Osip Mandelstam (1891-1938). La infancia en su poesía.
Осип Мандельштам. Детство в его стихах.
Francisco Huertas Hernández
Осип Эмильевич Мандельштам (1891-1938)
Osip Emilyevich Mandelshtam (1891-1938)
Poeta ruso. Figura clave de la literatura de la Edad de Plata
Osip Emilyevich Mandelshtam (1891-1938) es uno de los mayores poetas rusos del siglo XX. Su vida fue testimonio de los trasiegos y crueldades de la historia. Nació en la ciudad del Imperio Ruso, llamada Varsovia, en una familia judía. Su padre, fabricante de guantes, y su madre, músico. Con seis años llegó a la capital del país, a San Petersburgo. Estudió en la famosa Escuela Tenishevsky, por donde pasaron, entre otros, el físico Skobeltsyn, el arquitecto Velikanov, o los escritores Nabokov o Chukovsky. Se formó en París y Heidelberg, y, de regreso a Rusia, se hizo cristiano metodista, para vencer la cuota de judíos. Empezó a publicar poemas en revistas en 1910. Participó en el Taller de Poetas, y entró en el acmeísmo. Su primer libro fue "Камень" (Piedra) (1913). Durante la Guerra Civil pasó por las ciudades de Kiev -donde conoció a su esposa, Nadezhda Yakovlevna Khazina (1899-1980)- o Tiflis. Fue un gran admirador de Dante, cuya "Comedia" leyó en italiano. Lamentablemente en 1933, hizo circular un epigrama contra Stalin, "Мы живём, под собою не чуя страны" (Vivimos sin sentir el país debajo de nosotros), que le leyó a Boris Pasternak, quien dijo: "Esto no es una obra literaria, sino un acto de suicidio que no apruebo y en el que no quiero participar. No me leíste nada, yo no escuché nada y te pido que no se los leas a nadie más". Mandelshtam fue arrestado en mayo de 1934, a pesar de ser considerado uno de los grandes poetas soviéticos. Condenado a tres años de exilio, le acompañó su mujer. Nikolai Bujarin intercedió por él ante Stalin, expresando la angustia de la esposa de Mandelshtam por su salud. En una de sus cartas a Stalin, Bujarin formuló una sentencia lapidaria: "поэты всегда правы, история за них" (los poetas siempre tienen razón, la historia es para ellos). Los Mandelshtam pudieron elegir una ciudad para vivir, dentro de su exilio: Voronezh. Acabada su condena en 1937, regresaron a Moscú. Pero sus poemas fueron acusados de "obscenos" y "calumniosos", y fue detenido por segunda vez en mayo de 1938. Fue condenado a cinco años de trabajos forzados. El 27 de diciembre de 1938, poco antes de cumplir 48 años, Osip Mandelshtam murió en un campo de tránsito, en Vladivostok. La causa de la muerte fue paro cardiaco. Fue rehabilitado en 1956, en que se anuló su sentencia.
La poesía de Mandelshtam aúna la precisión semántica, la musicalidad de la lengua rusa, y la profundidad de su pensamiento, lo que llevó a Alain Badiou a incluirlo en una lista de seis poetas filósofos en el siglo XX: Mallarmé, Rimbaud, Trakl, Pessoa, Mandelshtam y Celan.
Su obra fue dividida en tres periodos por la crítico literaria rusa Lidya Ginzburg:
a) un primer periodo, correspondiente a su libro "Piedra", en donde se combina la severidad de Tyutchev y la espontaneidad de Verlaine. Aquí la palabra es piedra. El poeta es el arquitecto o constructor;
b) hasta finales de los años 20, coincidiendo con "Tristium", según Ginzburg, la palabra se hace carne. Y la fragmentación y lenguaje paradójico se desarrollan. El significado de las palabras no está fijado;
c) en los años 30, Ginzburg, habla del impulso creativo y el culto a la metáfora cifrada.
Métricamente, Mandelshtam, se inició con el verso yámbico, y, en menor medida, el troqueo. En los años 20 experimentó con versos logaédicos, verso acentuado y verso libre. En la primera mitad de los años 30, incorpora más métrica experimental: dolnik, taktovik o verso de cinco sílabas.
