"Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha". Poema
Francisco Huertas Hernández. 1987
Sobre la poesía lírica
"Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha". Poema
Francisco Huertas Hernández. 19 abril 1987
Los clásicos tienen el poder de producir otros autores que sienten su impulso, su perfección y su belleza. Juan Larrea Celayeta (Bilbao, 1895 - Córdoba, Argentina, 1980) fue un poeta de vanguardia. En su estadía en París, fundó junto a César Vallejo (1892-1938), la revista "Favorables París Poema". Estuvo en la Delegación del Gobierno de la República Española que encargó un cuadro a Pablo Picasso (1891-1973) para la Exposición Internacional de París en 1937, que acabó siendo el "Guernica". En su exilio en América escribió fundamentalmente ensayo literario. Difícil de etiquetar como poeta. Él se sintió ultraísta. En Italia le vieron como surrealista. Y Gerardo Diego le incluyó en su Antología.
Mi recuerdo de Juan Larrea es el de nuestro libro de literatura española en COU en 1980. Allí aparecía este extraordinario poema:
Espinas cuando nieva
Juan Larrea
En un huerto de Fray Luis
Suéñame suéñame aprisa estrella de tierra
cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo estrella estrella entre mis cenizas
Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno
Tú que en la alcoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas se vuelven hacia el pecho mas débil
Tú que asumes luz y abismo al borde esta carne
que cae hasta mis pies como una viveza herida
Tú que en selvas de error andas perdida
Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha
El último verso tiene un eco clásico y trágico que resguarda al poeta en el sufrimiento callado del amor. Y me inspiró el poema escrito el 19 de abril de 1987 en casa de mi abuela en La Unión que arriba pueden leer.
La metáfora es el reino del poeta imaginario, aunque hay poetas filosóficos cuyo reino es el concepto y la intuición. En mis versos de corta experiencia y escaso dominio de la forma -el poema siempre es forma, incluso en verso libre- observamos las mismas oposiciones angustiosas del original de Larrea: condena o absolución (ya sabemos que la condena es no ser amado), aves o rosas (unas tienen movimiento y voluntad, aunque sea instintiva, las otras se limitan a ser contempladas, antes de que la mano cruel las arranque). Otros términos potencian ese desasosiego de la espera del amor improbable aunque apremiante: vocales y consonantes, iniciales y números, escudos y silencios, abatimientos y sospechas, conversación y presencia, mutismo y desierto, atención y olvido, desangramiento y sueño...
El joven poeta, su seguro servidor, concluye con unos versos terribles: "yo me desangro y tú / tú no me sueñas". Vivir sin amor cuando el amor urge es desangrarse en el olvido de un tú que existe como presentimiento antes que como experiencia. Cuando se ha vivido el amor real en la experiencia, en el tiempo y el espacio, en el encuentro y la fusión de alma y materia, uno cae en la cuenta que los poetas, los músicos y los cineastas crearon en nosotros ese presentimiento que anticipaba la dicha, pero consumía, desangraba, en la espera. El amante no puede fundirse en unción sagrada sin haber soñado previamente esa unión con la persona amada. El arte anticipa el gozo.
Francisco Huertas Hernández
13 de junio de 2024
2 comentarios:
Muy bien amigo
El poema me sugiere muchas capas es como salirme de este plano y transgredirlo. Hoy día que todo es más rápido la poesía parece ausente, parece un difuso barniz en las paredes de una mente conmocionada por imágenes que cambian minuto a minuto. Hay que tomarse el tiempo para dejar todo detrás de cada verso, la filosofía requiere del mismo o punto y aparte. Poner la mente en blanco respirar y alcanzar una palabra que contenga al verso, que no lo deje caer, ni lo congele al lado de una inanimada premisa. El verso tiene que ser utilitario para que la vida continue, como una filosofía de la acción.
Publicar un comentario