Qué es el ἀρχή. Qué es la esencia (οὐσία)
Tema 2: El origen de la Filosofía: el paso del μῦθος al λόγος
Filosofía. 4º ESO
Recreación de una clase real. 3-11-2022
Curso 2022-2023
Profesor: Francisco Huertas Hernández
IES Dr. Balmis. Alicante
Qué es el ἀρχή. Qué es la esencia (οὐσία)
Tema 2: El origen de la Filosofía: el paso del μῦθος al λόγος
Filosofía. 4º ESO
Recreación de una clase real. 3-11-2022
Curso 2022-2023
Profesor: Francisco Huertas Hernández
IES Dr. Balmis. Alicante
Aristóteles (384-322 aC) fue el primer historiador de la Filosofía. En su libro I de la "Metafísica" explica lo que es la "sabiduría", entendida como "filosofía" o "ciencia de los primeros principios y causas" -ἡ σοφία περί τινας ἀρχὰς καὶ αἰτίας ἐστὶν ἐπιστήμη, δῆλον-:
" ὅτι μὲν οὖν ἡ σοφία περί τινας ἀρχὰς καὶ αἰτίας ἐστὶν ἐπιστήμη, δῆλον.
ἐπεὶ δὲ ταύτην τὴν ἐπιστήμην ζητοῦμεν, τοῦτ᾽ ἂν εἴη [5] σκεπτέον, ἡ περὶ ποίας αἰτίας καὶ περὶ ποίας ἀρχὰς ἐπιστήμη σοφία ἐστίν. εἰ δὴ λάβοι τις τὰς ὑπολήψεις ἃς ἔχομεν περὶ τοῦ σοφοῦ, τάχ᾽ ἂν ἐκ τούτου φανερὸν γένοιτο μᾶλλον. ὑπολαμβάνομεν δὴ πρῶτον μὲν ἐπίστασθαι πάντα τὸν σοφὸν ὡς ἐνδέχεται, μὴ καθ᾽ ἕκαστον ἔχοντα ἐπιστήμην [10] αὐτῶν: εἶτα τὸν τὰ χαλεπὰ γνῶναι δυνάμενον καὶ μὴ ῥᾴδια ἀνθρώπῳ γιγνώσκειν, τοῦτον σοφόν (τὸ γὰρ αἰσθάνεσθαι πάντων κοινόν, διὸ ῥᾴδιον καὶ οὐδὲν σοφόν: ἔτι τὸν ἀκριβέστερον καὶ τὸν διδασκαλικώτερον τῶν αἰτιῶν σοφώτερον εἶναι περὶ πᾶσαν ἐπιστήμην: καὶ τῶν ἐπιστημῶν δὲ τὴν [15] αὑτῆς ἕνεκεν καὶ τοῦ εἰδέναι χάριν αἱρετὴν οὖσαν μᾶλλον εἶναι σοφίαν ἢ τὴν τῶν ἀποβαινόντων ἕνεκεν, καὶ τὴν ἀρχικωτέραν τῆς ὑπηρετούσης μᾶλλον σοφίαν: οὐ γὰρ δεῖν ἐπιτάττεσθαι τὸν σοφὸν ἀλλ᾽ ἐπιτάττειν, καὶ οὐ τοῦτον ἑτέρῳ πείθεσθαι, ἀλλὰ τούτῳ τὸν ἧττον σοφόν.
τὰς μὲν οὖν [20] ὑπολήψεις τοιαύτας καὶ τοσαύτας ἔχομεν περὶ τῆς σοφίας καὶ τῶν σοφῶν: τούτων δὲ τὸ μὲν πάντα ἐπίστασθαι τῷ μάλιστα ἔχοντι τὴν καθόλου ἐπιστήμην ἀναγκαῖον ὑπάρχειν (οὗτος γὰρ οἶδέ πως πάντα τὰ ὑποκείμενα, σχεδὸν δὲ καὶ χαλεπώτατα ταῦτα γνωρίζειν τοῖς ἀνθρώποις, τὰ μάλιστα [25] καθόλου (πορρωτάτω γὰρ τῶν αἰσθήσεών ἐστιν, ἀκριβέσταται δὲ τῶν ἐπιστημῶν αἳ μάλιστα τῶν πρώτων εἰσίν (αἱ γὰρ ἐξ ἐλαττόνων ἀκριβέστεραι τῶν ἐκ προσθέσεως λεγομένων, οἷον ἀριθμητικὴ γεωμετρίας: ἀλλὰ μὴν καὶ διδασκαλική γε ἡ τῶν αἰτιῶν θεωρητικὴ μᾶλλον (οὗτοι γὰρ διδάσκουσιν, οἱ τὰς [30] αἰτίας λέγοντες περὶ ἑκάστου, τὸ δ᾽ εἰδέναι καὶ τὸ ἐπίστασθαι αὐτῶν ἕνεκα μάλισθ᾽ ὑπάρχει τῇ τοῦ μάλιστα ἐπιστητοῦ ἐπιστήμῃ (ὁ γὰρ τὸ ἐπίστασθαι δι᾽ αὑτὸ αἱρούμενος τὴν μάλιστα ἐπιστήμην μάλιστα αἱρήσεται,
(Así pues, está claro que la Sabiduría es el conocimiento -ciencia- de ciertos principios y causas.