La musicalidad de su escritura ha sido admirada por compositores como Arthur Lourié (Артур Сергеевич Лурье), quien expresó que en Mandelshtam "el elemento musical alimentó su conciencia poética". Mandelshtam, con esa sabiduría intuitiva propia del poeta, escribió: "Музыка — содержит в себе атомы нашего бытия... первоосновой жизни" (la música contiene los átomos de nuestro ser... y es el principio fundamental de la vida)
Nadezhda Mandelshtam guardó la obra de su marido, y la preservó. Osip Mandelshtam no sólo recuperó su prestigio sino que se convirtió en uno de los poetas más importantes de Rusia en el siglo XX, tras la desaparición de la URSS.
La infancia es la (única) patria del poeta, porque en ella resplandece la vida antes de la ley, la renuncia y la derrota. La infancia es el sueño, la imaginación, el presente eterno, el juego, la clarividencia de la naturaleza no sojuzgada por la razón, la ciencia y la moral. Si es verdad que el poeta no puede regresar a esa patria añorada -Paraíso Perdido- sino a través del lenguaje, ya cargado con la ley (norma moral, leyes del Derecho, leyes de la ciencia), el desarraigo (todo el desarraigo humano es haber perdido la niñez) y el cansancio de la derrota en la competencia de la vida social y laboral.
En su primer libro, "Камень" (Piedra) (1913), se encuentra un breve y delicado poema, "Leer tan sólo libros infantiles":
Только детские книги читать,
Только детские думы лелеять,
Все большое далеко развеять,
Из глубокой печали восстать.
Только детские книги читать,
Только детские думы лелеять,
Все большое далеко развеять,
Из глубокой печали восстать.
Я от жизни смертельно устал,
Ничего от нее не приемлю,
Но люблю мою бедную землю
Оттого, что иной не видал.
Я качался в далеком саду
На простой деревянной качели,
И высокие темные ели
Вспоминаю в туманном бреду.
1908 г.
(Leer tan sólo libros infantiles
y tener infantiles las ideas.
Todo lo grande dispersarlo lejos,
resurgir de lo hondo de la pena.
Mortalmente cansado de la vida
no espero nada de ella,
pero amo la pobre tierra mía
porque otra nunca viera.
Yo me mecía en un jardín lejano
en un simple columpio de madera
y unos abetos altos, negros
recuerdo en el delirio de la niebla)
1908
Traducción de Aquilino Duque
(Sólo libros infantiles para leer
Sólo pensamientos infantiles que atesorar
Para dispersar lejos todas las cosas grandes,
Para levantarme de la profunda tristeza.
Estoy muerto de cansancio de la vida
No puedo tomar nada de ella,
Pero amo a mi pobre tierra
Porque nunca he visto otra.
Me columpiaba en un jardín lejano
En un simple columpio de madera,
Y los altos y oscuros abetos
Recuerdo en un delirio de niebla)
Traducción literal de Deep Translator
"Только детские книги читать" es un poema temprano (1908) que fusiona simbolismo y realismo escrito cuando el autor tenía 17 años. Éste es un poema de 3 estrofas de rima consonante. El cansancio de la vida, a los 17 años, parece un tópico literario propio de Pushkin o Lermontov. El poeta se hace niño, porque está en la tierra, una tierra que es Rusia y es el presente eterno de la infancia, apegada a lo sensitivo: un jardín, un columpio, abetos. Aunque el autor posadolescente lo evoca desde la niebla. La niebla del desamor, la niebla de las primeras derrotas en la lucha por la vida. Las negaciones de la segunda estrofa retoman la mirada retrospectiva a la infancia desde el desencanto de la primera juventud. Y son la naturaleza (jardín, abetos) y el juego (columpio de madera) esa patria que siempre se añora, la única tierra, en la que se habitó sin pesar: la infancia que se impulsaba desde la tierra amada al cielo, en los balanceos del columpio. La vida oscila como el subir y el bajar del columpio, pero en la infancia el pequeño quiere llegar a las nubes sin anhelar todavía la inmortalidad, pues el niño es eterno en la tierra y el cielo, unidos en el balanceo del juego de columpiarse una y otra vez...
En los "Воронежские тетради" (1935–1937) (Cuadernos de Vorónezh. Tercer Cuaderno de Vorónezh) encontramos otra poesía, en la que, a pesar de su tema religioso, el poeta elige una visión desde la infancia, pero ya con otra óptica y lenguaje, "Тайная вечеря" (La última cena):
Небо вечери в стену влюбилось,-
Все изрублено светом рубцов —
Провалилось в нее, осветилось,
Превратилось в тринадцать голов.
