro, no podía impedir las aventuras de un marido apuesto, seis años más joven, al que ella eligió por amor. El flirt con la princesa Shajovskaya, de la que su mismo hijo se había enamorado, llevó a Varvara a una relación con su médico, con el que tuvo una hija ilegítima. Su marido, Serguei Nikolayevich, murió en 1834. Varvara no fue a su entierro.

 La madre del escritor tenía un carácter despótico y sólo conocía una herramienta educativa: la vara. "Me pegaban", recordaba Ivan Sergueyevich, "por cualquier nimiedad, casi a diario". Turgueniev era el mediano de tres hijos. Los niños fueron criados por tutores franceses y alemanes. Hasta los nueve años, vivió en la finca familiar, y en 1827 se mudaron a Moscú, donde, en una finca veraniega, conoció a la princesa que despertó su primer amor en 1833.

 Turgueniev no evoca a sus padres desde el resentimiento ni la amargura. Es generoso con ambos y omite la personalidad tiránica y vengativa de la madre y la enfermedad mental del padre. Los personajes que los recrean están llenos de virtudes y rasgos nobles. Pero el lector no puede dejar de sentir un sinsabor al terminar el relato del maduro Vladimir Petrovich.


 Resumen y Análisis filosófico de "Primer amor" (Первая Любовь) de Ivan Turgueniev

 La historia está dedicada a un amigo cercano del literato, Pavel Vasilyevich Annenkov (1813-1887), crítico literario y autor de memorias.

 Tres hombres aburridos, a medianoche, después de que los invitados de la cena hayan marchado se encomiendan a contar historias: "Entonces, está decidido -dijo arrellanándose en la butaca y encendiendo un cigarro-, cada uno de nosotros debe contar la historia de su primer amor" (Итак, это дело решенное, — промолвил он, глубже усаживаясь в кресло и закурив сигару, — каждый из нас обязан рассказать историю своей первой любви).

 Lo relatado por el primer interlocutor y el anfitrión es irrelevante. Es curioso observar que éste llama "solterones" (не молодых холостяков) a sus contertulios con cierto desdén. ¿Es que, acaso, los más grandes amores son incompatibles con el matrimonio y las convenciones sociales? O dicho de otro modo: ¿todo amor verdadero acaba mal y cierra el corazón a cualquier otro?

 Vladimir Petrovich quiere escribir en un cuaderno sus recuerdos y leerlos: "Contar no se me da muy bien: la historia o bien me sale seca y breve o bien prolija y falsa" (рассказывать я не стану; я не мастер рассказывать: выходит сухо и коротко или пространно и фальшиво). Así se recuerda lo vivido, escribiendo. Recordar es vivir dos veces, o morir tres. Osados ignorantes fueron los que despreciaron el valor de la literatura, fuente de vidas revividas desde el manantial de las palabras. Escuchar el murmullo líquido del recuerdo y hacerlo discurrir como el arroyo que nace en el hontanar oculto en el que brotan las aguas subterráneas. El escritor tiene, entre la tinta y su verbo, esa misión divina: hacer feraces los campos del tiempo por los que cruzamos sin apercibirnos. ¿Qué infancia es mejor que la evocada en el cuento? ¿Qué amores más puros que los creados por la poesía? Hay algo en la vida que se presiente en raros instantes: vivimos para narrar después, para depurar lo acontecido en acontecimiento esencial, para compartir la experiencia con los oyentes y lectores que sentirán como propia nuestra vida, pero sólo cuando ésta sea transmitida en palabras, bellas, precisas y concordantes con sentimientos no verbales pero siempre anhelantes de forma estética.

 En veintidós capítulos breves el "solterón" Vladimir Petrovich vivirá dos veces, o morirá tres. En el estilo de Turgueniev la naturaleza, el amor y la libertad interior se concilian, en el uso de la lengua rusa, más precisa y musical que la castellana.  

