Sangre de sueños
Francisco Huertas Hernández (1992/1993)
"Kumonosu-jō" (Trono de Sangre) (1957). Akira Kurosawa
"蜘蛛巣城" (1957). 黒澤 明
"Kumonosu-jō" (1957). Akira Kurosawa
謎樣老婆婆 (浪花千榮子) - Anciana fantasma (Chieko Naniwa)
"Throne of Blood / Trono de sangre" es una película japonesa clásica que adapta la tragedia de William Shakespeare "Macbeth" (1606) al Japón feudal usando la estética del teatro nō (能, drama musical japonés originario del siglo XIV, que combina canto, drama, danza y orquestación de tres o cuatro instrumentos y tiene como principio regidor el yūgen (elegancia, belleza, misterio))
"La película narra la historia de dos samuráis, Washizu (Toshiro Mifune) y su mejor amigo Miki (Minoru Chiaki), quienes regresan a casa después de ganar una batalla que implica una victoria más para su señor feudal Tsuzuki (Takamaru Sasaki). Mientras están el bosque en el camino de vuelta ambos se encuentran con una extraña anciana (Chieko Naniwa) quien resulta ser una bruja que les revela una profecía en la que ambos lograrán convertirse en figuras poderosas. Según la profecía Washizu será el capitán de la Fortaleza del Norte y, posteriormente, se convertirá en el señor de la Fortaleza del Bosque de las Telarañas. Su amigo Miki será capitán de la Primera Fortaleza y su hijo será, finalmente, el señor de la Fortaleza del bosque de las Telarañas. No obstante la anciana no menciona que ese futuro estará bañado en sangre. Cuando ambos regresan a la propiedad del señor Tsuzuki este los recompensará con lo que la anciana había predicho".
La presencia de las brujas en "Macbeth / Trono de sangre" introduce el elemento sobrenatural del sueño -ese puente de lo humano y lo divino, entre la razón y la locura-. Se discute aún si fue William Shakespeare (1564-1616) quien escribió "Macbeth" en su totalidad, o Thomas Middleton (1580-1627) añadió alguna parte, dadas las similitudes de su obra "The Witch" (La Bruja) (1613) con el pasaje que comentamos.
Las tres brujas de "Macbeth" -o la misteriosa anciana de "Trono de Sangre"- predicen el futuro del "thane" Macbeth como rey.
La Primera Bruja pronuncia:
"He knows thy thought:
Hear his speech, but say thou nought"
(Él conoce tu pensamiento / escucha su discurso, pero nada digas)
La palabra del intermediario entre lo divino y lo mortal es oscura. Se escucha en silencio, aunque no pueda ser entendida. Es enigmática.
La Segunda Bruja dice:
"Be bloody, bold, and resolute; laugh to scorn
The power of man, for none of woman born
Shall harm Macbeth"
(Sé sanguinario, audaz y resuelto; ríe para despreciar /
el poder del hombre, porque ninguna mujer nacida /
dañará a Macbeth)
La sangre es el camino del triunfo, del poder. Esta profecía de un futuro reinado de Macbeth se levanta sobre la sangre de los enemigos abatidos, enemigos todos aquellos, que, independientemente de los lazos de amistad o amor, se interponen en la senda del poder.
La herida de la vida duele hasta en el sueño, pues soñar es vivir dos veces, y cuánto dolor contiene la vida. La sangre de Macbeth -o Washizu- es primero soñada, y luego derramada. Señores de la guerra somos. Estamos en guerra con la vida, porque la vida es contienda inacabable. La oscura afinidad de sangre y sueño es en Shakespeare el "velo" sobrenatural que descubre ("revela") la ambición humana y su miseria. ¡Qué desventurado poder el que se alza sobre la sangre derramada!
¿Dónde está el sueño que no nos desangre? ¿Dónde está el despertar que nos cure del sueño? Dormir, tal vez soñar. Si nuestra herida –la vida misma- mana sangre roja, caliente, espesa; si nuestra herida es dolor continuo, ¿seguir soñando? Yo ya no sé dónde están los pronombres, ni los jardines, no sé dónde el sol y dónde las nubes. Unas veces creí que eran de este mundo, mas desperté y era un sueño. Digo “tú” y mi herida sangra y me duele ese pronombre como una pesadilla. Otras digo “yo”, y estoy solo soñando que soy, soñando que existo, pero existir debe ser tener las heridas abiertas y la sangre cayendo lenta y dolorosamente, y, cuando despertemos del todo ya no manará sangre la herida del vivir. Morir, tal vez dormir. Si hubiese otros sueños en el otro lado...y quizá otras heridas...¿cruzaríamos temerosos?
Francisco Huertas Hernández
1992 o 1993
2 comentarios:
Esa relación entre la crueldad y el poder es natural. Mandar es destruir. La sangre es la vida que corre para que el poder se perpetúe
Bien conectado tu sentido texto con esta enorme película de Kurosawa.
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