Puesto que estamos investigando este tipo de conocimiento, debemos considerar cuáles son estas causas y principios cuyo conocimiento es la Sabiduría. Tal vez sea más claro si tomamos las opiniones que tenemos sobre el sabio. Consideramos, pues, en primer lugar, que el hombre sabio conoce todas las cosas, en la medida en que es posible, sin tener conocimiento de cada una de ellas individualmente; en segundo lugar, que el hombre sabio es aquel que puede comprender cosas difíciles, tales como las que no son fáciles para la comprensión humana (pues la percepción de los sentidos, siendo común a todos, es fácil, y no tiene nada que ver con la Sabiduría); y además, que en cada rama del conocimiento un hombre es más sabio en la medida en que está más exactamente informado y es más capaz de exponer las causas. También entre las ciencias consideramos que aquella ciencia que es deseable en sí misma y por el bien del conocimiento es más cercana a la Sabiduría que aquella que es deseable por sus resultados, y que la superior es más cercana a la Sabiduría que la subsidiaria; porque el hombre sabio debe dar órdenes, no recibirlas; ni debe obedecer a otros, sino que los menos sabios deben obedecerle a él.
Tales en especie [20] y en número son las opiniones que sostenemos con respecto a la Sabiduría y a los sabios. De las cualidades allí descritas, el conocimiento de todo debe pertenecer necesariamente a aquel que en el más alto grado posee el conocimiento de lo universal, porque conoce en cierto sentido todas las particularidades que comprende. Por otra parte, las ciencias más exactas son las que más se ocupan de los primeros principios, porque las que se basan en menos principios son más exactas que las que incluyen principios adicionales; por ejemplo, la aritmética es más exacta que la geometría. Además, la ciencia que investiga las causas es más instructiva que la que no lo hace, porque los que nos dicen las causas de cualquier cosa particular son los que nos instruyen. Además, el conocimiento y la comprensión que son deseables por sí mismos son más alcanzables en el conocimiento de lo que es más conocible. Porque el hombre que desea el conocimiento por sí mismo, deseará más el conocimiento más perfecto)
Aristóteles: "Metaphysica". 982a
Una pregunta que yo hago a mis estudiantes es la siguiente: "¿quién es más sabio: el que lo conoce todo, o el que conoce lo más importante?". Una cuestión acerca de la "cantidad" o "calidad" del "conocimiento" o "saber". Aristóteles, re-evaluando toda la filosofía anterior a él, optó por la segunda respuesta: es la "calidad" del "saber" lo que importa, no su "cantidad". El "sabio" o "filósofo" -olvidando aquí la inicial distinción platónica del "Banquete" entre "filósofo" (amante/buscador del saber) y "sabio" (poseedor del saber)- conoce lo más importante: "los primeros principios o causas" de todo, del "universo", de la "realidad", o del "ser" (todo ello viene a identificarse)
La palabra ἀρχή, ya usada por los filósofos presocráticos, se traduce como "principio, causa, origen". El filósofo es, así, un "buscador" de los "orígenes". Si conocemos las "causas" podremos entender la "realidad". Aquí aparece implícitamente el fundamento de la "ciencia" o la "filosofía": el "principio de causalidad", que afirma que todo lo que ocurre tiene una causa, y esta causa "explica" el "efecto" (lo que ocurre). Hay una "conexión" "necesaria" entre "causa" y "efecto", de tal modo que el segundo no "existe" sin la primera.
