martes, 8 de diciembre de 2020

"Elmer Gantry" (1960). Richard Brooks. María Verchili



"Elmer Gantry" (1960). Richard Brooks
María Verchili

"Elmer Gantry" (1960). Richard Brooks
Elmer Gantry (Burt Lancaster) & Sharon Falconer (Jean Simmons)

 Hay películas que nos resultan interesantes por su valor como documento histórico y sociológico. Y en este es el caso a mi parecer de la adaptación a la gran pantalla de la novela de Sinclair Lewis (1885-1951) de 1927. Richard Brooks (1912-1992) fue un guionista y director que se significó especialmente por estos ejercicios de traslación al lenguaje cinematográfico de textos literarios.

 Sinclair Lewis: "Elmer Gantry"
Harcourt, Brace and Company (1927), New York
First state of the binding
En mi recuerdo cinéfilo más vívido 

 En mi recuerdo cinéfilo más vívido está su maravillosa y escalofriante recreación fímica sobre la no menos impactante experiencia como lectora que fue “In Cold Blood”, aquella obra inaugural de lo que dio en llamar novela de no-ficción -texto y film me produjeron una intensa impresión en aquellos años descubridores-. Brooks también recurrió a textos teatrales del imprescindible analista de los claustrofóbicos ambientes familiares y sociales del Deep South norteamericano, Tennessee Williams, componiendo nuevamente dos extraordinarios y archiconocidos melodramas, “Cat on a Hot Tin Roof” (1958)  y “Sweet Birth of Youth” (1962), así como a la novela de Frank O'Rourke “A Mule for the Marquesa” (1964) para dirigir el estupendo western crepuscular “The Professionals” (1966). Y hasta se atrevió con “The Brothers Karamazov” (1958) o “Lord Jim” (1965), que tengo pendientes.

Y en “Elmer Gantry”, nombre de su inmoral y oportunista protagonista (Burt Lancaster), relata con expresividad exacerbada, ese fenómeno tan desconcertante desde miradas ajenas al acervo cultural norteamericano -aunque no cabe duda de que se replicó en otras muchas latitudes del mundo, quizá con menor intensidad- de la estafa religiosa. Los falsos predicadores evangélicos, aprovechando la desesperación colectiva en los tiempos de la Gran Depresión, montaron lucrativos tinglados pseudo-religiosos y de paso contribuyeron a construir una subcultura de valores socio-políticos de tinte conservador, que según unos cuantos historiadores ha tenido una importancia esencial en la conformación confrontada de la sociedad norteamericana hasta nuestros días. A mi parecer Estados Unidos se fue construyendo a lo largo del siglo XX en base a una pugna constante entre el ideario progresista y el reaccionario. Y desde luego el fervor religioso, caracterizado por importantes dosis de fanatismo y nacionalismo excluyente, sirvió de hilo conductor para la propagación de la derecha política en amplias capas de la población.

"Elmer Gantry" (1960). Richard Brooks
Elmer Gantry (Burt Lancaster)

 Aquí, la presentación de Gantry no puede ser más ilustrativa. Seductor, borracho y jugador sin oficio conocido, pasa una noche más en un tugurio lejos de casa (y de su esposa) intentando evitar  pagar la cuenta. Y por medio de la incursión de una de esas voluntarias recaudadoras de fondos biblia en mano, Brooks nos anuncia una nueva posibilidad para Gantry de supervivencia lucrativa poniendo en juego su atractiva verborrea. A la mañana siguiente, tras dejar su habitación de hotel con prostituta alcoholizada en la cama, y se encuentra con una reunión religiosa y con una hermosa predicadora de la salvación y el amor de Dios  -y también podemos deducir que sus razones originarias responden más bien al deseo de satisfacción del amor carnal-.

 Dos pájaros de un tiro para el estafador, que pondrá toda la carne en el asador para  ganarse la confianza de la hermana Sharon Falconer (Jean Simmons) y pasar a formar parte de su misión evangelizadora. Juntos forman un dúo en el que los alucinados sermones demoníacos de él, se contraponen al aura de auténtico misticismo de las intervenciones de ella -ciertas confesiones que Sharon le confía al calor de la pasión nos hacen dudar, pero el devenir final de la profeta nos devuelve una sensación de autenticidad-.

 Justamente, Brooks introduce con audacia un contrapunto analítico representante de esa otra América progresista a la que me refería al comienzo. El periodista Jim Lefferts (Arthur Kennedy) acompaña a la congregación en sus periplos para desentrañar sus razones e intereses auténticos, y nos sirve como espectadores de vía de cuestionamiento de las realidad que nos muestra. Queda constatado que mientras su admiración por la hermana aumenta conforme la va conociendo, tampoco alberga ningún género de dudas sobre el perfil psico-social de él. Y el desenlace de la historia parece confirmar sus impresiones.

 En el plano actoral, la interpretación desbocada de Lancaster, considero que como requería la idiosincrasia del personaje, le recompensó con su único premio Oscar. Y la construcción de Simmons me ha parecido suficientemente convincente.

 Esta película no alcanza para mi las más altas cotas de la excelente filmografía de Richard Brooks, pero es indudablemente interesante como testimonio histórico -y sin duda polémico, a juzgar por la advertencia previa que dirige al espectador- de tendencias ideológicas que han ido conformando una faceta de la cultura socio-política norteamericana.

"Elmer Gantry" (1960). Richard Brooks
Poster

3 comentarios:

MaryHall dijo...

Nuevamente es un placer poder contribuir con esta reflexión a la estupenda labor cinéfila y formativa de este blog.Justamentem esta película me parece muy interesante cono testimonio histórico y sociológico de los caminos que la reacción conservadora ha ido tomando en su conformación de una parte muy significativa de la sociedad norteamericana - que como sabemos- extiende sus tentáculos casi hasta cada uno de nosotr@s.

Estrella dijo...

"Elmer Gantry". Me gusta más que el título que le pusieron en España: "El fuego y la palabra". Me gusta, pero no me fascina. Quizá, como dices tú, por lo que cuenta de esa época, sí es más interesante.
Burt Lancaster decía irónicamente que le dieron un Óscar y creo que también Globo de oro, si no recuerdo mal, por un papel que no le había costado interpretar en absoluto. Él tiene otros muchos que me llenan más. Aquí está desbocado, como dices tú, irrefrenable, pero siempre es un deleite verle. Pero quizá ese falso predicador y seductor es lo que requería. Me pasa como en "La rosa tatuada", muy excesivo. Me gusta más contenido y sufridor.
Siempre es una satisfacción leerte por cómo contextualizas las pelis. Felicidades.

MaryHall dijo...

Muchas gracias!Sin duda es estimulante encontrar una conunidad cinéfila tan dinámica y receptiva.Aprendo tanto como disfruto compartiendo mis puntos de vista.Estoy de acuerdo en que no es su mejor papel.Y por lo que cuentas él pensaba igual.Pero como hemos comentado creo que hay también de dirección.La peli es notable.Pero donde más interesante me ha parecido es en el retrato histórico y sociológico del fenómeno show-religioso.