 "En aquel entonces yo tenía dieciséis años. Todo ocurrió en el verano de 1833.
 Vivía en Moscú con mis padres. Ellos alquilaron una dacha cerca de Kaluzhskaya Zastava, frente al jardín Neskuchny. Me preparaba para el ingreso en la universidad, pero trabajaba muy poco y sin prisas" (Мне было тогда шестнадцать лет. Дело происходило летом 1833 года.
Я жил в Москве у моих родителей. Они нанимали дачу около Калужской заставы, против Нескучного. Я готовился в университет, но работал очень мало и не торопясь).

 La descripción de su madre y su padre no son del todo acordes a los padres verdaderos del escritor. Dice que era hijo único, en la realidad no lo era. Habla de la tranquilidad y despotismo del padre, y de la vida triste, celosa y enfadada de la madre. El chico monta a caballo y goza de la naturaleza en su esplendor estival, pero añade V. Petrovich: "recuerdo que en aquella época la imagen de la mujer, el fantasma del amor femenino casi nunca aparecía en mi mente con rasgos definidos; sin embargo todo lo que pensaba y sentía abrigaba un presentimiento semiinconsciente y vergonzoso de algo nuevo, inenarrablemente dulce y femenino.
 Este presentimiento, esta espera, impregnaba todo mi ser: se hallaba en el aire que respiraba, corría por mis venas en cada gota de mi sangre... y pronto estaba llamado a cumplirse"
(Помнится, в то время образ женщины, призрак женской любви почти никогда не возникал определенными очертаниями в моем уме; но во всем, что я думал, во всем, что я ощущал, таилось полусознанное, стыдливое предчувствие чего-то нового, несказанно сладкого, женского...
Это предчувствие, это ожидание проникло весь мой состав: я дышал им, оно катилось по моим жилам в каждой капле крови... ему было суждено скоро сбыться)

 El amor antes de la amada: un presentimiento impulsado oscuramente por la testosterona, la dihidrotestosterona y las hormonas producidas por la glándula pituitaria, pero vestido de versos, fragancias e imágenes vertiginosas o luminosas. Un sentimiento vago y sin rostro, un anhelo de plenitud que busca una amada. La madre del narrador habla en la comida de los nuevos vecinos: la princesa Zasékina. Debía ser pobre. Nuestro protagonista no estaba muy afectado por ese título nobiliario: acababa de leer "Los bandidos" (Die Räuber) de Friedrich Schiller. Y esta empobrecida princesa tenía una hija que se convertiría en la destinataria de ese sentimiento para el que el cuerpo y el espíritu del joven Volodya estaba dispuesto

 En la valla separadora del jardín vecino vio por primera vez a la hija de la princesa: "a unos pasos de mí, en un claro entre matorrales de frambuesa verde, se hallaba una joven alta y esbelta, con un vestido rosa a rayas y un pañuelo blanco en la cabeza" (В нескольких шагах от меня — на поляне, между кустами зеленой малины, стояла высокая стройная девушка в полосатом розовом платье и с белым платочком на голове). Cuatro hombres jóvenes jugaban en torno a ella. Nuestro pequeño héroe fue puesto en ridículo cuando le sorprendieron mirando a hurtadillas y huyó. A partir de ese momento la imagen de la joven no le abandonará. 

