sábado, 1 de enero de 2022

Séptima vela encendida (Poema). Mi homenaje personal al séptimo arte. Sonia Lucía Palacios Vidal. Madrid

Séptima vela encendida (Poema)
Mi homenaje personal al séptimo arte
Sonia Lucía Palacios Vidal
Madrid

"Cleopatra" (1963). Joseph Leo Mankiewicz
Cleopatra (Elizabeth Taylor)
Coproducción anglo-helvético-norteamericana
La épica del cine en estado sólido (los extras eran reales, no había efectos digitales). Mankiewicz sabía plasmar "personajes coloridos y profundos, que se destacan como personas pensantes y palpitantes sobre un fondo de espléndido espectáculo", como escribió Bosley Crowther de "The New York Times". 
Elegir a una "star" como Elizabeth Taylor implica jugar con el erotismo y la sofisticación. 

El séptimo arte es un arte infantil porque nace joven, cuando ya el resto de las Beaux Arts (pintura, escultura, arquitectura, música, poesía, danza) han alcanzado edad provecta, acaso la senectud. Si en los albores del siglo XX los Hermanos Lumière deslumbraron al público de París con su exhibición de imágenes de la vida cotidiana en movimiento, pronto Georges Méliès estableció la fantasía como reino propio del cinematógrafo. El asombro quedó como la impronta del cine. Y estas siete velas del poema de Sonia Lucía "iluminan" e "hipnotizan", como el cuerpo de Cleopatra, como las masas de extras del cine clásico en medio de fastuosos decorados
(Francisco Huertas Hernández)

"Cleopatra" (1963). Joseph Leo Mankiewicz
Cleopatra (Elizabeth Taylor) desnuda, sublimando el deseo del espectador en el lujo del espectáculo y el horizonte de la distancia donde historia, literatura y mito se confunden.
Cleopatra -mujer fuerte, feroz, bella y sensual- simboliza un "matriarcado" oriental ajeno a los linajes patriarcales de Occidente


Cuando mi abuela Candela
soplaba su candelabro,
danzaban sus siete velas
hasta extinguir su reinado.
Me asustaba verme ciega,
niñita llena de miedos,
como otra vela cualquiera
derretida por su aliento

Por eso mi amada abuela
besaba mis dos ojitos,
y acariciaban mis trenzas
sus arrugados deditos,
Y lograba que riera
susurrándome un secreto...
"Sonia, ¿no ves las estrellas?
¡Cuántas son es un misterio!"

Yo era su nieta pequeña
y ella cerraba mis ojos,
la más joven de las reinas
se dormía en alborozo
contando cuántas estrellas
prendían el firmamento,
mientras una de esas velas
se encendía en mis adentros

"No sé cuántas son, abuela"
- decía con frágil voz -
"Pero sé que hay una de ellas
encendida en mi interior"
La reina de las princesas
y el más real de los sueños,
la séptima de las velas,
llenaba de luz mi cielo

Ave nocturna que vuelas
en mi teatro chiquito.
Musa pequeña de cera,
bálsamo para el olvido.
Como una tragedia griega,
pasé mi infancia durmiendo.
Fui una secuestrada perla
dentro de un nácar de ensueños

Fui la bella Cenicienta
probándome su zapato,
Fui la novia aventurera
para mi Tarzán amado,
Fui Cleopatra de Tebas,
Shehrezade en sus mil cuentos,
Una Alicia con chistera
perseguida por conejos

¡Oh séptimo arte! Cierra
mis ojos y abre los tuyos.
Quita el candado a mi celda,
¡oh candela de otro mundo!
Me enseñaron en la iglesia
que en siete días se hicieron
cielos, mares, plantas, bestias
y todo lo que no entiendo

Nunca me gustó la escuela
porque mudó en orfanato.
Ni tuve familia buena,
amamantada en maltratos.
No aprendí fe en las miserias
sobre mi piel y mis senos,
sobre mis labios y piernas,
de ese odiado olor a incienso

Mas fue mi mejor maestra
mi abuela y su candelabro
de siete preciosas velas
y una estrella entre mis brazos.
Ella fue la compañera
de mis noches y mis juegos,
soñando lunas viajeras,
gocé mi infancia creyendo

Mas la niñez no es eterna,
no pude beberla a sorbos.
Cuando la luz de mi abuela
se fue sin besar mis ojos,
se fue con ella, ligera,
la inocencia de mi cuerpo,
en largas sotanas negras,
en dedos sucios y ajenos

