jueves, 24 de diciembre de 2020

Mortal y rosa (Poema en prosa. 2002). "Les Hautes Solitudes" (1974). Philippe Garrel. Francisco Huertas Hernández


Mortal y rosa (Poema filosófico en prosa. 2002)
"Les Hautes Solitudes" (1974). Philippe Garrel
Francisco Huertas Hernández


"Les Hautes Solitudes" (1974). Philippe Garrel
Jean Seberg
Un ejercicio de contemplación de rostros femeninos en blanco y negro con el silencio que envuelve los primeros planos. Si el mirar es el inicio de la relación con el mundo, el contemplar es la actitud de la reflexión sobre las cosas y los seres. Empezamos mirando a la mujer deseada y la acabamos contemplando en el carrefour del entendimiento, la voluntad y la memoria. Este film experimental nos ensimisma contemplando la belleza y el sufrimiento de la carne mortal y no rosa aquí, sino en chiaroscuro.
Pedro Salinas es el autor de estos versos sublimes:
Esta corporeidad mortal y rosa
donde el amor inventa su infinito
¿Qué más puede decirse en la filosofía después de estos vocablos exactos? Francisco Umbral escribió el gran libro de su vida tomando el verso de Salinas. Allí volcó su dolor por la muerte del hijo, y la angustia ante la muerte que te arroja a la carne. Entonces, ¿cómo vivir si vivir es esperar la muerte siempre?, si vivir es contemplar la muerte de la carne y el deseo que somos y nos impulsa hacia los demás


 Viejo peluca Umbral te tomo el título. Poco importa si lo que hay después mereció la pena. Se te cita por tus frases, por tus títulos. 

 La carne femenina, rosa, y, después de todo, mortal, después del placer y la lírica, de la visión y el anhelo. Quién cantar pudiera esa geometría carnal y rosa, esa piel y ese cabello, que enloquecen al cuerdo y hacen perecer al desdichado. Mortal, por rosa. 

  Oh, qué admirables combinaciones las de estos vocablos perfectos y antitéticos: la rosa carne que mortal se pudre; la rosa flor que mortal marchita; mortal rosa que sus espinas clava. Todo lo que distinción y extensión supone esta pareja de umbraliano (saliniano) libro nos acecha en la solana y en la umbría tarde.Oh, qué recuerdos rosas y mortales hechizaron mi voluptuosidad estival, cuando cambiaba versos por besos. Sí. Me pedías un poema y yo lo componía con mi oficio y tu biografía. Tú llegabas altiva y tu cuerpo me negabas. Yo olvidaba el poema, mas luego tu rosa piel y mi mortal anhelo, que, en sí, lleva la desdicha, me inclinaban a recuperarlo bajo las hojas del sauce, y yo leía con esmero y una evocación fingida tu niñez y tu consuelo. Entonces sonreías y tu cuerpo me ofrecías. La rosa carne que frugal florece. La rosa flor que sus pétalos perfuma. Qué rosaleda en tu piel. Qué inmortal instante de floración y vida. Acaso mis versos bien valían la rosa de tu carne.
 
Francisco Huertas Hernández
Jueves, 12 de septiembre de 2002

4 comentarios:

Unknown dijo...

Mil gracias

Unknown dijo...

No sé yo si este escrito es muy oportuno para el dia de Navidad

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

La verdad es que leído ahora me parece mediocre y lleno de palabras vacías. Eso es justo lo que la poesía debe evitar. Me quedo con el pie de foto que he escrito hoy

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Si Pedro Salinas o Paco Umbral levantaran la cabeza se horrorizarían. Pero mi intención era buena, pero me deje llevar por la cursilería seudo modernista