 En los capítulos siguientes, Vladimir Petrovich recuerda como visitó el pabellón donde se alojaban la princesa y su hija, necesitadas de amparo económico, y como la chica empezó a llamarle con cierta burla "Monsieur Voldemar", y se inicia un juego de seducción ingenuo para Zinaída Aleksándrovna y serio para Vladimir Petrovich: "Escúcheme -atajó ella-. Usted aún no me conoce, soy muy rara: quiero que siempre me digan la verdad. Usted, según he oído, tiene dieciséis años, mientras que yo tengo veintiuno: ya ve que soy mucho mayor que usted y por eso siempre tiene que decirme la verdad... y obedecerme...
 Míreme -dijo con dulzura bajando la voz-, no me desagrada que me mire... Me gusta su cara y presiento que seremos amigos. ¿Le gusto yo a usted? -añadió con picardía...
 Porque yo le gusto, ¿verdad?"
(Послушайте, — возразила она. — Вы меня еще не знаете: я престранная; я хочу, чтоб мне всегда правду говорили. Вам, я слышала, шестнадцать лет, а мне двадцать один: бы видите, я гораздо старше вас, и потому вы всегда должны мне говорить правду... и слушаться меня, — прибавила она...
 Глядите на меня, — промолвила она, ласково понижая голос, — мне это не неприятно... Мне ваше лицо нравится; я предчувствую, что мы будем друзьями. А я вам нравлюсь? — прибавила она лукаво...
 Ведь я вам нравлюсь?)
 El inocente aspirante a universitario enamorado confiesa que Zinaída Aleksándrovna le gusta mucho, y empieza a deleitarse de poder mirarla, pero pronto comprobará que la joven princesa tiene otros muchos admiradores, entre ellos, el húsar Belovzórov.

 La madre de Volodya siente aversión por la princesa Zasékina: "une femme très vulgaire... avec des vilaines affaires d'argent", "una pleitetista consumada", aunque, por cortesía las invitó a comer. El sopor melancólico (унылом онемении) impide a nuestro héroe estudiar.

 Zinaida Aleksandrovna tiene a su alrededor a todos los hombres trastornados. Juegan a las prendas el conde Malevski, el doctor Lushin, el poeta Maidánov, el capitán retirado Nimartski y el húsar Belozórov. Ahora se une el más joven de todos, el casi niño Monsieur Voldemar. Los premios del pícaro juego incluyen el beso de la princesa. Vladimir Petrovich rememoraba: "a mí, un niño educado de forma solitaria y recatada, crecido en una casa señorial de vida sosegada, todo aquel ruido y bullicio, toda aquella alegría informal, casi desaforada, aquellas insólitas relaciones con personas desconocidas se me subieron a la cabeza. Estaba ebrio como si hubiera bebido vino. Empecé a reirme a carcajadas y a hablar en voz más alta que los demás... Pero me sentía feliz hasta tal punto que, como suele decirse, todo me importaba un comino y no hacía caso de las burlas ni de las miradas de reojo de los demás" 
(Мне, уединенно и трезво воспитанному мальчику, выросшему в барском степенном доме, весь этот шум и гам, эта бесцеремонная, почти буйная веселость, эти небывалые сношения с незнакомыми людьми так и бросились в голову. Я просто опьянел, как от вина. Я стал хохотать и болтать громче других... Но я чувствовал себя до такой степени счастливым, что, как говорится, в ус не дул и в грош не ставил ничьих насмешек и ничьих косых взглядов)
 
 Tras ese día de contacto y excitación, "me senté en una silla y permanecí así mucho rato, como si estuviera hechizado. Lo que sentía era tan nuevo y tan dulce... Estaba sentado algo de lado y sin moverme, respiraba pausadamente y de vez en cuando reía en silencio al recordar algo o un escalofrío recorría mi cuerpo cuando pensaba que estaba enamorado, que lo que sentía era amor. El rostro de Zinaída flotaba serenamente delante de mí en la oscuridad, flotaba sin desaparecer" (Я присел на стул и долго сидел как очарованный. То, что я ощущал, было так ново и так сладко... Я сидел, чуть-чуть озираясь и не шевелясь, медленно дышал и только по временам то молча смеялся, вспоминая, то внутренно холодел при мысли, что я влюблен, что вот она, вот эта любовь. Лицо Зинаиды тихо плыло передо мною во мраке — плыло и не проплывало)

