lunes, 21 de agosto de 2023

Diario de Ávila (7). 1995. Kant: tensión "trágica" entre la "ley moral" y el sujeto fenoménico (deseante). Francisco Huertas Hernández

Diario de Ávila (7). 1995
Kant: tensión "trágica" entre la "ley moral" y el sujeto fenoménico (deseante)
Francisco Huertas Hernández

Muralla
Ávila
holamon.cat


"Handle so, daß die Maxime deines Willens jederzeit zugleich als Prinzip einer allgemeinen Gesetzgebung gelten könne"

Immanuel Kant: "K.P.V."


Ávila, lunes 10 de julio de 1995

 Llevo unos días sin escribir porque estoy absorbido leyendo la “Crítica de la Razón Práctica”, y ya estoy terminándola (!) en un esfuerzo no tan penoso como presumía. La compré en la Casa del Libro (Madrid) el sábado. Leí casi la tercera parte en Chamartín, y he seguido aquí. He llegado a sentir una gran voluptuosidad en la lectura, y he madrugado para leer. Se ha dado esa vehemencia que me llevó a leer la “Crítica de la Razón Pura”, esfuerzo gigantesco que no pude consumar porque llegó el curso. Ahora, en cuanto acabe, tengo en la bolsa la “Crítica del Juicio”, que es más gruesa y difícil (?) que ésta.

Immanuel Kant (1724-1804): "Kritik der praktischen Vernunft" (KpV)
Johann Friedrich Hartknoch
Riga. 1792

Immanuel Kant escribiendo

 La K. P. V. no me ha resultado tan difícil porque conocía su contenido casi al dedillo, que, si no, no me hubiera enterado de casi nada. El estilo del prusiano es plúmbeo, repetitivo, prolijo, enrevesado y árido. Para decir algo no muy complejo se hace ininteligible, pero, pese a todo, los problemas son acuciantes, y las respuestas fascinantes.

 Entre las cosas que he descubierto y me han impresionado está el concepto de respeto, y la noción de que la ley humilla las inclinaciones del sujeto. La tensión trágica (?) entre la ley moral y el sujeto fenoménico sometido a sus deseos.

 Hay, como "claros del bosque", en los que una perspicacia psicológica y una marcada orientación antropológica se elevan por encima del fárrago sistemático y oscuro. Kant, también debía ser humano, a pesar de intentar no parecerlo. Ese culto divino a la razón pura, independiente de todo lo empírico (“patológico” dice Kant hablando de lo humano en cuanto deseo) resulta extraño, y, al tiempo, de un platonismo que he visto aún más claro leyendo la K. P. V.

 Como Kant lo ha sido casi todo estos días he olvidado decir que he cambiado la matrícula para el curso de acción tutorial (¡¡¡buff!!!) (Cursos de verano. UNED), y no sé si tendré problemas con la administración burocrática.

 Dedicaré mi tiempo real a terminar la K. P. V., y a "pasar" lo más posible del curso (pedagógico), intentando arreglar los problemas con el diploma

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Kant es un tunante

Francisco dijo...

Pero👋 qué dices payaso?

Anónimo dijo...

Eh, tunante, porque es astuto para liarnos con la razón que rectamente nos guía