martes, 24 de diciembre de 2024

"Hambre de publicidad" (1896), artículo de Amado Nervo. Fama, exhibicionismo, simulacro, "postureo" y reconocimiento público. Comentario de Francisco Huertas Hernández

"Hambre de publicidad" (1896), artículo de Amado Nervo (1870-1919).
Fama, exhibicionismo, simulacro, "postureo", narcisismo y reconocimiento público. La publicación de lo privado.
Comentario de Francisco Huertas Hernández

Autorretrato. Enero 2017

"Hambre de publicidad" (1896)
Amado Nervo
 
 Una de las formas de moderna neurosis, ya que hoy la neurosis ha de inmiscuirse en todo, es la afición decidida a ver el nombre propio en letras de molde, que trae inquieto a medio mundo.
 No recuerdo quién refería que cierto individuo guardaba con profundo esmero, en un cajón de su escritorio, un periódico en que se leía su nombre... ¡en una lista de viajeros!
 Como ese individuo conozco yo muchos. La impresión que les produce la lectura de las breves letras que constituyen su designación en el mundo, los hace palidecer, palidecer de alegría.
 Y no me refiero, por cierto, a los hombres de dotes intelectuales. Estos,es cierto, palidecen también cuando reciben el bautismo de la publicidad, y aun suelen llevar un registro, que podría llamarse El libro de las vanidades, en que van fijando con goma todos los recortes laudatorios de los periódicos, que dicen poco más o menos:
 
 "El estimable joven Fulano de Tal leyó una sentida poesía".

 "El "conocido" periodista don Mengano publica en el... de ayer un "concienzudo" artículo".

 "El aventajado cronista don Perengano de Cual ha escrito una "conceptuosa" crítica...", etc., etc.

 No me refiero a estos, no; que estos, al fin y al cabo, concluyen por ver sin estremecimientos, sin rubores deliciosos, los elogios que se les consagran, y sin pena las censurascon que se pretende abrumarlos.
 Me refiero a los otros, a los deheredados de la publicidad, a los hombres privados, que deliran por un párrafo de gacetilla; que se rebelan contra su condición atómica y sienten un despecho infinito porque la tierra no se estremece bajo sus pies, impidiéndoles así decirle como el portugués:
 - Non tiembles, que non te fago nada.
 Me refiero a esos enamorados de la popularidad que intentan conseguirla con sonrisas azucaradas.
 Yo he tenido que ver con muchos de estos nostálgicos de las letras de molde.
 Conocí, por ejemplo, en un pueblo, a un malaveriguado muchacho, que recorriendo, como el amor de Don Juan, toda la escala social, acabó por hacer su entrada en México entre las filas de un batallón, en calidad de recluta.
 La primera vez que me columbró en la calle se separó rápidamente de su compañía y, tras saludarme, me dijo:
 - Hombre, ya que escribes, hazme la caridad de decir en los periódicos que he llegado a México, para que se sepa.
 En otra ocasión me encontré en Plateros a un amigo. Iba llorando a lágrima viva y a toda prisa.
 - ¿Qué te pasa?- le dije.
 - Que mi mujer se muere - contestó haciendo pucheros.
 - ¡Hombre, cuánto lo siento!
 - Y te voy a pedir un favor.
 - Sí, puedes decir... (y creí que se trataba de que le ayudase a pagar el médico o la medicina, o de llamar al cura).
 - Que pongas un parrafito en los periódicos diciendo eso que me pasa.
 - Así lo haré - repuse.
 Y mi amigo se alejó todo lloroso.
 Pero pronto volvió grupas, me alcanzó, y con voz plañidera aún, añadió:
 - Oye, no se te olvide poner: Nuestro querido amigo..."
 - Sí, hombre, no tengas cuidado.
 Dos o tres días después me envió una esquelita enlutada, diciéndome:

 "Estimado amigo:
 "Ya se murió mi mujer. Soy un infeliz. Ahí te adjunto un parrafillo, para que te sirvas publicarlo".

 El párrafo estaba concebido así:

 "Nuestro distinguido y fino amigo X acaba de perder a su estimabilísima esposa, que murió a consecuencia de un sobreparto. El vacío que esa dama de excelsas cualidades deja en el hogar, no es para dicho.
 "Damos, etc."
 "P. D. - Ponlo en plecas negras y mándame cinco ejemplares del número en que salga".

 ... Sí, es cierto: no solo de pan vive el hombre; también vive de publicidad... ¡Cuántas veces la mejor limosna es un párrafo de gacetilla!