 Turgueniev, desdoblado en el mozo Volodya, realiza un elegante y emotivo análisis psicológico del despertar amoroso sin caer en lo chabacano. Qué diferente es el enfoque hoy en día, cuando lo fisiológico anula por completo lo espiritual, y lo material necesita de menos palabras: el empobrecimiento del espíritu mengua el lenguaje, y, por tanto, nos priva de riqueza de lo real. La gran literatura ensancha y eleva la realidad porque tiene palabras para nombrar las aventuras del espíritu, su odisea, como expresaría Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Toda odisea del espíritu es dialéctica, e implica un proceso de desarrollo: la conciencia individual, la exteriorización en la persona amada y el regreso a sí mismo tras el encuentro con el otro, en el nosotros. Volodya está en el camino de exteriorizar una ilusión solitaria, alimentada por poetas y músicos, en otro ser que opone una resistencia a su deseo. El amor es, así, sentimiento de la identidad incompleta, atracción y resistencia de la alteridad completadora, y superación en la unidad trascendente de la pareja hecha un solo ser completado. Pero en ese proceso de búsqueda, las más de las veces, la interposición de otras conciencias y cuerpos con más poder destruye el proyecto amoroso. Eso terminará pasando con nuestro héroe. La tormenta veraniega que cierra el capítulo siete es metáfora de ello: "no podía dejar de mirar: aquellos mudos relámpagos, aquellos destellos contenidos, al  parecer, contestaban a los mudos y secretos impulsos que centelleaban también en mi corazón" (Я глядел — и не мог оторваться; эти немые молнии, эти сдержанные блистания, казалось, отвечали тем немым и тайным порывам, которые вспыхивали также во мне) ¿Y qué fue de esos sentimientos?
"¡Oh, tímidos sentimientos, suaves sonidos, bondad y quietud del alma conmovida, alegría evanescente y enternecimiento del primer amor! ¿Dónde, dónde estáis?" (О, кроткие чувства, мягкие звуки, доброта и утихание тронутой души, тающая радость первых умилений любви, — где вы, где вы?)

 Dejad que hable este comentarista, que, quizás, conoció lo que él creyó amor con siete años, a la misma edad que sintió el terror de la nada, a la fría muerte, mas no, que el verdadero amor -primero y postrero- vacía el alma, que roba la persona amada, y dejando de amarnos, nos arrebata la vida, pues quien amó de veras jamás podrá amar con fingimiento nuevamente. ¿Qué pensáis, que Vladimir Petrovich volvió a amar tras encontrar a la princesa Zinaída? ¿O que este comentarista quiso amar tras perder a su amada Малиночка? ¿Dónde vosotros, dónde vosotros, sentimientos de unidad y plenitud en que la vida deja de ser cáscara de huevo, semilla de algodón, vado de río infranqueable, mar encrespado sin piedad ante el niño en la playa con su bañador y su patito de goma? 

 No he querido nombrar al padre de Volodya hasta el capítulo ocho en que el narrador lo introduce en su relación edípica -avant la lettre- con su hijo. Un padre que pregunta al chico por lo que ocurre en ese jardín del otro lado: "mi padre ejercía en mí una influencia extraña y extrañas eran nuestras relaciones. Apenas ponía empeño en mi educación. Nunca me ofendía, sin embargo, respetaba mi libertad e incluso, si es posible decirlo así, era cortés conmigo... Pero no me permitía acercarme a él. Yo lo quería, lo admiraba, me parecía un hombre ejemplar y, Dios mío, ¡cuán grande habría sido mi apego por él si no hubiera sentido constantemente que su mano me apartaba!" (Странное влияние имел на меня отец — и странные были наши отношения. Он почти не занимался моим воспитанием, но никогда не оскорблял меня; он уважал мою свободу — он даже был, если можно так выразиться, вежлив со мною... Только он не допускал меня до себя. Я любил его, я любовался им, он казался мне образцом мужчины — и, боже мой, как бы я страстно к нему привязался, если б я постоянно не чувствовал его отклоняющей руки!). En los raros diálogos de hondura filosófica de esta novela, el padre conversa con el hijo sobre la libertad: "- Libertad -repitió él-, ¿sabes tú lo que puede hacer libre al hombre? - ¿Qué? - La voluntad, su propia voluntad. Y además le dará poder, que es mejor que la libertad. Has de saber desear, y entonces serás libre y mandarás"
(— Свобода, — повторил он, — а знаешь ли ты, что может человеку дать свободу?
— Что?
— Воля, собственная воля, и власть она даст, которая лучше свободы. Умей хотеть — и будешь свободным, и командовать будешь)
 Pyotr Vasilyevich conocía el "arte de la vida" porque posiblemente presentía que no viviría mucho tiempo. Los destinos de padre e hijo acabarían convergiendo para desgracia de Volodya.

