K
"怪談" (1965). 小林 正樹
"Kwaidan" (1965). Masaki Kobayashi
Reflexión sobre el terror a la muerte
Francisco Huertas Hernández
"怪談" (Kaidan) (1965). 小林 正樹
"Kwaidan" (1965). Masaki Kobayashi
Película japonesa de terror basada en el libro de Lafcadio Hearn (Koizumi Yakumo, nacido Πατρίκιος Λευκάδιος Χερν) (1850-1904) -escritor japonés de ascendencia greco-irlandesa- sobre leyendas de fantasmas de cuentos populares japoneses. La película se compone de cuatro historias: "黒髪, Kurokami" (The Black Hair), un terrorífico episodio sobre un espadachín que abandona a su esposa por otra más rica; "雪女, Yukionna" (The Woman of the Snow), la historia del leñador Minokichi y la sobrenatural aparición de Yukionna; "耳 無 し 芳 一 の 話, Miminashi Hōichi no Hanashi" (Hoichi the Earless), un relato sobre Hoichi, el joven músico ciego que interpreta el biwa; "茶碗 の 中, Chawan no Naka" (In a Cup of Tea), la visión de un hombre dentro de una taza de té.
Kobayashi intensifica las emociones al situar a los actores en escenarios expresionistas dando a estos cuentos populares una mítica resonancia donde conviven lo mortal y lo infernal.
Pero, ¿por qué lo infernal es el reino de la muerte en su desafío al principado de la mortal vida? Siempre las ánimas, los espíritus, los zombies, que no solo recuerdan a los miserables mortales que lo son sino que vienen a llevárselos.
El terror -en la literatura y el cine- únicamente es posible cuando se tiene miedo a perder la vida, cuando no estamos "tranquilamente (perfectamente) instalados en nuestra finitud" como dijo Enrique Tierno Galván (1918-1986), en palabras que a mí siempre me resultaron inaceptables. Es esto del terror a la muerte uno de los grandes males que persiguen al hombre como escribió Epicuro (341-271 aC). Fénelon (1651-1715) señaló: "Voilà le prodige que je porte toujours au dedans de moi. Je suis un prodige moi-même... J'embrasse tout, et je ne suis rien, je suis un rien qui connaît l'infini". "Una nada que conoce el infinito". Un mortal aterrorizado que intuye que más allá de los límites de la vida se adivina un reino de castigo o amenaza.
Pero es que necesitamos el terror. Lo necesitamos porque necesitamos lo sublime, lo que nos excede y lanza a lo infinito. Preferimos temblar de miedo con los espíritus a dormir plácidamente calzando las botas de lo finito. Los mitos y religiones bien saben esto: que el humano es nostálgico de un absoluto que acaso no fue pero que desea. Hasta Friedrich Nietzsche (1844-1900) concibió su "pensamiento más abismal": el "eterno retorno" (Ewige Wiederkunft), una repetición del tiempo cíclico que hace de la vida un "perpetuum mobile"
Francisco Huertas Hernández
Martes, 28 de agosto de 2001
3 comentarios:
Una reflexión muy profunda
En realidad la reflexión sobre por qué necesitamos el terror y el escrito sobre la K no tienen relación alguna más que el título del film que empieza por K. Pero bueno así es la vida: una yuxtaposición inconexa de azar e incomprehensibilidad, como decía René Descartes de la esencia divina
Muy interesante y analítico.Es verdad que la K del título de esta peli comprende como tan acertadamente señalas una no menos interesante polisemía cultural.El género del terror es el que menos visito.Pero esta me la apunto.Kobayashi es una asignatura pendiente.
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