Sin embargo, aquella huella,
la del telón de mis párpados,
sobrevoló a esas vivencias,
cual cirio de fuego y pájaros.
Suicidada adolescencia
sin ángeles en su cielo.
Sola y desnuda en la tierra,
musa y estrella entre sueños

Cuando quiera que comprendas
que cada día es un cuento,
lo vivirás cual princesa
que nace en un mundo nuevo.
Y cuando comprender quieras
que la vida es como un sueño,
valorarás sus ofrendas
como el polvo del desierto

Me hice mujer hierbabuena,
risueña entre los cipreses
y aprendí a soñar despierta
cual séptimo cirio ardiente.
Siempre mis sueños cinema
rodando escenas que aún veo,
y todas mis pertenencias,
cachitos de cromo y hierro

Y cuando quiera, ¡que llueva!
que no apagaré mi vida
mientras los demás esperan.
Séptima vela encendida,
danzo bajo la tormenta.
Sonrío porque, al hacerlo,
brotan luces y poemas
que iluminan otros cielos

Recuerdo a mi amada abuela,
recuerdo su candelabro.
Siento esa séptima vela
sembrándome su legado.
Soy estrella, soy candela,
mi alma libre de miedos,
soy eterna primavera
en la estación de mis sueños

Sonia Lucía Palacios Vidal. 2021


PRIMER POEMA DE AÑO NUEVO. 2022

Por oscura que sea la noche de estos tiempos,
y solitaria la calle que transitan nuestros miedos,
una sonrisa y una esperanza, brillan en mi alma.
Yo creo en ellas y en la refulgencia de mil miradas.
Yo creo en Dios, y en el amor que gobierna el universo.
No nubles esa paz con el cinismo y el sarcasmo de tus miedos.
La vida vale mucho más y estoy agradecida, emocionada.
La vida son segundos y misterios que me dejan asombrada.
Sé el precio de una sonrisa, y no hay estrellas suficientes en el cielo.
Sé el valor de la esperanza, y no hay selvas que compitan con su precio.
Abre tus ojos y abraza el alma. No pierdas este día por los velos que te apartan.
Yo celebro este segundo, este primero. Celebro el día y la noche, y cada beso.
Yo celebro que respiro, que como, que duermo y que despierto.
Y celebro el amor que se refleja en cada lágrima que el rostro baña.
Y en esas lágrimas, te veo a ti, y a mí misma reflejada. Y, cómo no, las otras almas.
Y estoy por ello, agradecida, emocionada y, como siempre, brindando con el vino de este sueño.
Abre tus ojos y abraza la claridad del alba. Mientras hay vida, mientras hay tiempo.
La vida es sueño, un sueño hermoso, a veces doloroso, para quien sabe amarla.
Cada detalle inapreciable y luminoso, enciende estrellas que nos hablan
y al conversar con ellas se iluminan aquellos pequeños y bellos gestos
de los que están hechos los días que habitamos este insondable universo, en este inefable momento.
Por oscuras que sean las noches, y solitarias las calles que nos aguardan,
yo creo en la sonrisa y la esperanza, brillando en millones de almas conectadas

Sonia Lucía Palacios Vidal. 2022. Todos los derechos reservados


3 comentarios:

ACORAZADO CINÉFILO dijo...

Hace tiempo que Sonia Lucía escribió este poema por encargo mío, como contribución a este blog nuestro. Hoy, por fin, lo publicamos, tras quedar traspapelado. Hay en esta obra algo indecible: el recuerdo de una infancia soñada, donde una abuela (real o mítica) inicia en el misterio luminoso de las estrellas a una niña, que "intuye" la séptima "vela/estrella" prendida en su interior: la fascinación del cine. Es la infancia el hogar, la morada o palacio donde el cine ilumina los sueños, porque la patria de la niña es soñar. La abuela pasó. La infancia pasó, mas la "mujer hierbabuena" aprendió a "soñar despierta / cual séptimo cirio ardiente", y la vida, nuestra, suya, de todos, vida, sueño es, mas sueño iluminado como la pantalla iluminada por el proyector de 16 o 24 fotogramas por segundo, porque un segundo es nuestra vida...

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Francisco. Estoy encantada de colaborar con tu blog, que me encanta, y aportar un poquito de luz y de poesía en estos tiempos de oscura incertidumbre.

Vilma/ Argentina dijo...

Gracias! Me emocionó hasta las lágrimas, gran escritora. Ojalá pueda conseguir algún material de ella para seguirla leyendo. Como siempre Francisco, te llevás un 10!!!! Feliz año.