 El capítulo nueve contiene descubrimientos súbitos: "Mi "pasión" empezó aquel día. Recuerdo que entonces sentí algo parecido a lo que debe de sentir un hombre que empieza a trabajar: dejé de ser un muchacho y pasé a ser un enamorado. He dicho que aquel día empezó mi pasión y podría añadir que aquel mismo día empezaron mis sufrimientos" (Моя «страсть» началась с того дня. Я, помнится, почувствовал тогда нечто подобное тому, что должен почувствовать человек, поступивший на службу: я уже перестал быть просто молодым мальчиком; я был влюбленный. Я сказал, что с того дня началась моя страсть; я бы мог прибавить, что и страдания мои начались с того же самого дня).

 Celos, servilismo, felicidad trémula al divisar a la persona amada, y la feroz competencia de la legión de pretendientes a los que recibía en el pabellón contiguo al de la familia de Volodya, con burla y altanería, aunque cuando pedía que le recitaran versos de Aleksandr Pushkin su rostro quedaba serio. ¡Qué tiempos en que Rusia abarcaba regiones que hoy, desnaturalizadas, se vuelven contra ella! ¡Cuando Pushkin y Lermontov batallaban, amaban y hacían versos en el Cáucaso! Monsieur Voldemar de pronto sospechó que Zinaída se había enamorado... de otro. Su tortura se prolongó durante muchos días de cavilaciones. El Doctor Lushin le advirtió que se alejara de esa casa de aire nocivo.

 Zinaída se iba volviendo cada vez más extraña y ausente mientras el joven Volodya se encaramaba a las ruinas del invernadero de su finca para meditar. Su madre discutía con su padre: ella le recriminaba algo y él permanecía frío. 

 Los días pasaban. Las reuniones en el pabellón de la princesa seguían con la asistencia de nuestro héroe. Una tarde ella propone a los admiradores inventar historias. La suya es reveladora: una reina sale a un jardín tras una lujosa fiesta, se acerca a una fuente, y habla de un señor que allí la espera, aquel a quien entrega su amor. Dicho con tal convicción que Malevski, malévolo duda de que sea una invención poética. Volodya, angustiado, decidió vigilar el jardín, y más cuando Malevski le insinuó que los pajes no deben separarse de sus señoras, día y noche. Así lo había nombrado la caprichosa e independiente Zinaída a nuestro protagonista, esa muchacha extraña y desordenada. 

 En una de sus vigilancias nocturnas escuchó un ruido... y vio pasar a un hombre embozado en su capa que venía hacía él... era su padre. Una cortina se movió en el cuarto de Zinaida. La cabeza de Volodya estallaba: ""¿Qué está pasando? -dije en voz alta, casi sin querer, al volver a mi habitación- ¿Un sueño, una casualidad o...?". Las conjeturas que nacieron de pronto en mi cabeza eran tan nuevas y tan extrañas que ni siquiera me atreví a profundizar en ellas" (— Что ж это такое? — проговорил я вслух, почти невольно, когда снова очутился в своей комнате. — Сон, случайность или... — Предположения, которые внезапно вошли мне в голову, так были новы и странны, что я не смел даже предаться им)