Вот оно — мое небо ночное,
Пред которым как мальчик стою:
Холодеет спина, очи ноют.
Стенобитную твердь я ловлю —
И под каждым ударом тарана
Осыпаются звезды без глав:
Той же росписи новые раны —
Неоконченной вечности мгла…
(El cielo de la tarde se enamoró de la pared,
por luz de cicatrices todo grietas,
se derrumbó sobre ella, se encendió,
se transformó en trece cabezas.
Igual que un niño estoy delante
-helo ahí- de mi cielo nocturno:
se enfría la espalda, los ojos duelen,
alcanzo la dureza contra el muro.
Y a cada golpe del ariete
estrellas sin cabeza se desgranan:
de esa pintura heridas nuevas son
sombra de eternidad inacabada)
9 marzo 1937
Traducción de Aquilino Duque
(El cielo del atardecer se enamoró de la pared, -
Todo fue cortado por la luz de las cicatrices -
Cayó en ella, iluminado,
Convertido en trece cabezas.
Aquí está, mi cielo nocturno,
ante el cual estoy como un niño:
se me enfría la espalda, me duelen los ojos.
Tomo el firmamento maltrecho -
Y bajo cada golpe del carnero
se desmoronan estrellas sin cabeza:
Nuevas heridas del mismo cuadro -
Una eternidad inacabada de oscuridad...)
Traducción literal
Un poema sobre una imagen bíblica: la Última Cena. En la primera estrofa hay trece cabezas (doce apóstoles y Jesús) iluminadas por una noche estrellada. Puede ser una pintura con "cicatrices" (impastos, surcos), o pueden ser las heridas que el Señor recibirá después, o las lesiones que el poeta ha sufrido en su persecución. El cielo cae sobre esa pared, que puede ser la materia, el cuerpo, la existencia mortal y social del hombre, atosigado, vigilado, preso. El cielo es luz y bondad, es esperanza y perdón. Cristo es amor, y aunque esté en la cena, físicamente, espiritualmente está en cada uno de los hombres, y en la persona del Padre, es el Bien que nos está reservado. La entrada de la luz por la ventana es un recurso visual y un límite (limen, frontera) entre cielo y tierra, que, al igual que el columpio, del poema anterior, une las dos esferas de la existencia mortal e inmortal. Donde en la obra escrita a los 17 años había juego, ahora hay rito y sacrificio.
En la segunda estrofa se propone la interpretación del Huerto de Getsemaní, nada clara. El poeta, al igual que un niño, está ante el cielo nocturno, como Cristo estuvo ante un cielo oscuro, rezando en el huerto la noche antes de la Crucifixión. El poeta sufre: se enfría la espalda, duelen los ojos, ha alcanzado la dureza del muro. ¿Van a prender al poeta? ¿Vienen a por él, como Judas Iscariote, que traicionó al Señor, y condujo a sus captores al lugar oscuro y frío, el Monte de los Olivos? Esa entrega total de Jesús de Nazaret a la voluntad de Dios, su aceptación del sufrimiento y la muerte, ¿es equivalente a la actitud del desterrado poeta Osip Mandelshtam?
En la tercera estrofa, si admitimos la naturaleza religiosa del poema, los golpes del carnero (ariete) y las estrellas sin cabeza que se desmoronan, son metáfora de sacrificio y provisión divina. Los dos últimos versos concluyen que las nuevas heridas del mismo cuadro (la vida humana) son sombra de eternidad inacabada. Un sacrificio político del poeta ante una eternidad que nunca redime el sufrimiento, pues si los versos que las gentes leerán póstumamente mitigasen el exilio, la prisión y la muerte, no por ello los poetas son escuchados en vida, aunque tengan siempre la razón, y la historia sea para ellos...
Francisco Huertas Hernández
27 de julio de 2024
3 comentarios:
Felicitaciones por este post. Humberto
Gracias Humberto
Vivimos sin sentir el país a nuestros pies,
nuestras palabras no se escuchan a diez pasos.
La más breve de las pláticas
gravita, quejosa, al montañés del Kremlin...
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