lunes, 17 de junio de 2024

A. S. Pushkin: "Yevgueni Oneguin" (Евгений Онегин). Cap. 3. Reflexiones pushkinianas III: Tatyana. El más hermoso personaje femenino de la literatura mundial. La carta. Francisco Huertas Hernández

A. S. Pushkin: "Yevgueni Oneguin" (Евгений Онегин). Cap. 3
Reflexiones pushkinianas III: Tatyana. El más hermoso personaje femenino de la literatura mundial. La carta
Francisco Huertas Hernández




Письмо Татьяны к Онегину
Carta de Tatyana a Oneguin
 
 
 Письмо Татьяны к Онегину
 
  Я к вам пишу — чего же боле?
Что я могу еще сказать?
Теперь, я знаю, в вашей воле
Меня презреньем наказать.
Но вы, к моей несчастной доле
Хоть каплю жалости храня,
Вы не оставите меня.
Сначала я молчать хотела;
Поверьте: моего стыда
Вы не узнали б никогда,
Когда б надежду я имела
Хоть редко, хоть в неделю раз
В деревне нашей видеть вас,
Чтоб только слышать ваши речи,
Вам слово молвить, и потом
Все думать, думать об одном
И день и ночь до новой встречи.
Но, говорят, вы нелюдим;
В глуши, в деревне всё вам скучно,
А мы… ничем мы не блестим,
Хоть вам и рады простодушно.
 
Зачем вы посетили нас?
В глуши забытого селенья
Я никогда не знала б вас,
Не знала б горького мученья.
Души неопытной волненья
Смирив со временем (как знать?),
По сердцу я нашла бы друга,
Была бы верная супруга
И добродетельная мать.
 
Другой!.. Нет, никому на свете
Не отдала бы сердца я!
То в вышнем суждено совете…
То воля неба: я твоя;
Вся жизнь моя была залогом
Свиданья верного с тобой;
Я знаю, ты мне послан богом,
До гроба ты хранитель мой…
Ты в сновиденьях мне являлся,
Незримый, ты мне был уж мил,
Твой чудный взгляд меня томил,
В душе твой голос раздавался
Давно… нет, это был не сон!
Ты чуть вошел, я вмиг узнала,
Вся обомлела, запылала
И в мыслях молвила: вот он!
Не правда ль? Я тебя слыхала:
Ты говорил со мной в тиши,
Когда я бедным помогала
Или молитвой услаждала
Тоску волнуемой души?
И в это самое мгновенье
Не ты ли, милое виденье,
В прозрачной темноте мелькнул,
Приникнул тихо к изголовью?
Не ты ль, с отрадой и любовью,
Слова надежды мне шепнул?
Кто ты, мой ангел ли хранитель,
Или коварный искуситель:
Мои сомненья разреши.
Быть может, это все пустое,
Обман неопытной души!
И суждено совсем иное…
Но так и быть! Судьбу мою
Отныне я тебе вручаю,
Перед тобою слезы лью,
Твоей защиты умоляю…
Вообрази: я здесь одна,
Никто меня не понимает,
Рассудок мой изнемогает,
И молча гибнуть я должна.
Я жду тебя: единым взором
Надежды сердца оживи
Иль сон тяжелый перерви,
Увы, заслуженным укором!
 
Кончаю! Страшно перечесть…
Стыдом и страхом замираю…
Но мне порукой ваша честь,
И смело ей себя вверяю…
 
 Александр Сергеевич Пушкин (1799-1837): "Евгений Онегин" (1833)
 
 
Carta de Tatyana a Oneguin (traducción de Manuel Ángel Chica Benayas):
 
 
Yo le escribo, ¿qué otra cosa puedo hacer?
¿Qué más puedo decir?
Ahora, lo sé, está en su voluntad
el castigarme con su desprecio.
Pero si guarda tan sólo una gota de compasión
para mi aciago destino,
no me abandonará.
Al principio quise callar.
Créame: usted no hubiera sabido
nunca de mi vergüenza
si yo hubiera tenido la esperanza
de verlo en nuestra aldea
aunque no fuera a menudo, aunque fuera una vez a la semana,
para solamente escuchar su voz,
decirle una palabra y después
pensar, pensar sólo en ello
día y noche hasta un nuevo encuentro.
Mas dicen que usted es huraño.
En este lugar apartado, en esta aldea todo le resulta aburrido,
y nosotros... nosotros no destacamos en nada,
aunque su presencia nos alegra sinceramente.
 
 ¿Por qué nos visitó?
En la profundidad de esta olvidada aldea
yo nunca le habría conocido,
nunca habría conocido estos amargos tormentos.
La agitación de mi alma inexperta
se hubiera calmado con el tiempo (¿cómo saberlo?),
y siguiendo mi corazón yo encontraría a otro,
sería una esposa fiel
y una madre virtuosa.
 