 Monsieur Voldemar, paje y enamorado platónico, pequeño Otelo, lloró desconsoladamente en los brazos de su musa, la hija de la princesa: "soy culpable ante usted, Volodya -dijo Zinaida- Oh, soy muy culpable... -añadió, entrelazando las manos- Cuánta maldad, oscuridad y pecado hay en mí... Ahora no juego con usted, le quiero, aunque usted no sospecha por qué y cómo... Pero, ¿qué es lo que sabe usted?" (— Я виновата перед вами, Володя... — промолвила Зинаида. — Ах, я очень виновата... — прибавила она и стиснула руки. — Сколько во мне дурного, темного, грешного... Но я теперь не играю вами, я вас люблю — вы и не подозреваете, почему и как... Однако что же вы знаете?)

 Los hechos se sucedieron independientemente de la voluntad del joven héroe, "fue un tiempo extraño y febril, una especie de caos, una vorágine de sentimientos, pensamientos, sospechas, esperanzas, alegrías y sufrimientos más contradictorios. Me daba miedo mirar en mi interior, si es que un muchacho de dieciséis años puede hacerlo" (Это было странное, лихорадочное время, хаос какой-то, в котором самые противоположные чувства, мысли, подозренья, надежды, радости и страданья кружились вихрем; я страшился заглянуть в себя, если только шестнадцатилетний мальчик может в себя заглянуть, страшился отдать себе отчет в чем бы то ни было)

 El criado Filipp le informó de una gran discusión entre los padres del protagonista. La madre reprochó al padre que le era infiel. Y éste se marchó. Una carta anónima fue la causa de todo ello. Todo había acabado para Volodya.

 Tiempo después, ya en la ciudad, la herida iba curando, sin rencor al padre, algo verdaderamente insólito. Una vez, en el bulevar tropezó con Lushin, que le dijo que ya tenía mirada de hombre y no de perrito faldero, como en aquel verano. 

 El epílogo triste del primer amor llegó una ocasión en que acompañaba a caballo a su padre, y éste le pidió que le esperara mientras él se internó en un callejón. Cansado de esperar el chico entró por la calleja y vio a su padre delante de una ventana abierta de una casita de madre, dentro de la cual estaba... Zinaída. Quedó estupefacto, pero más cuando después presenció un hecho incomprensible, que le aterrorizó y fascinó al tiempo.

 He de decir, comentarista no objetivo, sino profundamente adorador de Turgueniev y toda la gran literatura, que este pasaje, el más estremecedor del libro, hoy en día es políticamente incorrecto y hasta motivo de censura y persecución. Sólo quienes conocemos la naturaleza humana despojada de ideología woke podemos valorar con escalofrío el verdadero amor que Zinaída experimentaba ante un ser superior en edad, experiencia y poder, mediante la sumisión y la entrega total. Turgueniev, a través de su alter ego, Vladimir Petrovich, ha vislumbrado la psicología más profunda del amor y la dominación: ""¡Eso sí que es amor -volvía a decirme por la noche, sentado delante de mi escritorio, en el que habían empezado a aparecer cuadernos y libros-, eso es pasión!"" («Вот это любовь, — говорил я себе снова, сидя ночью перед своим письменным столом, на котором уже начали появляться тетради и книги, — это страсть!..).

 Lo ocurrido en estos meses había envejecido al protagonista, "y de repente, mi amor, con todas sus emociones y sufrimientos, me pareció algo pequeño, infantil y mísero en comparación con aquello otro, incógnito, que apenas podía intuir y que me asustaba con un rostro desconocido, hermoso, pero temible que uno intenta en vano discernir en la penumbra..." (Последний месяц меня очень состарил — и моя любовь, со всеми своими волнениями и страданиями, показалась мне самому чем-то таким маленьким, и детским, и мизерным перед тем другим, неизвестным чем-то, о котором я едва мог догадываться и которое меня пугало, как незнакомое, красивое, но грозное лицо, которое напрасно силишься разглядеть в полумраке...).

