domingo, 26 de marzo de 2023

Novela y Extrañamiento. "Perspectivas de un desfonde ontológico. De los límites del lenguaje en la disolución del sujeto en la novela contemporánea" Trabajo académico. Teoría Estética de la Cultura. Filosofía Pura. Alumno: Francisco Huertas Hernández. Profesor: Francisco Jarauta Marion Universidad de Murcia. Curso: 1985/1986

Novela y Extrañamiento. "Perspectivas de un desfonde ontológico. De los límites del lenguaje en la disolución del sujeto en la novela contemporánea"
Trabajo académico. Teoría Estética de la Cultura. Filosofía Pura
Alumno: Francisco Huertas Hernández.
Profesor: Francisco Jarauta Marion
Universidad de Murcia. Curso: 1985/1986































































Novela y Extrañamiento. "Perspectivas de un desfonde ontológico. De los límites del lenguaje en la disolución del sujeto en la novela contemporánea"
Trabajo académico. Teoría Estética de la Cultura. Filosofía Pura
Alumno: Francisco Huertas Hernández.
Profesor: Francisco Jarauta Marion
Universidad de Murcia. Curso: 1985/1986
64 páginas

  La leyenda es la manera más bella de evocar el pasado. Y el "aura" legendaria funde la prosa y el lirismo. Como aquella mañana en que mi profesor de Teoría Estética de la Cultura, Francisco Jarauta Marion, ya no estaba en su domicilio de Murcia, y tuve que dejar, fuera de plazo, mi trabajo académico a su portera en el edificio modernista de la Plaza de Santo Domingo.

 La escritura de la monografía fue poco ortodoxa: las citas brillan por su ausencia, pues son plagio amable y vehemente; y la bibliografía es más un compendio de mis lecturas personales de la época que del contenido de la asignatura (Dostoyevsky, Cortázar). Además citar a Bowie, Golpes Bajos e Ilegales es una licencia de transgresión generacional, más propia de "La Edad de Oro" de Paloma Chamorro, que del rígido mundo académico.

 El título era rimbombante: "Perspectivas de un desfonde ontológico. De los límites del lenguaje en la disolución del sujeto en la novela contemporánea". Yo había oído campanas, pero no sabía dónde. Me faltaban lecturas y sesiones de terapia. "Преступление и наказание" (1866-1867) de Fyodor Dostoyevsky fue para mí el descubrimiento de una "disolución moral", pero aún no "psíquica". Para eso hace falta irse al existencialismo de Camus o Sartre, o a la seminal "Ein Brief" (Brief des Lord Chandos an Francis Bacon) (1903) de Hugo von Hofmannstahl, en la que el protagonista intuye de golpe: "Mi caso, en resumen, es este: he perdido por completo la capacidad de pensar o hablar coherentemente sobre cualquier cosa. […] Sentí un malestar inexplicable con sólo pronunciar las palabras 'espíritu', 'alma' o 'cuerpo', [porque] las palabras abstractas, que naturalmente tiene que usar la lengua para expresar cualquier juicio, se desmoronaban en mi boca como hongos mohosos" (Mein Fall ist in Kürze dieser: Es ist mir völlig die Fähigkeit abhanden gekommen, über irgend etwas zusammenhängend zu denken oder zu sprechen. […] Ich empfand ein unerklärliches Unbehagen, die Worte 'Geist', 'Seele' oder 'Körper' nur auszusprechen, [denn] die abstrakten Worte, deren sich doch die Zunge naturgemäß bedienen muß, um irgendwelches Urteil an den Tag zu geben, zerfielen mir im Munde wie modrige Pilze)

 El gran arte era más grande cuánto más destruía el proyecto humano de ser, conocer y amar. Yo me complacía de tanto pesimismo y desolación, entendiendo que para las masas son los finales felices, y para los "iniciados" los "tormentos estéticos" y "vacíos existenciales". Aún no había leído esa afirmación de Friedrich Nietzsche: "yo hago "sí", diciendo "no"", y su oposición entre pesimismo y tragedia.

 El trabajo no vale mucho. Desde un punto de vista filosófico es pobre. Formalmente es una amalgama de citas plagiadas. Y, sin embargo, sí que dice mucho de lo que yo era, leía, y sentía en 1986. Cada palabra del escrito es parte de mi obra personal. Ser uno mismo es haber sido antes otros muchos: Raskolnikov, Oliveira, Meursault, Morelli...


 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un trabajo muy heterodoxo

Laura A dijo...


Interesantísimo, precioso y valuoso leer tu "Diario". Sin duda de ninguna clase.