Diario de Barcelona. XV. 2001
Entre el Tibidabo y el tango. Geografía e idiosincrasia del tango y el son cubano
Francisco Huertas Hernández
Plaça de la Seu. Barcelona
Bailando tango
2001
Fotografía: Francisco Huertas Hernández
Cámara Minolta Compacta (¿Riva Zoom?). Película Kodak Ultra 400
Ramblas. Barcelona
Bailando tango
Julio 2001
Fotografía: Francisco Huertas Hernández
Cámara Minolta Compacta (¿Riva Zoom?). Película Kodak Ultra 400
Tanguería "Tinta Roja"
C/ Creu dels Molers nº17. Barcelona
Vista del interior
Ver artículo completo aquí: Tango y Cine en Barcelona. Diario de Barcelona. XVII
Jueves 19 de julio de 2001
Fotografía: Francisco Huertas Hernández
Cámara Minolta Compacta (¿Riva Zoom?). Película Kodak Ultra 400
Parc d'atraccions Tibidabo & Templo Expiatorio del Sagrado Corazón (Temple Expiatori del Sagrat Cor de Jesús)
Montaña del Tibidabo. Sierra de Collserola
Carretera de Vallvidrera al Tibidabo 111-117. Barcelona
Subida (anada) y bajada (tornada) en Funicular del Tibidabo (primer funicular de España, inaugurado en octubre de 1901) y Tramvia Blau (año 1901), que "realiza un recorrido de 1.276 metros en ascensión hacia el pie del funicular del Tibidabo. Va subiendo rodeado de construcciones modernistas y novecentistas que dan paso a la naturaleza y a magníficas vistas de la ciudad".
Lamentablemente, el antiguo Funicular ha sido sustituido por uno futurista, rápido, panorámico e impersonal, llamado "Cuca de Llum" (luciérnaga).
En mis fotos aún se conservan los elementos tradicionales.
El templo del Sagrado Corazón, de los arquitectos Enric Sagnier i Villavecchia, y su hijo -que lo acabó- Josep Maria Sagnier i Vidal, fue construido entre 1902 y 1961, en que fue consagrado como Basílica Menor.
El Parc d'atraccions Tibidabo se abrió en octubre de 1901, siendo el más antiguo de España. Ocupa 7 hectáreas y tiene más de 30 atracciones, entre ellas, 2 montañas rusas
Julio de 2001
Fotografía: Francisco Huertas Hernández
Cámara Minolta Compacta (¿Riva Zoom?). Película Kodak Ultra 400
Barcelona, martes 17 de julio de 2001
He subido a la sierra de Collserola. Allí, en su cima, donde se encuentra el templo expiatorio del Sagrado Corazón y el parque de atracciones del Tibidabo. Primero en metro, la línea U 7, de los Ferrocarriles de la Generalitat, hasta la Avenida del Tibidabo. Allí salí a la bonita Plaza de John F. Kennedy y vi el magnífico Hospital de Sant Gervasi. Tomé el Tramvía Blau hasta la Plaza Doctor Andreu y luego el Funicular del Tibidabo. Todo el trayecto, lento y recreado, fue magnífico. La parte alta de la ciudad contiene palacetes ajardinados de aspecto británico y francés. El Templo del Sagrado Corazón recuerda inevitablemente al de Montmartre, al que imita. Incluso puede decirse que la París del sur, Barcelona, conserva algo de acordeón y alta cocina, de elegancia y nostalgia, como su hermana mayor. Estos últimos días he olvidado la obsesión tanguera que impregnaba la ciudad y mi corazón. Pero el tango nunca se va. Es una manera de ver la vida, como dijo Bartrina, el de Malevaje, que, dicho sea, no son demasiado buenos, aunque le echan redaños y son sinceros y apasionados. El tango es muy cercano a mí, como el carácter argentino, o porteño, más exactamente. Hoy, mientras andaba por el carrer del Carders, en el barrio de la Ribera, entre caribeños, árabes, africanos, comprendí lo lejos que estoy de este carácter extrovertido, sensual, teatral, danzón, de los cubanos o dominicanos, por ejemplo. El personaje del tango es más europeo. Nunca me he imaginado el tango en Cuba, y parece que goza de gran fervor, aunque creo que no lo entienden. El mundo del tango está más cerca del italiano, del francés, del español, pero no del caribeño. Hay que observar el baile: en el tango hay seriedad, severidad, rigidez acrobática, toma cautelosa del espacio. Es un baile casi intelectual, técnicamente refinado y complejo, profundo y dramático. Pero el baile "salsero" es todo lo contrario. Es casi sexo en estado puro (...) Creo que los caribeños nacen con el ritmo, con el “tumbao”, en los pies y las caderas. Es algo espontáneo. El tango, en cambio, hereda el baile de salón europeo, el vals sobre todo. Exige una destreza, un control mental, no sólo físico. Creo que los dos mundos sonoros más resonantes del siglo XX en la América Latina: el tango y el son cubano, son incompatibles, musical y vitalmente hablando. Tan absurdo me parece Benny Moré cantando un tango como Gardel haciendo son cubano. Imposible. Y yo pertenezco (...) por carácter psicológico, por mi destino y mi vida, al tango. Esta es la verdad. Tango hay en el corazón de París, con su acordeón, padre del bandoneón, que, en realidad, es un instrumento alemán. Tango hay en el corazón de Barcelona o Madrid, con su galería de tipos quijotescos, picarescos, hidalgos y rufianes, fanfarrones, jugadores y donjuanes, que junto a la herencia italiana, crearon el imaginario de los poetas de la música ciudadana rioplatense: Celedonio Flores, Alfredo Le Pera, Homero Manzi, Cátulo Castillo, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, y tantos otros. Sí, estoy en Barcelona, el tango corre por mis venas y mis patillas, hay músicos rusos en las Ramblas, y escandinavos, pero ellos también, los rusos más, tienen sabor a tango. Esa nostalgia, esa tristeza de la derrota de Don Quijote al final de sus días, de los personajes de Chéjov, de las canciones de Musorgsky y los campesinos rusos. Todo eso es cercano al tango, pero con una seriedad y una sobriedad ajena al ritmo frenético (...) de la salsa
2 comentarios:
Qué chulada
Gracias amigo
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