 El amor del hijo, amor inexperto, no consumado, modelado por poetas y músicos, de pronto se enfrenta a las simas del amor del padre, con experiencias inimaginables, abismos insondables de gozo y tormento de la carne. El amor es dominación, sumisión y éxtasis: misterio que en la muerte se disuelve. 

 Dos meses después Vladimir Petrovich ingresó en la universidad, su padre murió de un ataque en Petersburgo, a donde acababa de mudarse toda la familia. El mismo día de su muerte le estaba escribiendo una carta en francés a su hijo: "Hijo mío -me decía en ella-, teme el amor de una mujer, teme esa felicidad, ese veneno..." («Сын мой, — писал он мне, — бойся женской любви, бойся этого счастья, этой отравы...»).

 Cuatro años después el protagonista encontró a Maidánov que le informó que la señora Dólskaya -Zinaída ya casada- estaba en la ciudad. Vladimir Petrovich decidió visitarla... Dejamos al lector que Turgueniev cuente el final de esta historia...

 El autor, bajo el aura del divino Aleksandr Pushkin, concluye con esta meditación filosófica sobre la juventud:

 "¡Oh, juventud, juventud! Nada te importa, como si te pertenecieran todos los tesoros del universo. Hasta la tristeza te resulta dulce, hasta la pena te embellece. Eres atrevida y segura de ti misma, dices: "¡Mirad todos, soy la única que vivo!". Y no obstante tus días se van volando y desaparecen, sin darnos cuenta, sin dejar rastro, y todo en ti desaparece, como la cera bajo el sol, como la nieve... Y quizás el enigma de tu encanto no esté en la posibilidad de hacerlo todo, sino en la posiblidad de pensar que lo harás todo; tal vez consista precisamente en malgastar las fuerzas que no podrás dedicar a ninguna otra cosa, en que cada uno de nosotros sinceramente se considera derrochador, sinceramente cree que tiene derecho a decir: "¡Oh, qué cosas podría haber hecho si no hubiera perdido el tiempo en vano!".
 También yo... ¿en qué confiaba, qué esperanzas albergaba, qué prometedor futuro preveía si despedí tan solo con un suspiro, con una sensación de tristeza la estela de mi primer amor que había pasado ante mis ojos por un instante?" 
 (О молодость! молодость! тебе нет ни до чего дела, ты как будто бы обладаешь всеми сокровищами вселенной, даже грусть тебя тешит, даже печаль тебе к лицу, ты самоуверенна и дерзка, ты говоришь: я одна живу — смотрите! а у самой дни бегут и исчезают без следа и без счета, и всё в тебе исчезает, как воск на солнце, как снег... И, может быть, вся тайна твоей прелести состоит не в возможности всё сделать, а в возможности думать, что ты всё сделаешь, — состоит именно в том, что ты пускаешь по ветру силы, которые ни на что другое употребить бы не умела, — в том, что каждый из нас не шутя считает себя расточителем, не шутя полагает, что он вправе сказать: «О, что бы я сделал, если б я не потерял времени даром!»
Вот и я... на что я надеялся, чего я ожидал, какую богатую будущность предвидел, когда едва проводил одним вздохом, одним унылым ощущением на миг возникший призрак моей первой любви?).

 Así es el amor. La visión de un paraíso prometido, del, que, finalmente, somos expulsados... no hay sitio en él para los mortales, que desean lo inalcanzable y viven la delicia de la zozobra y la angustia creyendo que en ello reside la dicha. ¿Qué ventura hay en sufrir anticipadamente lo que nunca llegará? En realidad, el amor es algo de la infancia, de la juventud, un simple instinto vital, que se aferra a una imagen divinizada de alguien al que atribuimos nuestro poder. Más tarde, cuando hemos dejado nuestra alma desgarrada en lances sin sentido, lances amorosos irracionales y fatalmente condenados al fracaso, solamente nos queda añorar ese impulso.

Francisco Huertas Hernández
28-30 de agosto de 2025