 ¡Otro! ¡No, a nadie más en el mundo
entregaré mi corazón!
Así ha sido dispuesto por el consejo supremo...
Ésta es la voluntad del cielo: soy tuya.
Toda mi vida ha sido la promesa
de un inevitable encuentro contigo.
Lo sé, tú me has sido enviado por Dios.
Serás mi protector hasta la tumba...
Tú te me aparecías en sueños;
invisible, ya te amaba;
tu encantadora mirada me atormentaba;
tu voz resonaba en mi alma
desde hacía mucho tiempo... ¡No, no fue un sueño!
Apenas entraste, al momento te reconocí.
Por completo rendida y ardiendo,
repetía en mis pensamientos: "¡Es él!".
¿No es verdad? Yo te escuchaba.
¿Acaso no hablabas conmigo en el silencio
cuando ayudaba a los pobres
o cuando aliviaba con una oración
la angustia de mi alma atormentada?
¿Y en ese mismo momento,
no era tú, visión querida,
la que, atravesando la transparente oscuridad,
te acercabas en silencio a mi cabecera?
¿No eras tú quien, con placer y amor,
me susurrabas palabras de esperanza?
¿Quién eres? ¿Mi ángel, mi guardián
o un astuto conquistador?
Resuelve mis dudas.
Es posible que todo esto no sea más que algo vano,
el engaño de un alma inexperta,
y que a ésta le sea destinado algo por completo diferente.
Pero ¡que así sea! Desde hoy
te confío mi destino,
vierto lágrimas ante ti,
suplico tu protección...
Imagínate: yo estoy sola aquí,
nadie me comprende;
mi juicio se agota 
y debo perecer en silencio.
Te espero: con una sola mirada
aviva las esperanzas de mi corazón
o destruye mi triste sueño,
¡ay!, con merecido reproche.
 
 ¡Termino! Me horroriza volver a leerla...
Me muero de vergüenza y terror...
Pero su honor es mi garantía
y a él me entrego sin miedo
 
 Aleksandr Sergueyevich Pushkin (1799-1837): "Yevgueni Oneguin" (1833) 


 El capítulo 3 de "Eugenio Oneguin" es el centro mismo de la obra. Pushkin descubre el corazón de Tatyana Larina, el más bello personaje femenino de la literatura mundial. 

 La celeridad de la acción sorprende al lector. Las descripciones, reflexiones, la autorreferencialidad del autor, la lista de objetos, libros, costumbres o paisajes no detiene nunca la impetuosa corriente de la narración. Que una novela en verso sea tan dinámica admira al lector. ¡Pushkin cada día escribe mejor!

 Oneguin quiere conocer a la "Philis" de su amigo Lenski, Olga Larina, la muchacha rubia de una aldea cercana. Y a la velocidad del rayo, el poeta ya nos sitúa en la casa de la familia. El lector sólo tendrá noticias de segunda mano de lo que pasó: a Oneguin le gustó más la misteriosa Tatyana que la "madona de Van Dyck", Olga, en cuyos rasgos no hay vida. Que un poeta se enamore de una mujer sin misterio es extraño para Yevgueni.

 Y tras esta visita los vecinos empezaron a extender el rumor de que el visitante huraño sería el marido de la melancólica hermana morena. Pushkin parte de las habladurías para introducirnos en el corazón, fulminantemente enamorado, de Tatyana. Como un viento inesperado, súbito y tempestuoso, el lector entra en el alma de Tatyana, que, como ya vimos en el capítulo 1, anticipa qué sea el amor leyendo novelas sentimentales. ¡Qué escuela la del arte con su educación sentimental! Pushkin, que, continuamente, interviene en la acción, lamenta los tiempos presentes en que la moral y la razón están en declive. Por ello, Tatyana, no será la heroína "perfecta" de la literatura, sino una mujer de carne y hueso, imperfecta y atrevida, impulsiva y contradictoria. "La tristeza del amor persigue a Tatyana" (XVI). La conversación con su nyanya (XVII-XXI) es uno de los instantes más conmovedores de la novela. La Rusia tradicional en boca de la anciana y la Rusia afrancesada de la joven. Obediencia y rebeldía romántica. 

 Pushkin contrapone a las jóvenes coquetas de la ciudad con la sinceridad sencilla de Tatyana, que ama sin juego ni maldad. Pero, de repente, descubrimos, que Tatyana apenas sabe escribir en ruso. Porque la alta sociedad usa el francés (XXVI): "Hasta hoy nuestra orgullosa lengua / no había estado familiarizada con la prosa epistolar". ¡Así que el poeta traducirá la carta de Tatyana! Una estratagema cervantina, cual Cide Hamete Benengeli. Una sala de espejos que proyecta en lenguas diferentes emociones iguales.

 En XXXI escribe Pushkin: "La carta de Tatyana está delante de mí. / La guardo con fervor religioso, / la leo con secreta tristeza". 

 De la carta en sí, ¿qué más puedo decir? Tesoro de la literatura rusa, verdad inalterable del alma rusa, monumento del arte universal. La muchacha se debate entre su impulso y el pudor, entre el recato y la audacia. ¿Es la primera vez que una mujer es activa en el amor? Ha apostado todo ante un desconocido, un joven descreído. Ella, que es la fe en su más alto punto. La fe en el amor. Un amor que pasa por encima de todas las convenciones sociales, de su misma razón.

 Pide al nieto de su nyanya que lleve la carta a su destino: "desde hoy te confío mi destino". El alma de Tatyana es demasiado grande para Oneguin.

 "La canción de las muchachas", que, en la ópera homónima de Chaikovski, aparece al principio, no interrumpe el estado de ansiosa espera de la muchacha: Oneguin debe responder...

 Francisco Huertas Hernández
17 de junio de 2024 
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravillosa carta. Me estremece. Buenos comentarios Francisco. 🌟🌟🌟🌟🌟

Francisco dijo...

Muchas gracias Margarita

Francisco dijo...

Larisa Sekunova:

Благодарю Вас,Франциско!
Мы в школе учили наизусть письма Татьяны и Онегина.