Si el λóγος humano es una manifestación del λóγος universal (un Orden necesario del Universo), su finalidad es "conocer" las "causas" o "principios" (αἰτία, ἀρχή) de éste. Que nadie se llame sabio si no conoce por qué ocurren las cosas, cuáles son sus "causas".
Otra de las cosas que aprendí, leyendo y viviendo, fue que no es lo mismo la "erudición" (acumulación de una enorme cantidad de conocimientos, datos) que la "filosofía" o "saber" (búsqueda y selección cualitativa de los principios explicativos de la realidad). Mi recuerdo de aquel paseo por Ávila con Curro el "erudito" y Juan el "metafísico" en julio de 1994, mientras hacíamos un Curso de Verano de Filosofía de la UNED, es ejemplar: Curro citaba libros con una memoria prodigiosa, incluso notas a pie de página; pero Juan -que estudiaba Filosofía por puro placer, ya que su profesión era la metalurgia- carecía de esa ingente "cantidad" de datos, y abordaba los temas con asombros y preguntas, dirigiéndose a la búsqueda de explicaciones causales, generales, universales. Definir su "actitud" o "método" como "filosófico" era muy apropiado, como escribí en mi "Diario de Ávila".
Este ἀρχή permite explicar lo que permanece en las cosas, a pesar de sus cambios, es el principio de la unidad frente a la pluralidad de sus apariencias. Pero el filósofo no solo quiere saber "cómo surgen", o "de dónde proceden" las cosas, sino "qué son", es decir, su "esencia" (οὐσία, ousía).
La "esencia" fue definida en clase como "la característica principal de algo" o "lo que hace que una cosa sea lo que es". Aristóteles -siempre Aristóteles, el gran "sistemático" que "definió" y "clasificó" todos los ámbitos de la realidad- usó la palabra οὐσία para nombrar "lo que es". Dada la complejidad y dificultad en las distintas acepciones de esta palabra, tal como la analiza Aristóteles, no citaremos textos ni resumiremos su teoría.
Para el nivel de estudiantes de secundaria diremos que la "esencia" se opone a la "apariencia" (lo que creemos que son las cosas) y a los "accidentes" (modificaciones pasajeras que no cambian la sustancia)
Acabaremos transcribiendo la parte de nuestro tema 2 (El origen de la Filosofía: el paso del μῦθος al λόγος. De la ilusión engañosa de los mitos al desengaño desvelador de la razón) que explica el ἀρχή y la οὐσία:
"El problema del cambio y la permanencia de las cosas es la manera en la que se preguntan los presocráticos por el ἀρχή: si todo cambia, ¿qué es lo que permanece? Lo que permanece es la causa. Lo que cambia son las apariencias. La causa u origen de la naturaleza es su esencia. Por tanto causa (ἀρχή) y esencia (οὐσία) se identifican en la filosofía presocrática. Así, Thales de Mileto dijo que el agua era el ἀρχή de todo cuanto existe: todo procede del agua, todo regresa al agua, y todo es en su esencia íntima agua. Anaxímenes de Mileto dijo que el aire era el ἀρχή. Y Heráclito de Éfeso habló del fuego.
La esencia es también la característica principal de algo sin la que no sería lo que es. Lo contrario de esencia en este sentido son los accidentes (características secundarias de algo, cambiantes, pero que no modifican lo que una cosa es). Aristóteles (discípulo de Platón y dos siglos posterior a los presocráticos) dio una lista de 9 accidentes (cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posesión, acción, pasión). Ejemplo: una persona que se ponga morena al sol (cualidad), o que engordara (cantidad), o que se mudara de ciudad (lugar): en esos tres casos, el ser permanece siendo el mismo en su esencia, aunque cambian ciertas características secundarias.
La esencia es la característica principal y permanente propia de algo. Es universal (para todos). Todos los miembros de una clase o especie poseen la misma esencia. Ejemplo: la esencia del ser humano es la razón; la de la estrella, brillar con luz propia; la de la silla, servir para sentarse"
Conclusión
El filósofo alemán Johann Gottlieb Fichte (1762-1814) sentenció "Was für eine Philosophie man wähle, hängt davon ab, was man für ein Mensch ist" (El tipo de filosofía que elijas depende del tipo de persona que seas). Aún teniendo rasgos de carácter (tipos) que nos diferencian -que se manifiestan en nuestras filosofías optimistas o pesimistas, dogmáticas o escépticas-, hay algo que nos une, en nuestro mismo origen. Como hemos visto en estos análisis, todos los seres humanos tenemos en común la "curiosidad" natural por saber, el "asombro", y la necesidad de "saber" el "origen" de las cosas. El conocer el porqué de las cosas es la inquietud y misión del filósofo.
