sábado, 9 de julio de 2022

Tour fotográfico. Alicante 8 marzo 2015. El viaje lenticular. Francisco Huertas Hernández

Tour fotográfico. Alicante
8 marzo 2015
El viaje lenticular
Francisco Huertas Hernández

Tour fotográfico. Alicante
8 marzo 2015
Ayuntamiento de la ciudad
Fotografías: Francisco Huertas Hernández









 Era domingo y la luz olía a primavera. Nos amábamos. Caminábamos. Cuando dos se aman necesitan caminar y, luego, guarecerse. La ciudad mediterránea era el hogar portátil. Cuando dos se aman el hogar son las manos. Íbamos siempre tomados de la mano. Antiguos hospitales, vías férreas, cielos azules, sonidos de la víspera del lunes















 Palomas, balcones de hierro forjado, palacios deslustrados. La ciudad sumergía sus arterias en lo hondo de un corazón olvidado. Sus callejas sombrías vestían de piedra 














  ¿Por qué amábamos las ciudades con esa furia? Bien es verdad que ésta en la que nos cobijábamos entre los viajes del verano no despertaba en nosotros esa palpitación. Las ciudades, mapas verticales, laberintos de la contemplación, asilos de la imaginación











 Carrusel. Caballito. Gira que te gira. Mareo. Mar. Mar domado en puerto seguro










 Y esos pies calzados sin figura, en el ojo de ella que divisaba el fragmento que hacía del todo oculto una revelación o un desvelamiento. La ciudad son los zapatos. No hay escudo de ciudad sin llaves y torres, mas yo pondría en la base el calzado que nos hace urbanos, que el humano solo se hace ciudadano cuando camina. Que el hablar está bueno, señores, pero se habla en la aldea y en la era, mas la urbe quiere largos trayectos en los que los ricos admiran su arquitectura ostentosa y los pobres envidian la corte blasonante































 Deambular por la ciudad un domingo, ese día en el que un dios descansó de la creación, pero cómo va a fatigarse un ser omnipotente, y de ahí vendrá nuestra tristeza dominical, del cansancio divino que solo es un cuento para que el lunes no sea tan cruel. El hombre y la mujer que caminan en el tedio del domingo urbano hacen menos amargo el despertar del primer día laborable































2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué preciosidad. Fotos y poesía

Francisco dijo...

Veo a Inma reflejada en un cristal. Siempre está