Amado Nervo
5 de marzo de 1896

*****

Fama, exhibicionismo, simulacro, "postureo", narcisismo y reconocimiento público. La publicación de lo privado.
Comentario de Francisco Huertas Hernández

 Amado Nervo, no sólo fue un gran poeta, sino también un observador penetrante de la vida alrededor. El alrededor de la vida, es decir, las costumbres y ocupaciones de los coetáneos, son diseccionadas por el escritor perspicaz como el entomólogo hace con los insectos, y no es, por ventura, la analogía infundada. La masa de los humanos no se distingue de la vida en las colmenas, los hormigueros o los termiteros. Estos hombres (y mujeres) en su quehacer diario actúan bajo el imperativo invisible del "das Man" explicado por Martin Heidegger (1889-1976), es decir, bajo la presión social del "uno", el "se hace", "se dice". Uno de los imperativos sociales (y aún morales) que ejercen esa tiranía ciega es la necesidad de exhibirse ante los ojos de los congéneres. Quizás haya un resto instintivo asociado con el apareamiento, la vistosidad del cortejo. La selección sexual exige un mostrarse ante la posible pareja, llamar la atención, atraer la atención. Es una señal de buena salud, fuerza genética o capacidad reproductiva. El mundo humano es, a gran escala, una reproducción del ámbito zoológico inferior. Según la sociobiología nuestros genes mandan, y la creencia en la libertad no es más que un consuelo de autoengaño. El exhibirse de los Homo Sociologicus (inseparable del Homo Economicus y el Homo Sapiens) queda así atado al "das Man" (el "uno" indeterminado del "todo el mundo", que son todos y no es nadie), y operativamente se manifiesta en un conjunto de normas sociales y roles, fruto de la socialización, desde la infancia, al aprender, a través de otros, a hablar, a caminar, y a obedecer y a temer. O sea, a esperar. El hombre en sociedad es el que espera de los otros su reconocimiento, su valor, su identidad. Somos lo que los demas dicen. Desde el esclarecedor análisis de G. W. F. Hegel (1770-1831) sobre la dialéctica entre el señor y el esclavo, sabemos que no hay individuo (identidad del yo) si no existe el espejo de los otros (oposición del tú/otro). Los primeros "otros" (socialización primaria) son los padres. Ellos "nos" configuran tempranamente, tal como delicadamente cantó Joan Manuel Serrat en "Esos locos bajitos". En el psicoanálisis de Sigmund Freud (1856-1939), esos "otros" (madre/padre) son el origen del conflicto interno, porque aparecen como fuente de deseo, competencia, exigencia y renuncia/represión

 En marzo de 1896, Amado Ruiz de Nervo y Ordaz (27 de agosto de 1870, Tepic, Jalisco, México - 24 de mayo de 1919, Montevideo, Uruguay) tenía... ¡25 años! y escribía en los diarios. Este artículo titulado "Hambre de publicidad", aunque irregular, es profético en la proyección del hombre futuro del siglo XXI: un humano insatisfecho con su privacidad, porque ésta ya no es suficiente si no se exhibe públicamente, casi en su integridad. Para ello, se cuenta con una herramienta poderosísima, como jamás la humanidad imaginó: internet. Internet es el tercer escalón en la evolución del "mundo" humano: primero fue la naturaleza (aunque es dudoso que alguna vez lo humano fuera meramente natural, dado que el arte, la fabricación de utensilios, el habla o el culto a los muertos ya implica una ruptura con aquella); más tarde la sociedad, que partió de la familia, la casa, la tribu, las leyes, el parentesco y la escritura; y, finalmente, en una tercera etapa, la misma sociedad queda superada en internet (ciberespacio, red global, tecnomundo), un mundo sin contacto físico, donde queda abolida la separación entre lo privado y lo público.