Reflexiona nuestra amiga psicoanalista Rosa María López sobre "un prisionero exhausto y sediento, que tras el largo viaje en tren que le condujo al campo de exterminio de Auschwitz, trata de arrancar un carámbano de hielo que tenía al alcance de la mano y un guardián se lo arrebata brutalmente,
- “Warum?” (“¿Por qué?”), pregunta el prisionero.
- “Hier ist kein warum” (“Aquí no hay ningún porqué”) responde el guardián.
El prisionero sediento se llama Primo Levi (1919-1987), y en su libro “Si esto es un hombre” -"Se questo è un uomo" (1947)- nos transmite una verdad primera: El punto de partida de un proyecto que busca la aniquilación del sujeto consiste en abolir las preguntas. Mas allá de los daños infligidos al cuerpo, la erradicación de los porqués inicia la vía de la destrucción subjetiva. Privado de la posibilidad de preguntar, el ser hablante se deshumaniza"
- “Warum?” (“¿Por qué?”), pregunta el prisionero.
- “Hier ist kein warum” (“Aquí no hay ningún porqué”) responde el guardián.
El prisionero sediento se llama Primo Levi (1919-1987), y en su libro “Si esto es un hombre” -"Se questo è un uomo" (1947)- nos transmite una verdad primera: El punto de partida de un proyecto que busca la aniquilación del sujeto consiste en abolir las preguntas. Mas allá de los daños infligidos al cuerpo, la erradicación de los porqués inicia la vía de la destrucción subjetiva. Privado de la posibilidad de preguntar, el ser hablante se deshumaniza"
No hay pregunta más "desasosegante" para la "autoridad" del padre, el maestro, el sacerdote, el militar, el juez, el tirano, el banquero y el periodista que el "¿Por qué?". La "destrucción subjetiva" que se inicia con la "privación de la posibilidad de preguntar" nos impide ser "humanos", "seres dotados de λóγος", o sea, de lenguaje/razón -nuestra "esencia", "lo que somos"-. La "filosofía" como "búsqueda" "racional" de los "porqués" es el "camino" que nos lleva al "principio" (ἀρχή) y a las "entrañas" (οὐσία) de la realidad. "Eleva" nuestra "capacidad de preguntar" porque "eleva nuestra mirada" -como en la Alegoría de la Caverna de Platón- hacia lo "alto", hacia lo "primigenio", hacia lo "esencial".
Deseo terminar este escrito con la archiconocida cita de "Le Petit Prince" de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944): "Voici mon secret. Il est très simple: on ne voit bien qu'avec le cœur. L'essentiel est invisible pour les yeux" (Este es mi secreto. Es muy sencillo: sólo se puede ver bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos)
8 comentarios:
Que claridad
Estás clases son un modelo para todos los docentes
¡Excelente artículo! Aún recuerdo cuando mencionabas en las clases a Juan el metafísico.
Gracias Aitana
Excelente texto! El ejemplo de Primo Levi es un cierre perfecto! Saludos desde Buenos Aires.
Maravilloso artículo que nos invita a la reflexión de por qué cada vez nos hacemos menos preguntas. Somos seres sin preguntas, es decir desustanciados. Por eso son tan necesarias personas como tú que nos reconcilian con lo humano, con el λόγος. Aún me acuerdo del griego!!!!
Siempre es precioso hablar de la esencia pero explicándola tú, su preciosidad se magnifica y optimiza. En serio que sí.
En respuesta a mi ex alumna Aitana, que, pronto será profesora de filosofía, también, decirle que ella recuerda cuando yo hablaba de Juan, el "metafísico", como ejemplo de "filósofo" o "amante del saber", frente a Curro, el "erudito", como ejemplo de persona que acumula lecturas y citas, pero no "vive" el "saber", no lo "interroga" desde la vida. La única manera de "interrogarse" es desde uno mismo. Eso, al menos, es lo que he hecho como profesor. Intentado "despertar" en los estudiantes sus propios "asombros" o "deslumbramientos", porque el "resplandor" de la luz que despunta al alba es el comienzo de la filosofía, como en el Prólogo de "2001, A Space Odyssey" de Stanley Kubrick: "The Dawn of Man"...
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