 Amado Nervo parte de la extendida idea de la neurosis -palabra caída en desuso hoy-, fruto de la influencia de la psicología, si bien el psicoanálisis apenas había empezado a desarrollarse ("Estudios sobre la histeria" de Sigmund Freud y Josef Breuer, se publicó en 1895). La neurosis era el término genérico para las enfermedades mentales no alienantes (psicosis), que incluye ansiedad, conflictos emocionales internos, y malestar e inadaptación. Esa necesidad de vanagloria, fama o halago es tan antigua como la sociedad humana, e, incluso, hemos visto su origen biológico. Los antiguos griegos -fundadores de nuestra racionalidad- hablaban de "κλέος" que celebraba el nombre y hazañas de uno a oídos de los demás, siendo así este "renombre" "lo que escuchan de uno los demás". En definitiva, ser tenido en cuenta, más allá de los afectos domésticos y familiares. La necesidad de ser "inmortal"... en la tierra (efímera y leve), a través de lo público. Ser público era estar de boca en boca, mejor dicho, de oreja en oreja. Amado Nervo retoma en las postrimerías del siglo XIX esa κλέος: "la afición decidida a ver el nombre propio en letras de molde". Si los periódicos eran la bocina decimonónica, hoy lo son las "social network / social media" en internet. La diferencia abismal entre un medio de comunicación unidireccional textual, y otro "holodireccional", o bidireccional icónico, con estructura de malla o red. La vanidad afectada de los escritorzuchos a los que dedica unas frases Nervo puede incluso ser una pulla a sus compañeros de tinta, aunque ellos tienen el privilegio de ser nombrados en la prensa, porque incluso trabajan en ella. Pero es cuando alude a "los otros, los desheredados de la publicidad, los hombres privados... que se rebelan contra su condición atómica y sienten un despecho infinito porque la tierra no se estremece bajo sus pies", cuando el poeta de Jalisco se acerca a nuestra condición: la de seres arrojados en el anonimato de la masa. Y la tecnología ha liberado de las cadenas del anonimato a los atómicos individuos, esos "seres fungiformemente anónimos", que ahora, renacen en los likes y retuits. "Los enamorados de la publicidad que intentan conseguirla con sonrisas azucaradas" ya no son los concursantes medrosos que llegan a los estudios de televisión, o los afortunados con la lotería de Navidad, que posan sonrientes y ebrios de cava recién descorchado, ante las cámaras, explicando la fortuna de que les tocara el premio siendo humildes trabajadores con necesidades familiares (una observación: en la tele la lotería nunca toca a los ricos, siempre son personas anónimas, trabajadores y alegres). Ese "para que se sepa" del que entró en la capital con su batallón, es hoy conseguible desde casa, con un teléfono celular. Los riesgos que corren los seres atómicos haciéndose "selfies" (anglicismo absurdo para "autorretrato fotográfico") son el precio de ese "para que se sepa", esa κλέος de una "hazaña" de individuo que quiere sobresalir de la masa, siendo visto, aceptado, reconocido y aclamado por ella, que no destaca por crear nada, ni odas épicas, ni baladas, ni óleos, ni victorias militares, que, por no tener un "sí-mismo", hace lo que todos, y se complace en ganar su identidad repitiendo la conducta grupal automática. Uno es como los demás, es decir uno es público, y por eso publica su privacidad (narcisismo) que es tan fungiforme, tan inane, que no rompe los esquemas de lo que se espera de uno más, otro más, poniendo fotos de sus vacaciones, sus nietos, su operación quirúrgica, y, en el caso más morboso, su enfermedad y su encaminamiento a la muerte. 
 Ese amigo encontrado en Plateros -actualmente calle Francisco I. Madero- en la Ciudad de México, desolado, porque su "mujer se muere", y le pide un favor al escritor, que ponga "un parrafito... diciendo eso que me pasa", es tan contemporáneo, como el turismo de las catástrofes, esa curiosidad mórbida, búsqueda de sensaciones extremas y desconexión emocional, que quiere repetir lo que hace la gente. Un turismo voyeur, que representa la vertiente sádica de la masa que goza de reunirse en el lugar donde se rompió la normalidad. El exhibicionismo (postureo) erotizante de las amas de casa anónimas en TikTok, con millones de visitas, es otra vertiente de esa necesidad de fama, convertible en ingreso económico y refuerzo de la autoestima. Amado Nervo descubre que "no sólo de pan vive el hombre; también vive de la publicidad". Y la infinita serie de imágenes, de videos, donde los seres atómicos quieren ser victoriosos héroes del like revela sumisiones pasivas a los modos de vida imperantes, ciegos e irracionales. El "simulacro" de una vida fingida cuanto más espontánea quiere aparentar. Las pantallas convierten en simulacro todo lo que retransmiten. No re-crean la realidad, inventan una realidad "virtual", un mundo vertiginoso de estímulos visuales y sonoros, que aturde, enerva, excita, confunde y hastía, con la misma velocidad con la que se propaga. Y los "figurantes", que se imaginan actores de este espectáculo permanente en el que la vida en directo (The Truman Show) se convierte, sienten esa necesidad de ser "molécula", "célula", "tejido", "órgano", de una "comunidad online" de voyeurs exhibicionistas que se han despojado de sus deseos, creencias, ideas, cuerpos en unas pantallas omnivigilantes que venden su privacidad en la misma medida que les permiten ser famosos durante unos segundos... porque, al cabo de unos minutos, otros les habrán sustituido haciendo exactamente lo mismo y creyéndose absolutamente diferentes...

Francisco Huertas Hernández
Martes, 24 de diciembre de 2024

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esplendido